En cuenta atrás para las elecciones, en un panorama político muy áspero, con una división social que parece agudizarse cada día y en medio de la peor pandemia que hemos conocido, la Administración Trump sigue su campaña por mantenerse en el poder mientras continúa su lucha con Beijing.
Los anuncios al final de la semana pasada venían de manos de la Secretaria de Comercio, que en esta ocasión ponía plazos para prohibir el uso de las plataformas Wechat y Tiktok. A pesar de que ya se había advertido sobre posibles bloqueos o prohibiciones, no deja de ser una estacada más a las ya complejas relaciones entre Washington y Beijing.
El pasado 6 de agosto Trump firmaba una orden ejecutiva que prevenía a los ciudadanos y empresas estadounidenses de la prohibición del uso de estas aplicaciones en un plazo de 45 días. En desarrollo de esa orden se oficializa la prohibición y tal y como decía el comunicado del Departamento de Comercio se explicaba que “se han tomado acciones significativas para combatir la recopilación maliciosa de datos personales de los ciudadanos estadounidenses por parte de China, al tiempo que promovemos valores nacionales conforme con las normas democráticas basados en la aplicación agresiva de la ley estadounidense”.
El debate en Washington se ha centrado en el peligro que representan estas plataformas para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de los Estados Unidos. Por lo que la medida imponía un bloqueo a las tiendas de Apple y Google para que no puedan ser descargadas -a través de ellas- ninguna de las dos aplicaciones.
Wechat es una plataforma de mensajería multipropósito, pues funciona parecida a WhatsApp -mensajes de textos, de voz, envío de videos, llamadas- pero con más opciones y más usuarios en el mundo, pues desde el 2018 tiene 2 mil millones de usuarios activos. Es también una aplicación de videojuegos y de pago o envío de dinero, por lo que la prohibición afectará a entidades bancarias, negocios e individuos que la utilizaban para hacer transacciones diarias. La llaman el “super app” porque reúne las funciones de Twitter, Facebook, Google Play, WhatsApp y Slack.
Tiktok, por su parte, es una plataforma que permite crear, editar y compartir videos, mientras da la opción a los usuarios de interactuar entre sí comentando sus videos, compartiéndolos y además cuenta con una opción de mensajería directa. Inicialmente las cuentas eran públicas de forma predeterminada, lo que dejaba la biografía del perfil abierta, el nombre y la imagen del usuario, por lo que los usuarios sin importar su edad podían ser vistos y estaban accesibles a otros usuarios, lo que fue una de las primeras confrontaciones en los Estados Unidos.
Tiktok se concibió para permitir el envío de mensajes directos entre usuarios, lo que ocasionó que adultos interactuaran con niños. Esto abrió una primera batalla en la que el ente de protección al consumidor estadounidense (Federal Trade Commission, FTC por sus siglas en inglés) basándose en la ley de protección de la privacidad de niños (Children´s Online Privacy Protection) llevó el caso al Departamento de Justicia y la operadora de videos china acordó a pagar 5.7 millones de dólares. Lo que es la pena civil más alta por haber violado la privacidad de menores hasta el momento.
Además del pago millonario acordado en febrero del 2019, TikTok fue obligada a respetar la ley de protección de la privacidad de niños y, por lo tanto, tuvo que retirar videos de menores de 13 años para poder seguir operando en territorio estadounidense el año pasado.
Para ambas aplicaciones la prohibición de descargarlas entraba en vigor el lunes. Pero en el caso de Titktok se había concedido seguir una extensión hasta el 12 noviembre, con la idea de dar ocho semanas de gracia en las que se propiciara un acuerdo con la firma tecnológica estadounidense Oracle.
Para sorpresa de todos, a tan sólo 24 horas de que la prohibición entrara en rigor, el mismo Trump anunciaba que el acuerdo se había concretado e indirectamente se atribuía el éxito de este. Aunque no se conocen detalles, se ha hecho público que Oracle y Walmart tendrán el 20% de participación en lo que ahora será TikTok Global.
Para eliminar las dudas sobre brechas de seguridad de la plataforma, Tiktok se separará de ByteDance, que es la empresa china que la creo en sus comienzos, y Oracle le proveerá de una nueva nube -cloud- con el propósito de acabar con las dudas sobre el malicioso uso, manejo y almacenamiento de la data.
Tiktok prometió también pagar 5 mil millones de dólares al Departamento del Tesoro estadounidense para crear una iniciativa educativa, que es parte de lo que ha venido promoviendo Trump, de que detrás de un buen negocio siempre el Estado recibir algún beneficio.
Trump es un profundo convencido de su gran capacidad para hacer acuerdos, sus famosos “deals” que no siempre son en efecto un buen negocio. Pero lo que se puede ver con la nueva prohibición de Wechat y el acelerado acuerdo de Tiktok es el famoso juego de presión, que tanto le gusto a Trump y que a priori a dado resultado.
A tan solo 6 semanas de la contienda electoral que puede reelegirlo o por el contrario, derrotarlo, Trump va a usar el acuerdo como un éxito más de su gestión. Sin embargo, con tan pocos datos es apresurado afirmar que es en efecto, un buen negocio, o por lo menos la duda del riesgo para la seguridad nacional sigue estando muy presente, pues el 80% de la partición de TikTok seguirá estando en manos chinas, aunque la propuesta tenga contemplado agregar más ejecutivos estadounidenses.