Home Asia INTERREGNUM: El juego prorruso de Trump. Fernando Delage

INTERREGNUM: El juego prorruso de Trump. Fernando Delage

por: 4ASIA
0 Conmentar

El mensaje lanzado por la administración Trump al votar en la ONU el 24 de febrero junto a Rusia, China y Corea del Norte en contra de la resolución que condenaba la invasión de Ucrania, un hecho inédito que fue seguido cuatro días más tarde por la humillación infligida al presidente Zelenski en el Despacho Oval, no puede ser más claro. La Casa Blanca se ha alineado con Moscú, aceptando la mayoría de sus condiciones y repitiendo las mismas mentiras. Trump no sólo ha dañado la idea de un mundo basado en reglas, es decir, el orden del que Washington fue el principal creador en 1945, sino que ha hecho saltar por los aires la relación transatlántica. Si el presidente de Estados Unidos se niega a reconocer una flagrante agresión y obliga a la víctima a rendirse, ¿pueden los europeos seguir creyendo en una garantía de seguridad norteamericana a través de la OTAN?

Los riesgos no sólo lo son para el Viejo Continente. La credibilidad de las alianzas en Asia está igualmente en duda. Si Estados Unidos está dispuesto a traicionar a Ucrania, ¿por qué no a Taiwán? Si, como piensan algunos, todo responde a una maniobra para separar a Rusia de China y aislar a esta última, lo que conseguirá Trump es facilitar a Pekín su dominio de Asia, abandonando a sus socios en la región como ya ha hecho con los europeos. Con una inconsistencia que no se entiende, no cabe observar además ninguna contrapartida: mientras Zelenski visitaba Washington, el presidente chino recibía en Pekín—por segunda vez en tres meses—al director del Consejo de Seguridad ruso, Sergei Shoigu, con quien acordó reforzar la coordinación estratégica entre ambos gobiernos. Por mucho que al Kremlin le inquiete China, la debilidad estructural rusa (que no desaparecerá porque Trump levante las sanciones) y la extensa frontera que comparten han creado una relación de dependencia que no puede corregir porque lo deseen unos estrategas norteamericanos.

Frente a una Europa que se siente en estos momentos aislada, Pekín se encuentra igualmente con una oportunidad para mejorar su posición en el Viejo Continente: la división del mundo euroatlántico es otro regalo que le ha ofrecido Trump, y que confirma la percepción china sobre el declive de Occidente y la transición hacia un sistema multipolar. Ese renovado acercamiento fue de hecho lo que ofreció el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, en la reciente Conferencia de Seguridad de Múnich. Algunos incautos políticos europeos no han tardado a prestarse a ese juego, proponiendo una aproximación a Pekín que no supondría sino la sustitución de una dependencia estratégica por otra.

Es la hora de construir de una vez por todas la autonomía que demandan los intereses europeos. Aunque el mayor obstáculo es la falta de voluntad política, como solía decir Samuel Johnson nada concentra tanto la mente como cuando a uno le ponen la soga al cuello. La realidad de una amenaza existencial ha conducido a lo que hasta hace poco resultaba inimaginable: Reino Unido liderando la formulación de una respuesta común; el canciller alemán más atlantista de todos los tiempos declarando como su prioridad absoluta la independencia estratégica europea, aun antes de haber tomado posesión; o Francia sugiriendo un paraguas nuclear para el continente.

La alternativa no es otra que la muerte de Occidente y la completa marginación geopolítica de Europa. Evitar ese resultado exige una reflexión estratégica profunda, y decisiones rápidas para unir a las democracias liberales. Mientras Washington reduce sus compromisos y se acerca a las potencias autoritarias, los Estados miembros de la UE, además de contar con Reino Unido y Canadá, tienen la ocasión para fortalecer su presencia en Asia—centro de gravedad de la economía mundial y epicentro geopolítico del planeta—maximizando los intereses y valores compartidos con Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Sólo un esfuerzo conjunto permitirá la defensa de un orden internacional estable y con reglas, frente al mundo de esferas de influencia que tres líderes revisionistas (Putin, Xi y Trump) quieren restaurar.

También puede interesarte

Deja un comentario

veinte + dieciocho =

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

CONTACTO

C/Infanta Mercedes 31, Bajo.

28020 Madrid

663 271 716

contacto@4asia.es

Suscríbete a nuestra newsletter

* indica que es obligatorio

© 4Asia – Todos los derechos reservados – Política de privacidadAviso Legal Política de cookies