Entradas

China, la gran preocupación. Nieves C. Pérez Rodríguez 

El mes de diciembre comenzó en Washington con el encuentro de la Unión Internacional democrática (IDU, International Democracy Union), una coalición global de líderes y partidos de centro derecha que se reúnen anualmente para analizar los peligros que asechan a las democracias en el mundo.

La creación de este grupo se materializó en 1983 de la mano de ex presidente George Bush (padre), la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, el ex presidente francés Jacques Chirac y el ex canciller alemán Helmut Kohl, entre otras reconocidas figuras del entorno político, y desde entonces se ha convertido en un foro de análisis de los derechos humanos, la realidad política internacional y la promoción de las libertades y el estado de derecho.

Este año se cumplieron cuarenta años de la organización y lo celebraron con un evento en Londres el pasado junio y otro en Washington en el mes de diciembre, al que 4Asia tuvo acceso, y en el que participaron líderes como el ex primer ministro australiano Scott Morrison quien expresó su preocupación por el avance de Beijing y remarcó lo importante de que se entienda los retos que representa el Partido Comunista chino para las libertades en el mundo.

Marco Rubio, senador republicano por el Estado de Florida, cerró la noche con una reflexión sobre los retos que enfrenta Washington y sobre las decisiones estratégicas que están obligados a tomar. y además enfatizó que éstas decisiones no son exclusivas de los Estados Unidos, sino de todos los países occidentales desarrollados; prácticamente todas las sociedades industrializadas en el mundo enfrentan los mismos retos hoy.

“Yo soy producto de los ochenta y en ese tiempo todo estaba montado sobre la base de dos bloques, Estados Unidos y los países libres confrontando a la Unión Soviética y la expansión del comunismo. Basadosn en esa noción, una vez que cayó la Unión Soviética. creímos que habíamos ganado, porque la democracia ganó y el marxismo se abatió y suponíamos que la propagación de la democracia por el mundo se daría junto al libre mercado”.

Pero lo cierto es que la historia nos ha demostrado que eso va en contra de la naturaleza humana, explicó el senador republicano. En el mundo nunca ha existido un único sistema para todos los países del mundo simultáneamente; ni siquiera cuando se comenzó a avanzar en las libertades después de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, ni Rusia, ni Irán ni China se incorporaron a ese nuevo orden mundial.  China, por ejemplo, vislumbró ese orden mundial como algo orquestado por Occidente, que favorecía solo a Occidente, y que los discriminaba a ellos y al resto.  Aunque no aspiraban a convertirse necesariamente en la primera nación del mundo, se movieron estratégicamente para llegar a posicionarse alegando que eran un país en desarrollo. Argumento que siguen usando hoy, aunque claramente ya no es así, afirmó Rubio.

Los políticos estadounidenses nos decían que eventualmente los chinos se convertirían al capitalismo. Aceptamos durante  décadas sus prácticas irregulares, los dejamos vendernos, hacer alianzas con nuestras corporaciones, robarnos la propiedad intelectual, llevarse nuestras empresas a su territorio, pero creyendo que se convertirían al capitalismo.

Explica Rubio que no fue hasta principios del siglo XXI cuando algunos políticos comenzaron a denunciar lo que estaba pasando y fue a partir de ahí que se comenzó a desmitificar la idea de que todo lo que es bueno para el mercado es bueno para los Estados Unidos. Un competidor chino no es un competidor justo, esa empresa es apoyada y subsidiada por el Estado chino, porque los precios no van a ser reales comparado con una entidad privada que no tiene el dinero del Estado a su disposición y tiene que producir y vender para seguir operando.

Además, agregó, dependemos de China en casi todos los rubros, el farmacéutico que es clave para la salud y el bienestar de los estadounidenses depende 88% de las importaciones de China. Algo que va en contra de nuestra propia seguridad nacional. Y cada vez que una empresa estadunidense intenta entrar a ese mercado no puede competir con los precios de las empresas chinas que están compitiendo y son subsidiadas por el Estado, lo que hace imposible la competencia.

Rubio hizo también una reflexión sobre la razón del Estado: un Estado no puede solo producir riqueza, debe también asegurar que los salarios sean buenos y que sus ciudadanos pueden vivir y aspirar a tener un futuro, puesto que son más que solo consumidores. La razón debe ir más allá de la adquisición de bienes, debe ser sobre todo para darle dignidad a la gente.

La base de toda sociedad es la familia, las comunidades, alguien que tiene un salario digno, tiene deseo de comenzar su familia y por tanto aportan a la sociedad de diversas maneras y se siente orgulloso de ser parte de ese colectivo. Proveer a los ciudadanos de fuentes de empleo y salarios adecuados es dignificarlos.

Cerró su intervención afirmando que cada uno de los problemas que tiene el mundo desarrollado está atado de alguna y otra forma a regímenes autoritarios. Esos regímenes, organizaciones o ideologías se han ido alineando y producen inestabilidad en las regiones. En el Indo Pacífico son la mayor fuente de inestabilidad con la presencia de barcos que mantienen a Filipinas en ascuas, que amenazan a Taiwán con una invasión a diario, o están lanzando misiles sobre Japón o Corea del Sur y desarrollando arsenal nuclear aun cuando viven en una de las mayores pobrezas del planeta.  Pasa lo mismo con el terrorismo, que es financiado por regímenes autoritarios y que amedrenta las libertades de Occidente.

“Las democracias y las libertades son difíciles de preservar por lo que necesitamos protegerlas. No podemos ser complacientes con las autocracias que intentar vender su modelo como el justo porque no van a exigir el resguardo de los derechos humanos o las libertades de los otros países. Y si esos son las naciones que toman el control del mundo la realidad para las democracias será completamente diferente” advirtió él republicano.

Kissinger y China. Nieves C. Pérez Rodríguez

Henry Kissinger falleció la pasada semana a sus 100 años y su partida ha avivado un caudal de opiniones en cada lugar del planeta. Su astucia y tenacidad hicieron posible la reformulación de la diplomacia del siglo XX y permitió a Washington adentrarse en lugares impensables hasta ese momento, uno de los ejemplos más insignes fue China.

Mientras Kissinger se desempeñó como asesor de seguridad nacional del presidente Richard Nixon viajó en secreto a China en 1971 y comenzó la preparación del terreno para que la visita del propio Nixon a Beijing tuviera lugar un año más tarde.

Un par de años más tarde Nixon nombró a Kissinger secretario de Estado, en 1973, convirtiéndolo por tanto en la primera persona en desempeñarse como asesor en seguridad nacional y secretario de Estado simultáneamente. Continuó ejerciendo ambos cargos hasta 1975 cuando el entonces presidente Gerald Ford lo destituyó de la posición de asesor en seguridad nacional, aunque lo mantuvo como secretario de estado hasta 1977.

Pero no fue hasta 1979 que el entonces presidente Jimmy Carter concedió reconocimiento diplomático total a China. No cabe duda de que el trabajo de Kissinger y la visita del presidente Richard Nixon a Mao Zedong, abrió el nuevo camino a este reconocimiento formal y disipó tensiones de décadas anteriores.

Las relaciones diplomáticas bilaterales se justificaron en la necesidad de sacar de la pobreza a casi mil millones de personas e intentar acabar con el comunismo, lo que es consistente con los valores estadounidenses, especialmente de la época.  A finales de los sesenta la economía china representaba aproximadamente el 10% del PIB estadounidense por lo que objetivamente era imposible que Washington pudiera de manera alguna ver en China un posible competidor en el futuro.

Más de cuatro décadas de relaciones diplomáticas han demostrado que la transformación de China a una democracia no ha sido posible; por el contrario, el Partido Comunista ha desarrollado un novedoso sistema haciendo uso de Occidente para crecer abruptamente, pero sin conceder ningún tipo de libertades  nacionales sino, por el contario, afianzando controles sociales más estrictos y sofisticados cada día, lo que hoy ha llevado a fuertes críticas y abierto un debate entre algunos expertos en los Estados Unidos.

En 2018 Kissinger dijo en relación con ese cuestionamiento en el Wilson Center en Washington que “China y Estados Unidos vieron en el otro un contrapeso a una amenaza de la Unión Soviética. Nos abrimos a China con la que teníamos que hablar en ese momento con el fin de introducir un elemento de cálculo adicional para combatir a los soviéticos”.

China, por su parte, guarda un buen recuerdo de quien se atrevió a buscar traerles al otro lado del mundo. En efecto, Xi Jinping envió un mensaje sentido de condolencias a la familia Kissinger, así como lo hizo al mismo presidente Biden por la partida del Kissinger afirmando que el ex secretario de Estado es considerado un amigo de China de acuerdo con el medio oficial chino China Daily.

El legado de una figura tan prominente no podrá ser borrada de la memoria histórica aun cuando hoy muchos que intentan remarcar decisiones cuestionables e incluso alterar hechos históricos. Es importante observar y juzgar basándose en el momento en el que cada decisión fue tomada y las circunstancias existentes.

Citando a de Kissinger: “él excepcionalísimo estadounidense es misionero y se basa en que Estados Unidos tiene la obligación de difundir sus valores en todas partes del mundo. Mientras que el excepcionalísimo chino es cultural, no hace proselitismo, sino que esperaba que los interesados se acerquen a buscar a China”.  Lo que explica una mentalidad diametralmente opuesta.

 

Ola de virus respiratorios en China. Nieves C. Pérez

Una nueva ola de virus respiratorios ha venido llenando las salas de emergencias de los hospitales y las salas de espera de los pediatras en el norte de China desde principios de octubre. La Organización Mundial de la Salud ha solicitado información a los oficiales chinos para conocer cuáles son los virus que están generando este claro incremento, en busca de dar seguimiento al aumento de casos de niños con enfermedades respiratorias diversas como la gripe, aunque aparentemente también otros patógenos ya conocidos de acuerdo con el ministro de Salud chino.

A priori, los recuerdos nos trasportan a finales de diciembre del 2019 y principios del 2020 en los que se especulaba sobre la nueva neumonía que más adelante fue identificada como el Covid-19, aunque aparentemente de momento se han detectado infecciones como la influenza, los rinovirus, el RSV y otras bacterias comunes que se alojan en el tracto respiratorio como las responsables de esta subida exponencial de casos en niños de acuerdo con el portavoz de la Comisión Nacional de Salud china.

China fue el país que impuso los más duros controles sanitarios a todo lo largo de su territorio con restricciones tan minuciosas que hubo quienes afirmaron que se violaran constantemente los derechos básicos ante la aplicación de tales medidas. La política del Cero Covid se mantuvo vigente aun cuando el resto del planeta había regresado completamente a la vida previa a la pandemia y, en efecto, tales restricciones generaron un negativo impacto económico en el gigante asiático.

Aunque la experiencia nos dice que la información que suministran las autoridades chinas no es confiable, es cierto que en países como Estados Unidos se vivió una escala de virus respiratorios en niños el otoño pasado y en menor medida se ha visto un aumento este año. Los científicos explican estos fenómenos en la falta de inmunidad en los menores quienes fueron protegidos durante la pandemia por lo que sus sistemas inmunológicos no pudieron prepararse o simplemente no estuvieron expuestos a virus cotidianos.

Diversas fuentes chinas afirman que muchos hospitales están colapsados y que incluso los médicos están pidiendo que se lleven a los niños a otros centros de tipo ambulatorio si su salud no está tan comprometida. Muchos centros urbanos incluido Beijing está viendo esta ola de infecciones de menores rebasar la capacidad hospitalaria. Las autoridades chinas no han respondido públicamente a la OMS, pero si han llamado a la calma social ante el aumento de casos de enfermedades respiratorios y justifican este incremento en el levantamiento de las restricciones de tres años de pandemia.

El New York Times aludía a datos de un hospital de niños de la provincia de Anhui en el que los médicos están realizando 67 broncoscopias en un día en comparación con las 10 que suelen realizar a diario.  La BBC, por su parte, citó a varios científicos que afirman que se necesita más información para determinar si existe algún nuevo virus o si por el contrario los casos se deben a virus conocidos y típicos de la estación.

El South China Morning Post publicó videos de hospitales chinos abarrotados de pacientes y afirmó que “diferentes grupos de edad se vieron afectados por diferentes patógenos, pero que la gripe ha sido la principal culpable en todos los ámbitos”, citando a una fuente oficial china.

Aunque de momento no hay una alarma, es positivo ver que la OMS en su condición institucional pidiera explicaciones a las autoridades chinas como parte de sus protocolos para poder determinar posibles nuevas infecciones. No obstante, todo parece indicar que lo más probable es que está situación se debe a la baja inmunidad que tienen los niños, pero nunca se debe obviar la falta de transparencia del gobierno chino con su información oficial, por lo que seguiremos atentos…

 

 

 

 

 

China y Filipinas enfrentadas. Nieves C. Pérez

La periodista Camille Elemia publicó un artículo en el New York Times el pasado 11 de noviembre en el que explica cómo la disputa territorial entre China y Filipinas se ha agravado en las dos últimas décadas lo que se expresa en una especie de persistente ofensiva naval en el mar del sur de China.

La tensión gira en torno a un viejo y oxidado barco de la época de la Segunda Guerra Mundial, el Sierra Madre, que Elemia describe como el símbolo de resistencia que ha evitado que China se haga con las aguas en disputa en mar del sur de China debido a su ubicación estratégica.

En 1999 el gobierno filipino encalló la embarcación en el arrecife en disputa a 120 millas de la costa de la provincia occidental de Palawan, en el Second Thomas Shoal. El barco en cuestión es ahora una especie de base militar y por tanto de vigilancia, a pesar de lo complejo que es surtirlo de suministros debido al constante patrullaje naval chino en esas aguas y sus alrededores.

Hace pocos días el gobierno filipino dio acceso a un grupo de periodistas a una curiosa misión de reabastecimiento que consistió en abordar un barco de la Guardia Costera y luego un bote inflable para poder acercarse a 1000 yardas del Sierra Madre. A bordo, los reporteros fueron testigos de lo caldeada que puede tornarse la situación.

Cerca de la media noche se encontraban a  pocas millas del Sierra Madre cuando cuatro embarcaciones chinas se dispusieron a perseguir al barco de la Guardia Costera filipina.  A eso de las seis de la mañana los barcos chinos bloquearon al filipino, lo que les obligó a hacer una maniobra para poder escabullirse, riesgosa situación que se produjo varias veces.

En el  transcurso de las horas, China envió más patrullaje, al igual que hizo Filipinas, pero, claro, cada uno en su medida y tamaño, seguido por alertas de radio donde los filipinos recordaban que de acuerdo con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar esas acciones son ilegales. Los oficiales chinos por su parte respondían con “salgan del área inmediatamente”.

El mismo día, el gobierno filipino presentó una protesta ante China que fue respondida por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino bajo la afirmación que había sido violada de la soberanía china.

Filipinas está actuando en consecuencia con un dictamen de un tribunal internacional del año 2016 que declaró que el Second Thomas Shoal está a menos de 200 millas náuticas de Palawan y por tanto es zona económica exclusiva filipina. China, por su parte, reclama el noventa por cierto del Mar de China meridional y ha rechazado el fallo.

Este tipo de confrontaciones son cada día más frecuentes en este mar y preocupan muchísimo porque China se muestra más agresiva y decidida a continuar ese patrón.

El podcast  “One decision”, en su episodio pasado, abordó este mismo tema la semana pasada y entrevistaron al   contraalmirante filipino Romel Jude, quien explicó que el punto de escala de la disputa. en su opinión. coincide con el ascenso de Xi Jinping al poder en el Partido Comunista chino. “A lo largo de los años lo hemos visto eliminar a sus rivales dentro del partido y acumular poder”.

En cuanto al Sierra Madre, Jude sostiene que es un barco decrépito, pero técnicamente sigue siendo un barco operativo. Está en la lista de buques activos, precisamente para preservar su estatus jurídico en servicio con todos los derechos, y, en efecto, hoy es un buque de guerra en pleno funcionamiento.

Ahora bien, se necesita reparar al Sierra Madre para poder detener su deterioro. Esto es una medida a corto plazo aunque necesaria. Lo que realmente se necesita es construir unas nuevas instalaciones permanentes dentro del Second Thomas, afirma Jude. De lo contrario, estaríamos perdiendo la estructura para nuestras tropas y lo que acabaría pasando es que perderíamos el Second Thomas Shoal de manos de Beijing, sostiene.

China tiene su Armada, su Guardia costera y su Milicia Pesquera operando en conjunto para crear una especie de muro de contención alrededor de este archipiélago para precisamente dificultar las operaciones de abastecimiento filipino, por lo que es clave que Filipinas, junto con otras naciones, no se relajen ante las pretensiones y abusos chinos en la región.

En el Mar del Sur de China hay muchas disputas abiertas: China, Taiwán, Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi en diferentes medidas tienen reclamaciones, pero China reclama y explota casi todo el territorio incluso el que es plataforma económica exclusiva de otros países.

Manila está buscando poner distancia con Beijing. En efecto, a principio de noviembre anunció que no formarán parte de los proyectos de infraestructura de la gran iniciativa de la nueva Ruta de la Seda (BRI por sus siglas en inglés) lanzadas por Xi en 2013. China tenía previsto el desarrollo de proyectos en Filipinas por un valor cercano a los 5000 millones de dólares. El 7 de noviembre esta columna escribió sobre ese tema para más información https://4asia.es/2023/11/07/filipinas-dice-no-a-la-ruta-de-la-seda-nieves-c-perez-r/

El nuevo gobierno filipino entiende que, por su condición de archipiélago con más de siete mil islas, es fundamental conservar la libertad de los mares y su salida libre al océano. Su supervivencia y la de muchos otros países en el Mar del Sur de China depende de esta condición y Manila parece estar apostando todos sus recursos incluso acercándose a Washington y sus aliados para conseguirlo.

Filipinas dice NO a la Ruta de la Seda. Nieves C. Pérez R.

Manila anunció que Filipinas no formará parte de los proyectos de infraestructuras de la gran iniciativa de la nueva Ruta de la Seda china (BRI por sus siglas en inglés) lanzada por Xi Jinping en 2013.

El anuncio de la terminación de los proyectos por un valor cercano a 5.000 millones de dólares se dio posterior a la visita del presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. al foro que tuvo lugar hace un par de semanas en Beijing para celebrar los diez años del lanzamiento de esta iniciativa, la más ambiciosa lanzada por China.

El Senado filipino, por su parte, ya había expresado que “casi todas las iniciativas claves de inversión china en Filipinas estaban siendo reevaluadas debido tanto a factores económicos como políticos”. El ex presidente filipino, Rodrigo Duterte (2016-2022) había fortalecido la relación y acercamiento con China, por lo que este cambio de dirección de manos del actual presidente marca un cambio total.

Marcos Jr. entiende que la cercanía con Beijing es perjudicial para los intereses nacionales, en parte motivado por los “créditos trampa” que ha venido proveyendo Beijing por el mundo, quizás el mejor ejemplo es Sri Lanka y el efecto devastador para su economía.

Además, no se puede dejar a un lado las disputas y agravios en el mar de China meridional. Hace tan solo unas semanas Manila protestaba fuertemente por las “cada vez más provocativas y peligrosas maniobras de la guardia costera y los barcos de la Armada de China. El último y muy grave accidente tuvo lugar el 22 de octubre en el que dos barcos chinos bloquearon y chocaron por separados con dos barcos filipinos cerca del Second Thomas Shoal”, en las disputadas islas Spratly, que fue extensamente reportado por los medios.

Estas disputas no son nuevas ni tampoco las protestas. En efecto, Manila ganó el caso de arbitraje en el 2016 sobre la Isla Scarborough que China reclama también como suyas. Además de que China envía barcos a pescar en esas aguas, probablemente para mantener presencia y vigilancia.

Paralelamente, el primer ministro japones, Kishida Fumio, visitó Filipinas la semana pasada para expresar su solidaridad mientras se presenta como una alternativa regional frente al liderazgo chino. Un viaje que busca recomponer relaciones históricas complejas mientras se presentan como la opción más prooccidental en la región.

Washington, mientras tanto, ha venido haciendo su parte fortaleciendo alianzas con los aliados e incluso acercándolos. Así quedó sentado en el encuentro trilateral en Camp David en el que Biden recibió con los mayores honores a los lideres de Corea del Sur y de Japón en agosto y los hizo comprometerse en trabajar en conjunto.

En septiembre, Biden se tomó el tiempo necesario para hacer una visita estratégica a Vietnam y expresarles la importancia que tienen para los estadounidenses este país; elevando de esta manera las relaciones bilaterales.  Todo mientas arma a Taiwán para que Beijing entiendan que ni están desprovistos ni están solos.

Lo que ha venido ocurriendo en los últimos años es un despertar para algunas naciones que vieron en China su solución económica y empiezan a evaluar el futuro de esas relaciones y el precio de la dependencia económica de un país como China. Algunos ya están pagando un altísimo precio, otros como Filipinas entienden que por su propia condición de archipiélago de más de siete mil islas es imperioso la libertad marítima para su supervivencia, por lo que alejarse de Beijing mientras se acercan a los aliados occidentales puede ser la única solución a su supervivencia.

 

La alianza “five eyes” se reúne en público. Nieves C. Pérez Rodríguez

La alianza “five eyes” es una poderosa coalición compuesta por cinco países anglófonos que desde 1941 han desarrollado una red de inteligencia global de vigilancia e intercambios de información sin precedentes.

El exclusivo club lo conforma Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido y Nueva Zelanda y desde el fin de la Segunda Guerra Mundial ha servido para intercambio de datos y, con el tiempo. esta asociación ha ampliado su alcance y se ha convertido en una parte integral de las operaciones globales de seguridad e inteligencia.

Las operaciones llevadas a cabo por “five eyes” se han mantenido siempre con discreción y sus encuentros y avances también se han producido bajo una sombra de secretismo debido a su misma naturaleza. Sin embargo, la semana pasada se llevó a cabo un encuentro histórico de los lideres de cada una de las agencias de inteligencia de los cinco países en California, en el Instituto Hoover de la Universidad de Stanford.

El encuentro fue convocado con el nombre de Cumbre de Seguridad de Tecnologías Emergentes y Seguridad de la Innovación y fue moderado por la ex secretaria de Estado Condolezza Rice y contó con la presencia de corresponsales internacionales.

De acuerdo con la página web del FBI, la cumbre fue convocada con el objetivo de traer a la luz la amenaza del robo de tecnología, especialmente de parte de china y para ayudar a los investigadores y otros actores de la industria a proteger su propiedad intelectual para evitar que pueda ser robada o explotada.

“No hay mayor amenaza para la innovación y el avance tecnológico que el gobierno chino, por lo que nuestros servicios de inteligencia toman esa amenaza tan seriamente que decidimos unirnos para tratar de generar conciencia, aumentar la resiliencia y trabajar estrechamente con el sector privado para intentar construir una mejor protección para el sector de la innovación” fueran las palabras de apertura del director del FBI, Christopher Wray.

La mayor obsesión de este grupo en los últimos años ha sido la tecnología y las brechas que estas pueden dejar abiertas. En tal sentido, el bloqueo a Huawei promovido por Washington se puede comprender y hasta justificar, puesto que si algunos de los miembros usasen tecnología china la información de ese país estaría en manos de Beijing su principal rival y adversario.

“La cumbre es una respuesta sin precedentes a una amenaza sin precedentes y el lugar del encuentro, Silicon Valley, habla del tipo de amenaza y nuestra la manera de contrarrestarla” dijo Mike Burgess, director general de la Organización Australiana de Inteligencia y Seguridad.

“Hay mucho en juego en las tecnologías emergentes. Las naciones que lideran el camino en áreas como la Inteligencia Artificial, la computación cuántica y la biología sintética ejercerán el poder en nuestro futuro colectivo. Es crucial que permanezcamos alerta y respondamos antes de que sea demasiado tarde”, fue uno de los argumentos aportados por Ken McCallum, el director del MI5, la agencia de inteligencia británica.

El Partido Comunista chino fue calificado por él director del FBI como la principal amenaza para la tecnología y la innovación global por lo que las asociaciones son la mejor manera de contraatacar. Así mismo aprovechó para ratificar su apoyo a salvaguardar las tecnologías emergentes del robo y la explotación, incluido el posible uso inapropiado de la inteligencia artificial.

Este histórico encuentro se da en medio de una de las peores crisis internacionales de las últimas décadas. En medio de la imposición de restricciones a China en la adquisición de ciertos componentes como los microchips, la cercanía de Xi y Putin y ante el inminente riesgo de robo de secretos tecnológicos que llevan consigo grandes vulnerabilidades y ponen en detrimento de las libertades tal y como se entienden en occidente.

Los ataques de hoy no son solo con misiles o tanques, los peores ataques de hoy son a través de las redes sociales como TikTok con el robo de información de los usuarios incluidos menores de edad y los ciberataques que son miles al día a agencias oficiales, empresas o individuos. La penetración de información falsa que circula por internet y que desvirtúa la realidad para menoscabar la base de los sistemas democráticos requiere medidas fuertes que buscan denunciar y parar estas prácticas.

La alianza de “Five Eyes” con este encuentro público prueba la urgencia de denunciar la actual situación, generar conciencia social y proteger contra estas acciones malignas a las sociedades democráticas.

En medio del caos internacional Xi busca protagonismo. Nieves C. Pérez Rodríguez

Mientras las guerras se convierten en las protagonistas de esta década, dejando a su paso todo tipo de tragedias humanas y desoladoras imágenes en Europa y en el Medio Oriente, la inestabilidad internacional es cada vez mayor y la incertidumbre parece que empuja a los lideres a mantener sus cuotas de control.

Probablemente basado en ese principio, Xi Jinping decidió organizar un foro a gran escala en el que se conmemoraron los diez años del lanzamiento de la Ruta de la Seda (BRI por sus siglas en inglés Belt and Road Initiative) que es la iniciativa más ambiciosa lanzada por China y propuesta maestra del mismo Xi.

Curiosamente, este evento de gran envergadura que contó con la asistencia de mil doscientos participantes de ochenta países de acuerdo con datos oficiales, se mantuvo en discreto silencio hasta tan solo seis días antes de que tuviera lugar él mismo.

Este foro ha sido el primer encuentro multitudinario organizado por Beijing después de tres largos años de aislamiento debido a la pandemia en el que se cerraron herméticamente al mundo. Hoy, China se encuentra sumergida en una crisis económica profunda y un aislamiento que busca concluir y nada mejor que aprovechar una excusa como el aniversario del lanzamiento del BRI.

La Iniciativa de la Ruta de la Seda es un proyecto monumental que busca conectar todos los continentes a través de una red comercial y de infraestructura. Está concebido en dos partes: la primera sería la terrestre que incluye viajes por ferrocarril, carretera y enlaces de vías existentes, partiendo de China pasando por Asia Central y terminando en Europa, que corresponden con las antiguas rutas comerciales ya descritas por Marco Polo. La segunda parte la constituye las vías marítimas, zarpando de puertos chinos con destinos a puertos en el Mediterráneo y puertos en África.

El comercio entre China y los países a lo largo del BRI en el 2022 alcanzó intercambios por casi dos billones de dólares, de acuerdo con CGTN, medio oficial chino, quien además sostiene que “Beijing ha firmado acuerdos de cooperación con 152 países y 32 organizaciones internacionales, lo que representa un 60% de la población mundial”.

Aunque también se debe hay subrayar que, con la desaceleración del crecimiento económico chino, el número de proyectos y el dinero destinado al BRI ha disminuido en los últimos años debido a las tremendas deudas que los países receptores deben a China como es el caso de Zambia, que se encuentra actualmente reestructurando su deuda y en donde muchos de los proyectos o han tenido problemas o han sido un fiasco.

Xi hizo el lanzamiento del BRI en el 2013 con bombos y platillos, como la propuesta geopolítica más ambiciosa y, a la lo largo de esta década lo ha venido promocionando como una ventaja para cada país involucrado, pero lo cierto es que desde hace unos años la iniciativa ha estado rodeada de grandes controversias que la describen como “préstamos trampa o predatorios” que en algunos casos han producido tal caos como el de Sri Lanka o proyectos que han dejado daños ambientales irreparables en Latinoamérica.

El mismo presidente Biden definió los compromisos del BRI como “acuerdos de deuda y soga de ahorcamiento que China establece con otros países”, y en muchos casos ha sido literalmente de esa forma, los créditos han sido tan altos, los intereses tan elevados y el proyecto tan ambicioso o tan mal ejecutado que no ha representado sino grandes problemas para el país receptor.

Beijing ha querido aprovechar este momento para reforzar su liderazgo internacional en medio del caos global.  Han recibido lideres como Vladimir Putin, a pesar de que Rusia no está dentro del mapa trazado del BRI. Por su parte Putin aprovechó también él escenario para presentarte como otro líder importante, a pesar de que ahora no puede asistir a casi ningún otro evento internacional. Mientras tanto China sigue sin condenar la invasión rusa a Ucrania.

En esta la tercera vez que se lleva a cabo el foro asistieron una veintena de jefes de Estado y de gobierno en su mayoría de países en desarrollo del sur de Asia, Medio Oriente, África y América Latina.

China se presentó como el mayor interesado en promover y defender la agenda de desarrollo económico global a través de las infraestructuras y la industrialización, retoma su protagonismo y hace que los medios hablen de China y de Xi como los anfitriones de un evento que impulsa los intercambios mientras los lideres occidentales hablan de Israel y Hamás, se reúnen con los lideres del Medio Oriente intentando conseguir apoyos en la nueva guerra abierta que tenemos…

 

 

 

 

El Senado americano busca controlar la penetración china en EEUU. Nieves C. Pérez R. 

La penetración de la inteligencia e influencia china en todos los niveles es motivo de gran preocupación para las autoridades estadounidenses, por lo que la semana pasada el Comité de Inteligencia del Senado llevó a cabo una audiencia que buscó descifrar las claves para limitar dichas actividades.

A la audiencia fueron invitados expertos a testificar ante los diecisiete senadores que forman el comité bipartidista. En este caso fueron tres los testigos que explicaron cómo son las operaciones de influencia china en los Estados Unidos basados en rigurosos estudios y propusieron algunas medidas de prevención.

Uno de los expertos fue Dr. Glenn Tiffert, experto en China e investigador del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford, quien propuso varias recomendaciones para contrarrestar el espionaje chino. La primera de ellas es que deben aumentarse los fondos que financian investigaciones y publicaciones sobre las operaciones malignas de influencia extranjera. Explica que, aunque los servicios de inteligencia estadounidenses rastreen las operaciones del Partido Comunista chino, se encuentran con limitaciones de recursos y restricciones para divulgar la información al público.

Tiffert expuso que las operaciones malignas de influencia extranjera abarcan todo el ámbito de actividades tanto legales como ilícitas, incluidas las de comunicación y asociaciones protegidas donde las autoridades a su vez tienen limitaciones para  compartir la información, debido a los mismos protocolos y que esas barreras son precisamente las que propone romper para entonces poder cruzar más información.

Resaltó también que operaciones discretas de influencia, que pueden incluso parecer triviales, pueden producir efectos profundos, moldeando la forma de actuar y pensar de algunos. “Las operaciones de influencia más exitosas son aquellas que pasan desapercibidas” afirmó.

Sarah Cook, fue otra de los testigos invitados, asesora en temas sobre China, Hong Kong y Taiwán para Freedom House, la organización que se dedica a estudiar el estado de las democracias y la libertad en el mundo. Su testimonio se centró en cómo el Partido Comunista chino y los actores relacionados están intentando influir en los medios, las noticias y los flujos de información en los Estados Unidos.

Cook afirma que han observado una importante intensificación de la represión y control en China en los últimos diez años. Y de la misma forma, en el plano exterior, el PC chino y sus actores, entiéndanse corporaciones, empresarios, estudiantes, profesores y sus centros culturales, embajadas, etcétera… están intentando influir en los medios, las noticias y los flujos de información en los Estados Unidos en temas domésticos y de percepción.

“Va mucho más allá de la simple propaganda. Hemos identificado cinco categorías tácticas que utilizaron para cada país: propaganda, desinformación, censura e intimidación, control sobre la infraestructura de distribución de contenidos y capacitación para trabajadores de medios con el objetivo de exportar el modelo de control de información del PC chino”.

En el caso específico de los Estados Unidos, la investigación determinó que enfrenta un grado de influencia mediática de Beijing muy alto. Aunque Cook reconoce a su vez que pudieron determinar también un alto grado de resiliencia estadounidense ante estas tácticas.

Desde el 2019 la narrativa china se centra en culpar a Estados Unidos del deterioro de las relaciones bilaterales, encubrir los fuertes controles internos en China y desviar la culpa de China del Covid19 mientras señalan otros culpables como los mismos Estados Unidos, mientras justifican las razones de la incorporación de Taiwán al territorio chino.

Cook sostiene que Beijing mantiene un arsenal de tácticas y canales para influir en el panorama informativo estadounidense desde que la opinión pública es cada vez más negativa hacia China. Se trata de campañas de desinformación, el pago de redes sociales y el pago de influencers, ataques cibernéticos a medios de comunicación, acoso digital a periodistas y publicaciones de artículos o entrevistas de altos funcionarios chinos como sus embajadores a medios de comunicación muy importantes en América.

“Huawei ha contactado directamente a periodistas estadounidenses para intentar cambiar la narrativa sobre la empresa de telecomunicación, ha organizado entrevistas en podcasts, en medios virtuales, facilitado la aparición de sus ejecutivos en televisión” todo para cambiar la opinión pública.

Cook también afirma que han podido determinar que actores como políticos estadounidenses que tuvieron en el pasado posiciones de poder o influyentes, o grupos de extrema izquierda han intentado restar importancia a la violación sistemática de derechos humanos en grupos como los uigures y en casos más extremos hasta negándolos. Algo similar ha sucedido con comentaristas de extrema derecha que han expresado admiración a acciones del PC chino como la movilización de grupos sociales de manera autoritaria con la idea de aliviar la pobreza.

Concluye recomendándole al gobierno estadounidense incrementar el estudio del mandarín en los funcionarios, puesto que muchas de las campañas de desinformación se hacen en chino y cuyo objetivo es la diáspora. Propone hacer seguimiento a aplicaciones como WeChat y TikTok ya que pueden ser una amenaza a la libre expresión de millones de estadounidenses. Y sugiere también al congreso pedir más explicaciones a los ejecutivos que representan dichas empresas chinas en Estados Unidos sobre la protección de datos de los ciudadanos.

 

Y por último Alan Kohler, subdirector de inteligencia retirado del FBI, quien ha sido un testigo habitual en el congreso durante años, se expresó en un tono mucho más directo y menos académico, pero si alarmista. “El PC chino es una amenaza al estilo de vida de los estadounidenses, puesto que busca destruir de diversas formas nuestra sociedad libre y justa, desafiando las normas internacionales, robándose nuestros empleos e innovaciones y evitando la transparencia y la justicia”.

Explica que China usa la represión transnacional, cuando amenaza e intimida en pro de sus objetivos. En el caso de Estados Unidos la lista de víctimas incluye: la diáspora, los disidentes, opositores políticos, periodistas y defensores de las democracias y los derechos humanos. Y las formas en que lo hacen es a través del acoso en línea, amenazas a los familiares y amigos en el extranjero.

Partiendo de su profundo conocimiento de los métodos perversos utilizados por el PC chino, Kohler recomienda al Congreso estadounidense incrementar los esfuerzos en educar e informar a las poblaciones en mayor riesgo de ser objetivo y concienciar al público en general sobre las intenciones y tácticas del PC chino para que puedan identificar cuando están siendo manipulados.

Recomiendo también que se ponga en marcha una nueva legislación que criminalice las actividades transnacionales de represión que se practican en la población en riesgo descrita arriba.

“El modo de operar del gobierno chino exige una respuesta de todo el gobierno y toda la sociedad.  De no darse un esfuerzo mancomunado del público en general y las corporaciones y el gobierno estadounidenses, China podría salirse” con la suya concluyó Kohler.

 

70 años de la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur. Nieves C. Pérez Rodríguez

En el marco de la celebración de los setenta años de relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Corea del Sur, el think thank CSIS (Center for Strategic and International Studies) con base en Washington organizó su Foro anual de alto nivel en el que especialistas de ambos lados del Pacifico analizaron lo que han sido estás relaciones y el futuro de las mismas. El foro se llevó a cabo a principios de esta semana y analizó la evolución de las relaciones entre Washington y Seúl paralelo con los retos que se encuentran ambos países y la región.

“Durante los últimos setenta años, los fuertes vínculos que se han construido entre los Estados Unidos y la República de Corea han resultado en innumerables beneficios económicos, diplomáticos y estratégicos para nuestras dos naciones” fueron las palabras del Senador estadounidense Chris Van Hollen quien ha sido uno de los grandes partidarios de una estrecha relación con Seúl y quién, además, ha dedicado en parte su carrera política a defenderla.

El Senador Van Hollen introdujo en abril una resolución bipartidista ante el Senado que reconoce el 70 aniversario del tratado de Defensa Mutua entre ambas naciones que tal y como reza el documento reafirma la alianza bilateral como eje de la seguridad y prosperidad en la región del Indo-Pacífico.

Varios de los expertos, tanto estadounidenses como surcoreanos, coincidieron en que los políticos tienen que buscar puntos en común para involucrar a la sociedad civil y hacerles ver la importancia de mantener una fuerte cercanía entre las naciones. Sobre todo en Seúl, donde no siempre los partidos políticos coinciden en el nivel de profundidad que deben presidir dichas relaciones.

Él secretario de Estado, Antony Blinken, abrió el foro asegurando que la Administración Biden ha fortalecido todos los aspectos de la asociación con Corea del Sur, empezando con la seguridad. “Si nos remontamos siete décadas atrás, nuestras dos naciones se unieron en una alianza forjada con sangre, un pacto sellado por el sacrificio compartido de miles de nuestros miembros que lucharon juntos y murieron juntos para defender a Corea, la libertad y la democracia”.

Blinken aseguró que la histórica cumbre de Camp David realmente marcó el comienzo de una nueva era en la cooperación trilateral entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, mientras reconoció la valentía del presidente Yoon y del primer ministro Kishida quienes están abordando aspectos delicados y sacando adelante una agenda ambiciosa y positiva para todos.

En este sentido, a Christ Johnstone, experto en el Indo-Pacífico, y que ha sido asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca en dos ocasiones, le preocupa lo que serán los resultados de las elecciones de abril en Corea del Sur, pues de haber un cambio político podría cambiar la prioridad del gobierno actual. Mientras, admite que la guerra de Ucrania fue un catalizador de cambios históricos en las políticas de defensa y seguridad de Japón.

Un elemento en el que coincidieron muchos de los expertos fue que los políticos deben buscar punto en común para involucrar a la sociedad civil, explicar que unas relaciones bilaterales o trilaterales profundas benefician los intercambios económicos, culturales y en general a todos los niveles de cooperación.

Lee Jaemin, profesor de la Universidad de Seúl, explicó que es crítico que se explique a la sociedad civil que a pesar de las diferencias históricas entre Japón y Corea del Sur la cooperación es necesaria sobre todo considerando un escenario de invasión de Taiwán. Y las respuestas chinas a estas alianzas incomodan al ciudadano de a pie.

Lim Eunjung, profesora de la Universidad Nacional de Kongju (Corea del Sur), hizo una reflexión sobre las relaciones entre Tokio, Seúl y Washington y la necesidad de que lleguen a institucionalizarse a través de normativa sobre la cadena de suministro y acceso a tecnología. Así como afirmó que debe haber más que beneficios políticos tangibles para los electores nacionales.

La dinámica del Indo-Pacifico ha cambiado radicalmente en los últimos siete u ocho años en los que él temor de que China invada Taiwán se ha hecho más patente y por tanto la preocupación de que China tenga mayor control en la región. Por lo que el debate gira alrededor de Taiwán bien sea en el tema económico, político o de seguridad.

Ahora bien, la visita de Kim Jong-un a Rusia ha trastornado el tablero regional y abierto otros escenarios que no se contemplaban como inmediatos, esa es la opinión de Victor Cha, ex asesor de seguridad nacional y probablemente unos de los expertos en Corea más respetados en Washington.

Cha teme que Putin podría enviar tecnología nuclear a Kim dando la impresión de que es combustible y si eso sucediera Pyongyang podría entonces desarrollar con gran facilidad armas nucleares de gran alcance. Mientras, admite que para Xi Jinping está nueva cercanía entre Rusia y Corea del Norte es incomoda y preocupante.

A Sue Mi-Terri, ex CIA y experta en la península coreana, le preocupa mucho lo que puede salir de la cercanía entre Putin y Kim, aunque predice que Pyongyang en su habitual comportamiento buscará negociar con Occidente de nuevo, porque lo necesitan. Mientras, afirmó que Beijing tiene que estar muy incómodo con que Kim y Putin estén jugando a ser amigos.

Para los expertos en ambos lados del Pacifico los setenta años de relación entre la República de Corea y Estados Unidos se resumen en las palabras del senador Van Hollen “en un innumerable beneficio económico, diplomático y estratégico para ambos. Celebran valores comunes y él progreso que se ha logrado la asociación que sirve como eje para la paz y la prosperidad en la región”.

Y dadas las circunstancias, la vía es continuar anexando aliados, más allá de Japón, que es sin duda clave, cualquier otra nación que quiera seguir soberana y libre debe considerar este tipo de alianza a diferencia de la alternativa.

 

 

Biden en Hanoi, estrategia y liderazgo. Nieves C. Pérez Rodríguez

Biden saca máximo provecho de su viaje a Asia haciendo una parada estratégica en Vietnam con el propósito de mostrar el tremendo interés que Washington tiene en la región y especialmente en ese país. La visita busca, además de cultivar y ampliar la lista de aliados, reforzar la relación bilateral y elevarla a un nivel más estratégico, “estamos avanzando a una era de mayor cooperación cincuenta años después que las tropas estadounidenses se retiraran” fueron algunas de las afirmaciones hechas por el presidente Biden durante la visita.

La comitiva del viaje estuvo conformada por un grupo de destacadas figuras de la Administración que buscan profundizar las relaciones bilaterales a todos los niveles con énfasis en la parte económica llevando la producción de semiconductores a Vietnam y con ello blindando otro frente de protección contra China.

Vietnam tiene enormes reservas de metales raros que serían claves para la creación de una cadena de suministros alternativa a China. Justamente un elemento que tiene obsesionado a los estadounidenses después de los problemas de abastecimiento que ocasionó la pandemia y los cierres de puertos e industrias en China.

Dada la complejidad del sistema político y jerárquico en Vietnam, Biden se tomó el tiempo de reunirse en privado con cada uno de los líderes nacionales, como el primer ministro Pham Minh Chinh, el presidente de la nación, Vo Van Thuong y el presidente de la Asamblea Nacional, Vuong Dinh Hue, así como también lo hizo con el Secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phú Trong, que es un veterano en política doméstica muy respetado, por lo que el encuentro trascendió de lo meramene diplomático.

Está visita de Estado eleva a otro nivel la relación entre dos viejos rivales cambiando considerablemente el tablero regional, aún cuando el establecimiento de relaciones formales entre Vietnam y Estados Unidos tuvo lugar en 1995 de manos del presidente Clinton y más adelante, en  2013, se estableció el acuerdo de integración integral que ha estado vigente y rigiendo las relaciones hasta ahora y que permitió una intensa relación bilateral.

Las favorables reformas puestas en práctica en Vietnam en los ochenta, a pesar de su sistema comunista, arrojaron un resultado muy positivo para la nación, consiguió entrar en la OMC en el 2007 y ha venido ocupando un lugar estable en el crecimiento económico desde 2010.

El protagonismo de Vietnam ha ido aumentando en las dos últimas décadas, sin duda. Hasta fue él lugar escogido para el segundo encuentro entre Trump y Kim Jong-un, y que los vietnamitas supieron aprovechar para mostrar un país que trabaja por la paz internacional, activo en las organizaciones internacionales como la ASEAN y encauzado en su propio desarrollo.

Durante el encuentro del G20, al que el presidente chino, Xi, decidió no asistir y ante los rumores sobre las razones de su ausencia junto con la visita oficial de Biden a Vietnam, los chinos no tardaron en protestar con múltiples y arriesgadas maniobras marítimas en el mar del sur de China mostrando su poderío naval, además de haberlo hecho a través de sus portavoces, quienes han afirmaron que Washington sigue expandiendo su mentalidad de guerra fría en el Pacífico.

En otra forma de queja, Beijing también anunció que detendría las exportaciones agrícolas vietnamitas, lo que supone un golpe para su economía, pues los contenedores de fruta listos para zarpar a China se han quedado varados en puerto vietnamita dada la retaliación y con la incertidumbre de cualquier otra medida china que pueda venir.

De acuerdo con el Observatorio de Complejidad Económica (OEC), solo en junio de 2023 China exportó 11 mil millones de dólares a Vietnam e importó más de 8,4 mil millones de dólares de Vietnam por lo que mantiene una intensa actividad comercial bilateral.

Washington entiende como necesaria la relación con Vietnam además de consolidar aliados porque Hanoi mantiene una relación histórica con Rusia desde la época de la Unión Soviética. En efecto, justo a horas de que aterrizara la comitiva de la Casa Blanca en Hanoi, Hannah Beech, periodista del New York Times, publicaba un artículo en el que afirma que Vietnam está negociando en secreto con Moscú la compra de armamento, tal y como muestra un documento de marzo de este año. Por lo que los estadounidenses también estarían buscando la decapitación de ese supuesto acuerdo mientras apuestan por venderles sus armas.

Como han afirmado altos funcionarios estadounidenses, Rusia es una piedra incomoda que molesta y que, no se puede desatender y, a pesar de que no sea lo que fuera. todavía representa un gran riesgo. No hay mejor ejemplo que la guerra de Ucrania por lo que es necesario neutralizarla. Pero hoy en día él mayor peligro que enfrenta el mundo, sin lugar a duda es China por lo que todos los pasos que se den en unificar fuerzas para proteger el estado de derecho internacional y las libertades tal y como las hemos conocido son pocos.

Vietnam tiene todo para convertirse en la nueva China donde ya algunas empresas han comenzado a situarse, y otros inversores podrían potencialmente ver como un destino muy atractivo. Cada vez más empresas estadounidenses anuncian su salida de China, bien sea por la presión política interna, las sanciones o por su propia seguridad, y la visita de Biden certifica a Vietnam como un atractivo destino económico, además de un estratégico aliado regional necesario.