Isabel Gacho.- El recorrido ferroviario que une Madrid con Yiwu es el más largo del mundo. Recorre Eurasia atravesando 8 países a lo largo de 13.000 km. Este trayecto, que se realiza con diferentes trenes y que tiene que hacer frente a cuatro tipos de ancho de vía distinto -el chino, el soviético, el europeo y el ibérico-, es operado por numerosas empresas. Pero la única que realiza el trayecto Madrid-Yiwu en su totalidad es Yixinou (YXE). 4Asia tuvo la oportunidad de visitar sus instalaciones en la estación de Abroñigal, en Madrid, de la mano del director general de Yixinou España, Carlos Santana.
El tren es la columna vertebral de la Ruta de la Seda terrestre, pero aunque “se enmarca bajo el paraguas de la gran estrategia, es una cosa logística, mover mercancía de A a B”, explica Santana. Conversamos con él sobre el papel que puede jugar el tren en un mundo dominado por el barco y el avión. Teniendo en cuenta que el tren cuesta el doble que el barco, pero entre un sexto y un octavo menos que el avión, el director general de YXE España explica “nosotros no buscamos quitarle cuota de mercado al barco, ofrecemos otra vía intermedia en términos de coste/tiempo”. Es útil para aquellos productos que buscan reducir los tiempos de transporte, pero que no puedan asumir el coste del avión. “El tren suple, por ejemplo, -continúa el director general de YXE España- el sector de la moda, que es muy estacional, o producto intermedio con tecnología no muy desarrollada”.
Pero hay más vectores además del tiempo y el dinero que explican el papel estratégico que juega el tren. Como explica Santana, un tercer vector que ofrece ventaja competitiva es la calidad del servicio y la flexibilidad. “Mientras un barco lleva 10.000 TEUs, un tren lleva entre 28 y 38 contenedores. En un barco una empresa puede representar como mucho un 1% de la carga, con nosotros puede ser el 100%”. Pero hay más, además de este servicio taylor made, el tren es una alternativa más sostenible, algo que muchas empresas tienen en cuenta, sobre todo aquellas que cotizan en bolsa y se tienen que preocupar por su imagen. “La sostenibilidad, el impacto de la huella de carbono, es cada vez más importante para las empresas y el 70% de esta huella se produce en el traslado y solo el 30% la producción.”
Pero, ¿que hay en Yiwu que merezca la pena como para que sea el punto de origen de este extenso recorrido ferroviario? “Yiwu se convirtió [a partir de las reformas de apertura de Deng Xioping] en una versión offline de lo que es hoy en día Alibaba. Ofrecía un escaparate permanente a fabricantes para vender productos”. En un primer momento eran muchos los extranjeros que acudían a la floreciente ciudad a comprar productos made in China. “Pero esta realidad fue escalando y lo propios comerciantes chinos se empezaron a dirigir a Yiwu a comprar mercancía a mejor precio”. Santana explica que se abrió entonces una oportunidad para los productos extranjeros que querían entrar al mercado chino: establecerse en Yiwu. Se creó así una superplataforma para comprar y vender productos al por mayor. La ciudad se fue desarrollando mientras el mundo avanzaba en paralelo. “Aunque con la aparición de Alibaba perdió algo de potencial, la realidad es que Yiwu sigue siendo uno de los puntos principales de venta para fechas claves de venta en China como el 11-11. Es como el superproveedor de toda la mercancía china que no sea maquinaria pesada o alta tecnología”. Y es aquí cuando surge YXE “Se genera una tormenta perfecta para nosotros: por un lado, con la Ruta de la Seda se invita a que surjan nuevas alternativas de infraestructura y logística, por otro lado, el presidente y fundador del grupo identifica en Yiwu la necesidad de reformular la ciudad y que no sea únicamente un punto de compra/venta. Significa transformar esos 5 millones de metros cuadrados y 190.000 tiendas que tienen de exposición permanente ¿Cuál es el futuro de la ciudad si todo se hace online? Pues el e-commerce y convertirse en un hub logístico”. Hoy, de Yiwu salen al resto del mundo 4000 contenedores diarios y, aunque casi todo sale por el puerto de Ningbo, desde 2012 ya se habían empezado a promover las rutas ferroviarias. Y es ahí estaba YXE. “Somos uno de los frutos tempranos de la iniciativa de la ruta de la seda”, concluye Santana a este respecto.
Sobre la mercancía que viaja en el tren, Santana explica que ha ido evolucionando en consonancia con la evolución de China: “En 2014 entre el 80 y el 90% de lo que traíamos de China eran cosas muy baratas, lo que se movía en Yiwu, pero lo que sale de china hoy ya no es el producto barato de hace unos años”. ¿Entonces, qué viene en tren ahora? “Sobre todo tecnología de cierto valor añadido -pero no puntera- y textil”. De aquí a China “sobre todo aceite y vino”. La balanza comercial sigue siendo muy desigual inclinada hacia el este, pero eso responde a una realidad más amplia que la pura logística del tren. En cuanto a los retos específicos, Carlos Santana señala “reducir tiempo. Cuanto menos tiempo, más nos aproximamos al avión. El tránsito aéreo tarda entre 5 y 10 días. Nosotros cada vez nos acercamos más a esa franja. Ahora llegamos a hacer el recorrido en 18-19 días y nos vamos alejando de los 45 del barco”.