Entradas

Ponencia: Comunismo 4.0. Miguel Ors.

Miguel Ors, Director Adjunto de Actualidad Económica y colaborador de 4Asia, en su ponencia “Comunismo 4.0” reflexionó sobre el potencial destructivo que entraña la huella digital con ese estilo tan característico al que nos tiene acostumbrados.

No hay que irse muy lejos para comprobar la magnitud del rastro que dejamos al utilizar nuestro smartphone: Cada enlace que hemos clicado, cada imagen que hemos descargado, y hasta donde hemos estado en cada momento. El volumen de información es inmenso. El problema aparece cuando esa información cae en las manos equivocadas. Y aquí el mayor peligro, según Ors, es cuando cae en manos del Estado. Especialmente cuando este carece de contrapesos democráticos, como es el caso de China.

El Estado chino está usando cada vez más la tecnología para el control de la población. Los ejemplos van desde la dispensación de papel higiénico por reconocimiento facial en el Templo del Cielo de Pekín, hasta la proyección de la imagen de infractores de tráfico en pantallas gigantes para escarnio público. Pero la joya de la corona es el sistema de crédito social.

Le dijo Huxley a Orwell tras leer 1984 que “la política de la bota-en-la-cara” era insostenible. Que “En la siguiente generación los gobernantes descubrirán que los condicionamientos (…) son más eficaces (…) que las porras y las cárceles” y que “enseñando a la gente a amar su propia servidumbre” puede conseguirse más que “pateándola y flagelándola”.

En esta línea se enmarca el sistema de crédito social chino. Las unidades locales de trabajo favorecían el control social, pero con la emigración masiva a las ciudades en los años 80 este se hizo imposible. Hoy, con el smartphone, el control orwelliano vuelve a ser viable. El ciberespacio, considerado al principio por el gobierno chino como un espacio hostil a censurar, ha acabado siendo un canal idóneo para encauzar el flujo de información.

La nueva aplicación Zhima credit, de Alibabá, funciona como el scoring en las finanzas. La app elabora una clasificación crediticia que oscila entre los 350 y los 950 puntos. Para ello tiene en cuenta los recibos, el tipo de ocio, las amistades… Cuando la puntuación es baja se tiene problemas desde para contratar créditos a comprar billetes de tren. Los usuarios están felices por la comodidad de la digitalización y, mientras el dinero físico es cada vez más difícil de usar, parece que los chinos se han metido ellos solos en la pesadilla totalitaria que anticipaba Huxley. Parece que en China no se cumple la teoría de la modernización de Lipset (si liberalizas la economía acabas teniendo que liberalizar la política). Parece que se aventuran al régimen totalitario definitivo: el comunismo 4.0.

Ponencia: “Go Global, go Digital” Águeda Parra

En el marco del evento: “¿Planeta China? La ambición de la República Popular en el siglo XXI”, la colaboradora de 4Asia Águeda Parra ofreció una ponencia sobre el imparable crecimiento tecnológico de China, que resumimos a continuación.

En 1999 Jian Zeming impulsó el llamado “Go global”. La premisa era “sal fuera y crece” y fue la estrategia que siguieron gigantes como ZTE o Huawei. Sin embargo, en la actualidad el dogma parece ser “Go digital”, “aprovecha la transformación tecnológica que vive el país”. El e-commerce y la economía digital son parte del propósito de Xi Jinping de establecer un modelo de socialismo con características chinas para una nueva era.

Mientras la economía digital aumenta en todo el mundo, la gran transformación tecnológica la están definiendo los nativos digitales de China. Estos difieren tanto del resto de jóvenes de su generación como para ser los grandes arquitectos digitales del futuro de su país y de nuestro mundo. Tanto las plataformas digitales de China, como el resto de fabricantes mundiales, van a tener en esta generación los referentes para modelar el futuro del e-commerce y de la economía digital mundial.

En los últimos años, China se ha convertido en el mercado de e-commerce más grande y que más rápido crece del mundo. Alibaba y Tencent dominan el 90% del este mercado, dando forma a un ecosistema digital en el que se desarrolla una creciente clase media. Todo ello hace que el futuro de las compras online y de los servicios a través del móvil en todo el mundo se estén diseñando a medida de los nativos digitales de China.

Las empresas públicas y privadas están volcadas en la gran revolución digital que se está produciendo en China, y entre ellas Alibaba figura como uno de los grandes referentes tecnológicos.

En esta estrategia de transformación digital, China también cuenta con los “sea turtles”, como se denomina a aquellos graduados chinos que regresan de estudiar en las universidades extranjeras, personas que están creando la versión china del Silicon Valley en territorio nacional. El factor de la apuesta por la innovación, importantes oportunidades de carrera y una mayor inversión en capital son los principales motivos que encuentran los graduados que regresaron a China.

Durante 2017 creció el número de empresas tecnológicas globales que se convirtieron en unicornios (startups tecnológicas de inversión privada que tienen un valor superior a los 1.000 millones de dólares). Solamente en 2017, China consiguió crear 17 de estas grandes empresas tecnológicas globales, a poca distancia de las 19 compañías que aportaba Estados Unidos. Entre los unicornios más grandes del mundo se encuentran cuatro empresas chinas, destacando la firma de transportes Didi Chuxing y el fabricante de teléfonos móviles Xiaomi.

La economía digital representa ya el 30% del PIB chino y, a nivel mundial, las compras online alcanzan el 40%. La digitalización es imparable. (Foto: Jared, Flickr)

Ponencia: La sombra de China, geoestrategia y geopolítica. Fernando Delage

Fernando Delage, profesor de Relaciones Internacionales y Analista Político, ofreció una charla sobre el papel que juega y quiere jugar China a nivel regional y global, su ascenso como potencia, su relación con Estados Unidos…

La China de Xi Jinping es una China que ha redefinido su comunismo como un “socialismo con características chinas”. Es una China que no tiene nada en contra de la integración europea, como puede tener Rusia. Es una China asertiva, pero con iniciativas de carácter multilateral en el plano internacional. Ejemplo de esto último puede ser el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, que se puede considerar, además, un fracaso diplomático para Estados Unidos.

Respecto a su relación con EEUU, mucho se ha hablado últimamente sobre si el ascenso de China puede ser pacífico, sobre la famosa trampa de Tucídides. De momento, la iniciativa “Made in China 2025”, el plan mediante el cual China se ha propuesto seguir para impulsar y reestructurar su industria para pasar de una era de cantidad a una nueva era de calidad y eficiencia en la producción, se ha convertido en una obsesión para Trump. Por otro lado, “el sueño chino” de Xi Jinping planea que, para cuando el Partido Comunista celebre su centenario en 2021, China será una sociedad modestamente acomodada y, cuando la República tenga cien años, en 2049, será un país próspero y fuerte y sus fuerzas armadas estarán entre las mejores de mundo. De sus fuerzas armadas hace gala el gigante asiático en el Mar del Sur de China, zona clave y conflictiva, donde China quiere minimizar la influencia de los norteamericanos, a quienes considera culpables de la inestabilidad de la región.

Respecto a la pregunta “¿Qué le falta a China para gobernar el mundo?” El profesor Delage contesta “No va a ser”, “la naturaleza del poder global ha cambiado, no veremos otro hegemón como el Imperio Romano o Estados Unidos”. Considera que la prioridad estratégica de China es Asia, donde sí tiene interés en ser potencia regional. En un plano global Delage argumenta que el país del centro no tiene interés en acabar con los acuerdos de Bretton Woods, sino ganar peso en las instituciones existentes y complementarlas con otras que sí lidera, como el BAII.

Ponencia. “Entradas al mercado chino para una empresa española” Rafael Cascales.

Rafael Cascales, Presidente ejecutivo de ACOCEX y director de CASICO, ofreció una interesante charla sobre las posibilidades de las empresas españolas en el mercado chino durante el evento “¿Planeta China? La ambición de la República Popular en el siglo XXI”. Para ello, empezó introduciendo la visión sinocéntrica que tiene del mundo el “país del centro”. China no solo se considera el centro del mundo, sino que está determinada a recuperar la posición de hegemón que había tenido hasta el llamado siglo de las humillaciones. Desde que empezaron a introducirse las políticas de apertura de mercado impulsadas por Deng Xiaoping, su economía no para de crecer y se predice que continuará siendo así.

Pero, ¿cómo son los chinos? ¿Qué visión tienen de España? ¿Qué oportunidades de negocio hay? Nos presenta a la china como una sociedad excesivamente materialista y capitalista. Una sociedad hiperdigitalizada, factor crucial a tener en cuenta. Una sociedad con una imagen de España todavía muy superficial y basada en los toros y el fútbol. Respecto a las oportunidades de negocio, nos presenta primero dos factores que debemos tener en mente: El tamaño del país y la importancia de los planes quinquenales. Tendremos que elegir bien la región o provincia en la que queremos trabajar y elegiremos comerciar con los bienes y servicios que hayan sido establecidos como prioritarios por el Partido.

Para identificar al cliente necesitaremos entender cómo han cambiado sus hábitos de consumo. Ha pasado de ser una masa homogénea de compradores, sin experiencia en internet y sin interés por las marcas o la calidad (en beneficio del precio), a ser una clientela más heterogénea, digitalizada, que exige marcas internacionales reconocidas y con interés en el equilibro calidad-precio y el servicio post-venta.

Para entrar en el mercado chino se puede hacer por un canal propio o ajeno. El canal ajeno supone bajo coste y poco control. Respecto a hacerlo por un canal propio, se puede hacer con una empresa china, lo que supone un alto coste y un control total, o sin empresa china, en cuyo caso el coste sería bajo, pero el control seguiría siendo alto. Respecto al marco legal hay que tener en cuenta varios factores, como los rápidos cambios de legislación, el diferente concepto que tienen en Oriente sobre lo que es un contrato o el hecho de que todo será redactado en chino.

En definitiva, entrar en el mercado chino requiere entender bien la economía, la cultura y las circunstancias del gigante asiático. Eso y asegurarse de que se tiene presencia en internet, porque en China lo que no está en la red no existe.