Con motivo del 40 aniversario del inicio de proceso de reforma y apertura económica china iniciado por Deng Xiaoping, 4Asia organizó el evento “Deng Xiao Jinping. 40 años reformando china”. La primera ponencia vino de la mano de la periodista y escritora especializada en China Georgina Higueras, que, bajo el título “las 3 revoluciones de China”, expuso a los asistentes un análisis histórico muy útil para la contextualización de las diferentes reformas que se han llevado a cabo.
Para ello divide la historia de la República Popular China en 3 etapas, lo que Higueras llama las “tres revoluciones”. Estas serían: La de Mao, la de Deng y la de Xi.
Desde la declaración de la República Popular en 1949 hasta la muerte del que fuera su máximo dirigente, Mao Zedong, en 1976, tuvo lugar la “primera revolución”. Fue una época caracterizada por la ideologización de las masas, por la intención de romper con el confucianismo, por la industrialización y la colectivización. El Partido se había fundado en 1921 en Shanghai apadrinado por los soviéticos. Cuando llega al poder, su vecino del norte será su aliado natural. Mao y Stalin se tenían respeto. De hecho, la alianza con la Unión Soviética durante los años 50 es la única que ha tenido China con una potencia extranjera. La URSS llegó a enviar hasta 100.000 asesores de diversas especialidades (ingenieros, lingüistas, arquitectos…). Esto supuso un impulso muy potente para una primera industrialización. Sin embargo, la muerte de Stalin y la posterior “desestalinización” llevada a cabo por Jruschov debilitaron las relaciones. Un Mao paranoico con la idea de una posible “desmaoización” inicia la terrible campaña de las 100 flores, una purga intelectual disfrazada de invitación a críticas. La alianza con los soviéticos acabará en 1960 dejando atrás una industrialización a medias. La promesa de Stalin de proveer a la potencia asiática con el arma nuclear también se quedaría en el tintero. Después vendrían los desastres del Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural. Cuando muere Mao en 1976, aunque había logrado la expulsión de los extranjeros y la unión del país, deja un país exhausto, atemorizado e hiperpoblado.
Tras dos años de transición, en 1978, con la llegada al poder de Deng se iniciaría la “segunda revolución” cuyo principal objetivo era el crecimiento y que se alarga hasta 2012. Deng Xioaping tiene la idea de que la autarquía del periodo anterior es un callejón sin salida. Recoge el testigo de un país que representa el 1,8% del PIB mundial. Las primeras medidas que pone en marcha fueron las 4 modernizaciones de Zhoi Enlai en los sectores de agricultura, industria, defensa nacional y ciencia y tecnología. En lo referente a la agricultura se concedieron lotes de tierra a las familias, respecto a la industrialización se crearon las Zonas Económica Especiales…Partiendo de cero y aislada internacionalmente, la República Popular consigue un crecimiento exponencial. Pese al crecimiento, el descontento respecto al alza de precios y la falta de libertades llevó a las revueltas en Tiananmen en 1989, que dividió a la cúpula de poder hasta ponerla al borde de la guerra civil. En lo referente a la política exterior la idea fue llevar un perfil bajo. Deng lo resumió en su “estrategia de 24 caracteres” en 1990: “冷静观察: Observar con calma, 站稳脚跟 : asegurar nuestra posición, 沉着应付:Lidiar con asuntos tranquilamente, 韬光养晦 ocultar nuestras capacidades y esperar nuestro tiempo, 善于守拙: mantener un perfil bajo y 绝不当头 : nunca reclamar liderazgo”. Los posteriores líderes Jian Zemin y Hu Jintao siguieron también esta línea.
La última de estas revoluciones tiene como protagonista al actual presidente, Xi Jinping. Cuando llega al poder en noviembre de 2012 se encuentra una China muy diferente a la que se encontró Deng: ya representa el 18% de PIB mundial. Llega con una idea clara: El sueño chino. La idea de recuperar su papel central. El renacer. Las capacidades del país del centro son tan grandes que ya no se pueden ocultar. Se ve un agudizamiento de los conflictos: en el Mar de la China Meridional, en sus relaciones con Japón y con la India, en Asia central… China ya no tiene amigos y su política exterior es más asertiva. Su salida al exterior se materializa con la nueva ruta de la seda. En materia de investigación y desarrollo está viviendo una revolución tecnológica que ha despertado los temores estadounidenses. Iniciativas como “Made in China 2025” lo demuestran. China ya no se oculta.