INTERREGNUM: Europa choca con la muralla china. Fernando Delage

Lo que tres líderes europeos no habían conseguido hasta la fecha tampoco lo iban a obtener Macron y von der Leyen en su visita a Pekín de la semana pasada. Ni Olaf Scholz, ni Charles Michel ni Pedro Sánchez convencieron al presidente chino para presionar a Rusia a favor de la paz en Ucrania. Tampoco fue un resultado logrado por el presidente de Francia ni por la presidenta de la Comisión. Ha sido Xi Jinping, en cambio, quien sí ha avanzado en sus objetivos; en particular, en hacer evidente la división entre los gobiernos europeos y, por tanto, la debilidad estructural de la política china de la UE.

El contraste entre el tratamiento ofrecido a Macron en su visita de Estado (con un despliegue sin precedente en los medios chinos y una inusitada atención personal de Xi) y el dispensado a von der Leyen no ha podido ser más elocuente. Lejos de la supuesta unidad que pretendían transmitir en su viaje parcialmente conjunto, las autoridades chinas han marginado a quien definen como una subordinada de Washington (la presidenta de la Comisión), y cultivado de manera excepcional a quien cree disponer de una autonomía con respecto a Estados Unidos en su relación con la República Popular (el presidente francés).

Un portavoz del Elíseo indicó a la conclusión del viaje que Macron había cumplido con sus objetivos. En realidad, ni Xi hizo la menor concesión sobre Ucrania (ni siquiera se comprometió a hablar con Zelenski), ni Rusia apareció nombrada una sola vez en el comunicado de 51 puntos firmado por ambos presidentes. Si el funcionario se refería a los resultados económicos, sí es evidente entonces que se ha llegado a importantes acuerdos, incluyendo la venta de 120 aviones de Airbus.

El viaje de Macron coincide en numerosos aspectos por tanto con el realizado por el canciller alemán, Olaf Sholz, en noviembre pasado. Pese a las presiones de la administración Biden para constituir un frente común con los aliados en relación a China, los europeos no comparten la inclinación norteamericana a romper la interdependencia económica con Pekín. En el lenguaje más reciente de la Comisión Europea, se trata de defender una política no de “decoupling”, sino de mitigación de los riesgos de la dependencia de China (“de-risking”). Pero ni siquiera esto último resulta apreciable en los movimientos de Berlín o París pese a las lecciones ya aprendidas de la dependencia energética de Rusia mantenida durante décadas. Tanto Sholz como ahora Macron—los líderes de los dos Estados miembros que realmente importan en la relación con China—han demostrado la prioridad de sus intereses económicos nacionales sobre los intereses estratégicos europeos.

El presidente francés ha ido incluso más lejos, porque también aspira a un papel político protagonista pese al escaso realismo de sus pretensiones. Xi le ha dado a Macron la plataforma que éste buscaba. Los analistas chinos ya hablan del eje Francia-Alemania, no Alemania-Francia, en un gesto de reconocimiento al que también se refería un editorial del oficialista Global Times el pasado jueves: “Está claro para todos que ser un vasallo estratégico de Washington es un callejón sin salida. Hacer de la relación China-Francia un puente para la cooperación China-Europa es beneficioso para ambas partes y para el mundo”.

Los gobiernos europeos tratan de interpretar las intenciones chinas en el actual contexto de rivalidad entre Estados Unidos y la República Popular. El apoyo de Xi a Putin ha lanzado una señal muy clara, que la Comisión Europea ha entendido pero algunos líderes nacionales se empeñan en desoír. Macron, como antes Sholz, parece haber renunciado a la construcción de una posición común europea que Pekín sí se habría visto obligada a atender. Los vecinos de China habrán tomado nota del éxito de Xi en su estrategia de división del Viejo Continente, y sacado sus conclusiones sobre las pretensiones europeas de adquirir un papel independiente en Asia. También la Casa Blanca sabrá lo que cabe esperar de este incesante cortejo de visitantes europeos en China. Quedarse en tierra de nadie es una opción, aunque quizá no la más aconsejable en estos tiempos turbulentos.

La presidente taiwanesa en EEUU: visita no oficial rodeada de asuntos oficiales. Nieves C. Pérez Rodríguez

 

FE DE ERRATAS: POR UN ERROR TÉCNICO, ESTE ARTÍCULO APARECIÓ INCOMPLETO EN LA PUBLICACIÓN DE LA SEMANA PASADA. VOLVEMOS A PUBLICARLO ESTA SEMANA DE MANERA ÍNTEGRA.

Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, en un intento por cultivar sus aliados visitó el continente americano en un tour de 10 días cuyo destino central tenía a Guatemala y Belice, naciones con las que la isla tiene relaciones diplomáticas.

De camino a sus destinos oficiales, Tsai hizo una parada en Nueva York, ciudad en la que asistió a varios encuentros, entre ellos uno con la comunidad taiwanesa residente en la ciudad. Aunque su visita a los Estados Unidos no es oficial, debido a que desde que se establecieron relaciones formales entre Washington y Beijing en 1979 los líderes taiwaneses solo han viajado a Estados Unidos en forma de visitas privadas y/o tránsito y, se le reserva la distinción de visitas oficiales a los funcionarios o dirigentes de Pekín.

Para Taipei, el gobierno estadounidense es la clave en la preservación de su semi-autonómico estatus y el hecho de que figuras políticas taiwanesas usen de tránsito a los Estados Unidos potencia las relaciones y en este caso le permite a Tsai reunirse con algunas figuras distinguidas y hacer un poco de lobby para su isla.

De acuerdo con el informe ChinaPower del Think Thank CSIS sobre Taiwán, históricamente las visitas de los líderes taiwaneses a Estados Unidos se han manejado con sutileza e intentando no ofender al gobierno chino y evitando provocaciones innecesarias.

La Administración Clinton, por su parte, inicialmente negó la visa al entonces presidente taiwanés Lee Teng-hui pero el Congreso presionó para que la visita privada se llevara a cabo. En 2001 a Chen Shui-bian no se le permitió realizar eventos públicos. Posteriormente el presidente Bush en 2002 cambió esa dinámica, aunque en 2006 la misma Administración, preocupada por las políticas de Chen hacia China, limitó las actividades.

A partir del 2008 el tratamiento de Estados Unidos a estos viajes se hizo más consistente bajo el entonces presidente Ma Ying-jeou, al cual se le permitió reuniones con líderes locales y congresistas y hasta la posibilidad de realizar eventos públicos.  Desde el 2016, año en que Tsai se convierte en presidente, Washington ha actuado con más flexibilidad y ha dado más tiempo a los visitantes taiwaneses para participar en actividades en sus paradas técnicas en territorio estadounidense.

Como es costumbre, en esta última visita la respuesta china no se hizo esperar y el ministro de Relaciones Exteriores calificó a Tsai como la “jefa de las fuerzas secesionistas de independencia de Taiwán” alegando que la visita viola la política de una sola China que mantiene los Estados Unidos.

Poco antes de que se conociera la visita de Tsai, Honduras rompía relaciones con Taipei y se pudo saber que China ofreció 2.95 mil millones de dólares a Honduras como estímulo para establecer relaciones bilaterales, y el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, fue invitado al gigante asiática en el momento en que Tegucigalpa rompió sus relaciones diplomáticas con Taiwán.

Taipei mantiene relaciones diplomáticas con 13 Estados pequeños (Ministry of Foreign Affairs, Republic of China (Taiwan)-Diplomatic Allies (mofa.gov.tw)  y la visita de la presidenta en este momento es importante, puesto que Taiwán necesita hacerse presente y enviar un mensaje claro a sus aliados recordándoles que siguen estando ahí y que a pesar de la ausencia física durante la pandemia, una vez que se ha vuelto a la normalidad, Tsai se presenta y les recuerda que aprecia y necesita de sus aliados.

Los países que tienen relaciones diplomáticas con China no pueden tener relaciones diplomáticas con Taipei, razón por la que en los últimos años la lista de Estados que reconocen a Taiwán se ha ido encogiendo. Mientras que Beijing ha ido aumentando su influencia y comprado con proyectos y créditos sus relaciones por el mundo.

Paralelamente a la visita de Tsai, en el Congreso estadounidense se introducía un proyecto de ley para “formular la respuesta de Estados Unidos ante una posible invasión de Taiwán”. Una propuesta bipartidista y bicameral puesto que dos representantes de la cámara baja presentarán una legislación complementaria.

En la presentación del proyecto de ley  explícitamente se solicita que el Departamento de Defensa, en colaboración con la comunidad de inteligencia y los Departamentos del Tesoro, Comercio y Homeland Security elaboren una estrategia de sanciones efectiva contra la República Popular China en caso de una agresión contra Taiwán. Solicitan a estas instancias tener identificadas las vulnerabilidades y las posibles medidas de respuesta a China.

Asentándose sobre la orden que dio Xi Jinping al Ejército Popular de liberación de que esté preparado para invadir Taiwán en el 2027 se justifica este proyecto de ley y en las consecuencias devastadoras que dicha invasión puede acarrear para los aliados de Washington en la región. Dice también que aún hay tiempo para formular una estrategia clara para proteger la economía y fortalecer significativamente a nuestros socios en la región como medida disuasoria.

En este sentido 4Asia se puso en contacto con la Representación Económica y Cultural de Taipei en Washington para conocer su opinión sobre dicha ley y esto fue lo que nos dijeron:

“El Congreso de los Estados Unidos ha sido una fuerza impulsora para acercar las relaciones entre Taiwán y los Estados Unidos. Estamos muy agradecidos por el apoyo bipartidista y bicameral a largo y ancho del Congreso de los Estados Unidos”.

Por su parte, el pasado viernes, mientras la presidente taiwanesa estaba en la gran manzana, Beijing envió 10 aeronaves militares a sobrevolar el Estrecho de Taiwán como una respuesta de protesta y quizás hasta de alerta sobre lo que puede suceder si Occidente se opone a una futura adhesión de Taiwán al territorio chino.

Antes de regresar a Taiwán Tsai hará una parada técnica en Los Ángeles en su camino de regreso, ciudad estadounidense con más taiwaneses, unos 45.000 aproximadamente. Aunque el Estado de California tiene una comunidad de casi 95.000 taiwaneses. Además de diferentes encuentros previstos, la presidente planifica reunirse con Kevin McCarthy el nuevo líder de la Cámara de Representantes que sustituyó a Nancy Pelosy. Y aunque el encuentro no es oficial, con un recibimiento en el Congreso, es posible que Beijing proteste enérgicamente debido a que McCarthy es el segundo en la línea de sucesión de EEUU.

Estados Unidos ha venido aumentando su apoyo a Taiwán en los últimos años, ante el potencial peligro de que China invada la isla. A finales de año se acordaba que se le vendería a Taiwán armamento por un importe superior a 1.1 mil millones de dólares, lo que provocó la ira de China.

El General Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, hizo un llamamiento a cambiar la retórica alarmante sobre una inminente guerra de Estados Unidos contra China y dijo que él duda de las posibilidades de que China pueda conquistar a Taiwán. Mientras, dijo que Washington debe continuar acelerando los envíos de armas a Taiwán y aumentar las capacidades militares de la isla, por si acaso…

Milley dijo también que Taiwán necesita defensa aérea, misiles de crucero antibuque y minas antibuque. Aunque admitió que la isla en sí misma, su población de 23 de millones, incluidos los 170.000 militares en servicio activo y entre 1 y 2 millones de reservistas, junto con la falta de experiencia de China hacen que una toma de control sea poco probable. “Taiwán sería una isla difícil de conquistar”.

TikTok, del éxito al estigma. Nieves C. Pérez Rodríguez

Tiktok, la popular aplicación china que permite crear, editar y compartir videos y que da la opción a los usuarios de interactuar entre sí, ha sido la noticia de la semana pasado en Washington con el testimonio de su CEO, Shu Chew, en el Congreso de los Estados Unidos que está dando pasos para prohibir el uso de la red en el país.

Los parlamentarios interrogaron al alto ejecutivo sobre las vulnerabilidades de seguridad que potencialmente tiene la red social y Shu, por más que lo intentó, no tuvo mucho éxito en convencer a los legisladores de que TikTok ha hecho lo necesario para proteger la información de los usuarios.

En diciembre del 2022 el director del F.B.I., Chris Wray, manifestó su preocupación sobre la capacidad que, afirma, posee China de controlar el algoritmo de TikTok por lo que podrían manipular el contenido para operaciones de inteligencia, así como también cree que China podría usar la aplicación para recopilar datos de sus usuarios que podrían usarse en operaciones de espionaje tradicional.

Por tanto, la tesis de la que parten los legisladores es que TikTok es una amenaza para la seguridad nacional de país puesto que la aplicación compila datos, censura contenidos y daña la salud mental de los niños por lo que están presionando para que la red social sea prohibida. El 16 de marzo Washington prohibía la aplicación en los dispositivos electrónicos oficiales. Y tan solo siete días después se interpelaba en el congreso al CEO de la empresa en busca de respuestas que demuestren la tesis de la vulnerabilidad de la plataforma.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning, dijo que Estados Unidos estaba acusando a TikTok en base a una presunción de culpabilidad y no ha presentado evidencia de que la aplicación sea una amenaza para la seguridad nacional, justo después de que el presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, el republicano Kevin MacCarthy, tuiteó que la Cámara está avanzando la legislación para proteger a los estadounidenses de los tentáculos tecnológicos del Partido comunista chino lo que provocó la pronta reacción china.

Siguiendo el ejemplo, en Japón un grupo de legisladores del Partido Liberal Democrático estudian la posibilidad de presentar una propuesta el próximo mes instando al gobierno a prohibir los servicios de redes sociales como TikTok si se utilizan para campañas de desinformación.

No es la primera vez que TikTok está en entredicho en los Estados Unidos, La naturaleza con la que la red fue concebida era permitir mensajes directos entre usuarios, lo que ocasionó que adultos pudieran tener contacto y conversaciones con menores de edad, lo que propició una primera batalla en la que el ente de protección de privacidad de niños (Federal Trade Commission, FTC por sus siglas en inglés) llevara el caso al Departamento de Justicia por lo que la operadora de videos tuvo que pagar 5.7 millones de dólares, lo que es la multa civil más alta hasta ese momento por haber violado la privacidad de menores.

Además de la millonaria cifra, la empresa fue obligada a respetar la ley de protección de la privacidad de niños (Children Online Privacy Protection) por lo que tuvo que retirar de la plataforma videos de menores de 13 años para así poder seguir operando en territorio estadounidense en donde actualmente cuenta con 150 millones de usuarios.

En Corea del Sur, TikTok también pagó una multa de 133 millones de dólares, un 3% de los ingresos de la plataforma, en 2020, por haber recolectado datos de niños menores de 14 años.

Claramente, las brechas de seguridad no sólo son consideradas como un peligro en Estados Unidos. De hecho, India fue el primer país en imponer una prohibición total de la red en 2020 basándose en que la empresa extraía datos y los enviaba al exterior por lo que la aplicación no puede ser descargada en India.

Taiwán prohibió el uso de la red en dispositivos gubernamentales a pocos días del anuncio el F.B.I. y, de hecho, fue más allá y prohibió el uso de software fabricado en China en estos dispositivos. De igual manera reaccionó Canadá, prohibiendo el uso de la aplicación en dispositivos gubernamentales, así como el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, cuya prohibición entrará en vigor a finales del mes. Los cinco miembros del “Five Eyes” coordinaron rápidamente esfuerzos para blindar sus datos.

El 20 de marzo la Unión Europea puso en marcha la misma medida de prohibición a la que países como Noruega se suman y muy probablemente otros seguirán.

Pakistán prohibió el uso de Tiktok de manera temporal y ésta es la cuarta vez que lo hacen bajo la excusa de que promueve contenido inmoral. El gobierno talibán de Afganistán en el 2022 también ha prohibido la aplicación bajo la razón de proteger a los menores de edad.

La prohibición de una empresa como TikTok ha despertado un debate en Washington entre algunos más radicales como Alexandria Ocasio-Cortez, representante demócrata del Congreso, quién publicaba un video, precisamente en TikTok, que se hizo viral con más de tres millones y medios de vistas en menos de 48 horas en el que explicaba sus razones por las que la plataforma no debería ser ilegalizada.

Tanto Ocasio-Cortez como otros grupos como La Unión de libertades Civiles advierten de que prohibir el uso atenta contra la primera enmienda de la Constitución americana.

El debate es muy complejo sin duda en un país en el que se garantiza el respeto a las libertades personales; sin embargo, el uso de la información no es un debate simple. La información que se desvía a usos malévolos puede convertirse en un arma poderosa en contra de un gobierno, de un Estado y por tanto de una sociedad.

El vacío de legislación no puede ser una excusa para dejar operar libre y sin parámetros a empresas controladas por otros Estados que de paso son competidores. Si las agencias de inteligencia afirman que hay un gran riesgo para la seguridad nacional de la nación, lo correcto y oportuno es imponer restricciones para prevenir esos vacíos en los que Beijing ha demostrado una y otra vez que sabe usar con astucia y consigue penetrar sus tentáculos.

El enfrentamiento entre Washington y Beijing está motivado más que en la lucha económica en la sobrevivencia de valores… y finalmente Occidente parece estar entendiéndolo.

 

¡Y el AUKUS, finalmente, nació! Nieves C. Pérez Rodríguez

En septiembre del 2021 se le daba nombre al acuerdo que era bautizado antes de que objetivamente naciera. El peculiar anuncio de AUKUS se hizo previo a la discusión exhaustiva de los puntos concretos de la alianza, lo que de por si le imprimió un carácter disímil y, finalmente, dieciocho meses más tarde, los tres socios se reunieron en San Diego, California, para formalizar con apretones de manos, fotos y anuncios oficiales que AUKUS es tan real que comenzará a dar sus frutos.

La asociación entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS por sus siglas en inglés) está viva y tiene objetivos muy claros en el futuro, en un mundo cada vez más dividido en el que China y Rusia se acercan y las democracias se juntan para protegerse y por tanto fortalecerse.

Otras democracias como Japón, Corea del Sur, Taiwán y hasta la misma Filipinas se han acercado a los Estados Unidos, como mecanismo de supervivencia. Y en los últimos tiempos hemos sido testigo de esos acercamientos que se materializan con visitas de altos funcionarios, maniobras militares en conjunto, establecimiento de bases militares en cooperación o envío de misiones que se despliegan tanto para entrenar como para el envío de un mensaje directo a quienes pretendan desestabilizar la dinámica del Pacífico y el Indico.

Por su parte, el primer ministro británico, Rishi Sunak, hacía un anuncio el domingo (justo a un día del encuentro de los tres líderes) sobre el aumento en su presupuesto de defensa a 6 mil millones de dólares para fortalecerse contra la invasión rusa a Ucrania, que ha despertado viejos fantasmas en Europa, pero con ojo y el énfasis en la creciente amenaza China. El anuncio se da en medio de una situación doméstica comprometida para Sunak, con protestas en las calles y una situación económica desfavorable. Por lo que justificó la necesidad de la alianza, además, con empresas como Rolls-Royce, la gigante británica de ingeniería que proporcionará los reactores para los submarinos de propulsión nuclear, lo que será  una fuente de puestos de empleos locales.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, describía el acuerdo como la “mayor inversión individual en la capacidad de defensa de Australia”.  Australia viene desarrollando un pensamiento más estratégico, al menos desde 2020, desde donde ha venido buscado expandir su papel en la región contando con mayor capacidad a la vez que va acompañado de la mano de otras potencias que le servirán de apoyo de necesitarlo.

El comunicado oficial emitido por el Departamento de Estado al respecto decía que “gran parte de la historia del siglo XXI se escribirá en el Indo-Pacífico y para mejorar la prosperidad económica, la libertad y el Estado de Derecho, y para preservar los derechos de cada país. AUKUS ayudará a compartir la visión compartida de una región del Indo-Pacifico libre y abierta para las generaciones venideras”.

Aukus es un pacto que está concebido para enfrentar la expansión de China en el Pacífico occidental por lo que la incorporación de submarinos a la ecuación va a dar muchos beneficios. Los submarinos llevarán armas convencionales y los reactores nucleares. Se estima que a fines de la década de 2030 el primer submarino de última generación esté listo en el Reino Unido y contará con una gran cantidad a bordo de tecnología.

El AUKUS se compone de dos pilares, uno lo define el esfuerzo trilateral para apoyar a Australia en el desarrollo, construcción y operación de submarinos de propulsión nuclear y el segundo pilar se enfoca en acelerar la cooperación en tecnología crítica que incluyen capacidades cibernéticas, inteligencia artificial, tecnologías cuánticas y capacidades submarinas adicionales, hipersónicas entre otras.

En el fondo, aunque en una primera etapa impulsará a Australia, se busca mejorar las capacidades de defensa de las tres naciones que lo componen. Aunque de acuerdo con Charles Edel, respetado experto en asuntos australianos con foco en defensa, en el fondo la triple asociación busca impulsar la integración tecnológica para hacer crecer la capacidad industrial y profundizar de esta forma la coordinación estratégica entre las tres naciones.

Edel explica que esta alianza buscar transformar la capacidad de construcción naval de las tres naciones, pretende ser un acelerador tecnológico y a cambiar el equilibrio de poder en el Indo-Pacifico y, en última instancia, está destinado a cambiar el modelo de cómo opera Estados Unidos, y como empodera a sus aliados.

Las imágenes y las palabras que nos dejó el encuentro de tres poderosos líderes de Washington, Camberra y Londres después de todos los estragos de la pandemia revelan cómo las viejas democracias están recurriendo a estos acuerdos para contrarrestar a un nuevo pero peligroso adversario: China.

Y aunque ya existía una afiliación a través de la asociación del Five Eyes que tuvo su origen en los cuarenta y se expandió durante la Guerra Fría, y aunque en sus inicios Australia no era parte se incorporaron y desde entonces ha sido parte fundamental y claramente en el futuro cercano. Australia será un importante actor en los años venideros en la región y jugará un rol determinante

INTERREGNUM: Manila se acerca a Washington. Fernando Delage

Una nueva pieza se ha vuelto contra China en el tablero estratégico asiático. Después de contar Pekín durante seis años con la simpatía del gobierno de Rodrigo Duterte, su sucesor como presidente de Filipinas, Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr., ha reforzado la relación con Estados Unidos. Como Duterte, Marcos defiende una política exterior independiente, pero, frente al complejo equilibrio que debe mantener el archipiélago entre su principal aliado de seguridad y su principal socio comercial, la balanza se ha inclinado esta vez hacia Washington, proporcionando a Manila un papel no menor en la estrategia de la administración Biden hacia el Indo-Pacífico. Es, con todo, un giro causado por las propias acciones chinas, más que por las diferentes perspectivas de ambos líderes filipinos.

Tras llegar a la presidencia, Duterte prefirió hacer caso omiso a la sentencia del Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya que, en julio de 2016, falló a favor de Filipinas en la demanda presentada ante el Tribunal por su antecesor, Benigno Aquino III, contra las reclamaciones de soberanía de Pekín sobre las islas del mar de China Meridional. Duterte pensaba que una relación más estrecha con China reduciría las tensiones por los conflictos marítimos, supondría un apoyo externo a su guerra contra las drogas y, sobre todo, se traduciría en inversiones para el desarrollo de su ambicioso plan nacional de infraestructuras. El fracaso de dicha política se haría pronto evidente, sin embargo. Los compromisos de inversiones chinas nunca fueron los previstos, y los incidentes entre buques de pesca filipinos y unidades paramilitares chinas tampoco cesaron.

El propio Duterte terminaría dando marcha atrás, al ser consciente del carácter indispensable de la alianza con Washington para la seguridad de Filipinas. La normalización de las relaciones con Estados Unidos no es por tanto una sorpresa ni una decisión abrupta.  Pero conforme la presión china ha ido a más—las patrullas de sus buques guardacostas se han incrementado notablemente en los últimos meses—, también Marcos ha ido más lejos en su acercamiento a la administración Biden. Además de la integridad territorial filipina, otro factor explica ese resultado:

Taiwán. Marcos ha manifestado públicamente su preocupación por el aumento de la tensión en el estrecho, pues, dada su cercanía, todo escenario de conflicto implicaría de una manera u otra a Filipinas.

Su respuesta a la asertividad china se concretó el mes pasado. Por una parte, durante la visita a Manila del secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ambas naciones anunciaron la ampliación del acuerdo de cooperación en defensa de 2014 de las cinco instalaciones militares contempladas originalmente a un total de nueve (incluyendo al menoscuna situada enfrente de Taiwán). Las fuerzas norteamericanas, que además podrán establecerse de manera permanente y no rotatoria, contarán de este modo con una capacidad adicional de proyección desde el archipiélago en el caso de futuras contingencias.

Sólo unos días después Marcos viajó a Tokio, donde firmó con el primer ministro, Fumio Kishida, un acuerdo que permitirá a las fuerzas de autodefensa japonesas operar en Filipinas en caso de desastres naturales y urgencias humanitarias. Para los dos gobiernos se trata tan sólo del primer paso hacia una mayor cooperación militar entre ambas naciones. La relación Manila-Tokio—aliado clave de Estados Unidos—complementa así la estrategia norteamericana con respecto al mar de China Meridional y el estrecho de Taiwán. De hecho, el propio Marcos reveló que los tres países mantienen conversaciones acerca de un posible pacto de defensa trilateral.

INTERREGNUM: China-EE UU: la espiral que no cesa. Fernando Delage

Aunque el incidente del globo espía chino aún no ha llegado al final de su recorrido, ha hecho evidente cómo, en un contexto de competición estructural entre dos grandes potencias, cualquier hecho menor puede magnificarse. El problema no es que China espíe—sería del todo anormal que no lo hiciera—, sino que el incidente haya distraído a ambos gobiernos con respecto a cuestiones mucho más relevantes. Y que lo haya hecho, además, cuando—tras el encuentro entre Biden y Xi Jinping en noviembre—se había restaurado la intención de volver al diálogo. La suspendida visita a Pekín del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, tenía precisamente como objetivo intentar avanzar hacia alguna fórmula estable de interacción entre los dos países. Su encuentro en Múnich el pasado sábado con su homólogo chino, Wang Yi, reunión que no se confirmó hasta el último momento, no sirvió más que para una nueva escalada retórica en sus denuncias mutuas.

Tanto Blinken como Wang se encontraban, es cierto, con un limitado margen de maniobra. Por parte norteamericana, el globo espía no ha hecho sino agravar la percepción de la amenaza china, convertida en tema central de la política nacional. Por parte china, no puede descartarse que todo haya respondido a un fallo de coordinación, y que la trayectoria del globo en cuestión fuera desconocida por los máximos dirigentes. No tiene realmente sentido que el presidente chino diera su visto bueno a una incursión en el espacio aéreo de Estados Unidos cuando trataba de rebajar la tensión con Washington.

Sin embargo, tras un breve intento de disculpa inicial, el gobierno chino pasó a la ofensiva. El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores culpó a Washington de exagerar la cuestión y “recurrir a la fuerza de manera inaceptable e irresponsable” al derribar al artefacto, además de atribuirle el despliegue de sus propios globos espía sobre territorio chino. En Múnich, fue el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, quien advirtió a Washington sobre la “erosión de la confianza mutua y el riesgo de un accidente”. Urgió asimismo a Estados Unidos a “cambiar de dirección, y a reconocer y reparar el daño causado a las relaciones bilaterales”.

Lejos de atender sus sugerencias, Blinken dio a entender que China podría estar dispuesta a proporcionar ayuda militar a Rusia en su campaña contra Ucrania; un comentario que resta credibilidad al anuncio hecho por Wang de que Pekín ofrecerá una propuesta para poner fin a la guerra. Lo que intenta la República Popular es tratar de normalizar la relación con los europeos después de haber levantado las restricciones por la pandemia y, de paso, evitar un completo alineamiento del Viejo Continente con Estados Unidos. Antes de acudir a la Conferencia de Seguridad de Múnich, Wang visitó Francia e Italia, y esta misma semana viajará a Hungría y Moscú. La preparación de los próximos viajes de Macron y Meloni a Pekín le ofrecieron una oportunidad para tantear el terreno, aunque con escasos resultados, pues China no abandona la posición de que Estados Unidos y la OTAN son los responsables del conflicto en Ucrania.

Las circunstancias no facilitan pues la restauración de un entorno de estabilidad. Es habitual que, en las relaciones entre Estados Unidos y China, se produzca cada cierto tiempo una crisis, cuya consecuencia es el bloqueo diplomático, hasta que ambas partes coinciden en que ha llegado el momento para un deshielo y retoman las conversaciones. La crisis del globo espía es aún muy reciente. Pero el calendario electoral norteamericano no ayudará a una rápida desescalada. De cara a su reelección, Biden puede estar predispuesto a reforzar su línea dura hacia China. Mientras, tampoco Xi puede ceder cuando observa a los aliados europeos y asiáticos de Estados Unidos formando un frente común contra la República Popular. El previsto viaje a Moscú del presidente chino podrá darnos, no obstante, algunas claves sobre lo que cabrá esperar en los próximos meses.

Diplomacia y globos espías. Nieves C. Pérez Rodriguez

El globo chino ha despertado todo tipo de comentarios y ha activado un debate que se ha ido consolidando en los últimos años en Washington que se resume en que China es el mayor riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos. La aparición del globo en Montana, al que se le dejó volar de costa a costa hasta que fue finalmente fue derribado, ha servido a los republicanos como la excusa perfecta de ataque en contra de la Administración actual.

Resulta sorprendente que conociéndose desde el principio que el artilugio era chino y que además obviamente estaba recolectando información (aunque se puede discutir qué tipo de datos) violando el espacio aéreo estadounidense no fuera derribado o neutralizado en cuanto fue detectada su presencia.

El fabricante responsable del globo es Zhuzhou Rubber Research & Design Institute Co Ltd, un instituto de investigación militar propiedad del gobierno chino con licencias de producción de armas, información que estuvo disponible en su página web hasta que comenzó a publicarse sobre ello lo que hizo que fuera bajado del sitio web. Y aunque efectivamente es una institución de investigación encargada de diseñar los globos, también trabaja para todas las ramas militares del EPL de acuerdo con información publicada por la periodista Jennifer Zeng en su blog personal.

Los restos del globo que han sido recuperados ahora están siendo exhaustivamente examinados en busca de toda información que puedan aportar para poder entender mejor al adversario de acuerdo con el profesor Gregory Falco del departamento de Ingeniería civil de sistemas de la Universidad John Hopkins. Asimismo explica Falco que es posible que la data obtenida por el objeto volador era enviada a China usando una red satelital híbrida que utiliza plataformas de gran altitud para transmitir datos al satélite compatible con la órbita más cercana. Una vez que la información llegó al satélite está en territorio seguro para China.

Los globos equipados con sensores de alta tecnología flotan sobre un sitio por mucho más tiempo que un satélite espía por lo que pueden captar transmisiones de radio, celulares y otras pequeñas señales que no pueden detectarse desde el espacio, razón por la que se dispararon las alarmas en Washington cuando se supo que el globo estaba flotando sobre en Montana donde hay un arsenal de armas nucleares estadounidenses, sostiene David Sanger periodista del New York Times.

Además de que la aparición del globo sucede en un momento de fuertes asperezas y gran tensión diplomático entre ambas naciones, en medio de una recesión económica internacional y en efecto una economía china golpeada como consecuencia de la pandemia. Sumado a los efectos que ha generado la guerra de Ucrania en el costo y distribución de combustible y cereales.

A nivel doméstico el globo coincide con uno de los momentos políticos más importantes de la política de los Estados Unidos, a tan sólo un par de días del discurso del Estado de la Unión, en la que el presidente hace una especie de rendición de cuentas y perfila el futuro y las prioridades de su agenda. El presidente Biden apareció rejuvenecido y energizado, aunque es imposible olvidar que tiene 80 años encima, aunque tal y como el mismo dijo “nadie cuenta con la trayectoria política en Washington como la suya”.

El discurso se centró en su mayoría a nivel interno, parece que Biden le habló a su base electoral, al trabajador de la base de la pirámide social. Desaprovechó el momento para hablar de la necesidad de Estados Unidos de continuar con la lucha internacional de los valores democráticos en el mundo. Apenas hizo mención sobre América Latina, por citar un ejemplo. Solo dijo que durante su Administración reunificó a la OTAN y que seguirán apoyando a Ucrania el tiempo que sea, y tuvo como invitada de honor a la embajadora de Ucrania para mostrar su compromiso.

En cuanto a China, pues no fue tan enfático como muchos hubieran esperado. Aunque mencionó siete veces al presidente Xi Jinping. En medio del debate de la invasión del globo chino, afirmó que “China es un competidor pero que está dispuesto a trabajar junto a ellos en lo que pueda suponer un avance para los intereses estadounidenses y beneficie al mundo. Pero si China amenaza la soberanía de EE. UU., actuaremos para protegernos”.

Usó el momento para de mencionar el origen de los semiconductores que fueron inventados en América por lo que pertenecen a América, justificando la necesidad de más producción de chips en territorio nacional y la inversión en innovación e industrias del futuro en territorio estadounidenses. Ahora no se habla de hacer América grande sino de retornar las industrias a América. Un patrón que viene repitiéndose durante años y parece que se ha convertido en la nueva política exterior de los Estados Unidos. El mundo cada vez mas interconectado y caminando a la regresión de las libertades y la globalidad…

Sri Lanka: La pugna por los créditos. Nieves C. Pérez Rodríguez

China ha venido usando la “diplomacia de créditos” para generar dependencia de pequeñas economías, mientras Beijing recibe como moneda de canje el pago de altísimos intereses de esos créditos y la mansedumbre de las naciones receptoras que acaban atrapadas en la mayoría de los casos. El mejor y más vivo ejemplo en este momento es el enorme Puerto de Hambantota en Sri Lanka, construido por una empresa china en 2010 que tendrá el control de su administración por 99 años (según el acuerdo firmado) y cuyo desproporcional tamaño ha contribuido al hundimiento económico de la isla.

Con la construcción y control del Puerto de Hambantota, ubicado al sur de Sri Lanka y siendo el segundo más grande de la isla, Beijing se aseguró su avance en la Ruta de la Seda o el BRI y el control del puerto por casi un siglo además del cobro de los exacerbados intereses.

Su ubicación ha sido estratégica en las rutas marítimas a lo largo de la historia, pues es un paso naval entre Asia occidental y el sudeste asiático. Un buen ejemplo de la importancia de su ubicación fue que durante la Segunda Guerra Mundial, época en la que Sri Lanka fue una base muy importante para las fuerzas aliadas en la lucha contra el Imperio Japonés.

Washington ve clave el interés e importancia geoestratégica de Sri Lanka en mantener neutralidad en la región con sus 1340 km de línea de costa, lo que es un gran atractivo en caso de que fuera necesario neutralizar las pretensiones expansionistas chinas en la región.

En tal sentido, Los Estados Unidos tiene acuerdos con la Armada de Sri Lanka para establecer un cuerpo de marines, que incluye apoyo para crear un Instituto de Defensa para alto rangos militares y ejercicios con la armada para dar asistencia humanitaria en caso de desastres naturales en la región, como los tsunamis propios de la zona. Washington ha donado equipos de guardacostas a Sri Lanka para patrullaje de sus aguas territoriales para garantizarse que controlen sus alrededores y garanticen estabilidad.

La isla ha venido experimentando una fuerte crisis económica durante años, situación que se agudizó con la pandemia debido a las restricciones y a la estrepitada caída del turismo.   En medio de la desfavorable situación el gobierno anterior tomó una serie de medidas económicas torpes que agudizaron aún más la crisis y que acabó con las reservas de la nación.

Ante esa situación el Estado ceilandés no ha podido afrontar sus deudas internacionales, por lo que la escasez de combustible, gas y  artículos de primera necesidad no han hecho más que multiplicar su valor y escasear. Por lo que el gobierno isleño se ha visto obligado a racionar el consumo de electricidad a sus ciudadanos, adicional a la falta de liquidez que le ha impedido al Estado cumplir con sus acreedores internacionales.

La deuda ceilanesa ronda los 50 mil millones de dólares, de los cuales alrededor de unos 10 mil millones se dividen entre China, Japón e India, según datos oficiales. Sólo a China le deben unos 4.5 mil millones de dólares, que Beijing extendió otro crédito complementario el año pasado por 1 mil millones de dólares extra.

Washington ha estado jugando un activo rol de presión internacional para conseguir una saludable y viable solución de la deuda. No cabe duda de que la isla tiene que pagar sus compromisos, pero tal y como la mayoría de los créditos fueron concebidos hace casi imposible que sean pagados. La embajadora estadounidense en Colombo, Julie Chang, ha sido una activa portavoz del Departamento de Estado abogando por una salida, activamente presente en la vida política isleña y ratificando el interés en que Sri Lanka retome cierta normalidad.

Chang ha sido directa y ha exigido a China “mayor responsabilidad frente a la reestructuración de la deuda de Sri Lanka, un requisito previo para un rescate del FMI que recae en China como el mayor prestamista bilateral. Esperemos que no se demoren porque no hay tiempo para demoras. Necesitan estas garantías de inmediato”. Asimismo agregó Chang que “por el bien del pueblo ceilandés esperamos que China no sea un saboteador mientras proceden negociar su acuerdo con el FMI”.

La respuesta de la embajada china en Colombo no se hizo esperar y calificaron a la embajadora estadounidense de hipócrita por sus declaraciones. En una declaración oficial cargada de un lenguaje sarcástico y poco diplomático se quejaron de los comentarios de la oficial estadounidense. Y curiosamente los chinos han desviado lo que deberían ser conversaciones diplomáticas para el rescate de la nación índica en una pugna diplomática entre los dos grandes poderes económicos demostrando una vez más sus valores en la forma de proceder.

En línea con los Estados Unidos, esta semana comenzaba con un gran paso por parte de India a Sri Lanka al ser el primer país en entregar su carta de acuerdo al financiamiento y la reestructuración de la deuda ceilanesa con el FMI en una señal de apoyo a la recuperación económica de la nación. De acuerdo con el Hindustan Times en el 2022 India proporcionó 4.5 millones de ayuda en asistencia a Colombo intentando aliviar la precaria crisis.

El presidente ceilanés Ranil Wichremesighe, en medio de sus maniobras intentando navegar la crisis, ha sostenido reuniones con la cabeza del Exim Bank al comienzo de enero, mientras que recibían una delegación china estuvo en la isla de visita la semana pasada.

También han mantenido conversaciones para reestructurar la deuda que tiene con Japón.

Todos estos esfuerzos con el objetivo de obtener la aprobación de la junta del FMI en el primer trimestre de este año para con esos fondos poder ayudar la hundida economía de la nación, la recesión y tremenda inflación y costos de las deudas que contrajeron, y que según Bloomberg allanará el camino para la asistencia que tanto necesitan.

Las autoridades ceilanesas tienen como principal objetivo obtener la aprobación de la junta del FMI en el primer trimestre, con esos fondos la nación tiene previsto comenzar su camino a la salida de la tremenda crisis. Estados Unidos, Japón e India han demostrado su disposición e interés en colaborar y servir de salvavidas mientras que China solo ha dado señales de querer seguir endeudando a la nación y claramente le incomoda la intromisión de Washington en las negociaciones puesto que les reducen su margen de maniobra y presionan para proceder basado en el bienestar de la nación índica y no en su propio beneficio.

Tokio y Washington más amigos que nunca. Nieves C. Pérez Rodríguez

La visita del primer ministro japonés, Fumio Kishida, junto con altos funcionarios de su gobierno a Washington la semana pasada, a menos de un mes del anuncio hecho por Tokio de su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, prueba el nivel de alerta en materia de seguridad  en la que se encuentra Japón en su entorno, con una Corea del Norte que se ha empecinado en desarrollarse nuclearmente como una vía de supervivencia probando misiles cada pocos días, con un Taiwán amenazada con perder su autonomía y libertades y una China cada más poderosa militarmente cuya expansión en cuanto a territorio y valores representa el mayor de los riesgo para la región y el mundo.

El equilibrio de poderes a nivel global está en entredicho. La seguridad y la paz internacional se han visto violentadas con hechos como la invasión rusa a Ucrania que ha despertado a muchos románticos que cosecharon la esperanza de una Rusia más civilizada y en mayor consonancia con los valores democráticos. La cercanía de Beijing y Moscú justo en medio del padecimiento de Europa en territorio propio de una guerra y las consecuencias de esta ha revivido la posibilidad de una guerra a mayor escala y ha acelerado acercamientos pragmáticos.

En este sentido, la visita de las autoridades japonesa a Estados Unidos sirvió para mucho más que apretones de manos y fotos, pues hubo anuncio de acuerdos estratégicos. En cuanto al encuentro en materia de seguridad llamado 2+2 entre el secretario de Estado y su homólogo japonés y el ministro de Defensa nipón y el secretario de Defensa se acordó fortalecer la cooperación bilateral para un uso efectivo de las capacidades de contraataque de Japón. Por lo que los japoneses están duplicando su gasto de Defensa en los próximos cuatro años y reforzando su armamento para tener capacidad de alcanzar bases enemigas. El paraguas nuclear estadounidense que protege a Japón se expandirá también al espacio para incluir satélites nipones, lo que es otro reflejo del profundo nivel de cooperación que ha alcanzado esta alianza bilateral.

El secretario de Defensa estadounidense anunció que los marinos designados en Okinawa, en la parte más al sur de las islas japonesas cercanas a Taiwán, contarán con más capacitación y rapidez de reacción ante una potencial crisis. Mientras se van preparando para responder frente a un ataque real, de momento sirve como un efecto disuasorio para minimizar las provocaciones de Beijing que cada vez son más constantes. También se informó que Tokio se equipará con misiles de largo alcance. Todo esto mientras los aliados intentan navegar los avances tecnológicos chinos que representan per se otro grandísimo riesgo.

Tokio ya contaba con una Estrategia de Seguridad Nacional elaborada en el año 2013 pero este nuevo relanzamiento se debe a que “la comunidad internacional ha pasado por cambios rápidos, sobre todo el centro de gravedad del poder global que se traslada a la región del Indo- Pacífico”. Y continúa el documento oficial “es probable que estos cambios continúen a mediano o largo plazo y acarreen consecuencias históricas que transformarán la naturaleza de la comunidad internacional”.

De igual forma, la estrategia explica como los dominios cibernéticos, marítimos, espaciales y electromagnéticos muestran más riesgos para el libre acceso. En particular la amenaza de los ciberataques que es cada vez mayor pues se han venido utilizando para inhabilitar o destruir infraestructuras, interferir en elecciones extranjeras, exigir rescates y robar información confidencial, siendo en muchos casos patrocinados por Estados. Por lo que predicen que las guerras futuras serán híbridas, en las que se combinen medios militares y no militares, haciendo uso de la desinformación mediática generando por tanto confusión antes de un ataque armado.

Tanto para Japón como para Estados Unidos la región del Indo-Pacífico es el núcleo de la actividad global y hogar de más de la mitad de la población del planeta. Su dinamismo económico por tanto es inmenso, por ser la intersección del Pacífico y el Índico, ambos océanos son motores de crecimiento mundial. Y además la región tiene también el reto de contar con Estados con grandes capacidades militares, armas nucleares y valores humanos opuestos a lo establecido por el derecho internacional que representan un gran riesgo para el bienestar del mundo.

China es, sin lugar a duda, la mayor de todas las amenazas, razón por la que el QUAD (Estados Unidos, India, Australia y Japón) aunque cuenta con más de 15 años de creado, ha sido reforzado por la Administración de Biden, mientras crearon el AUKUS a finales del 2021 en busca de fortalecer y dotar de capacidad y respaldo a Australia y reforzar la cooperación en tecnología avanzada de defensa, como inteligencia artificial y vigilancia de larga distancia. Por lo que ambas organizaciones junto con la cercanía de la relación bilateral nipón-americana vienen a robustecer aún más la defensa del estado de derecho y el desequilibrio en la región del Indo- Pacífico.

Biden dijo en febrero del 2021 que “las alianzas de Estados Unidos son nuestro mayor activo y liderar con diplomacia significa estar hombre con hombro con nuestros aliados y socios claves”. El siglo XXI ha mostrado nuevas retos y amenazas, el progreso tecnológico y la globalización unieron y ayudaron tremendamente al mundo en el siglo XX, pero hoy es el detonante de la división que estamos viviendo y la razón de los nuevos equilibrios de poder global que están marcando el curso de la historia.

Biden, AMLO y Trudeau en la cumbre de los 3 amigos. Nieves C. Pérez Rodríguez

La nueva geopolítica internacional es una realidad que queda por sentada con la apertura de relaciones de Washington con países como Venezuela, Cuba y esta semana concretamente con la visita del presidente Biden a México para asistir a la cumbre de “los tres Amigos” en la que participarán los líderes del llamado Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o NAFTA por sus siglas en inglés.

Comenzó como el NAFTA y no sólo creó la zona de libre comercio más grande del mundo, sino que unió a 444 millones de personas que producen bienes y servicios por un valor superior a 17 billones de dólares, sino que fue una asociación muy próspera para las tres economías, pues al haber reducido o eliminado la mayoría de las barreras y abrir acceso a los mercados facilitó la entrada de productos y servicios, reduciendo precios y ha dado ventajas sobre los competidores naturales, las otras grandes economías como la China.

El encuentro de estos tres líderes, a pesar de no llamarse de la misma forma, renovó el compromiso de los tres países de Norte América. Pero el momento escogido para la cumbre no es fortuito. Biden ha venido moviendo piezas progresivamente para asegurar que Estados Unidos tenga acceso a materias primas, a alimentos y a combustible frente a la incertidumbre internacional. La Administración estadounidenses quiere asegurar que el país vecino sea su aliado, a pesar del comportamiento cuestionable de AMLO, y el pragmatismo prevalece ante la ausencia del petróleo ruso del mercado internacional. Además, las petroleras estadounidenses han venido presionando a la administración para que abogue por ellas en las desfavorecedores políticas de López Obrador que las dejan en desventaja en México.

Dada la situación internacional y la inestabilidad del mercado chino y los retrasos e intermitencia con la cadena de suministros desde el comienzo de la pandemia, toma más sentido el “nearshoring” para Washington. Este término que se ha puesto de moda entre los economistas justifica el acercamiento de la producción de materias primas a casa con el propósito de evitar escasez e incertidumbre. Por lo que México cuenta con atractivo, potencial, materia prima, cercanía y precios competitivos.

En efecto, un comunicado de la Casa Blanca al finalizar el encuentro informaba que los líderes también discutieron sobre la posibilidad de fortalecer la cadena de suministro de minerales críticos, vehículos eléctricos y semiconductores que a raíz de la pandemia y sus consecuencias se ha convertido en un tema estratégico.

El presidente mexicano, por su parte, se ha vanagloriado con la presencia de los invitados y ha asumido con gran gusto el rol de super anfitrión que como buen mexicano muestra con orgullo su país mientras aprovecha la propaganda política de recibir a dos jefes de Estados de tal calibre.

Por lo que no resulta casual que a tan sólo cuatro días de la llegada de Biden a territorio mexicano Ovidio Guzmán, hijo del Chapo y actual líder el Cartel de Sinaloa y, cuyo nombre se encontraba en la lista de los más buscados por las autoridades estadounidenses y, quienes habían ofrecido una recompensa de 5 millones de dólares a cambio de información que llevara a su hallazgo, era capturado por las fuerzas de seguridad mexicanas como agradecimiento anticipado a la visita del presidente estadounidense.

La Administración Biden tiene un problema muy gordo que ha heredado y que debido a los acontecimientos de los últimos años no ha hecho más que agravarse, la migración ilegal, que se ha convertido en el quebradero de cabeza de los países occidentales y cuyo manejo trascurre entre el sutil juego de respeto a los derechos humanos y la protección de los intereses del Estado.

En Estados Unidos el problema migratorio es más escabroso puesto que es una nación de emigrantes, en la que casi todos los políticos o figuras destacadas del país son producto de la migración. Razón por la que ni republicanos en previas administraciones ni los demócratas han encontrado una fórmula para solucionar el problema de flujos migratorios. Si, además, tomamos en cuenta el incremento de líderes radiales en Latinoamérica es comprensible. Los movimientos desde Centroamérica, Cuba y más recientemente Venezuela, han roto todos los índices de migrantes comparados con cualquier otro país, pues ha empujado a unos 7 millones de inmigrantes desesperados a buscar un nuevo hogar movidos por la desesperación y el deseo de superación.

Como si no fuera suficiente, Washington tiene además otro gran conflicto que necesita medianamente resolver, que es la lucha contra la adicción a sustancias ilegales que se ha agravado con el flujo transfronterizo del letal opioide sintético “fentanilo” que, se ha convertido en uno de los mayores problemas sociales a erradicar y que sólo el año pasado dejó 70,000 víctimas en los Estados Unidos y que cada día suma más adictos y víctimas mortales.

Por lo que, en este sentido, López Obrador ha hecho una clara maniobra al capturar al hijo del Chapo justo coincidiendo con la visita de Biden, como un gesto de complacencia en busca de aprobación de las autoridades estadounidenses, puesto que los carteles tradiciones ahora están traficando también con drogas sintéticas, puesto que son considerablemente más económicas de producir.

Por su parte el primer ministro canadiense respaldó a su homologo estadounidense como es costumbre, pero también aprovechaba para garantizar que Canadá tenga acceso a un mercado justo. Trudeau enfatiza la cooperación económica en el continente poniendo el foco en el crecimiento de la clase media y aquellos que trabajan para formar parte de ella.

La importancia de esta cumbre más allá de los temas abordados es el intento por las naciones poderosas de la región en ganar y acercar aliados en un momento internacional convulso y confuso en el que Putin obcecado por continuar su plan insiste en una absurda guerra que ha acabo una nación de ciudadanos inocentes, que ha condenado a su propia gente al aislamiento producto de las sanciones y con ellas a la imposibilidad de vender su petróleo en el mercado internacional. Mientras que China daba el feliz año al mundo mostrando su respaldo a Rusia generando pánico sobre le futuro de por sí incierto que nos depara este 2023…

En medio de un escenario desolador, Washington se llena de pragmatismo con apoyo de Ottawa para navegar acompañados hacia un futuro sombrío.