Pakistán y Arabia Saudí han firmado un acuerdo de defensa mutua con intercambio de tecnología y colaboración en I+D. El acuerdo, que oficializa una relación de hecho, se anuncia en un momento en que India pacta una tregua diplomática con Pekín y Arabia estudia la posibilidad de desarrollar armas nucleares (fundamentalmente frente a Irán, aunque no sólo) cuyos instrumentos ya tiene Pakistán, aunque desde Ryad se afirme que «este acuerdo es la culminación de años de negociaciones. No es una respuesta a países o eventos específicos, sino la institucionalización de una cooperación profunda y de larga data entre nuestros dos países».
La región es enormemente compleja desde el punto de vista geopolítico y Arabia mantiene a la vez contactos discretos con Israel y emite signos hacia Teherán. Y Pakistán mantiene relaciones estrechas con China y tensas con Irán. Pekín, por su parte tiene inversiones y negocios en Israel y Arabia Saudí junto a un amplio programa de colaboración con Irán. Mientras tanto la guerra de Israel contra el terrorismo en Gaza está planteando variables nuevas cuya influencia profunda aún no está completamente a la vista.
Estados Unidos, aliado tradicional de los saudíes y con no malas relaciones con Pakistán, lleva años impulsando un acercamiento de los países árabes del Golfo a Israel, lo que se plasmó en los llamados Acuerdos de Abraham Ahora está evaluando la nueva realidad en la región, la presencia directa e indirecta de China, creciente, y las contradicciones con Europa al respecto.