Si repasamos los temas más relevantes de estos días, hay tres grandes titulares que protagonizan el impacto de la geopolítica sobre la actualidad internacional. Estamos ante una de las mayores crisis alimentaria de la historia, con un impacto directo en la sociedad mundial, afectando de forma importante a África. En el plano económico, las sanciones internacionales a Rusia son parte de los efectos que se van a prolongar en el tiempo más allá de cuánto dure la guerra, y, como tercer gran titular, la invasión de Ucrania ha generado mayor presión sobre Europa para abordar la seguridad energética ante el desafío de sustituir el suministro de gas ruso.
Todo ello está generando un mundo en transición más rápido de lo esperado, ya que a estos grandes titulares se le van a ir sumando otras dinámicas de cambio que ya venían siendo evidentes hace tiempo, que ya venían pidiendo paso, y que ahora van a acaparar más rápidamente el interés internacional por el efecto de la invasión de Ucrania. Y estos nuevos titulares van a estar más ligados a la geopolítica de la tecnología, que va a ser la gran protagonista de la coyuntura internacional en las próximas dos décadas, y que va a afectar a todas las industrias, independientemente de cuál sea el sector de actividad, porque la tecnología es parte esencial de todos los procesos productivos.
En la geopolítica de la tecnología, como en la geopolítica, hay distintos ejes a tener en cuenta, y que, de forma general, se pueden agrupar en grandes actores protagonistas, regiones que van a captar el interés internacional, y nuevas temáticas que van a marcar el curso de las futuras dinámicas geopolíticas.
En el caso particular de los actores que van a marcar las grandes dinámicas de cambio en las próximas dos décadas, la geopolítica de la tecnología tiene dos claros protagonistas, Estados Unidos y China. La rivalidad por el liderazgo tecnológico entre estos dos grandes titanes va a marcar cómo evolucione la geopolítica en las próximas décadas, pero también impactará sobre la economía mundial. Además, la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China ha entrado en una etapa decisiva. El tercer protagonista va a ser la aportación de Asia y de la Unión Europea, por la gran relevancia global que van a tener estos dos bloques y, en el caso particular de Europa, la cuestión de mayor impacto geopolítico va a estar más centrada en cómo alcanzar la autosuficiencia tecnológica para posicionar a la región como una gran potencia innovadora.
En este punto, hay que destacar que la Cuarta Revolución Industrial apenas está dando sus primeros pasos, y la incorporación de China en su definición, por primera vez en la historia, va a generar nuevas narrativas que van a impactar en los juegos de poder de la geopolítica.
Por tanto, entre los grandes retos que plantea una geopolítica en transición en un mundo en transición está que la Unión Europea aproveche la gran oportunidad de posicionarse como gran potencia innovadora, como actor internacional estratégico. Para conseguirlo, la propuesta es apostar por el talento digital como mejor estrategia para impulsar la economía digital, y para ello, la rápida adopción del 5G es el mejor medio para consolidarse como polo tecnológico y hub global, tanto en diseño como en manufactura tecnológica.