El presidente Biden hizo una parada estratégica en Londres de camino a Vilnius, antes de atender la cumbre de la OTAN y se reunió con él primer ministro, Rishi Sunak, y el recién coronado rey británico, Carlos III.
El breve aunque significativo encuentro entre Biden y Sunak fue básicamente una reunión preparatoria de la cumbre de la OTAN y el sexto encuentro entre ambos líderes desde que Sunak asumió el poder en octubre de 2022. En palabras del mismo Biden, “la relación bilateral es tan sólida como una roca”, mientras que describió al primer ministro como un buen amigo y un gran aliado.
Para el Reino Unidos contar con el apoyo incondicional de Washington es ahora más importante que nunca después de la materialización del Brexit y él aislamiento que supone para los británicos.
Por otro lado, Washington siempre se ha beneficiado de una relación cercana con Londres, pero en la coyuntura actual es vital que ambos aliados estén en total sintonía para que juntos puedan presionar en conseguir más apoyo para Ucrania, sobre todo después de que él presidente francés Enmanuel Macron se distanciara de la línea europea de fortalecimiento y crecimiento de la OTAN.
Recientemente, el presidente francés expresó su desacuerdo con la propuesta de la OTAN para abrir una oficina en Tokio argumentando que “la alianza de seguridad transatlántica debería seguir centrada en su propia región del Atlántico del Norte”.
La necesidad de que la OTAN tenga presencia en Asia se produce en medio de la preocupación de las aspiraciones chinas en la región y la inquietud que ese comportamiento produce en los países de la zona, razón por la que Japón ha venido haciendo lobby a la idea de que Europa se involucre con los problemas de seguridad de Asia, lo que implícitamente incluye a Taiwán.
Paris parece estar siguiendo una agenda propia que responde más a sus intereses franceses comerciales a corto plazo que a los de la UE. En 2019 Macron dio a la revista The Economist unas declaraciones muy fuertes en las que declaraba la muerte cerebral de la OTAN por la retirada de EE.UU. de Siria, en la que Turquía aprovechó para atacar a los kurdos, que han sido aliados de los estadounidenses.
Macron ha tratado de distanciarse de la tensión entre Washington y Beijing y considera que ese debería ser él comportamiento de la UE. Durante su visita a Beijing no ocultó su complacencia con Xi Jinping. Razón por la que se hace aún más crítica la alianza Londres y Washington para poder alinear al resto de las naciones de la OTAN.
En cuanto al encuentro del presidente Biden con el Rey Carlos fue más protocolario y con él propósito de acentuar la prioridad que tiene la lucha por el cambio climático en las agendas de ambos. En 2021, Biden y el entonces príncipe Carlos sostuvieron conversaciones al respecto en la cumbre climática de la ONU COP26 que tuvo lugar en Glasgow, Escocia.
Cabe destacar que la Administración Biden identificó desde sus comienzos cuatro crisis claves en que centraría su gestión y él cambio climático es una de ellas. Y en este sentido, la Casa Blanca destinó 375 mil millones de dólares en incentivos vinculados al clima.
El mandatario estadounidense no acudió a la coronación del Rey; en su lugar asistió la primera dama, por lo que Biden en su momento prometió al soberano británico un encuentro próximo, por lo que es muy probable que la Casa Blanca aprovechara la oportunidad del viaje a Europa para cumplir con la promesa y darle prioridad de Estado a su encuentro.
Todos los presidentes estadounidenses se reunieron con la difunta Reina Isabel II durante sus siete décadas de reinado, aunque las conversaciones nunca fueron públicas. Era diplomáticamente necesario, por tanto, que el presidente Biden tuviera un encuentro con el Rey. Además, las imagines de su encuentro mostraron una especial cercanía entre ambos que claramente trasciende su interés medio ambiental.
La fugaz parada del líder estadounidense en Inglaterra dejó por sentado el elemento estratégico de las relaciones entre ambas naciones, aunque la visita estuvo empañada por la discusión sobre el envío de bombas de racimo a Ucrania, que están prohibidas en más de cien países, incluyendo a Gran Bretaña, por lo que la Casa Blanca definitivamente escogió un mal momento para traer el tema a colación, pues puso a Sunak en una situación incómoda ante el cuestionamiento de la prensa.
Aunque la Administración Biden afirmó que fue una decisión difícil de tomar, “la tomamos porque los ucranianos se están quedando sin municiones, por lo que estas bombas son necesarias para que continúen luchando contra los rusos”. Otro elemento que distancia a los países es que Los británicos apuestan por la entrada de Ucrania a la OTAN mientras que él mismo presidente norteamericano afirmó que no es el momento.
A pesar de estas diferencias ambos países muestran un sólido nivel de alianza que parece superar las divergencias políticas y abonar el camino que seguirá Europa ante la amenaza rusa…