Washington.- El resurgimiento de Rusia como la gran amenaza para el mundo ha cambiado no solo la estabilidad y la realidad europea, sino que ha generado un despertar en la mayoría de las naciones democráticas del planeta quienes han entendido, a través de las cruentas imágenes de Ucrania, que Putin es capaz de todo por conseguir sus objetivos, así como del riesgo que corren los sistemas democráticos y soberanos frente a los autoritarios.
Si se analizan las contundentes respuestas de los Estados Unidos, así como de la Unión Europea junto con otras grandes economías del mundo vemos un cambio de dirección. La UE, por su parte, ha respondido como un bloque indivisible y bajo el genuino temor y riesgo de tener un vecino invadido por Rusia.
Estados Unidos ha respondido con la mayor severidad liderando con sanciones económicas que no tienen precedentes y que han sido apoyadas por el resto de las grandes economías. Washington ha mantenido en los últimos veinte años una política exterior cuyo centro fue la lucha contra el terrorismo, pero en los años más recientes China se ha convertido en el dolor de cabeza y la necesidad neutralizar los abusos de Beijing en el mundo. Asimismo, el sureste asiático ha estado entre las prioridades para el mantenimiento de su seguridad nacional.
El senador por el Estado de Florida Marco Rubio le decía a Joshua Goodman periodista de AP: “Rusia es un problema agudo y es un desafío actual. Pero es un problema a cinco o 10 años. China, en cambio, es un problema de 100 años, tanto en la región como a nivel internacional”. Mientras, instaba a la Administración Biden a prestar más atención a la creciente influencia china en América Latina y el Caribe, en tanto que Rusia recuerda su poder en la región en medio de las crecientes tensiones geopolíticas sobre Ucrania.
Para descifrar las claves de un posible cambio de rumbo de la política exterior estadounidense consultamos la opinión del senador Rubio, quien es miembro del Comité de Relaciones Exteriores y de Inteligencia del Senado. Sostiene en que la invasión rusa a Ucrania ha cambiado la situación internacional y ha expuesto la vulnerabilidad de Europa frente a un tirano como Putin. ¿Van por tanto los Estados Unidos a equilibrar sus prioridades en política exterior?
“La invasión de Ucrania ha expuesto las mayores vulnerabilidades de Europa que consiste en la gran dependencia que tienen del petróleo y gas natural de Rusia, junto con que no han gastado lo suficiente en su propia defensa. Prepararse para contrarrestar la agresión de Putin resultará costoso para muchos aliados europeos, pero no es nada comparado con el costo que todos pagaríamos si el Partido Comunista Chino recurriera a medidas militares para afirmar su dominio.
La invasión de Ucrania es una dolorosa y trágica lección de la que el mundo debe aprender: la dependencia y la debilidad invitan a los regímenes hostiles a impulsar sus ridículas demandas”.
¿Va usted o su partido a introducir y/o apoyar legislación o iniciativas para intentar responder al desafío ruso?
“El 2 de marzo presenté un proyecto de ley de asignaciones suplementarias de emergencias para brindar seguridad, asistencia humanitaria y económica a Ucrania junto con los aliados de la OTAN que están ayudando a Ucrania. Es un proyecto urgente de 6.4 mil millones de dólares en fondos para el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y el Departamento de Estado para responder a la crisis.
La desafortunada guerra de Ucrania ha generado una cosa positiva y que, después de muchos años, la mayoría de los países del mundo han cerrado filas en pro de las libertades democráticas”.
¿Ve usted y/o el partido republicano la necesidad de que Los Estados Unidos aprovechen el momento para ganar o retomar protagonismo internacional y asumir un rol más activo, como el que tuvo Washington después de la II Guerra Mundial y durante la Guerra Fría? ¿Europa vuelve a convertirse en estratégica para la seguridad nacional de los Estados Unidos?
“Nuestros aliados europeos tienen un papel esencial que desempeñar en la defensa contra el autoritarismo en el siglo XXI. Primero, asumiendo un papel de liderazgo para contrarrestar la agresión de Putin y también manteniéndose firmes contra Beijing en los años venideros. Para hacer esto deberán tomarse muy en serio la confrontación de las propuestas económicas de Beijing y condenar sus flagrantes violaciones de derechos humanos, tal y como lo hicimos en los Estados Unido cuando el presidente promulgó la ley de prevención de trabajo forzoso de los uigures por citar un ejemplo. Frente a un Partido Comunista chino cada vez más hostil, Estados Unidos debe continuar empoderando a nuestros aliados para garantizar su seguridad nacional y la seguridad del mundo.
La invasión de Ucrania ha abierto heridas que parecían haberse curado pero que claramente siguen estado presente, como fue en su momento la amenaza soviética. Sin embargo, los Estados Unidos entienden que la amenaza a los sistemas libres es mucho más global. Y que en efecto la mayor amenaza la representa China por su fuerza y poderío. Razón por la que el presidente Biden ha sido claro desde el comienzo de la crisis con Beijing y en la cumbre hace una semana entre Xi y Biden le recordó enfáticamente las duras consecuencias a que conduciría si China apoyaba a Putin en la demencial guerra”.