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Cumbre del clima, crisis de modelo y de enfoque

La reunión de Madrid sobre el cambio climático expone con toda nitidez los límites del enorme aparato propagandístico, con el correspondiente entramado subvencionado que se ha convertido en un modo de vida para tantos, que supone el estudio de medidas para afrontar el actual ciclo de calentamiento. Una cumbre que, con el protagonismo mediático de la adolescente sueca Greta Thunberg, convertida en icono de frases simples por muchos jóvenes y en gran negocio por sus padres, corre el riesgo de convertirse en Circo del Clima.

Hay que recordar que muchos dirigentes estarán en Madrid el tiempo justo para hacerse la foto, que la red de vividores del cambio climático sacará sus trofeos al escaparate y que los científicos no serán los protagonistas.

Pero los hechos mandan. Existe calentamiento, no hay un modelo para enfrentarlo sino para hacer propaganda y, por lo tanto, estamos ante una crisis de enfoque.

En primer lugar, no hay consenso, por mucho que se grite, sobre la extensión, la profundidad y las consecuencias precisas de los cambios del clima. En segundo lugar, tampoco hay consenso en la responsabilidad de la actividad humana en estos cambios y en la ecuación hay que meter parámetros de ciclos solares y una historia no ideológica de los cambios en el clima terrestre, teniendo en cuenta que la capacidad para medir la evolución ha mejorado muchísimo en cien años y que los ciclos climáticos pueden durar milenios.

Y, por otra parte, aunque la propaganda y algunos medios de comunicación se empeñan en relacionar el cambio climático y el apocalipsis renovado con el capitalismo y el neoliberalismo, hay que recordar que son las economías que mantiene un mayor nivel de regulación de planificación, como China y Rusia las que más contaminan y las que más obstáculos ponen a las medidas aprobadas. Y, por cierto, Estados Unidos, donde el también gritón Trump (ligado al lobby del carbón) critica lo aprobado en París, el nivel de cumplimiento objetivo y de reducción de contaminación no es precisamente el más bajo.