Home Asia Las mafias chinas en los puertos latinoamericanos. Nieves C. Pérez Rodríguez

Las mafias chinas en los puertos latinoamericanos. Nieves C. Pérez Rodríguez

por: 4ASIA
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La organización no gubernamental con sede en Washington D.C., Coalición Internacional Contra las Economías Ilícitas, presentó un estudio titulado “El lado oscuro de las economías ilícitas y el lavado de dinero” en el que muestra cómo en las últimas décadas la convergencia de estructuras criminales transnacionales y economías ilícitas han crecido exponencialmente hasta el punto de ser un peligro latente para los intereses de seguridad nacional de los Estados Unidos, así como para los Estados de la región.

Los fondos de estas transacciones ilegales alimentan la creciente corrupción, inestabilidad y violencia mientras desestabilizan los mercados de las Américas, la gobernabilidad y la seguridad colectiva. Asimismo, el estudio explica cómo estos grupos criminales han aprendido a operar en un mundo globalizado e interconectado, haciendo uso de la tecnología y los medios de transporte.

Las zonas francas representan hoy en día aproximadamente 68 millones de empleos directos y suponen más de 500 millones en valor directo relacionado con el comercio. Sin embargo, la normativa y la supervisión dentro de estas zonas no ha ido evolucionando al mismo tiempo de la oferta mundial, pues actualmente los marcos legales de estas zonas económicas especiales, como también se les llama, no consideran el lavado de dinero ni las vulnerabilidades y riesgo de actividades ilegales, sostiene el estudio.

Los marcos legales de los Estados que se aplican en estas zonas son excepcionales, por lo tanto, las actividades económicas en las zonas francas quedan fuera de la jurisdicción de proveedores de la industria financiera y en muchos casos esos vacíos los llenan las mafias o grupos ilegales.

El tráfico marítimo es el método más usado para el contrabando de drogas ilícitas, falsificaciones y otros productos, a través de las rutas en el Atlántico, el Pacífico y el Mar Caribe y el Golfo de México.

Los cárteles de la cocaína en México junto con otros grupos del crimen organizado tienen una gran influencia sobre los puertos marítimos más grandes, como Lázaro Cárdenas, Manzanillo y Veracruz, donde controlan las operaciones de contrabando de químicos del fentanilo y otras drogas ilícitas y desde dichos puertos sacan a los Estados Unidos y el resto del mundo una larga lista de productos de contrabando.

El autor insiste en que las irregularidades presentes en las Zonas Francas en la región puede causar efectos rebote a nivel mundial. Por ejemplo, el Cartel del Tabaco, que cuenta con numerosas empresas y conexiones con el Cártel de Jalisco Nueva Generación y los Zetas han importado ilegalmente cigarrillos ilícitos de China, Emiratos Árabes e India utilizando las estas zonas económicas especiales para la movilización. la mayor incautación de cigarrillos registrada se dio en Texas en 2020 por un valor estimado de 88 millones de dólares.

En este gran entramado internacional hay puertos claves como el de Panamá, que es estratégico para el movimiento del mercado ilícito. Concretamente este puerto se ha convertido en el punto de mayor lavado de dinero del narcotráfico y facilitadores criminales, con clientes como el Cártel de Sinaloa mexicano o la FARC de Colombia.

En la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil el clan Barakat tiene su centro para el lavado de fondos para Hezbollah y otros grupos criminales. En el triángulo norte de América Central (Honduras, El Salvador y Guatemala) operan pandillas transnacionales que aprovechan la inestabilidad política de esos países para movilizar migración de manera masiva. Precisamente las que reportan los medios que constantemente llegan a los Estados Unidos.

Explica el autor que, además, Estados criminales y regímenes autoritarios populistas como el de Venezuela seguidos por Nicaragua y otros miembros de la alianza bolivariana, permiten o incluso colaboran con las economías ilícitas.

China por su parte, controla una parte o la totalidad de los 37 puertos en América Latina a través de la Ruta de la Seda, ahora llamada BRI. China puede expandir sus operaciones de comercio ilícito y prácticas comerciales con movimientos de contrabando de fentanilo, precursores de metanfetaminas y medicamentos falsificados.

Curiosamente, apunta el estudio, son mucho los casos en los que la policía local de los puertos no está autorizada para inspeccionar nada en las áreas portuarias controladas por China. Cita un ejemplo en el que un buque transportaba cuatro toneladas de tomates de China a Honduras en una bodega no refrigerada, algo imposible para la preservación del producto. En este caso en particular se pudo saber que el barco estaba transportando realmente barriles de productos químicos no identificados y fueron descargados sin pasar por aduana.

Las actividades financieras ilícitas de las mafias chinas constituyen uno de los mayores centros del lavado de dinero en el mundo. Se estima que lavan alrededor de 1.4 a 2 billones de dólares a través de las zonas francas. Los sistemas bancarios clandestinos chinos, el uso de cuentas espejo, fuga de capitales y los sistemas de remesas alternativos como “Fei chein” que a veces utilizan el valor basado en el comercio para determinar la tasa de cambio (sobre evaluada) son vehículos ideales para transferir dinero fuera del país.

Todas estas prácticas son una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos, apunta el autor, pero también para la estabilidad de la región.

Las amenazas a la seguridad nacional son exacerbadas aún más por el volumen de tráfico de armas y drogas en la región, junto con el alto volumen de productos no inspeccionados en los puertos, pero una vez más el estudio enfatiza que es mucho peor en los puertos ubicados en las zonas francas. Alerta también sobre cómo estos grupos criminales han conseguido tal nivel de sofisticación que el riesgo ahora mismo es que puedan empezar un contrabando de armas de destrucción masiva usando esos mismos puertos frente a la falta de intervención de fuerzas de seguridad.

El estudio concluye que las principales razones de la falta de supervisión, transparencia y aplicación coherente en zonas francas y puertos es fundamentalmente la falta de uniformidad y cooperación entre países. Sumado a la corrupción que es también un factor clave en la multiplicación de la delincuencia.

Es crucial fortalecer la cooperación hemisférica en la Américas, así como robustecer los sistemas políticos legítimos de la región. El autor insiste en que la Administración Biden debe designar la corrupción como parte central de la seguridad nacional para mantener la lucha contra la cleptocracia, las finanzas ilícitas y intercambios ilegales. Así mismo, el Congreso debería aprobar legislación que etiquete estas prácticas como prioritarias de la seguridad nacional de los Estados Unidos.

 

 

 

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