Biden, Irán …. y China

Finalmente, Biden ha abierto negociaciones con Teherán de cara a renovar, con algunos cambios, el acuerdo sobre el uso de la energía nuclear por parte del régimen de los ayatollah. En el fondo es la misma posición, con matices, de la Unión Europea y destacadamente por Francia y Alemania, con importantes intereses económicos en Irán.

Pero, a tenor de las primeras reacciones, Biden va a tener algunas dificultades para explicar sus movimientos la opinión pública de EEUU, donde han surgido discrepancias sobre lo que algunos estiman concesiones políticas y económicas, si finalmente se levantan las sanciones sin obtener garantías claras de Irán, para facilitar un acuerdo. Hay que recordar que siempre hubo dudas sobre el nivel de cumplimiento iraní de su compromiso en no enriquecer uranio y malestar por los obstáculos puestos a las inspecciones internacionales de las instalaciones iraníes. Cuando el presidente Trump decidió unilateralmente romper la adhesión de EEUU  a lo acordado, la reacción de Teherán no fue reafirmar su adhesión al acuerdo sino declararse no obligada ya a cumplirlo. A esto hay que añadir el acuerdo suscrito entre Irán y China recientemente en el que, a cambio de inversiones chinas en infraestructuras, Teherán facilita presencia estratégica china en sus puertos.

Y en ese marco está Israel, estrecho aliado de Estados Unidos, que siempre ha señalado que el viejo acuerdo con Irán no garantizaba nada sino que daba salida a la crisis económica de aquel país a cambio de ser más discreto en su rearme nuclear. Biden ha tenido que enviar a los responsables norteamericanos de Defensa a Jerusalén a dar a Israel garantías de que los intereses israelíes no se verán afectados en las negociaciones con Irán. Y un factor más. Tanto como a Israel, el acuerdo con Irán preocupa a Arabia Saudí, Emiratos árabes Unidos y a Egipto, que ahora viven un acercamiento s Israel, y eso obliga a EEUU a ser muy cuidadoso y, de momento, Biden no da pistas de su estrategia global.

China, por su parte, defiende el acuerdo con Irán sin gritar mucho, ya que necesita el petróleo y su presencia en Irán y, a la vez refuerza lazos con saudíes e israelíes en la medida en que puede ir avanzando posiciones. En ese terreno, el tablero de juego tiene muchos aspirantes y el movimiento de cada pieza implica consecuencias a veces inesperadas.

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