El 21 de junio tuvo lugar en Madrid el I Foro Internacional: China, ¿La potencia del siglo XXI? Fue una jornada organizada, entre otros, por Cátedra China y marcada por un interesante debate sobre el papel de China en el nuevo orden internacional. Alicia García Herrero, en su ponencia, reflexiona sobre este tema y sus consecuencias para Europa.
La ponente, ante la pregunta “¿Es china la potencia del siglo XXI?” contesta con un sí rotundo “pero en términos económicos”, apunta. “Yo soy economista”. “Sin embargo, todavía muchos americanos y europeos ven el crecimiento chino como una burbuja que terminará explotando”. La economista Jefe para Asia-Pacífico en NATIXIS, Miembro Senior de BRUEGEL y Profesora Adjunta en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong asegura que, aunque en EEUU se ha roto el velo de la ignorancia respecto al ascenso del gigante asiático, todavía cuesta aceptar que su rol en el mundo puede cambiar, “ningún hegemón quiere perder su silla”.
El próximo 6 de julio Estados Unidos se propone aplicar aranceles a 1.100 productos chinos, sobre todo tecnológicos, por un valor de 34.000 millones de dólares. Esta guerra comercial no es la primera contienda. Antes de ella, las inversiones o los visados fueron el campo de batalla. The Committee on Foreign Investment in the United States (CFIUS), Agencia que tiene la tarea de revisar fusiones extranjeras, adquisiciones y otras inversiones extranjeras para preservar la seguridad nacional y que en el pasado frenó muchas inversiones europeas, en la actualidad reprime en su mayoría inversiones chinas, sobre todo en sectores tecnológicos, como Huawei.
El riesgo que supone el ascenso de China, aunque según García Herrero no se ha entendido en toda su magnitud desde EEUU, se empezó a vislumbrar en la era Obama, en una Cumbre de APEC. En cualquier caso, el objetivo de EEUU es, o debería ser, frenar el ascenso tecnológico de China, no solo reducir el déficit comercial. “Puedes comprar un Boeing y desmontarlo, pero eso no basta para poder producirlo”. Por el momento, China cuenta con tecnologías con las que EEUU no dispone, como el social scoring, pero en capacidades tecnológicas tan importantes como los semiconductores sigue por detrás. Esto nos indica que no tiene porqué ser tarde para parar a China. Aunque el régimen de Pekín es frágil (basa su legitimidad en la prosperidad económica en detrimento de derechos civiles y políticos), para García Herrero el de Washington es todavía más frágil. “No es la fortaleza de China, es la debilidad de EEUU. El hegemón ha perdido el norte”. “Es una cuestión de fuerza relativa. EEUU está usando instrumentos erróneos”. Voces tan influyentes como la de Larry Summers han quitado peso al ascenso tecnológico chino, y esto solo puede favorecerlo.
Pero… y Europa, ¿qué? Las inversiones chinas en Europa casi doblan a las norteamericanas, y, de estas, el 70% son en empresas de tecnología industrial. García Herrero, fuertemente europeísta, defiende que Europa puede y debe jugar bien su papel de bisagra. EEUU teme a China, aunque no lo diga abiertamente, y Europa juega un papel más parecido al de súbdito que al de socio en la alianza transatlántica. ¿Sabemos qué queremos para nuestro futuro? No es tarde para Europa, nuestro PIB todavía es superior al chino. Hacia donde se mueva Europa desequilibrará la balanza. No hay por qué anclarse en el pasado porque este es el siglo de China. Ante quienes hablan de Europa como el extremo occidental del mundo, relegado a la periferia del nuevo orden, García Herrero contesta “el mundo es redondo, no hay extremos”.