Mientras las guerras se convierten en las protagonistas de esta década, dejando a su paso todo tipo de tragedias humanas y desoladoras imágenes en Europa y en el Medio Oriente, la inestabilidad internacional es cada vez mayor y la incertidumbre parece que empuja a los lideres a mantener sus cuotas de control.
Probablemente basado en ese principio, Xi Jinping decidió organizar un foro a gran escala en el que se conmemoraron los diez años del lanzamiento de la Ruta de la Seda (BRI por sus siglas en inglés Belt and Road Initiative) que es la iniciativa más ambiciosa lanzada por China y propuesta maestra del mismo Xi.
Curiosamente, este evento de gran envergadura que contó con la asistencia de mil doscientos participantes de ochenta países de acuerdo con datos oficiales, se mantuvo en discreto silencio hasta tan solo seis días antes de que tuviera lugar él mismo.
Este foro ha sido el primer encuentro multitudinario organizado por Beijing después de tres largos años de aislamiento debido a la pandemia en el que se cerraron herméticamente al mundo. Hoy, China se encuentra sumergida en una crisis económica profunda y un aislamiento que busca concluir y nada mejor que aprovechar una excusa como el aniversario del lanzamiento del BRI.
La Iniciativa de la Ruta de la Seda es un proyecto monumental que busca conectar todos los continentes a través de una red comercial y de infraestructura. Está concebido en dos partes: la primera sería la terrestre que incluye viajes por ferrocarril, carretera y enlaces de vías existentes, partiendo de China pasando por Asia Central y terminando en Europa, que corresponden con las antiguas rutas comerciales ya descritas por Marco Polo. La segunda parte la constituye las vías marítimas, zarpando de puertos chinos con destinos a puertos en el Mediterráneo y puertos en África.
El comercio entre China y los países a lo largo del BRI en el 2022 alcanzó intercambios por casi dos billones de dólares, de acuerdo con CGTN, medio oficial chino, quien además sostiene que “Beijing ha firmado acuerdos de cooperación con 152 países y 32 organizaciones internacionales, lo que representa un 60% de la población mundial”.
Aunque también se debe hay subrayar que, con la desaceleración del crecimiento económico chino, el número de proyectos y el dinero destinado al BRI ha disminuido en los últimos años debido a las tremendas deudas que los países receptores deben a China como es el caso de Zambia, que se encuentra actualmente reestructurando su deuda y en donde muchos de los proyectos o han tenido problemas o han sido un fiasco.
Xi hizo el lanzamiento del BRI en el 2013 con bombos y platillos, como la propuesta geopolítica más ambiciosa y, a la lo largo de esta década lo ha venido promocionando como una ventaja para cada país involucrado, pero lo cierto es que desde hace unos años la iniciativa ha estado rodeada de grandes controversias que la describen como “préstamos trampa o predatorios” que en algunos casos han producido tal caos como el de Sri Lanka o proyectos que han dejado daños ambientales irreparables en Latinoamérica.
El mismo presidente Biden definió los compromisos del BRI como “acuerdos de deuda y soga de ahorcamiento que China establece con otros países”, y en muchos casos ha sido literalmente de esa forma, los créditos han sido tan altos, los intereses tan elevados y el proyecto tan ambicioso o tan mal ejecutado que no ha representado sino grandes problemas para el país receptor.
Beijing ha querido aprovechar este momento para reforzar su liderazgo internacional en medio del caos global. Han recibido lideres como Vladimir Putin, a pesar de que Rusia no está dentro del mapa trazado del BRI. Por su parte Putin aprovechó también él escenario para presentarte como otro líder importante, a pesar de que ahora no puede asistir a casi ningún otro evento internacional. Mientras tanto China sigue sin condenar la invasión rusa a Ucrania.
En esta la tercera vez que se lleva a cabo el foro asistieron una veintena de jefes de Estado y de gobierno en su mayoría de países en desarrollo del sur de Asia, Medio Oriente, África y América Latina.
China se presentó como el mayor interesado en promover y defender la agenda de desarrollo económico global a través de las infraestructuras y la industrialización, retoma su protagonismo y hace que los medios hablen de China y de Xi como los anfitriones de un evento que impulsa los intercambios mientras los lideres occidentales hablan de Israel y Hamás, se reúnen con los lideres del Medio Oriente intentando conseguir apoyos en la nueva guerra abierta que tenemos…