Washington.- 4Asia asistió a la presentación del informe anual de China que prepara la comisión executiva del Congreso de los Estados Unidos. Dicha comisión se creó en el momento en que China estaba preparándose para entrar en la Organización Mundial de Comercio en el año 2000. Y su objetivo principal es monitorear los derechos humanos y el desarrollo de su aplicación en China.
Hoy en día, la comisión es bipartidista y está compuesta por ocho miembros de la cámara de representantes y nueve senadores, que se han dedicado extensamente de mano de organizaciones y muchos investigadores a hacer el compendio de datos que reflejan la preocupante situación de los derechos humanos en China.
Entre los puntos clave que menciona el informe y que los miembros del congreso remarcaron en su intervención se encuentran:
La libertad de expresión. El gobierno chino y el partido comunista chino continúan restringiendo la libertad de expresión y la libertad de prensa. La situación para los periodistas en China continúa deteriorándose. Así mismo Beijing insiste en el hecho de que mantener internet restringido obedece a razones de seguridad nacional. Se han comprobado numerosos casos de persecución de individuos que han criticado a oficiales del gobierno.
Derechos de los trabajadores. Las prácticas y leyes chinas contradicen los derechos internacionales de los trabajadores y les impiden crear sus propias asociaciones o sindicatos, pues todas las organizaciones están bajo la autoridad del partido comunista chino. Tan sólo el año pasado fueron detenidos por las autoridades chinas más de 50 trabajadores y defensores de estos derechos.
Libertad de religión. Paradójicamente tanto la ley internacional (Pacto Internacional de Derechos civiles y políticos) que ha firmado Beijing, así como las leyes chinas garantizan la libertad de culto. En efecto, la constitución china lo contempla en su artículo 36. Sin embargo, los oficiales chinos continúan haciendo énfasis en la necesidad de continuar la campaña de sinologización de China. Y lo justifican en que se previenen riesgos de seguridad nacional.
Este es uno de los tópicos más sensibles. En China unos 244 millones practican budismo y taoísmo. Alrededor de 10.5 millones de chinos son católicos. Mientras que los protestantes están estimados entre 60 y 80 millones, grupos que ha sido perseguidos con especial énfasis en el último año. En cuanto a los musulmanes se estiman que son unos 20 millones entre los que se encuentran los hui, a quienes se les daba un poco de libertad para practicar el islam. Sin embargo, a finales del 2018 el gobierno de la Región Autónoma de Ningxia -región de los huis- firmó un acuerdo de cooperación antiterrorista con el gobierno de Xinjiang. Y justo después se ha observado la intensificación de controles de inspección, manejo de medidas religiosas de manos de las autoridades, y curiosidades como el izado de banderas chinas en mezquitas por citar un ejemplo.
Los uigures son una de las minorías musulmanas a las que todos los miembros de la comisión reconocieron como uno de los grupos más perseguidos de la historia reciente. Es más, Christopher Smith -representante de New Jersey- dijo que es lo más parecido a lo ocurrido en el holocausto, por el tipo de vejaciones y los centros de reeducación.
El Tíbet es una región a la que se le dedica un capítulo sólo por la complejidad y la persecución a la que su población ha sido sometida. La aparición de sistemas de monitoreo social es cada día mayor. Existe una restricción para viajar tanto de los domésticos como de extranjeros que quieran visitar la Región Autónoma del Tíbet. Así como el hecho que no ha habido conversaciones oficiales entre el Dalai Lama y las autoridades chinas desde enero del 2010, mientras que el gobierno tibetano en el exilio sigue pidiendo una vía pacífica para la resolución del conflicto.
4Asia planteó ¿cuáles son las medidas que el Congreso estadounidense está tomando para generar una mayor presión internacional y ganar más aliados para presionar a China a respetar estos derechos fundamentales? Y el presidente de la comisión, el representante de Massachusetts James McGovern, respondió que “estos informes son el primer paso, hacer pública la información”. Y el senador por Florida Marco Rubio también intervino y contestó que “el hecho que el Congreso tenga una comisión bipartidista que investigue y publique lo que sucede es la base para pedir a nuestros aliados que sigan nuestro ejemplo. Pero también tenemos conversaciones permanentes con europeos y otros aliados, intercambiamos información y hacemos visitas oficiales de miembros del congreso a estos países”.
Como afirmábamos al principio, este monitoreo se ha venido haciendo en los últimos veinte años, y este último informe asegura que se ha visto como los derechos humanos en china empeoraron en el 2019.
Desde que Xi Jinping se convirtió en presidente de China en el 2013 se ha visto como el espacio de los derechos humanos no ha hecho más que reducirse. En efecto, este último informe demuestra que, cuantos más años pasa Xi en el poder, más empeora la situación, y uno de los principales objetivos del gobierno chino han sido los periodistas, por ser quienes informan de dichas arbitrariedades como el uso excesivo de las fuerzas de seguridad y el incremento exponencial de los sistemas de vigilancia y control social. Así como las restricciones religiosas, impidiendo las prácticas públicas, y la persecución de las minorías.