THE ASIAN DOOR: Ant Group marca el cambio de era. Águeda Parra

La salida a bolsa de Ant Group, conocido anteriormente como Ant Financial, uno de los grandes emblemas de la factoría Alibaba, va a hacer historia en la próxima oferta pública de venta (OPV) cuando comience a cotizar en las bolsas de Shanghai y Hong Kong. Un unicornio chino que va a protagonizar la OPV más importante de la historia con una recaudación prevista de 34.500 millones de dólares, alcanzando un valor de mercado que rondará los 315.000 millones de dólares, similar al producto interior bruto (PIB) de Noruega, superando además la capitalización de mercado del banco norteamericano JPMorgan Chase, el más importante de Estados Unidos.

La expectación ante la próxima oferta pública de Ant Group no solamente está relacionada con la valoración que alcanzará el unicornio chino. Existen otros factores relevantes que convierten la salida a bolsa de la mayor Fintech del mundo en un promotor de un cambio de era en la industria financiera mundial.

Ant Group es la matriz de Alipay, la plataforma de pagos móviles más importante de China y su valoración en el mercado después de la oferta representará alrededor del 40% del valor total de las cotizaciones de empresas tecnológicas, al estilo del índice NASDAQ. La mayor OPV de la historia no se realizará en Nueva York, considerado el mayor mercado de valores del mundo en volumen monetario y el primero en número de empresas adscritas, marcando un hito importante en el mercado bursátil mundial al aupar la bolsa de Shanghai a la cima de las clasificaciones mundiales en términos de efectivo recaudado en 2020, a un nivel comparable a la bolsa de Hong Kong. Justo cuando las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y China no atraviesan su mejor momento, el gigante asiático posiciona dos mercados bursátiles importantes para lanzar operaciones de salida a bolsa en Asia.

No es la primera vez que China acoge la OPV más importante del mundo. La salida a bolsa del banco chino ICBC en 2006 ya estableció un registro récord al recaudar más de 19.000 millones de dólares en una operación que entonces supuso el impulso para la modernización del sistema financiero de China. En esta ocasión, los ingresos de Ant Group proceden principalmente de la plataforma Fintech y la popularidad de sus servicios han convertido al gigante asiático en el referente mundial en los pagos móviles con una penetración entre los usuarios de smartphones del 81,4%, el doble de lo que sucede en otros países que han conseguido implantar de forma significativa los pagos móviles, según eMarketer.

Pero esta OPV supone también la victoria por los datos. La apuesta de Alibaba con Ant Group para construir una infraestructura financiera moderna en la era digital está ampliamente replicada entre casi todas las principales tecnológicas de China que también han invertido en desarrollar sus propios sistemas de pago, como Tencent con WeChat Pay, y las plataformas propietarias de Meituan, Didi, Baidu y Xiaomi. La Fintech más popular de China ha aprovechado precisamente el valor de la tecnología para analizar la información que dispone de sus usuarios y evaluar la solvencia crediticia para emitir préstamos. De esta forma, Ant Group amplía su liderazgo resolviendo las necesidades financieras de consumidores y de pequeñas empresas que por su tamaño no resultarían atractivas a los grandes bancos estatales chinos.

El poder de la Fintech china no pasa desapercibido para el intenso control regulatorio por parte de Pekín. De ahí que el objetivo de desplegar la nueva moneda digital china (DCEP) entre los consumidores pueda encontrar el inconveniente de que prefieran seguir utilizando los medios de pago móviles habituales ante el liderazgo y la popularidad de Ant, resultando más complejo el control sobre el coloso creado por Alibaba. El modo en que terminen encajando ambos modelos determinará a la larga cuál será el rol de la Fintech en la industria financiera de China.

THE ASIAN DOOR: La pirámide (invertida) de la digitalización financiera. Águeda Parra.

Apenas dos décadas separan el nacimiento de Internet del mundo digital en el que nos movemos actualmente. En este tiempo, el despliegue de las tecnologías ha ido definiendo la evolución de los servicios disponibles. Sin embargo, una pandemia y nuevas necesidades tecnológicas están imprimiendo un ritmo de digitalización más dinámico, imponiendo una aceleración en la transición hacia el siguiente nivel tecnológico, a diferencia de cómo había sido hasta el momento.

Algunos estudios muestran que han bastado dos meses de pandemia para acelerar la digitalización mundial cinco años, un efecto al que el sector financiero no ha sido ajeno. La situación de crisis sanitaria ha impulsado de forma significativa las previsiones de crecimiento del mercado e-commerce a nivel global, a la vez que se ha acelerado la transición entre los pagos físicos a los móviles. De hecho, el efecto del COVID-19 ha generado un incremento en los niveles de transacciones de pagos digitales similar al que estaba previsto alcanzar en un intervalo de dos a cinco años vista. Y es precisamente esta aceleración de las tendencias digitales en el entorno FinTech lo que va a provocar la disrupción en el sector. Aquellos que sepan adaptarse a las nuevas necesidades digitales verán impulsada su actividad, mientras que la selección natural darwiniana dejará atrás a los que se vean superados por los ritmos de digitalización que ha impuesto la pandemia.

Una nueva era. Así es como ya ven los mercados de capitales la rápida irrupción de las empresas FinTech en el mercado financiero. Si los avances tecnológicos han promovido el despliegue de nuevas generaciones de telefonía móvil, los servicios implementados han ido evolucionando igualmente al ritmo (o incluso a mayor velocidad) al que lo ha hecho la tecnología. El valor de los bancos convencionales parece estar en caída libre. Si en una década han pasado de representar el 95% al 81% del valor del mercado total de la industria bancaria y de pagos, solamente en el último año han caído al 72%. Espacio que han ido ocupando las empresas FinTech que ya representan un 11%. Entre ellas destacan la china Ant Group y la estadounidense PayPal, cuyo valor de mercado se ha duplicado este año hasta los 900.000 millones de dólares. El mercado lo completan las empresas convencionales de pagos no bancarios como Visa, que también ha experimentado un importante crecimiento, representando el 17% del mercado restante, según The Economist.

La rápida proliferación de iniciativas en distintos sectores que compiten por convertirse en la plataforma que aglutine los servicios de pagos, los seguros y las actividades de inversión financiera muestran la dinámica del mercado en la que players ajenos a la industria pasan a suponer una parte importante del mercado bancario y de pagos que cubre todas las necesidades financieras de los usuarios digitales. Una tendencia que ya comienza a estar ampliamente desarrollada en China donde Alibaba y Tencent, los grandes titanes tecnológicos, llevan años avanzando en este tipo de integración, beneficiándose de la incorporación de las capacidades de la IA, el cloud computing y el big data para conocer al instante el perfil crediticio de los consumidores y poder así adaptar la prestación de estos servicios a la demanda.

Si la pandemia ha sido disruptiva en la adopción de hábitos digitales, mayor será el impacto que genere el despliegue de la quinta generación de telefonía móvil. Promotor de grandes avances en la digitalización de varias industrias, es muy posible que se invierta la pirámide financiera por efecto del 5G. Las FinTech están destinadas a adquirir un mayor protagonismo entre los consumidores ávidos por incorporar las nuevas tecnologías a este ámbito, aunque los bancos tradicionales seguirán siendo necesarios para mantener el funcionamiento de la industria financiera.