Una vez que las cuestiones nacionales han quedado resueltas positivamente, es el momento para China de prestar mayor atención a la política exterior, mostrándose a su audiencia del Sur Global en este nuevo rol de pacificador global una vez reelegido en un tercer mandato, y habiendo dejado atrás la política de Covid cero. Sin que China pretenda tomar posición en el conflicto, las sanciones internacionales contra Rusia dejan a su socio, un año después, más cerca de la esfera del gigante asiático, y a su economía mucho más dependiente de las importaciones chinas. De ahí, que la reciente propuesta de diplomacia global de China englobe una componente tanto estratégica como táctica, además de tener un importante efecto geopolítico en la región.
El interés de China por Ucrania tiene un enfoque estratégico y bastante menos comercial. No se trata de una relación comercial intensa, ya que el país no figura entre las diez principales economías suministradoras del gigante asiático, ocupando los primeros puestos las principales potencias de Asia Pacífico. En esta clasificación si figura, sin embargo, Rusia, con quien China ha incrementado significativamente su relación comercial en este último año, pasando de ocupar el décimo puesto en la clasificación de principales suministradores en 2021, a la sexta posición apenas un año después.
En el plano estratégico, sin embargo, el papel de China en Ucrania tiene varias derivadas. En primer lugar, le permite al gigante asiático posicionarse como pacificador en su papel de mediador global. El objetivo para China es ser percibido como el jugador externo decisivo que logra lo que Estados Unidos no puede, como en el caso del restablecimiento de lazos diplomáticos entre Irán y Arabia Saudita, consiguiendo que iraníes y saudíes vuelvan al menos a hablar de nuevo.
La intermediación de China en el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita es una prueba de lo ambiciosa que puede llegar a ser su iniciativa para Ucrania. Aunque los beneficios puede que no sean tan tangibles, ya que en el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita conlleva obtener precios del petróleo más estables, en el caso de Ucrania sería una ganancia más simbólica, ya que supondría recuperar su imagen en el exterior tras abandonar la política de Covid cero.
En segundo lugar, el papel de mediador de China le permite presentarse en su nuevo papel de pacificador global a la gran audiencia que forma el grupo de países del Sur Global, compuesto por África, Asia, Oceanía y América Latina, que a menudo suele quedar fuera del radar de Estados Unidos y sus aliados. Un grupo que reúne a muchos de los países que se abstuvieron en la resolución de condena aprobada en la Asamblea General de las Naciones Unidas al inicio de la invasión. En este sentido, las recientes iniciativas de paz de China le permitirían al gigante asiático posicionarse en su papel de pacificador ante unos países que no están directamente involucrados en conflictos en Europa o en Oriente Medio, y que tienen una importante vinculación diplomática y comercial con China.
Estas iniciativas de paz le permiten a Xi tener un rol mayor en el mundo y son, asimismo, una respuesta táctica a la rivalidad con Estados Unidos, demostrando China que es un actor global. De tener la mediación un resultado positivo, podría considerarse un nuevo éxito para China haber conseguido acercar posturas. En caso contrario, de no resolverse el conflicto también sería un triunfo para China, ya que su mediación iría en detrimento del rol que hasta el momento ha venido desplegando Estados Unidos a nivel mundial.
En lo geopolítico, la visita del primer ministro japonés Fumio Kishida a Kiev ha puesto de manifiesto que la invasión de Rusia ha avivado la preocupación de que Japón podría no estar preparado para manejar una crisis en la región del Indo-Pacífico, de ahí que haya intensificado los encuentros e impulsado relaciones más estrechas con sus aliados. Es una señal para China de cómo se está balanceando el escenario geopolítico tras el efecto que ha generado la invasión de Ucrania y el fortalecimiento de las relaciones entre China y Rusia.