Todo reto representa una oportunidad y la pandemia generada por el COVID-19 ha supuesto un profundo impulso para el despegue de la salud digital. Tanto el impulso generado por una creciente clase media, que dispone de mayores recursos para abordar los gastos derivados del cuidado de la salud, como el efecto de una población cada vez más envejecida, han puesto el foco en una revolución tecnológica en la industria de la salud en China.
Con un gasto en salud que ha venido creciendo en los últimos años y que en 2018 se situó en el 5,4% del PIB, según el Banco Mundial, China todavía tiene un amplio camino por recorrer hasta alcanzar los niveles de gasto en salud de Estados Unidos y la Unión Europea, que ascienden al 16,9% del PIB y al 9,9% del PIB, respectivamente. De hecho, el efecto de la actual crisis sanitaria no ha hecho más que acelerar una creciente atención en el desarrollo de la industria de la salud y en la biotecnología, promoviendo que se comiencen a desplegar nuevos hábitos en el uso de la telemedicina y que se incorpore un número cada vez mayor de empresas dedicadas a ofrecer servicios de salud online para cubrir la creciente demanda.
Si el brote del SARS, el coronavirus que afectó a Asia en 2003, tuvo un impacto muy significativo en impulsar el sector del e-commerce como respuesta a la creciente demanda de trasladar las compras offline al medio online, este nuevo coronavirus puede convertirse en el promotor que impulse la industria de la biotecnología y la salud digital, que ya antes de la pandemia venía experimentando crecimientos significativos año tras año. De hecho, el paso de los consumidores hacia hábitos digitales no se hubiera producido hasta dentro de cinco años, de ahí que la crisis sanitaria no ha hecho más que acelerar esta tendencia, situando la valoración del mercado de la salud online en China en unos 29.000 millones de dólares en 2020, un aumento significativo desde los 15.800 millones de dólares en los que se situaba la industria en tiempos previos a la pandemia.
La que está llamada a ser la siguiente industria del billón de dólares, incluye dentro del ámbito de la salud digital la telemedicina, la venta de medicinas online y los dispositivos electrónicos. El efecto pandemia está atrayendo la inversión hacia el nuevo abanico de negocios que se engloban dentro del ámbito de la salud digital, impulsando que los ingresos generados a nivel global casi se dupliquen desde los 350.000 millones de dólares registrados en 2019 a los 600.000 millones de dólares que la consultora McKinsey estima que se alcanzarán en 2024.
Del auge de la salud digital participan, asimismo, los unicornios de la industria, las empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares, que de forma combinada han alcanzado una valoración de más de 110.000 millones de dólares, según Holon1Q. El acelerado ritmo de inversión en esta industria ha promovido que varios unicornios protagonicen algunas de las más recientes y exitosas salidas a bolsa. Éste es el caso de JD Health, que parece confirmar la tendencia clara que sitúa a los unicornios chinos en el ámbito de la tecnología en los servicios de salud, mientras las nuevas startups estadounidenses están más focalizadas en la biofarma y la tecnología genética. La plataforma online de productos farmacéuticos y servicios de salud filial de JD.com, la segunda empresa de e-commerce más importante del país, consiguió con su debut en la bolsa de Hong Kong el pasado mes de diciembre recaudar 3.500 millones de dólares, convirtiéndose así en la segunda OPV más importante de 2020 en ese parqué.
Los unicornios del sector salud forman parte de una creciente oleada de nuevas empresas que comienzan a capitalizar el efecto de la pandemia global incorporando servicios de salud online. En el caso de China, las nuevas startups se suman a un entorno de desarrollo de la salud digital que ya comenzaba a ser relevante en el país antes de la actual crisis sanitaria. Aunque para algunos usuarios ha sido su primera experiencia online, se estima que más de un tercio adoptará estos nuevos hábitos de salud digital, potenciando más aún el ecosistema digital de China y la revolución tecnológica que la salud digital va a incorporar en la próxima década.