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En cuanto aparece el asunto del modelo chino de crecimiento en medios académicos o de formadores de opinión, surge la necesidad occidental de etiquetar, establecer categorías y obtener denominaciones conceptuales precisas antes de abordar el fondo de la cuestión, o, mejor, para abordar desde esos conceptos el fondo de la cuestión.
La combinación china de comunismo oficial, autoritarismo centralista y centralizador, medidas económicas liberales sin las garantías judiciales y sociales asociadas al capitalismo tradicional y un nacionalismo rampante trae a muchos occidentales de cabeza, y esto crea un humo tan espeso que dificulta a los políticos obtener diagnósticos claros para tomar decisiones más allá de los intereses económicos de los meses siguientes.
China crece, formalmente está dirigida por el Partido Comunista y tiene un presidente que puede ser vitalicio; compra deuda de los principales países del mundo, hace sentir su presencia discreta y creciente en cada vez más amplios espacios y se va a haciendo imprescindible como sujeto de la gran política internacional.
La realidad es que China, partiendo de modelos autoritarios y dirigistas en lo político está introduciendo dinamismo en sus mercados y eso está produciendo crecimiento, fortalecimiento internacional y presencia. Cómo se ha llegado a esta situación abre un espacio de debate en el que 4Asia aspira a estar. Pero encarar la realidad china con fórmulas rígidas, académicas y anticuadas no parece un buen método para encontrar respuestas, crear negocio y hacer frente a una realidad nueva que cambia cada vez con mayor rapidez. (Foto: Monty Montgomery, Flickr)