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THE ASIAN DOOR: Europa ante el reto tecnológico. Águeda Parra

Si disruptiva ha sido la transición entre la red 3G a 4G, mayor impacto tendrá sobre el desarrollo de la nueva economía digital la irrupción del 5G. Además de ser una nueva generación de redes móviles, el 5G va a influir de forma significativa en los cambios socioeconómicos de los próximos años, impulsando el desarrollo de modelos de negocio actualmente no disponibles porque la tecnología no ofrecía las prestaciones necesarias para su implementación.

Ha sido suficiente menos de una década para que despunten y maduren nuevos negocios digitales desde que en 2013 se desplegara la red móvil 4G. La irrupción del smartphone ha popularizado el e-commerce, mientras las FinTech están dando respuesta a las necesidades que están surgiendo en torno a los medios de pago y las cada vez más demandadas actividades de financiación online. En este nuevo contexto de innovación tecnológica, la nueva generación de redes móviles 5G generará todo un ecosistema en el que las aplicaciones desarrolladas bajo las estructuras de las nuevas tecnologías, como la Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial, podrán desplegar todo su potencial.

Una de las características claves del 5G es la latencia o, dicho de otra forma, el retraso temporal en la transmisión de datos dentro de la red. Se alcanzarán velocidades de respuesta de hasta 1 milisegundo, lo que supondrá la transformación de muchos sectores en muy diferentes ámbitos de actividad. Entre las industrias que se verán ostensiblemente beneficiadas por el impulso de la nueva tecnología destaca la automoción, dando lugar a la aparición de los coches autónomos. Asimismo, en otros ámbitos como la medicina, se podrán realizar operaciones a distancia, el sector de los videojuegos se beneficiará del impulso de la realidad virtual, mientras la industria de la robótica y el sector logístico operarán en tiempo real, generando los avances tecnológicos necesarios para consolidar la implantación de modelos de Smart Cities y Smart Factories.

La disrupción tecnológica asociada al 5G generará nuevos modelos de negocio valorados en millones de euros, y aquellos países pioneros en el despliegue de la nueva red podrán monetizar antes el impulso económico que los expertos estiman en unos 2,2 billones de dólares en los próximos quince años, según el informe The Mobile Economy 2019 de la Asociación GSM. En esta carrera por el liderazgo en 5G, Asia es el principal referente. Corea del Sur es el primer país con cobertura completa y, junto con Japón, China y Estados Unidos, agruparán a más de la mitad de los suscriptores mundiales en 2025, momento en el que se estima que la red 5G alcance una cobertura del 65% de la población mundial, según el Ericsson Mobility Report en su edición de noviembre 2019.

La tecnología avanza, genera nuevas modelos de negocio e impone un aprendizaje cada vez mayor y más rápido para que la sociedad no se quede atrás en la adquisición de las habilidades digitales básicas. Sin embargo, Europa no parece afrontar la cuarta revolución industrial en una posición destacada frente al resto de grandes potencias que están apostando por la inversión en innovación y en el impulso del talento. El barómetro de la brecha digital en Europa muestra que el 37% de la fuerza laboral no tiene habilidades digitales básicas, una desventaja significativa para desarrollar y adoptar las nuevas tecnologías en los procesos productivos. Más cuando se estima que 9 de cada 10 empleos van a requerir habilidades digitales para su desarrollo, generando una brecha digital que motivará el desposicionamiento de las empresas europeas frente a otras mejor posicionadas en la carrera por la adopción de las nuevas tecnologías.

En la carrera por la innovación tecnológica, Europa debe primero afrontar el desafío de la brecha digital. Aunque dentro de los países miembros existen diferencias importantes en el nivel de adopción tecnológica, solamente diez países de los veintiocho se sitúan por encima de la media, siendo Luxemburgo, Dinamarca y los Países Bajos los que figuran en las tres primeras posiciones. El bloque de los países con mayor brecha digital es significativamente más amplio, integrado por dieciocho países. En este grupo, España se sitúa cinco niveles por debajo de la media europea con un 53%, es decir, apenas la mitad de la población de entre 16 y 74 años dispone de habilidades digitales básicas. Todo un desafío para Europa y para España afrontar la próxima década desde una perspectiva tecnológica más retadora.

THE ASIAN DOOR: La revolución de Xi Jinping. Águeda Parra

El próximo 27 de noviembre, y durante tres días, comienza la visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping, a España, la primera que realiza a nuestro país. Un año muy especial para las relaciones diplomáticas entre ambos países ya que el pasado 9 de marzo se celebraron los 45 años del establecimiento de relaciones bilaterales entre España y China. Desde que en 2005 visitara nuestro país el anterior presidente chino, Hu Jintao, China ha seguido consolidando un gran desarrollo económico hasta convertirse en uno de los grandes protagonistas de la geopolítica y la geoestrategia mundial.

Con esta visita a España, Xi Jinping pone de manifiesto la buena relación existente entre ambos países con el objetivo de seguir reforzando la colaboración impulsando proyectos de cooperación conjunta. El fomento de la nueva Ruta de la Seda será una de las iniciativas que presente mayor interés entre ambas partes, con el objetivo de que España tenga una mayor participación de la mayor iniciativa de desarrollo de infraestructuras mundial. De esta manera, China busca que los proyectos de la Franja y la Ruta, como también se denomina a la iniciativa en España, se extiendan por toda la geografía europea.

La visita de Xi Jinping se produce además cuando se conmemoran los 40 años de las reformas promovidas por Deng Xiaoping en 1978, con las que China consiguió iniciar una época de reformas económicas y de apertura que supuso la mayor progresión económica y social de la historia para una población de la dimensión de la china, y en tan poco tiempo. A diferencia de Deng Xiaoping, que abordó esta etapa apostando por mantener un perfil bajo, la era de Xi se caracteriza por tomar una actitud de mayor protagonismo en las cuestiones de política exterior, apostando por una China moderna que persigue el liderazgo en temas geopolíticos y geoestratégicos tomando decisiones que marcarán el futuro del mundo.

En la llamada cuarta revolución de China, ésta que ha comenzado con la era de Xi Jinping, el gigante asiático aborda otro tipo de retos a aquellos que tuvo que enfrentar Deng Xiaoping durante la conocida como tercera revolución. En aquel momento, el gran reto era conseguir recuperar la economía de China tras el fracaso del proyecto de industrialización masiva que supuso el “Gran Salto Adelante” ideado por Mao Zedong, y que condujo a la población china a la mayor hambruna conocida en la historia mundial. Bajo la máxima de su famosa frase “No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”, Deng Xiaoping inició una etapa de reformas promoviendo un cambio de una economía basada en la agricultura a una orientada a la manufactura. Como resultado, se promovió el traslado de las áreas rurales a las ciudades, que comenzaron a albergar las denominadas zonas económicas especiales (ZEE). La primera de ellas en la ciudad de Shenzhen, que pasó de ser una aldea de pescadores en 1980 a convertirse en uno de los más importantes hubs de innovación del mundo. La reducción de la pobreza, el aumento de la renta per cápita, la política del hijo único, son también parte de este gran legado de Deng Xiaoping en su tercera revolución.

En la era de Xi Jinping, en la cuarta revolución, China ya ha consolidado el proceso de transición de una economía socialista planificada a una economía de mercado, para abordar una nueva etapa, si cabe igual o más desafiante que la anterior, con el objetivo de avanzar hacia la transición de una economía avanzada. Eso significará que China habrá alcanzado el estatus de economía de ingresos de nivel medio-alto, un objetivo que, sin embargo, debe conseguir antes de que la población envejezca. Y existe un alto riesgo de que no lo consiga ya que, teniendo una quinta parte de la población mundial, se estima que para 2030 la población mayor de 65 años superará a los menores de 14 años, de ahí que China disponga apenas de dos décadas para conseguir uno de los grandes desafíos que caracterizan esta cuarta revolución de Xi Jinping.

Por ello, a pesar de que China es actualmente el primer exportador del mundo y el segundo importador, el país necesita todavía de ciertas reformas que permitan que el gigante asiático aborde una cuarta etapa de revolución económica tan importante como aquella tercera liderada por Deng Xiaoping. Durante los primeros cinco años de Xi Jinping, la economía ha crecido a una tasa media anual del 7%, y aunque la economía china comienza a mostrar síntomas de desaceleración, registrando un crecimiento del 6,7% interanual en el tercer trimestre del año, el reto para el presidente chino es seguir manteniendo tasas de crecimiento similares que le permitan consolidar la transformación económica y social que pretende China en las próximas décadas.