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Crisis en Sri Lanka. Nieves C. Pérez Rodríguez

por: 4Asia
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La isla de más de 65.000 km2 ubicada en el Océano Índico justo debajo de India es el hogar de 22 millones de habitantes y, desde su independencia del Reino Unido en 1948, se ha considerado una nación democrática que hasta hace poco contaba con una economía prominente que exporta café, té, coco, canela, junto con un pujante sector turístico que le había ayudado a conseguir el ingreso per cápita más alto en el Asia meridional gracias a su fama mundial.

La historia de la llamada Ceylán ha sido convulsa a lo largo de su existencia. Los portugueses fueron los primeros en llegar y asentarse en el siglo XVI, aunque fueron desplazados por los holandeses quienes llegaron y tomaron sus posesiones un siglo más tarde hasta que los británicos se hicieron con el poder en 1803 y, entre invasiones y disputas. fueron haciéndose con el control del territorio hasta que finalmente conseguía la independencia de los europeos.

La tranquilidad no se instauró con la independencia, pues entre insurrecciones e intentos de golpe de Estado e incluso la institucionalización de políticas de corte socialista debido a las cercanas relaciones que mantuvieron con la Unión Soviética y con China en la década de los sesenta, y los constantes agravios a las minorías, la nación ha sufrido una gran inestabilidad que acabó en el nacimiento de milicias en la década de los setenta. En 1972 se convirtió en república y cambió su nombre a Sri Lanka y continuó teniendo fuertes problemas étnicos.

Los ochenta transcurrieron con grandes dificultades para la población y una creciente situación de insurgencias que terminó con que muchos locales emigraran a otros lugares para escapar de la persecución. Las tensiones entre la comunidad cingalesa (mayoría de la población) y los tamiles se agravó tanto debido en parte a que India proporcionaba armas y apoyo a la facción tamil.

Los Tigres de liberación de Ealam Tamil (LTTE) o tigres tamiles fue un grupo separatista que se fundó en 1976 y que luchó en contra del gobierno establecido en una guerra civil duró desde 1983 al 2009. Aunque en el 2001 se firmó un alto al fuego auspiciado por Noruega.

A pesar de las subidas y bajadas, la lágrima de India como también se le llama a Sri Lanka por su forma geográfica, había podido mantenerse a flote gracias a créditos concedidos por instituciones como el Fondo Monetario Internacional que le ha concedido dieciséis créditos desde 1950, según un artículo de The Diplomat y que afirma que la situación actual es producto del neocolonialismo.

También hay un elemento político en la crisis. El actual presidente propuso en un momento clave de elección parlamentaria importantes recortes de fiscales buscando ganar terreno políticamente. Por lo que impuestos como el IVA fueron reducidos del 15% al 8%, mientras otros fueron eliminados. El resultado ha sido que Sri Lanka se quedó sin liquidez por lo que tuvo que tirar de sus reservas para poder cumplir con sus compromisos internacionales, lo que produjo un desplome de estas de 8.864 millones en junio del 2019 a 2.361 a enero del 2022 de acuerdo con Reuters.

El sector turístico se vió fuertemente afectado debido a al ataque terrorista del domingo de resurrección del 2019 en tres hoteles de lujo, un hostal, un complejo residencial y tres iglesias que causó la muerte de unas 207 personas, entre ellos extranjeros, y dejó además centenares de heridos. Sumado al efecto también de la pandemia que comenzó en 2020 y que aún continúa, los ingresos de este gremio se han visto extraordinariamente disminuidos.

Como resultado, el valor de la moneda local, la rupia, tan sólo en el mes de marzo ha perdido su valor en un 45% comparado con el dólar americano. Sumado a que tienen que pagar unos 400 millones de deuda este año, incluido un bono de 1000 millones de dólares que expira en julio.

Todas estas terribles decisiones económicas han dejado al país hundido en una gran escasez de combustible y gas que a su vez ha generado que el valor de estos que se hayan disparado.  La tensa situación hizo que desde principio de marzo haya militares desplegados en las estaciones de gasolina para controlar las largas esperas de ciudadanos desesperados y así asegurar la distribución. También ha habido cortes eléctricos diarios que ha sido el gran detonante en la crisis y ha propiciado las protestas y ataques fuera de la residencia presidencial.

El gobierno ya había sido acusado de nepotismo, pues el presidente tiene en cargos políticos a su hijo, hermano y otros miembros de su familia. Y en medio de la mayor crisis que ha vivido el país desde la independencia, esta semana comenzaba con la dimisión del gabinete y la negación a la invitación de parte del gobierno a la oposición a dialogar.

Otros análisis apuntan a que China los ha atrapado en la llamada “diplomacia de créditos” y el ejemplo más significativo es el enorme Puerto de Hambantota, construido por los chinos con la intención de seguir avanzando en la antigua Ruta de la Seda. La parte marítima de la ruta comienza en China, donde tiene varios puertos, se suma el corredor de Pakistán, el Puerto de Hambatota, terminando en el puerto de Djibouti que le aseguran a Beijjing el círculo de la Ruta marítima del Asia Pacífico y avanzar en su proyecto de hacerse con el control de la navegación en los sitios donde cuentan con puertos y, por tanto, los mares de frente de éstos.

La ubicación estratégica de esta isla tiene a China muy pendiente de la situación y seguramente le ofrecerán más créditos para mantenerlos atrapados en su control. Sri Lanka debe a China unos 4.5 mil millones de dólares: tan sólo el pasado abril China extendía otro crédito complementando otro otorgado el año pasado por 1 mil millones de dólares. Por lo que no es de extrañar que intenten la misma estrategia para ayudar al gobierno de Gotabaya Rajapaksa salir de la tempestad.

Mientras tanto, occidente mira la crisis con preocupación, pero distancia, pues Ucrania ya ocupa bastante atención y recursos. Washington debería aprovechar el momento y dar más que ayudas económicas, como ha venido haciendo desde que comenzó la pandemia a través de USAID, la agencia de ayuda del gobierno americano que ha venido coordinando envíos y vacunas. Debería evitar que China siga aprovechando las crisis de países como Sri Lanka para ganar espacios en sus ambiciones y planes de expansión y control económico.

 

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