Washington.- Taiwán, una vez más, da ejemplo de valores congruentes con la democracia y la libertad. La masiva confluencia a los centros electorales es la prueba de que la mayoría del pueblo taiwanés quiere mantener su estatus democrático, así como el apoyo al Partido Progresista (DPP por sus siglas en inglés) muestra que la mayoría de los taiwaneses poseen una identidad propia y que no quieren formar parte de China.
Tsai Ing-wen fue reelegida presidente de la isla después de haberla liderado por cuatro años. Y pese a los problemas que enfrentó durante su legislatura, cuando su popularidad cayó considerablemente, consiguió hacerse con la presidencia nuevamente. Su contrincante, Han Kou-yu, el candidato del partido conservador Kuomintang (KMT por sus siglas en inglés), se inclinaba por la reunificación de Taiwán con China.
Tsai se define a sí misma como la defensora de los valores liberales de Taiwán. Y lo cierto es que no lo ha tenido fácil, pues China les ha ido cercando por todos los costados, sobre todo el diplomático, terreno en el que Beijing aprovecha sus favores económicos a otras naciones para pedir el no reconocimiento de Taipéi como ente internacional.
Xi Jinping, hace tan sólo un año, afirmó en un discurso que la reunificación de Taiwán con China es inminente. Pero cuanto más ha amenazado Beijing, más dura y consistente ha sido Tsai con sus promesas. Y su determinación se ha visto compensada con más de 8.1 millones de votos representando así más del 57% del electorado, contra 38,6% de su oponente.
Tsai ha capitalizado cada amenaza china en su beneficio, como el uso de la fuerza militar de ser necesario, para la “imperativa necesidad” de la reunificación de Taiwán a la península. Esta líder ha solidificado los valores identitarios de los ciudadanos como taiwaneses, y no chinos. Ha enfatizado el carácter democrático de Taiwán. Ha despertado un sentir en los jóvenes taiwaneses, quienes no se sienten chinos, y quienes no están dispuestos a sacrificar su modo de vida y su libertad.
4Asia fue invitada por la representación diplomática de Taipéi en Washington al recuento de los resultados electorales y a la discusión de un panel de expertos que analizaron las elecciones presidenciales legislativas de la isla. El Dr. Richard Bush -un respetado experto en China, con una larga lista de trabajos y libros publicados, y miembro del Brookings Institute, afirmó que “La reelecta presidente tiene un gran reto por delante. Un panorama muy complicado. Lo que viene no es fácil. No es casual que en su discurso de victoria dijera lo importante que es reunificar a la sociedad taiwanesa para poder seguir adelante”.
Mientras que Bonnie Glasser -otra experta en China, directora para del Proyecto sobre el poder de China en CSIS, uno de los think tank más influyentes en Washington- se centró en Beijing y lo poco exitoso que han sido en intimidar a Taiwán. “Es muy interesante ver la falta de influencia que Beijing ha tenido. Los esfuerzos de Beijing han fracasado en acabar con Taiwán”.
Así mismo Glasser insistía en lo importante del KMT -partido de oposición- para los Estados Unidos, la oposición es necesaria en democracia, a pesar de ser aliados de Beijing. Y así China no puede alegar que no tiene con quien hablar en Taiwán.