Washington.- Mientras muchos seguíamos cautivados las imágenes del gran encuentro entre los líderes de las dos Coreas, en Washington Trump visitaba por primera el Departamento de Estado desde que tomara posesión de la presidencia para acompañar a Mike Pompeo a asumir formalmente el rol de Secretario de Estado. Pompeo, en su primera alocución después de haber jurado su cargo afirmó “haremos uso de una diplomacia dura”, lo que ha despertado temor entre los analistas de que su concepción de diplomacia sea más bien de uso de la de fuerza en contra de una herramienta más sofisticada para ganar espacios, confianza y credibilidad. También aludió al intrincado conflicto con Corea del Norte y enfatizó que esta Administración, “a diferencias de otras”, buscará resolverlo.
A este respecto 4Asia conversó con la Dr. Sue Mi Terry, considerada la experta número uno en asuntos coreanos. Nacida en Seúl, educada en Estados Unidos, sirvió en la CIA como analista de asuntos coreanos durante más de 7 años, evaluando y produciendo documentos de inteligencia presentados con frecuencia al presidente en sus informes diarios. Formó parte del Consejo de Seguridad Nacional tanto para Bush como Obama y ahora mantiene una actividad académica intensa y publica en los medios más respetados de los Estados Unidos.
¿Cómo se pudo estar al borde de una guerra y ahora en medio de encuentros amistosos colmados de sonrisas y galanterías y que si esto se debía al carácter impredecible de Trump? Según la experta, “se trata de una combinación de factores; las sanciones que ha reforzado la Administración Trump han jugado un rol importante, ciertamente, así como la dureza y presión máxima que les ha impuesto Trump”. Pero, en su opinión, “Kim Jon-un ha terminado su programa nuclear, que está entre un 90 y un 95% terminado”. Los últimos ensayos, dice, lo han demostrado. “Los 3 misiles intercontinentales lo han probado; y el último de noviembre del pasado año, además, han demostrado que tienen capacidad de llegar a territorio estadounidense. Por lo tanto, Kim Jon-un sabe que este es un buen momento para sentarse a negociar con Trump”.
Asimismo, explica que el hecho de que el presidente de Corea del Sur invitara a Corea del Norte a participar en los Juegos Olímpicos ayudó a cambiar el rumbo de las cosas, pero, insiste, “Kim Jon-un calculó su tiempo; entre la fuerte presión internacional y las duras sanciones que asfixian su rudimentaria economía, él sabía que era el momento de sentarse a negociar. Por su parte el presidente Moon cree profundamente en que la vía de solución al conflicto pasa por la negociación. Ha trabajado mucho y muchos años por esa idea”. Con una larga trayectoria política, señala, activista de derechos humanos, Jefe de Gabinete del expresidente surcoreano Roh Moo-hyun (2003-2008), el presidente ha sido siempre un profundo convencido que las relaciones entre ambas Coreas tienen que normalizarse “y para ello hay que generar un diálogo respetuoso”, explica Terry.
Hemos pasado de no haber visto nunca salir fuera de territorio de Corea del Norte a Kim Jon-un, desde que tomó control del país en 2011, a una visita oficial a China, y luego recibir a Pompeo (cuando aún no había sido oficialmente ratificado) y el encuentro entre las dos Coreas, mientras se habla del encuentro entre Trump y Kim.
¿Cómo es posible que todo esto esté sucediendo tan rápido, sabiendo que en diplomacia todo necesita tiempo, meses de planificación para poder llegar a algún acuerdo?. “Todo se debe a Trump” señala Terry enfáticamente. “Tenemos un presidente muy diferente a lo que estamos acostumbrados en Estados Unidos. Si hubiéramos tenido cualquier otro presidente, republicano o demócrata, no se hubieran sentado a negociar con Kim Jon-un después de un año cargado de tantas provocaciones. A George Bush le fue solicitado varias veces reunirse con Kim Jong-il (el padre de Kim) y no lo hizo. Pero Trump es un hombre del mundo del espectáculo y los reality shows, le gusta figurar y la cobertura mediática y esta historia le dará exactamente todo eso”. Desde el punto de vista de Corea del Sur, su incentivo es “salir de la situación de amenaza de ataque preventivo” (planteada por Trump).
Explica que los surcoreanos estaban especialmente preocupados de que Estados Unidos realizara un ataque preventivo al Norte del que se estuvo hablando entre noviembre del 2017 y enero de este año, razón por la que estaban dispuestos a acelerar el proceso, y con él, los encuentros.
“Ciertamente, Donald Trump, como candidato y como presidente ha sido diferente. Ha roto hasta con el conservadurismo de familia modelo. No acumula trayectoria política, ni méritos puntuales más allá del de su propio apellido y creación de su fortuna. Acostumbrado a mandar en sus negocios, pone en práctica el mismo modelo de gestión en la Administración pública y en la diplomacia, si es que se puede seguir usando ese mismo concepto”
Pero en esta ocasión, dice, hay que reconocer que esa extravagante forma podría llevarnos por un largo camino que acabe donde mismo hemos pasado ya muchas décadas, con falsas expectativas alimentadas desde Pyongyang mientras gana tiempo y consigue un programa nuclear casi terminado. “La relación ya no es de inferioridad, por el contrario, se pasaría a negociar entre iguales, lo que sube el status de Corea del Norte considerablemente; en pocas palabras, Corea del Norte saldría legitimada”.