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China: lanzada hacia la primera posición en la carrera espacial. Carla Flores

El ser humano siempre ha sentido una extraordinaria fascinación por el espacio. La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, escenario de una de las principales contiendas de la Guerra Fría, constituyó el ejemplo perfecto de cómo lo que parecía inalcanzable podía ser conquistado gracias a la tecnología.

En los últimos años, esta particular competición cuenta con un atleta de excepción que, más joven y con buen ritmo, amenaza con situarse junto a los competidores tradicionales, e incluso superarlos, si estos descuidan su esfuerzo: la República Popular de China.

La potencia asiática entró tarde en la carrera espacial, si bien desde los años 50 ya comenzó a desarrollar un programa de misiles balísticos, su primer satélite, el Dong Fang Hong, fue lanzado en 1970, y el primer vuelo de un taikonauta (nombre que reciben los astronautas en China), en vehículo propio, tuvo que posponerse hasta 2003, siendo el tercer país en lograrlo. Sin embargo, su crecimiento durante los últimos ha sido incontenible.

En 2008, Zhai Zhigang dio, durante 15 minutos, el primer paseo espacial de un astronauta chino; en 2011, establecieron el Tiangong-1, su primer laboratorio espacial; en 2013, lanzaron su primer robot, Yutu, a la superficie lunar; en 2016, construyeron el mayor telescopio del mundo, el FAST; también en 2016, pusieron en órbita el satélite Micius, para experimentos en comunicación cuántica, mediante el cual, en 2017, lograron nuevos hitos en el intercambio seguro de claves criptográficas; en 2018, China lanzó más cohetes espaciales que cualquier otra potencia (39 frente a los 31 de EE.UU., los 20 de Rusia o los 8 de Europa). Ya en enero de este año, 2019, la sonda Chang’e – 4 ha sido la primera en realizar un alunizaje sobre el lado oculto de la Luna.

Los objetivos futuros del programa espacial chino pasan por el establecimiento del módulo central de una gran base espacial para el año 2020, la vuelta de un astronauta a la Luna no más allá de 2030 y el desarrollo de posibilidades de negocio mediante el asentamiento de rutas entre la Tierra y su satélite, además de la búsqueda de nuevas materias primas y el potenciamiento de su desarrollo tecnológico y militar ligado al espacio. Si bien la inversión china está aún lejos de la estadounidense (Bernhard Sand, Der Spiegel, cifra el presupuesto anual chino en unos 8.400 millones de dólares, una cuarta parte del norteamericano), ésta aumenta cada año. Además, desde el año 2014, el gobierno chino permite la inversión privada en la industria aeroespacial.

Las nuevas relaciones entre Estados Unidos y la potencia asiática llenan de incógnitas el futuro del programa espacial, pero está claro que China se posiciona como un duro competidor en esta apasionante carrera de fondo. (Foto: Twan Verrijt)

EVENTO: La potencia económica de China en la geopolítica actual. Carla Flores

Cuando hablamos de geopolítica, pocas cosas pueden atraer más la atención que el retorno de China a la primera línea mundial. La potencia asiática vuelve a ocupar un asiento que, si bien dejó vacante en el siglo XIX, tras el avance de las potencias occidentales debido a la revolución industrial, ha considerado como propio a lo largo de su dilatada historia.

El Foro de Economía Progresista y Cátedra China organizaron el pasado 2 de abril, en el Espacio Ecooo de Madrid, un evento para analizar las causas que han vuelto a hacer de China un actor de máxima relevancia. José Sanroma moderó un debate que contó con la presencia de Gloria Claudio, Marcelo Muñoz y Águeda Parra, y que se centró principalmente en la economía, la política y la iniciativa “La Franja y La Ruta”.

Desde el punto de vista económico, Gloria Claudio, Doctora en Economía y profesora titular de la Universidad Francisco de Vitoria, resaltó la importancia de la instauración llevada a cabo por Deng Xiaoping de una economía de mercado y de la apertura al comercio exterior. En 1820, China representaba el 33% del PIB mundial, pasando a sólo el 5% en 1978, año en el que Deng Xiaoping llegaba a la presidencia. Las reformas fueron graduales, siendo el sistema bancario y el comercio exterior ejemplos de los sectores más intervenidos. En 2001, China ingresa en la OMC y, en 2009, se convierte en el máximo exportador del mundo.

Marcelo Muñoz, presidente de Cátedra China, considera que tres son las claves políticas para entender el enorme salto que ha experimentado China en los últimos 40 años, pese a la lucha interna entre la facción reformista y contrarreformista. En primer lugar, la construcción de un socialismo con características chinas; un estado de bienestar que prima la educación de los jóvenes y la investigación. En segundo lugar, la planificación y la mentalidad largoplacista. En tercer lugar, los centros de formación y los think tanks, siendo el del Partido Comunista de China el de mayor relevancia de estos últimos.

Por último, Águeda Parra, ingeniera de telecomunicaciones y sinóloga, habló sobre la iniciativa “La Franja y La Ruta”, que pretende conectar Oriente y Occidente, englobando el 35% del comercio mundial, el 55% del PIB mundial y en torno al 70% de la población del globo. Para ello, China ha creado el Fondo de la Ruta de la Seda, el Nuevo Banco de Desarrollo y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, instituciones que buscan otorgar mejores líneas crediticias frente a los tradicionales organismos internacionales.

RESEÑA: Greater Bay Area: el Silicon Valley de China. Carla Flores

Silicon Valley (EEUU) es mundialmente conocido por ser el emplazamiento de algunas de las compañías tecnológicas de mayor envergadura y reconocimiento global; prototipo de desarrollo empresarial y paradigma de la innovación, ha servido de modelo para otras áreas similares en el mundo, como la Guangdong-Hong Kong-Macao Greater Bay Area, o simplemente Greater Bay Area (GBA), con la que China busca, incluso, desbancar a la región californiana como principal centro tecnológico mundial.

Con el fin de conocer un poco más sobre las novedades que se presentan constantemente en este clúster de desarrollo de nuevas tecnologías, la Cámara de Comercio española en Hong Kong organizó el pasado jueves 28 de marzo, en Madrid, una charla gratuita en la que participaron cuatro expertos del sector. Moderados por Miguel Otero, profesor en IE School of Global & Public Affairs, en la charla se habló sobre los retos y oportunidades que presenta esta zona para el ecosistema tecnológico español; en especial, el papel que desempeñará Hong Kong como tradicional puerta de entrada y salida de China.

Alfonso Ballesteros, Secretario General de la Cámara de Comercio de España en Hong Kong, ofreció a los asistentes una fotografía completa de la realidad que acontece en esa zona del país. Planteó el desarrollo integral de la GBA como una forma de satisfacer el deseo estratégico del Gobierno de China —contemplado en el programa llamado Made in China 2025  por erigirse como líder en sectores como equipamiento eléctrico, vías férreas, aeroespacial…, así como inteligencia artificial y biotecnología, en los que ya se sitúa como competidor más destacado. Por otro lado, señaló que el mayor reto al que se enfrenta la GBA reside en las diferencias intrínsecas de los 11 hubs que la componen: Hong Kong, Macao, Shenzhen, Guangzhou, Zhuhai, Foshan, Dongguan, Zhongshan, Jiangmen, Huizhou y Zhaoqing. El objetivo de China consiste en optimizar esta unión, conseguir que esta área sea más que una mera suma de partes; sólo así se logrará el despegue definitivo. En estos momentos, sólo la combinación de Shenzhen y Hong Kong ya convierten a la GBA en la capital mundial de hardware.

Intervinieron, además, Virginia Seoane, representante en España de Hong Kong Trade Development Council; Fernando de la Cal, Ejecutivo de Promoción de Inversiones de InvestHK (Oficina de Bruselas) y Marisol Menéndez, Chief Open Innovation Officer de Spain Startup – South Summit.

RESEÑA: El mercado de los 150 millones de turistas. Carla Flores.

Según las últimas cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Cultura y Turismo de la República Popular de China, 149,72 millones de turistas chinos[1] (un 14,7% más que el año anterior) viajaron al extranjero durante el año 2018; una cifra, desde luego, nada despreciable.

La tendencia ascendente de los últimos años se ve respaldada por políticas gubernamentales estratégicas, que tienen como fin último el fortalecimiento y la subsiguiente consolidación del mercado turístico, tanto emisor como receptor, de China. En palabras del director de la Academia de Turismo de China, Dai Bin, durante la inauguración de la segunda sesión anual de la XIII Asamblea Popular Nacional, celebrada el pasado 5 de marzo en Pekín[2]: “Desde la Reforma Económica China, acaecida hace ya 40 años, y especialmente desde el pasado XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista, el país no ha dejado de promocionar y mejorar el posicionamiento estratégico de la industria del turismo. Desde el ‘turismo de masas’ del año 2016, pasando por el “turismo de todas las regiones” del 2017 y el ‘turismo emisor’ del 2018, llegamos a un 2019 de ‘expansión y desarrollo de la industria turística’”. Y es que sus palabras ciertamente tienen un largo recorrido; a pesar de las impactantes cifras, solo el 10-12% de los ciudadanos chinos disponen de pasaporte.

La pregunta del millón: ¿qué posición ocupa España – líder mundial en turismo occidental – en relación a este mercado específico? La respuesta: estamos trabajando en ello. De la cifra total de turistas chinos que viajaron al extranjero el año pasado, se estima que sólo alrededor de 700.000 visitaron nuestro país. Deducimos, por tanto, que aún queda bastante por hacer, si realmente queremos recoger los frutos de este turismo de calidad; por todo ello, cada vez son más los profesionales del sector turístico que se muestran por la labor de adquirir nuevos conocimientos, con el objetivo de ofrecer un servicio más personalizado a esta nueva tipología turística.

Esta ha sido, precisamente, la motivación coyuntural que propició la creación del primer Centro de Estudios de Turismo Chino (CESTUR) en España. Esta institución, fundada y liderada por Víctor Cortizo, cuenta con un Consejo Asesor y Académico compuesto por expertos internacionales en materia de turismo chino. Su objetivo consiste en proporcionar las herramientas adecuadas para poder comprender la cultura, la historia y las tradiciones chinas, así como los hábitos de consumo de este turista, antes, durante y después del viaje. Mediante cursos de formación, asesoría, jornadas, conferencias, encuentros, etc. CESTUR pretende generar una mayor sensibilización en el sector y formar a profesionales cualificados para atraer a un mayor número de viajeros chinos.

¿150 millones? Que sean 200. (Foto: Allan Reyes)

[1] http://zwgk.mct.gov.cn/auto255/201902/t20190212_837271.html?keywords=

[2] https://www.mct.gov.cn/whzx/whyw/201903/t20190306_837556.htm