Pekín sigue activo en todos los frentes diplomáticos, además de los frentes económicos, políticos, sociales y militares, especialmente en lo referente a Taiwán, la isla de la que China quiere todo menos su sistema democrático.
Hace unos días, el presidente de China, Xi Jinping, mantuvo sorprendentes conversaciones con un ex presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, partidario de estrechar lazos con Pekín, que dirigió Taiwán de 2008 a 2016 y se encuentra actualmente en Beijing en una gira de 11 días. El encuentro es sorprendente pero no es el primero, ya que se encontraron en Singapur en una cita histórica en 2015 y corresponde a la coherencia del partido ex gobernante y fundador del régimen de Taiwán que siempre ha querido priorizar la reunificación con una China con un régimen no dictatorial frente al gobierno actual de Taipei que quiere consolidar Tawán como Estado soberano y desde este estatus negociar las relaciones futuras con Pekín. Hay que subrayar que EEUU, aliado de Taiwán en términos de defensa militar prefiere la primera opción, la de la actual oposición en la isla, y que en Taiwán se teme que esa opción se vea intensificada con una previsible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas del próximo 5 de noviembre, aunque la opinión pública taiwanesa y, lo que es más importante, los votantes, hayan expresado con claridad su apoyo al actual gobierno de la isla.
En su discurso, Xi elogió a Ma por oponerse a la «independencia de Taiwán», promover los intercambios a través del estrecho y estar de acuerdo en que ambos lados del estrecho pertenecen a «una sola China».
«Los compatriotas a ambos lados del estrecho de Taiwán son todos chinos. No hay rencor que no pueda resolverse, ni asunto que no pueda discutirse, ni fuerza que pueda separarnos», dijo Xi a su invitado. «La interferencia externa no puede detener la tendencia histórica de la reunión de la familia y el país».
En respuesta, Ma dijo que aunque los dos lados del estrecho se desarrollaron bajo sistemas diferentes, ambos pueblos pertenecen a la nación china.
Todo parece indicar que China, a la asfixiante presión militar, aérea y naval, sobre la isla, quiere sumar un frente político y visualizar que tiene aliados de su estrategia en la isla y tratar de neutralizar la creciente oposición de las naciones democráticas del Indo Pacífico a una anexión de ls isla, ya sea por métodos de fuerza o de presión política con el ejército chino en la retaguardia.