Los últimos incidentes entre las dos Coreas no por habituales cada vez que Corea del Sur despliega maniobras militares con Estados Unidos son menos preocupantes. En el actual escenario internacional, que Corea del Norte haya disparado obuses sobre zonas terrestres y marítimas adyacentes a las líneas de demarcación de ambos países parece un intento deliberado de subir varios grados la tensión internacional, precisamente en un momento en que la dictadura norcoreana ha perdido capacidad desestabilizadora desplazada por los dos grandes conflictos internacionales actuales: Ucrania y Gaza.
La notoriedad alcanzada por el régimen norcoreano con su exhibición amenazante de varios meses seguida por los encuentros del dictador Kim Jon un con el entonces presidente estadunidense Donald Trump ha perdido valor el mercado de la amenaza de apocalipsis para conseguir ventajas. De ahí los gestos de exhibir una estrecha alianza con Moscú, a donde Corea del Norte podría haber enviado unos cientos de misiles (por otra parte de tecnología básica rusa) para el frente ucraniano y la actual respuesta provocadora ante las maniobras militares entre EEUU y Corea del Sur.
Una vez más, China no parece cómoda con esta situación. Aunque Pekín aparece como amigo de los coreanos del norte por su enemistad común con EEUU y Occidente, algunas iniciativas de la dictadura coreada han creado problemas a China por poner sobre la mesa situación precipitadas respecto a los planes chinos.
Porque Pekín tiene su propia agenda y sus propios planes estratégicos para intentar dominar la región y estos planes pasan actualmente por mantener una gran presión sobre Taiwán en víspera de las elecciones en la isla a la vez que explorar una distensión general con Estados Unidos y ganar tiempo. En ese contexto, la subida de la tensión en la península coreaba añade elementos que no favorecen esta estrategia china.
A la vez, China, aliado oficial de Rusia no quiere que este país gane protagonismo en el Pacífico si no es Pekín quien marca la hoja de ruta y las actuales dificultades rusas abonan esta hoja de ruta. Y es el caso que en ella irrumpe Corea del Norte como elefante en cacharrería pidiendo más protagonismo.