Alemania acaba de firmar un importante acuerdo de colaboración en materia de defensa con Filipinas. Este acuerdo implica la transferencia hacia las islas de tecnología europea de control del espacio aéreo, codificación y protección de comunicaciones estratégicas, radares de última generación. Además, técnicos alemanes trabajarán junto a filipinos y estadounidense en el proceso de modernización de las fuerzas armadas filipinas, sobre todo en el terreno aeronaval por razones obvias, en que está trabajando desde hace años el gobierno de Manila.
Filipinas mantiene un largo conflicto con China, que se ha intensificado en los últimos meses, respecto a los límites territoriales marítimos entre ambas naciones y que ha estafo a punto de derivar en enfrentamientos armados en varias ocasiones.
Pekín tiene como misión estratégica fundamentas el dominio exclusivo del Mar del Sur de la China y las rutas comerciales marítimas de la zona y lleva desarrollando una política de hechos consumados construyendo islas artificiales para despliegue de sus fuerzas y estableciendo patrullas intensivas contra las decisiones de tribunales internacionales que han dictaminado que las pretensiones de soberanía china no tienen base y que prima la libre circulación de mercancías. En ese contexto se inscribe la reivindicación de islotes y archipiélagos de las Islas Paracel e Islas Spratly por parte de la República Popular de China, Taiwan, Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunéi, de la zona meridional del mar de la China, también denominada de otras maneras según el punto de vista que se lo considere.
El fortalecimiento de los lazos de Filipinas con las varias alianzas occidentales que operan en la zona es clave frente a la persistente y agresiva expansión china, pero lo relevante de este acuerdo es el paso dado por Alemania en una zona donde la UE apenas existe en términos de defensa. Berlín va saliendo, con mucha prudencia de las limitaciones que se impuso y se le impusieron por sus crímenes en la Segunda Guerra Mundial y, en colaboración con EUU, recuperando protagonismo en la escena internacional.
El único país europeo con presencia relevante en términos militares en Asia Pacífico es Gran Bretaña y Francia lleva año intentando meter la cabeza con el argumento de que tiene colonias en la región sin demasiados éxitos. Todo parece indicar que se están recomponiendo las alianzas con hechos que a veces pasan un poco desapercibidos.