A pesar de las apariencias y la propaganda y en medio de crecientes tensiones con Japón, China registra algunos datos preocupantes. Según varios índices económicos internacionales y varios expertos la producción industrial china no ha crecido en las cifras previstas en noviembre completando un ciclo de más de ocho meses con problemas, aunque eso no quiere decir que esté en crisis.
De hecho, los analistas de Bloomberg señalan que el sector industrial chino no solo sigue en recesión sino que, de hecho, continúa una tendencia a la baja récord en medio de un fuerte agravamiento de los problemas económicos.
Estos datos lastran la negociación detallada de las relaciones arancelarias con Estados Unidos, las previsiones presupuestarias y los intentos constantes de China por presentar su modelo económico fuertemente intervenido y dirigido por el Estado como expresión de eficiencia y anuncio de futuro.
China mantiene una política de gasto público multimillonario en sus programas militares, de infraestructuras y de investigación. Esta estrategia está estrictamente unida a sus planes nacionales a medio y largo plazo y la política de inversiones en los mercados abiertos pero con capitales intervenidos y con criterios, a veces más determinados por intereses geopolíticos que por objetivos estrictamente económicos, no ayuda a superar el bucle.
