Sin que la financiación de proyectos englobados en la nueva Ruta de la Seda haya recuperado el vigor de los años anteriores a la pandemia, al menos la inversión ha conseguido estabilizarse, alcanzando los 59.500 millones de dólares en 2021, respecto a los 60.500 millones de dólares de 2020. Una financiación estable en tiempos de incertidumbre de crecimiento económico global pero centrada en dos áreas que han atraído el interés de la iniciativa china en 2021, África y Oriente Medio.
Aunque los proyectos en Irak han acaparado el mayor protagonismo, alcanzando los 10.500 millones de dólares en contratos de construcción, el compromiso con África ha conseguido situar a la región como el segundo destino de la inversión china alcanzando un crecimiento del 156% respecto a 2020, lo que representa el 19,01% de toda la inversión y cooperación realizada a través de la nueva Ruta de la Seda en 2021. Los proyectos englobados en la iniciativa china se suman así a la tendencia global en la inversión extranjera directa (IED), registrando África el mayor aumento de entrada de IED y de acuerdos de fusiones y adquisiciones en 2021.
Después de la ralentización de la inversión a nivel global por efecto de la crisis sanitaria mundial en 2020, África recupera de nuevo el impulso que había conseguido durante 2018 y 2019 para seguir atrayendo el interés de China. De hecho, el gigante asiático ha destinado mayor inversión a África que el volumen conjunto de las ocho entidades que han proporcionado préstamos al continente. Se trata de 23.000 millones de dólares entre 2007 y 2020 en proyectos de infraestructuras que son 8.000 millones de dólares más que los préstamos realizados conjuntamente por el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo (AfDB), y los bancos de desarrollo de Estados Unidos y la Unión Europea.
A pesar del volumen de IED destinada a África por todas las partes, este volumen apenas representa una décima parte de las necesidades del continente para afrontar los desafíos que suponen los retos de salud, de desarrollo y de abastecimiento de energía que necesita el continente, según muestra un reciente informe del think tank estadounidense Center for Global Development. Entre los proyectos financiados por China destaca la construcción de 1.320 kilómetros de vía férrea en Tanzania para conectar el lago Victoria con Dar es-Salam que permite mejorar las necesidades de infraestructuras que demanda la región. Un ámbito de desarrollo prioritario al que deberían sumarse otros proyectos dentro la iniciativa lanzada por Estados Unidos, Build Back Better World (B3W), y la propuesta de la Unión Europea, Global Gateway, para impulsar el desarrollo de la región.
No solamente las inversiones han atraído el interés del gigante asiático, sino que el comercio ha alcanzado también una cifra récord de 254.000 millones de dólares en 2021, un 35% superior a 2020, que fortalece la posición de China como el mayor socio comercial de África. La pandemia ha sido un importante dinamizador de este crecimiento, impulsado principalmente por las exportaciones de China de material sanitario y farmacéutico de los que el gigante asiático es uno de los principales proveedores, mientras China importa de África minerales, metales, productos agrícolas y petróleo.
En un escenario en el que la financiación externa es mucho más significativa que la local, siendo dominante la inversión china y más marginal la estadounidense, el desarrollo de África sigue estando ligado a la inversión privada. Sin embargo, en el ámbito del comercio, a pesar de que la capacidad de China como potencia exportadora excede por mucho las exportaciones africanas., las ventas hacia el gigante asiático están experimentando un importante crecimiento gracias al impulso que genera incorporar al proceso plataformas de e-commerce y herramientas online.
Aunque el comercio entre China y África apenas representa el 4% del comercio global de China, los proyectos lanzados por la iniciativa china están impulsando mejoras en la conectividad terrestre y en el desarrollo de infraestructuras digitales que permiten a las empresas africanas mejorar su acceso a los mercados de exportación. Ámbitos de desarrollo que igualmente deben ser destino prioritario de las iniciativas B3W y Global Gateway