Las grandes empresas tecnológicas de China se han convertido en los perfectos aliados de la visión de Xi de transformar el país a través de la innovación y la modernización. El XIII Plan Quinquenal (2016-2020) es el primero de la era de Xi Jinping, y recoge su visión de cómo transformar China en un país avanzado que camina hacia la consecución del “sueño chino”, entendido como la construcción de una “sociedad modestamente acomodada” en un país “rico y poderoso”.
Entre los objetivos del Plan figura el objetivo del presidente chino de que China se convierta en un país industrializado moderno, que consiga duplicar el PIB y el PIB per cápita en 2020, teniendo como referencia los valores de 2010. En este proceso, las nuevas tecnologías van a ser un elemento dinamizador esencial para el desarrollo económico del país. Las empresas públicas y privadas están volcadas en la gran revolución digital que se está produciendo en China, y entre ellas Alibaba figura como uno de los grandes referentes tecnológicos.
El valor bursátil de Alibaba a principios de año se situaba en 469.000 millones de dólares, una valoración muy similar a la de Amazon, el gigante americano del e-commerce, propiedad de Jeff Bezos. La diferencia del valor de mercado entre ambos se está reduciendo rápidamente motivado, principalmente, por la agresiva estrategia de negocio de Alibaba y los buenos resultados obtenidos durante 2017 entre todas las empresas que la componen.
La dimensión de Alibaba es propia de un gran imperio, gracias a los 488 millones de usuarios activos que registra entre todas sus divisiones de negocio, según los datos del informe financiero de la compañía a finales de junio, cantidad que supera en 140 millones toda la población de Estados Unidos. Estos datos le convierten en el mayor operador del e-commerce mundial, y a China en el mayor mercado del e-commerce del mundo. Los ritmos de innovación que caracterizan los negocios de Alibaba son parte de la agresiva estrategia de innovación que sigue su fundador y CEO, Jack Ma, que se convertía en el hombre más rico de China tras superar al presidente del grupo Wanda, Wang Jianlin, según publicaba Forbes en mayo de 2017. Durante 2017, el conglomerado chino realizó inversiones en 45 empresas, superior a las 37 realizadas durante 2016, según datos de la consultora Lieyun, dirigidas a la adquisición de empresas pertenecientes al sector del comercio físico y del e-commerce, en una apuesta por la omnicanalidad para mejorar la satisfacción de la experiencia de cliente en un proceso sin fisuras entre el canal presencial y el digital.
Para 2018, la estrategia de Alibaba pasa por cinco grandes áreas: New Retail, New Finance, New Manufacturing, New Technology y New Energy. Éstas son las líneas de actividad sobre las que se establecerá el crecimiento de la compañía en los próximos años, tanto a nivel de inversiones como de acuerdos con otras compañías. Así se entiende el acuerdo firmado a finales de 2017 con el fabricante de coches Ford para cooperar en áreas de computación en la nube (cloud computing), conectividad y de tiendas en línea, que permitirán la venta de coches de la marca americana a través de la plataforma de venta online de Alibaba, Tmall. También destaca el acuerdo suscrito entre el metro de Shanghai y Alipay, la plataforma de pagos de Alibaba, que permite desde el pasado 20 de enero la adquisición de los billetes del suburbano a través de la aplicación del móvil utilizando el escaneo de códigos QR. Todos estos son ejemplos que muestran el ritmo vertiginoso de los procesos de innovación de Alibaba, a los que seguirán muchos otros durante 2018, en una clara apuesta de la compañía por seguir siendo protagonista de la revolución digital en China y en todo el mundo.