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THE ASIAN DOOR: China en la agenda global frente al G7. Águeda Parra

Con la retirada definitiva de las tropas de Estados Unidos de Afganistán bajo la administración Biden en agosto de 2021, Washington comenzaba una nueva edición del Pivot to Asia anunciado por el presidente Obama justo una década antes. El desafío que supone una China mucho más asertiva ha propiciado que la administración Biden amplíe el ámbito de interés de Asia Pacífico para abarcar la región del Indo-Pacífico diez años después, perdiendo el foco sobre Asia Central. A este vacío dejado por Washington en la región se suma además la pérdida de influencia de Rusia después de un año de guerra con Ucrania. Mientras Rusia ha sido durante décadas uno de los actores externos más relevantes de la geopolítica de Asia Central, es Pekín quién ahora avanza en su estrategia de ampliar su esfera de influencia en la región aprovechando las decisiones tomadas por Washington y Moscú en su agenda estratégica.

De hecho, el gigante asiático considera la I Cumbre China-Asia Central celebrada en la ciudad de Xi’an como uno de los eventos más importantes de 2023. Diseñada para contrarrestar el efecto de la reunión del G7 en Hiroshima, el encuentro de Xi Jinping con los cinco países que conforman la región de Asia Central, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, antes parte de la extinta Unión Soviética, busca además destacar que China también es un actor relevante en asuntos globales. La región, rica en recursos, centra el interés de los lazos comerciales y energéticos que persigue impulsar China, aunque “salvaguardar la paz regional” siempre ha ocupado un lugar destacado en la política exterior de Pekín hacia la región, de ahí que los acuerdos alcanzados busquen “ayudar a los países de Asia Central a reforzar sus capacidades de seguridad y de defensa”. La frontera que comparte Asia Central con la provincia china de Xinjiang incentiva, asimismo, los esfuerzos de Pekín por fomentar la prosperidad económica que permita reducir la tensión étnica y la presión por el terrorismo yihadista que amenaza la región.

El compromiso de China con Asia Central lleva asociado, tras esta cumbre, 3.700 millones de dólares en nuevos préstamos y subvenciones a los antiguos estados soviéticos para impulsar la cooperación en proyectos energéticos y el desarrollo de infraestructuras. En este caso, el objetivo de Pekín es vincular estos países al esquema de conexiones fomentado por la iniciativa de la nueva Ruta de la Seda, reduciendo así la dependencia de las rutas comerciales con Rusia. Los acuerdos alcanzados durante la cumbre buscan también promover mayor inversión en la región, superando la cifra récord de 70.000 millones de dólares alcanzados en 2022 entre los cinco países, además de impulsar el comercio y los intercambios militares.

La cumbre de dos días marca una nueva etapa en las relaciones comerciales partiendo de un escenario de por sí ya favorable para China, ya que el volumen de negocio de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán fue mayor con el gigante asiático que el generado con Rusia o con el bloque del G7 durante 2022, según el Fondo Monetario Internacional. El petróleo, gas natural y cobre protagonizan los flujos comerciales con China, de ahí el creciente interés de Pekín por la región. En este sentido, los acuerdos alcanzados con Kazajistán y Uzbekistán para garantizar el suministro estable de gas a China buscan ampliar el volumen del 6,4% de las importaciones de gas que el gigante asiático recibió de estos dos países en 2021.

En el caso de Kirguistán, la cooperación se subscribe al ámbito financiero, sumándose al grupo de países como Arabia Saudita, Brasil y Rusia que impulsarán el comercio con China utilizando las monedas locales. Bajo este nuevo esquema de relación, aumenta el protagonismo del yuan como alternativa a los pagos internacionales mientras se reduce la dependencia del dólar como vía para mitigar el impacto de posibles repercusiones geopolíticas.

Las puertas de Asia Central se abren así para China después de la primera cumbre presencial con sus líderes, la inaugural se produjo online el año pasado, mientras Rusia sigue envuelto en la guerra con Ucrania y se reduce la hegemonía de Estados Unidos en la región. Un esfuerzo más de Pekín por seguir consolidando su esfera de influencia en el considerado como patio trasero de Rusia, aportando otros canales de inversión que sustituyan los destinados por el Kremlin a la guerra de Ucrania, mientras las relaciones con Occidente no pasan por su mejor momento.

 

THE ASIAN DOOR: Islas Salomón, el vórtice para China en el Pacífico. Águeda Parra

Desde que las islas Salomón cambiaran su alianza diplomática de Taiwán por China por una amplia mayoría en una votación del Parlamento del país insular en 2019, el acercamiento a Pekín ha ido creciendo, no solamente en el número de acuerdos alcanzados, sino en la trascendencia geopolítica que supone una mayor vinculación con China. Su posición en el Pacífico, y la cercanía a otros enclaves de soberanía estadounidense, comienza a generar una inestabilidad en el equilibrio de poder de la región, sobre todo si otros países del entorno siguieran los pasos de las islas Salomón de un mayor acercamiento a Pekín.

En el cambio de reconocimiento diplomático, las islas Salomón consideraron que la política y la economía de Taiwán eran “totalmente inútiles” para los objetivos de desarrollo del país, mientras el giro hacia China estuvo considerado como de un “beneficio” mayor. Además de los objetivos de desarrollo económico, la celebración de los Juegos del Pacífico, que se celebrarán entre noviembre y diciembre de 2023 y que reunirán a los países y territorios de Oceanía, además de Australia y Nueva Zelanda, figuraba en el horizonte de los desafíos que debe acometer el país en cuestión de infraestructuras físicas y digitales para abordar una celebración de ese calibre.

Aparte de las donaciones recibidas por algunos de los países asistentes al evento, como la realizada por Australia, el grueso de la construcción de las infraestructuras deportivas será financiado y construido gracias al acuerdo de 100 millones de dólares suscrito con China con el que se cubrirá hasta el 80% de las instalaciones necesarias para acoger los Juegos del Pacífico de 2023. Un acuerdo alcanzado en 2020 que ya en su momento comenzaba a marcar el curso de un mayor acercamiento entre Honiara y Pekín en los años posteriores.

Tras el fortalecimiento de las relaciones económicas, la geopolítica ha entrado en juego, marcando el actual ritmo de las relaciones bilaterales. El acuerdo de seguridad firmado a principios de año entre las islas Salomón y China situaba al país insular como nuevo eje de la geopolítica en el Pacífico, a la vez que servía de reflejo de la paulatina pérdida de influencia de Estados Unidos en la zona durante la última década. En este juego de equilibrios geoestratégico, China conseguía sumar un aliado en el Pacífico después de anunciarse la alianza trilateral AUKUS entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia unos meses antes. Y, aunque todavía no se conoce el detalle del acuerdo de seguridad firmado por las islas Salomón, todo apunta a que los efectos sobre el orden geoestratégico reinante en el Pacífico comienzan a tomar forma.

La decisión de las islas Salomón de prohibir temporalmente el acceso de cualquier barco militar a sus puertos hasta que se establezca un nuevo procedimiento podría ser otro paso más en el cambio de escenario geopolítico en la región. En las últimas semanas, las autoridades de la isla insular prohibían el acceso a dos barcos estadounidenses que forman parte de la campaña lanzada por Washington el pasado mes de julio para luchar contra la pesca ilegal en el Pacífico. De esta forma, Estados Unidos busca reiterar su compromiso con la región como parte de la redefinición de su estrategia Pivot to Asia mientras persigue contrarrestar la influencia de China.

Pero no solamente se han producido avances en lo económico y en lo relativo a cuestiones de seguridad. Después de la exclusión de Huawei para la construcción de la nueva red 5G en muchos países, el acuerdo firmado entre las islas Salomón con la empresa china para acometer el despliegue de la infraestructura de la red de nueva generación vuelve a poner la tecnología en el debate geopolítico. Las 161 torres móviles que construirá y desplegará Huawei cuentan con la financiación de un crédito de 66 millones de dólares ofrecido por Exim Bank a bajo interés. Huawei consigue así incorporarse finalmente como proveedor de telecomunicaciones en la isla después de que el gobierno australiano consiguiera que la isla reemplazara el contrato otorgado a la empresa china a cambio de una financiación conjunta para la construcción de una red de cable submarino en 2018, cuando todavía no se había realizado el cambio de reconocimiento diplomático.

La cercanía de las islas Salomón con las islas Marianas y Guam, que constituyen la considerada como segunda cadena de islas que condicionan la salida de China al Pacífico, preocupa a Washington por el valor estratégico de los avances geopolíticos que está consiguiendo el gigante asiático en la región. De la decisión que tome Honiara tras la moratoria de atraque en sus puertos dependerá el papel que jueguen las islas Salomón en el eje del Pacífico y cómo se reconfigure la balanza geoestratégica en la región.