Entradas

China y el oro azul. ÁNGEL ENRIQUEZ DE SALAMANCA ORTIZ

Vivimos en una época que cada día es más digital y, cada día, estamos más conectados con el mundo en todos los ámbitos de la vida, tanto profesional como personal. La compra-venta de productos, servicios, las redes sociales, intercambio de datos o información a través de la red se ha convertido, para empresas y hogares, en una nueva forma de vida.

En China, el comercio digital ha ido creciendo en las últimas décadas, llegando a proporcionar  un beneficio para el país, a día de hoy, de más de 3,2 billones de yuanes y, se espera que para la próxima década alcance los 72 billones de yuanes. Éste comercio electrónico está siendo impulsado en China gracias a avances tecnológicos como la telefonía móvil, el internet de las cosas, el 5G o empresas como Alibaba. El desarrollo de ordenadores más potentes, con mayor capacidad o satélites, han ido de la mano con el desarrollo del comercio digital.

Estos teléfonos móviles, súper ordenadores, satélites o baterías para coches eléctricos tienen un elemento indispensable para su fabricación: el cobalto. Este mineral de color azul, que se extrae de forma manual y en muchas ocasiones con la participación de menores y en condiciones infrahumanas, se ha convertido en uno de los elementos más codiciados del planta tierra y, casi con total seguridad, se convertirá en uno de los minerales más importantes en las próximas décadas.

La República Democrática del Congo logró su independencia de Bélgica en 1960, pero sus primeros años estuvieron marcados por la inestabilidad política y social. Tras 32 años, en 1997,  el régimen de Mobutu –que cambió el nombre del país a Zaire- fue derrocado y renombrado el país como República Democrática del Congo. Además de petróleo, en sus tierras podemos encontrar cobalto, cobre, oro, plata, diamantes o carbón. La R.D. del Congo es el principal productor mundial de cobalto y China su principal comprador, y esta demanda es impulsada por la industria de estas nuevas tecnologías, como las baterías recargables usada en coches eléctricos o en móviles. Las reservas en este país de cobalto son las mayores del mundo, llegando casi, a triplicar las de su perseguidor, Australia.

[Fuente: www.Statista.com]

Las exportaciones representan en torno a un tercio del PIB del país, que en el año 2018 se situó en más de 47.000 millones de dólares. Estas exportacio­nes han sido fundamentalmente de recursos naturales como cobalto o cobre. El principal mercado de la R.D Congo fue China que abarcó casi el 40 por ciento de las exportaciones del país, y de esto, más de la mitad es de cobalto.

La empresa Tenke Fugurume Mining S.A., es una de las empresas más grandes de cobalto del país y, la mina Fungurume, de más de 1.500 Km2, al sur del país, cuenta con la mayor reserva de cobalto de la R.D. del Congo. No es casualidad, que la empresa TFM sea propiedad de la empresa China Molybdenum Co, que en enero del 2019 aumento su participación en TFM hasta alcanzar el 80%. Una empresa que en el año 2018 alcanzó una producción de 9.363 millones de toneladas métricas de cobalto y cobre. La escasa oferta de este mineral y su alta demanda con la nuevas tecnologías, han hecho que el precio ascienda desde los 30.000 dólares por tonelada métrica a principios de siglo hasta más de 90.000 dólares, siendo su mayor crecimiento en los últimos años.

China está apostando fuertemente en la región de Katanga, donde se encuentran las reservas más grandes del mundo de cobalto, pero también en la mina de Kolwezi, al sur del país.

Otra empresa, Congo Dongfang Mining, subsidiaria de la empresa china Huayu Cobalt, compra cobalto en las minas de la R.D Congo para tratarlo y usarlo en la fabricación de automóviles, empresa que cotiza en la bolsa de Shanghai.

La venta de coches eléctricos a nivel mundial se ha disparado, en el año 2018 se vendieron 1,26 millones de coches eléctricos, un 74% más que en el 2017, de los cuales más de la mitad se han vendido en China. En el primer semestre del año 2019, más de la mitad de los Vehículos con Batería Eléctrica (BEV – por sus siglas en inglés) se han vendido en China, es decir, más de 430.000 unidades, un aumento del 111%.

[www.jato.com]

China es el país más contaminante del mundo, el 30% de la contaminación mundial proviene de su industria, lo que ha hecho que en ciudades como Pekín se vivan constantes alertas por alta contaminación y, se ha convertido, para el gobierno de Xi Jinping, una necesidad el cambio a las energías limpias y no depender tanto de combustibles fósiles.

La presencia de China en África, y más concretamente, en la República Democrática del Congo, le da una ventaja al país asiático para liderar éste mercado verde, un mercado que ya lidera desde el año 2015.

China ya controla las minas de cobalto de la R.D. del Congo, este mineral se ha convertido en uno de los más demandados para la fabricación de baterías de coches, ordenadores o teléfonos móviles, y seguirá siéndolo en las próximas décadas. El cobalto, el oro azul o el petróleo del siglo XXI, se ha convertido, para China y para el mundo entero, en un mineral indispensable para la prestigiosa carrera de este siglo, la de la energía limpia.

Ángel Enriquez de Salamanca Ortiz es Doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid

THE ASIAN DOOR: Tesla en pit stop y NIO en vuelta rápida. Águeda Parra

La reducción de las ventas de automóviles en el mayor mercado mundial abre un nuevo capítulo en la guerra comercial que mantienen China y Estados Unidos. Por primera vez en dos décadas, el gigante asiático ha registrado un desplome de las ventas de coches del 6% hasta los 22,7 millones de unidades vendidas en 2018, según la China Passenger Car Association. Una situación generada como reacción en cadena de unos consumidores que han reducido la demanda ante el clima de desconfianza que genera un menor crecimiento económico en China.

La industria del automóvil se desploma a nivel global arrastrando a fabricantes de todo el mundo que tienen sus plantas de producción en China y que, en algunos casos, tienen en el mercado del gigante asiático su mayor demanda, como es el caso de BMW. Ante esta situación de incertidumbre generalizada en el sector, es la nueva generación de vehículos la que despierta cierta esperanza a corto plazo, una vez que China es además el mayor mercado mundial de coches eléctricos, generando unas ventas superiores a las del resto de países juntos durante 2018.

China está ganando la carrera del vehículo eléctrico a Estados Unidos, su máximo competidor, sin que parezca tener rival. La previsión es que el mercado del gigante asiático genere el 60% de las ventas mundiales en 2035, cerca de 6,42 millones de unidades vendidas, según la empresa de investigación de mercado especializada Fuji Keizai. Con esta estimación, las ventas en 2035 serían casi 15 veces las unidades vendidas en 2017, ocupando Europa el segundo puesto mundial, generando una demanda de 2,17 millones de vehículos eléctricos, mientras Estados Unidos quedaría relegada a la tercera posición con apenas 1,36 millones de unidades.

Una carrera que también está ganando China en cuanto a la construcción de la infraestructura necesaria para dar soporte a este tipo de vehículos. Cualquier rival mundial lo tiene complicado frente a la determinación del gobierno chino de promover el desarrollo de redes de recarga públicas para dar cobertura a 5 millones de vehículos eléctricos en 2020. Los números mandan y China actualmente dispone de más de 808.000 puntos de recarga de coches eléctricos por todo el país, muy por delante del medio millón desplegado por Estados Unidos, principalmente instalados en casas particulares, según un estudio del Center on Global Energy Policy de la Universidad de Columbia.

Las políticas medioambientales de China son parte también del impulso gubernamental con la previsión de que entre los vehículos eléctricos, los híbridos y los de pila de combustible, la industria crezca un tercio en 2019 hasta los 1,6 millones de unidades vendidas, sobrepasando la marca del millón de vehículos vendidos en 2018, según la China Association of Automobile Manufacturers. Unos objetivos que contrastan con las ayudas fiscales que ofrecen ciertos estados y ciudades norteamericanas sin que Washington esté jugando un papel destacado por establecer directivas gubernamentales de aplicación nacional. Además, China pretende tener construida para 2022 la primera autopista solar que conectará los 161 kilómetros que separan las ciudades de Hangzhou y Ningbo. Qilu Transportation, una de las empresas chinas de referencia en este sector, será la encargada de montar paneles solares que dejen pasar la energía a través del asfalto, permitiendo así la recarga automática de los vehículos eléctricos. Otra fase más de la revolución que tiene prevista China en el mercado automovilístico y que forma parte de la iniciativa Made in China 2025 con la que el gobierno pretende ahondar en la modernización de la industria, rivalizando con las grandes potencias mundiales principalmente en los ámbitos de los nuevos vehículos eléctricos, las tecnologías de la información y la robótica.

Con estas perspectivas, China liderará la revolución del vehículo eléctrico apostando por marcas nacionales que rivalizan con Tesla, el fabricante de automóviles eléctricos más vendido en Estados Unidos, y con el resto de modelos que abanderan los grandes fabricantes globales como Volkswagen, BMW y GM. Elon Musk, CEO de la marca Tesla, comunicaba el inicio de la construcción en Shanghai de su primera fábrica de ensamblaje en el extranjero. La previsión es vender unas 250.000 unidades anuales, con la ventaja que estarán exentas de los aranceles aplicados a los coches importados, generando una estimación de ventas considerable a pesar de la caída en la demanda de los últimos meses.

La empresa de Musk tiene en NIO, una startup china de coches eléctricos, a uno de sus mayores competidores. Fundada hace cuatro años, lleva cotizando en la bolsa de Nueva York desde finales de 2018 recaudando 1.800 millones de dólares. Una competencia atractiva en precio que posiciona el modelo ES8 de NIO en 65.000 dólares frente a los 113.000 dólares del Modelo X de Tesla, favoreciendo que las ventas de NIO casi tripliquen las de su competidor estadounidense en diciembre de 2018. Esta rivalidad con las startups nacionales, y la contención del gasto en los consumidores, ha obligado a la compañía de Musk a lanzar la versión barata de su Modelo 3 por 35.000 dólares, un importante reto financiero que debe asumir la compañía para no quedarse fuera del mayor mercado de vehículos eléctricos, una opción que no puede permitirse ningún fabricante.