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THE ASIAN DOOR: Asia se reivindica como polo estratégico. Águeda Parra


Unos años antes de que se acabara la última década comenzó a extenderse una nueva narrativa sobre Asia. La fortaleza de sus economías hacía vislumbrar un movimiento por el que se trasladaría cada vez con mayor inercia el epicentro del desarrollo económico de Occidente a Oriente, modelando el futuro de Asia como el impulsor del desarrollo global y haciendo del siglo XXI el siglo de Asia. Apenas acaba de empezar la nueva década y el escenario que se plantea deja todas las opciones abiertas.

La consolidación de las economías asiáticas como actores relevantes en las cadenas de valor globales y en los flujos de innovación ha generado un crecimiento de la región que excede su propio entorno hasta convertirlo en un polo estratégico en el desarrollo económico mundial. Los retos del futuro de Asia están estrechamente ligados con el hecho de convertirse en elementos dinamizadores del crecimiento mundial, con amplio protagonismo en la generación de equilibrios geopolíticos donde la geopolítica de la tecnología tendrá un valor diferencial.

Asia como polo estratégico supondría una vuelta a los orígenes, ya que no sería la primera vez que la región lleva las riendas de la economía mundial. El historiador Angus Maddison, especialista en historia macroeconómica cuantitativa, llegó a estimar que Asia representó durante 18 de los últimos 20 siglos más de la mitad de la producción económica mundial. Concentrando más del 60% de la población mundial, que ha generado rápidos ritmos de urbanización, la región ha consolidado una creciente clase media cualificada que demanda un entorno tecnológicamente avanzado. El resultado de este crecimiento ha generado que la región haya protagonizado el paso del estatus de ingresos bajos a medios en una misma generación, y más de 3.000 millones de personas en Asia podrían disfrutar de estándares de vida similares a los de Europa en 2050, según el Banco Asiático de Desarrollo. Aviso a navegantes.

Las diferentes particularidades de las economías asiáticas generan perspectivas de crecimiento desiguales, que se verán acrecentadas con la evolución de la crisis sanitaria. China, como motor de crecimiento económico y de desarrollo tecnológico de la región, lidera los crecimientos previstos para el presente año, al que se suman otras economías como Corea del Sur, Japón, Taiwán y Vietnam cuyas positivas estimaciones de crecimiento hacen pronosticar a los expertos el buen rendimiento de la región.

La reciente firma de la Asociación Económica Integral Regional (conocida en inglés como RCEP, Regional Comprehensive Economic Partnership) ha otorgado a la región la categoría de bloque comercial cohesionado en magnitud simular a los flujos que se generan en Europa y Norteamérica. Un escenario que resulta atractivo para atraer un volumen de inversión mayor que en otras regiones y que favorece las previsiones que ya existían antes de la aparición de la pandemia de que Asia generará más del 50% del PIB mundial y cerca del 40% del consumo global en 2040, según McKinsey.

La revolución tecnológica corre a favor de la región. Japón fue el primero en posicionarse como potencia industrial, a la que siguieron los cuatro dragones asiáticos (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur), protagonistas del crecimiento económico y la industrialización de la región a principios de siglo, sumándose China como máximo exponente del creciente protagonismo de la región en materia comercial y económica, pero también geopolítica y tecnológica.

La red 5G es ubicua en Corea del Sur desde hace más de un año y se acelera su despliegue en China, que lidera la revolución tecnológica con la apuesta de entornos blockchain aplicados a las FinTech, el livestreaming como dinamizador del e-commerce, la inteligencia artificial y el machine learning aplicado a la robótica, y la apuesta por la revolución verde en la creación de una nueva generación de coches eléctricos que pretenden situar al gigante asiático como hub de la producción y la distribución en Asia como uno de sus mercados preferentes. Transcurrida ya una quinta parte del siglo, el dinamismo de Asia marcará su propio futuro.

THE ASIAN DOOR: Aprovechar el fenómeno China en 2021. Águeda Parra Pérez

China da paso al 2021 habiendo superado retos importantes, todos ellos hitos marcados en la estrategia fijada por el gobierno chino de alcanzar la construcción de una “sociedad modestamente acomodada” como parte del “sueño chino”. Asimismo, 2021 también representa una de las fechas clave señaladas en el calendario de eventos del gigante asiático al conmemorarse el centenario del Partido Comunista Chino. Supone el momento en el que el país busca mostrar los avances realizados en este tiempo y, lo más importante, dar visibilidad al buen posicionamiento de China para alcanzar los retos futuros antes de que se cumpla la siguiente gran fecha marcada en el calendario, el centenario de la proclamación de la República Popular China en 2049.

El año 2020 se despide con la consecución del logro de haber duplicado el PIB per cápita respecto al valor de 2010, alcanzando los 10.582,10 dólares, según la última estimación de diciembre emitida por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Con este dato, China pasa a la parte alta de la clasificación de economías con ingresos medios, según los parámetros establecidos por el Banco Mundial, lo que supone disponer de un nivel de renta que el propio FMI proyecta hasta los 16.242,17 dólares para finales de 2025. Esto supone para China superar a la economía de Malasia y situarse en niveles similares a Omán, generando un impulso creciente de la clase media como resultado de este crecimiento económico.

Precisamente es este fenómeno de consolidación de una creciente clase media, junto con la política establecida por el gigante asiático de fomentar la circulación dual como estrategia de crecimiento para 2021, lo que genera una nueva ventana de oportunidad para los negocios en China. De hecho, el banco de inversión Goldman Sachs va más allá identificando este momento como una “oportunidad única en una generación” para los inversores.

Aunque las previsiones apuntaban a que 2020 sería el año en el que el mercado minorista de China superaría al de Estados Unidos, la reducción del consumo doméstico experimentado durante todo el año como consecuencia de la pandemia ha supuesto que, contra todo pronóstico, el mercado minorista norteamericano siga siendo el más lucrativo del mundo, según eMarketer. Sin embargo, los distintos ritmos de crecimiento de ambas economías muestran una senda de recuperación del gasto doméstico en China muy atractiva para aquellos que tienen intereses en el país. De ahí, la nueva oportunidad que se presenta.

China duplica con un 8% de crecimiento del PIB la estimación para Estados Unidos anunciada recientemente por la Reserva Federal. Un escenario propicio para desplegar las medidas contempladas en el 14º Plan Quinquenal (2021-2025) que están en línea con fomentar e impulsar un mayor consumo entre la población que se convierta en uno de los ejes estratégicos y motor de crecimiento de la economía china para el próximo lustro. Un marco de desarrollo favorable para que inversores y empresarios contemplen reforzar su estrategia con China. Qué duda cabe que, de no disponer de huella en el gigante asiático, ésta sería la ocasión a no perder de vista.

En esta nueva etapa de desarrollo económico de China, el gigante asiático ha planteado varios sectores prioritarios de crecimiento. Apostar por las renovables y por convertirse en hub de los coches eléctricos como parte clave del compromiso de China por llegar en 2030 al pico máximo de emisiones de gases contaminantes son algunas de las áreas que mayor atractivo van a tener en los próximos años, a las que también se suma la de ampliar su cobertura nacional de red ferroviaria. Por otra parte, el e-commerce se consolida como la herramienta que mayor y más fácil acceso genera al mercado de consumo, una alternativa cada vez más viable para casi cualquier tipo de sector. (Foto: Flickr, Marco Verch)

THE ASIAN DOOR: El carnaval del turismo durante el Año Nuevo Chino. Águeda Parra

Con la celebración del Año Nuevo Chino, que tuvo lugar el pasado 5 de febrero, comienza el primer gran carnaval de los viajes. Por algo se conoce a esta fecha como la mayor migración humana del planeta, impulsada por las visitas que realizan los ciudadanos chinos a sus ciudades natales para pasar junto a sus familiares este período festivo. A diferencia de otras épocas, cada vez es mayor el número de ciudadanos chinos que opta por gastarse el dinero del desplazamiento, más el que introducen en los hongbao como regalo a los familiares, donde según una encuesta el 41% puede llegar a gastarse hasta el sueldo neto de un mes, en viajes de placer al extranjero aprovechando que disponen de una semana de vacaciones.

Las tensiones por la guerra comercial y la desaceleración de la economía están impactando en el presupuesto disponible de los 7 millones de turistas que se espera viajen en estas fechas. La preferencia en esta ocasión serán los destinos de corta distancia, siendo los más populares Tailandia, Japón, Indonesia y Singapur, que recibirán un mayor número de visitantes, en perjuicio de otros destinos más lejanos como Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, que registrarán una caída de las visitas, según apunta Ctrip.

La elección del destino no solamente está sujeta a la distancia, sino que durante el Año del Cerdo el poder adquisitivo por la conversión del yuan está siendo un factor adicional a tener en cuenta. La guerra comercial ha reducido significativamente el valor de la moneda china en estos últimos meses, generando un encarecimiento de determinados destinos y favoreciendo la elección de aquéllos donde se dispone de visado gratuito de entrada, lo que normalmente sucede con los países vecinos. De hecho, Estados Unidos cuenta con el visado más caro, que alcanza los 160 dólares, y a pesar de que durante años este gasto adicional del viaje no ha desanimado a los ciudadanos chinos a viajar al país, la situación de confrontación entre ambas potencias por la hegemonía mundial sí está mermando las cifras de turismo hacia Estados Unidos. Teniendo en cuenta que el gobierno chino no ha dado indicación directa para desincentivar este destino, como sí sucedió en el caso de la prohibición de viajar a Corea del Sur en 2017, el turismo chino hacia Estados Unidos se ha reducido considerablemente, registrándose apenas un 2% de incremento durante 2018 por efecto de la lucha entre ambos titanes, cuando el turismo internacional con llegada en Estados Unidos se incrementó un 5,7% en 2018 respecto al año anterior.

Esta situación de inestabilidad internacional no está suponiendo viajar menos, más bien todo lo contrario, ya que han crecido las reservas al extranjero un 30% respecto a 2018, mientras el gasto de viaje ha experimentado un incremento anual del 10%, según datos de Ctrip. Unos datos que confirman la buena salud del turismo chino hacia el extranjero en medio de la tensión que está provocando la guerra comercial con Estados Unidos. De hecho, en 2018 los ciudadanos chinos realizaron 140 millones de viajes al extranjero, registrándose un incremento del 13,5% respecto al 2017, y realizando un gasto en 2018 de 120.000 millones de dólares, superior a los 100.000 millones de dólares que se alcanzaron el año anterior, según datos de China Tourism Academy (CTA).

Sin embargo, a diferencia de 2018, la estimación en 2019 sí muestra un nivel de gasto más moderado durante los viajes, con una reducción en el importe dedicado a las compras que pasaría de los 1.186 dólares dedicados en 2016, a los 855 dólares que se estima alcance el gasto en este período vacacional, según la consultora Oliver Wyman. En esta cuestión influye la nueva regulación impuesta por el gobierno chino para fomentar la compra de artículos de lujo reduciendo los aranceles de importación, una medida que pretende incentivar el consumo desde la propia China y que hace menos rentable realizar este tipo de compras en los viajes al extranjero.

Pero a río revuelto, Europa sigue sin conseguir captar ese volumen de ciudadanos chinos que por efecto de la desaceleración de la economía china, y de la caída de Estados Unidos de entre los posibles destinos, han elegido otros países para este período de vacaciones. El Año del Turismo China-UE 2018 ha resultado ser una gran iniciativa para impulsar la llegada de un número mayor de visitantes chinos hacia Europa, pero todavía queda por reformar la cuestión de los visados, con lo que se conseguiría incrementar el turismo chino entre un 7%-18% entre 2018-2023, según un informe de la European Travel Commission (ETC). Entre los países europeos, España ya ha comenzado a dar los primeros pasos para abordar una medida muy necesaria para facilitar la llegada del turista chino que representa el mercado de turismo con mayor nivel de gasto. La iniciativa abordaría mejorar la agilidad de los visados a turistas chinos y la apertura de una nueva línea aérea desde Madrid a alguna ciudad china. Una medida muy demandada desde hace tiempo, ¡bienvenida sea!

THE ASIAN DOOR: El legado de Xi Jinping. Águeda Parra

En la era de Xi Jinping, China está adquiriendo un mayor protagonismo con la vista puesta en consolidar su influencia como poder global en 2049, con capacidad de influir en cuestiones mundiales, al estilo de otras grandes economías occidentales. Para entonces, se conmemorarán los 100 años de la República Popular de China, una fecha en la que se espera esté completado gran parte del legado del presidente Xi diseñado sobre cuatro grandes baluartes.

En primer lugar, y desde el punto de vista del desarrollo social, Xi Jinping impulsó la eliminación de la política del hijo único en 2015, dos años después de comenzar a liderar la segunda economía mundial, ante el inevitable desafío de tener que abordar la modernización de la industria y la innovación tecnológica con una población envejecida. Para ello, China necesita una población activa numerosa, pero la realidad es que el número de personas mayores de 60 años ha aumentado en 110 millones desde 1999 que, en magnitud, representa la población de España y Reino Unido juntas. Entre los efectos positivos derivados de la aplicación de esa política en 1979 destaca haber conseguido sacar de la pobreza a más de 800 millones de personas, con la previsión de que quede completamente erradicada para 2020. Entre los retos de Xi Jinping destaca el “rejuvenecimiento de la nación china”, porque solamente con una amplia población joven puede mantenerse la revolución tecnológica que actualmente está liderando el país a nivel mundial en algunos aspectos como el e-commerce, las FinTech y la inteligencia artificial, tres campos en los que China se posiciona como líder mundial.

En segundo lugar, en la transición de China de potencia orientada a la manufactura y a la exportación, a una economía basada en el consumo interno, el sector servicios y la innovación, las nuevas tecnologías se están convirtiendo en el principal facilitador del cambio. No podemos decir que China con una población de más de 1.300 millones de personas tenga una clase media fuerte, ya que apenas alcanza los 132 millones de personas, el 10% de la población, con incrementos de la renta per cápita en las últimas cuatro décadas de media del 10% cada año. De ahí que entre el legado de Xi figure potenciar el crecimiento de la clase media, que podría situarse en los 480 millones de personas en 2030, un 35% de la población. Esto supone, cuadruplicar en poco más de una década el número de personas que pasan a formar parte de una creciente clase media que se está convirtiendo en uno de los motores económicos del país.

En tercer lugar, la innovación a través del “gran salto adelante” en tecnología, representado por una de las grandes iniciativas de Xi Jinping, la conocida como Made in China 2025. Con gran involucración gubernamental, la iniciativa se enfoca en todo el proceso de manufactura y se extiende a todo tipo de empresas. El objetivo es mantener las actuales tasas de crecimiento anual basándose en la innovación y en las nuevas tecnologías para modernizar la industria. Con esta iniciativa, China pretende conseguir una producción de contenido nacional de componentes y materiales básicos del 40% en 2020, y llegar al 70% en 2025.

Finalmente, en cuarto lugar, la nueva Ruta de la Seda. Una iniciativa orientada a potenciar la gobernanza internacional de China y el poder regional en Asia-Pacífico. La iniciativa está considerada como parte del legado de Xi, de ahí que se haya involucrado en primera persona, y tras cinco años desde el anuncio de la iniciativa en 2013, el presidente chino ha logrado incrementar su influencia geopolítica y geoestratégica en los países por donde se extienden las rutas terrestres y la Ruta Marítima al establecer lazos bilaterales más estrechos con los países de la región. Considerada como la mayor iniciativa de desarrollo de infraestructuras mundial, supone una apertura a nuevos mercados para los productos chinos con alto impacto en los flujos comerciales entre China y Europa.

En definitiva, cuatro grandes directrices con las que se relaciona la era de Xi y que reflejan el modelo de una China moderna que el presidente chino espera dejar como legado. Para entonces, será la confirmación de que bajo el lema de una nueva era de “socialismo con características chinas” se habrá alcanzado el “sueño chino” de construir una “sociedad modestamente acomodada”, un “país rico y poderoso” y un pueblo “dinámico y feliz”. (Foto: Mario Vecchi, flickr.com)

THE ASIAN DOOR: El gaokao ya no es la única opción para las nuevas generaciones. Águeda Parra

El gobierno chino es muy consciente de la importancia que tiene para los 9,75 millones de estudiantes de secundaria presentarse a la prueba más importante en su vida, el examen de acceso a la universidad, nuestra antigua selectividad, conocida en China como gaokao (高考). Las autoridades se esfuerzan por mantener un entorno libre de ruidos cortando calles, prohibiendo el sonido de los cláxones e interrumpiendo la construcción de edificios a distancias cercanas del lugar de examen.

Siendo importante que los próximos universitarios estén alineados con la doctrina del Partido Comunista Chino y sean conocedores de la visión del gobierno, la parte principal de los 150 minutos de examen ha estado orientada a resaltar la visión de Xi Jinping y la “nueva era”, concentrando un total de 5 de las 9 preguntas, con algunas variaciones según las zonas, del comentario de texto de 800 palabras que deben redactar los estudiantes y que supone un tercio de la nota final del examen.

Formar parte de un nuevo milenio ha sido un tópico recurrente, y preguntas del tipo “nueva juventud en una nueva era, crecer con el desarrollo de China” han sido el tema elegido en Beijing para conocer las reflexiones de los estudiantes sobre la labor que está realizando el presidente Xi Jinping en los últimos años. En otros casos, como en las provincias de Yunnan y Sichuan, la temática elegida se ha centrado en preguntar sobre las reformas iniciadas por China y el proceso de apertura, utilizando como títulos de los comentarios de texto propuestos los eslóganes políticos empleados por el Partido para presentar los proyectos. Así han aparecido entre las opciones a desarrollar temas que hacían referencia al “Triunfo en la larga marcha de nuestra generación”, eslogan utilizado en su momento para presentar la construcción de la Nueva Área de Xiong’an en 2017, un ambicioso proyecto de Xi Jinping para crear una zona económica cerca de Beijing.

La presión familiar que reciben los futuros universitarios tiene su origen en que sólo el 50% de los estudiantes obtendrán una puntuación suficientemente alta para realizar estudios de postgrado. Puesto que la nota de corte se realiza en función de la puntuación media de cada año, y además depende de la población de cada provincia, muchas familias trasladan su residencia a otras ciudades a más de 1.500 km para encontrar condiciones más favorables para sus hijos. No obstante, el gobierno intenta promover la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, independientemente de dónde vivan, de ahí que las mejores universidades reserven anualmente una cuota de admisión para los alumnos procedentes de las zonas rurales del centro y oeste del país, entre ellas Yunnan, Guangxi, Gansu, Tíbet y Guizhou, normalmente las provincias menos favorecidas económicamente, que entre 2010 y 2015 registraron el PIB per cápita más bajo de China.

Estudiar en el extranjero es otra de las opciones que están valorando cada vez más familias con recursos, de la clase media-alta. Durante 2017, algo más de 600.000 estudiantes eligieron estudiar en otro país como alternativa al gaokao, según datos del Ministerio de Educación, siendo Estados Unidos el destino preferido por la mayoría. Muchos de ellos se convertirán en los futuros sea-turtles, los profesionales chinos del mañana que regresarán a su país como directivos atraídos por las ofertas que les puedan ofrecer empresas como Alibaba, Tencent, Baidu o Xiaomi, los grandes titanes tecnológicos que están generando una revolución tecnológica decisiva para el desarrollo económico de China.

La gran diferencia de esta primera generación de estudiantes del siglo XXI es que no consideran que la opción de aprobar el gaokao sea tan trascendental como para decidir su futuro, según una encuesta realizada por el portal Web chino y empresa de medios Sina Corp. En la década de 1980 y 1990, más del 80% de los estudiantes consideraban que el gaokao era una prueba esencial en su vida, mientras que el 50% de la nueva generación de jóvenes considera que existen otros proyectos. Entre las opciones, mejorar el nivel de inglés que les permita conseguir un título con el que acceder a universidades en Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos, principales áreas de influencia en la región de Asia Pacífico, además del Reino Unido.

Con ello, no solamente se muestra un cambio evidente en cómo se afronta uno de los eventos más trascendentales en la vida de los estudiantes chinos, sino que se pone de manifiesto la aparición de un creciente individualismo entre los más jóvenes, a diferencia de la aptitud más colectiva que predominaba en generaciones anteriores. Esto da muestra de una sociedad china que está en pleno proceso de cambio, una nueva generación con más inquietudes que está dispuesta a afrontar nuevos retos, y que determinará la transformación de China tanto en lo político, en lo económico como en lo social. (Foto: Robert Borden, Flickr)

THE ASIAN DOOR: El lujo en China, cada vez más digital. Águeda Parra

El sector del lujo tiene una relación especial con China, por su tamaño, por la sofisticación de sus consumidores y por la variedad de tiendas de marcas distribuidas por todo su territorio. Durante años, las marcas de lujo han apostado fuertemente por el gran potencial que significa para el sector el gasto que realizan los consumidores chinos, de ahí que en 2016 se hubiera triplicado el número de tiendas de lujo que existían en 2008.

Sin embargo, el hecho de multiplicar por tres la presencia de marcas de lujo en esta última década solamente ha tenido el efecto de duplicar el gasto, poniendo de manifiesto el gran impacto que ha supuesto la campaña contra la corrupción implantada por el presidente Xi Jinping en 2012, justo al principio de su mandato. En la era de Xi, se ha introducido como prioridad mantener la integridad del Partido, de ahí que se decidiera poner freno a los excesos que existían, reduciendo significativamente el consumo de marcas de lujo cuya demanda estaba asociada a un gasto excesivo y a los sobornos entre los funcionarios.

Esta situación de los últimos años se ha ido estabilizando, y el sector del lujo ha vuelto a resurgir en China en 2017, alcanzando los 21.000 millones de dólares, un incremento importante respecto al gasto registrado un año antes de 17.300 millones de dólares. El importante esfuerzo por mantener un crecimiento económico del 6,9%, una clase media creciente que consume más y que incrementa su nivel de gasto en lujo, y una mayor sofisticación del consumidor han sido las tendencias principales que han hecho que 2017 vuelva a registrar crecimientos positivos en el sector en China. A lo que habría que añadir también el incremento del gasto fuera del país, ya que la expansión del turismo chino está favoreciendo significativamente que siga creciendo el sector del lujo mundialmente.

Pero la gran novedad del sector del lujo en China, que crece anualmente un 15% y que en 2017 llegó a representar un tercio del mercado mundial, radica en la incorporación del grupo de los millennials chinos, jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y 34 años, entre los grandes consumidores del sector del lujo. Una mayor frecuencia de adquisición de productos de marca, una creciente disponibilidad económica y un gasto creciente a través de las plataformas digitales están marcando la tendencia de recuperación del sector en China.

El sector del lujo ha encontrado en los nativos digitales y en las plataformas online de China los mejores aliados para hacer crecer el consumo. Los jóvenes chinos son la generación más digitalmente conectada del mundo, pasan de media unas 27 horas online a la semana, lo que supone un 24% más del tiempo que emplean los jóvenes en Estados Unidos, según un estudio de GGV Capital. Estar digitalmente conectados supone una adopción de la tecnología mucho mayor que el resto de jóvenes de su generación, de ahí que sean los grandes referentes del e-commerce mundial y los encargados de configurar el futuro de la economía digital.

Es imprescindible, por tanto, que el sector del lujo en China se adapte a los entornos digitales donde los consumidores encuentran información de los productos y realizan la compra directamente a través del creciente ecosistema de plataformas digitales que abunda en la sociedad china. Aunque las compras de productos de lujo se siguen realizando mayoritariamente por el medio presencial, hasta en un 91% de los casos en 2017, el gasto en marcas a través de medios digitales se va consolidando como tendencia entre los consumidores chinos del lujo, ya que las ventas e-commerce crecieron un 86% entre 2016 y 2017.

Propulsores de esta tendencia están siendo las plataformas de los gigantes del e-commerce en China, como Alibaba y JD.com, que están atrayendo al consumidor del lujo chino gracias a incorporar en sus entornos digitales un buen número de conocidas marcas internacionales. El conocido como “pabellón del lujo”, lanzado por Alibaba en agosto de 2017 a través de su plataforma Tmall, responde a la tendencia de incorporar masivamente las marcas internacionales en los medios digitales, hecho que debe aprovechar el sector del lujo si quiere sacar partido a las ventajas que pueden ofrecer los medios digitales en el relanzamiento del sector del lujo en China.

THE ASIAN DOOR: La economía de consumo se dispara en China. Águeda Parra

El nivel de bienestar en la sociedad china ha mejorado significativamente como resultado de las mejoras sociales que ha experimentado el país tras varias décadas de mantener ritmos de crecimiento económico elevados, que durante mucho tiempo fueron superiores a los dos dígitos. Con el tiempo, esto ha permitido reducir la brecha existente en las desigualdades históricas entre las zonas del interior y las costeras, y que suponía para el país mantener un modelo de crecimiento a dos velocidades.

A pesar de que todavía se mantienen diferencias significativas de desarrollo entre ambas regiones, las políticas puestas en marcha por el gobierno chino han permitido que se desarrolle una creciente clase media con nuevos patrones de consumo. En la era de Xi Jinping, alcanzar una China moderna lleva asociado implementar un nuevo modelo económico en el que se potencia el consumo interno como nueva palanca para sustentar el crecimiento del país, de ahí que figure entre los objetivos primordiales del XIII Plan Quinquenal (2016-2017).

Y los resultados no pueden ser mejores, ya que mientras que el crecimiento del PIB de China consigue mantenerse cerca del 7%, en 2017 se situó en el 6,9%, el nivel de consumo se mantiene en torno al 10% anual, según datos oficiales. Con ello, se estaría consolidando el cambio estructural buscado por el presidente Xi para que la economía china entre en la nueva etapa de crecimiento denominada como de “nueva normalidad”.

La clase media en China existe y es muy numerosa. Algunos informes estiman que 109 millones de personas pertenecen a este nivel social. Y además es creciente, pudiendo superar los 480 millones en 2030, según las estimaciones de los expertos, lo que supone cerca del 35% de la población mundial. Las mejoras en las condiciones de vida y el desarrollo de un revolucionario ecosistema digital están generando nuevos perfiles de consumo. La clase media está demandando necesidades propias de una sociedad moderna, gracias a un significativo aumento del nivel adquisitivo, un mayor nivel de compra entre los jóvenes, y las ventajas de la omnicanalidad que proporciona el e-commerce.

La aparición de la clase media china está suponiendo toda una revolución para la economía del país, con previsión de que China origine el 27% del crecimiento total del consumo de las grandes economías en 2021, según la estimación de un estudio conjunto entre BCG y AliResearch. Evidentemente, las empresas de consumo van a ser las primeras en verse beneficiadas por las nuevas tendencias en los hábitos y comportamientos de compra que impongan los consumidores chinos, donde los nativos digitales están siendo los verdaderos artífices de modelar el futuro del e-commerce y de la economía digital mundial.

Las empresas de consumo de todo el mundo no deben pasar por alto la oportunidad de incorporar la componente del perfil de compra de la clase media china a sus estrategias de desarrollo de negocio. En la actualidad, el mercado de consumo de China es el segundo más grande del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos y, según este estudio, la previsión de crecimiento en China hasta 2021 supone añadir al mercado de consumo chino el tamaño de la población de Alemania.

Los consumidores chinos son eminentemente digitales, factor que favorece que los ritmos de crecimiento del consumo interno sean mayores. El hecho de estar conectados permanentemente facilita que el acceso al modelo de compras e-commerce no se limite únicamente a las ciudades de primer y segundo nivel, sino que se extienda rápidamente por todo el territorio, profundizando así en los objetivos de nivelar las desigualdades todavía existentes entre ambas regiones. Los avances en la tecnología y la potente infraestructura digital desplegada por todo el país propician un consumo mayor de productos, servicios y experiencias entre una población que de cada vez se centra más en buscar productos de mejor calidad, modificando la dinámica actual de basarse principalmente en la procedencia de las marcas.

El turismo, el mercado del lujo, y los productos relacionados con la salud son los sectores que más van a beneficiarse de las demandas de la clase media china. Todas aquellas empresas internacionales dedicadas a estos sectores mejorarán sustancialmente sus cifras de negocio si se incorporan como actores destacados de un mercado de consumo con nuevos hábitos y patrones. Entre ellas, las empresas españolas, que cuentan con un excelente posicionamiento internacional en los sectores que están generando mayor demanda en China, no pudiendo dejar de aprovechar la oportunidad que presenta la revolución del consumo que está experimentando el país en estos momentos.

THE ASIAN DOOR: La Superbowl del talento tecnológico se juega en China. Águeda Parra

(Foto: Christian Rondeau, Flickr) En la última década, China ha pasado de focalizarse en la producción de manufactura como palanca de crecimiento del país, con los problemas derivados de un importante sobrecalentamiento de varios sectores económicos, a situarse como pieza principal de la revolución digital mundial. En este tiempo, el crecimiento de dos dígitos que registraba la economía a principios del siglo XXI ha pasado a un nivel más moderado, del 6,9% en 2017, pero muy superior al del resto de países industrializados.

En sólo una década, China ha pasado de ser la fábrica del mundo, a liderar la economía digital, gracias al gran momentum tecnológico que vive el país. Este cambio de paradigma procede de la visión de Xi como impulsor de políticas de crecimiento más sostenibles y adecuadas para afrontar el reto de construir una China moderna.

Las nuevas tecnologías se han desarrollado en la sociedad china a un ritmo mayor que en otras economías desarrolladas, generando toda una nueva generación de nativos digitales que son los verdaderos artífices de todo un ecosistema digital que no sólo transforma el país, sino que está definiendo, en función de sus gustos y preferencias, el futuro del e-commerce mundial.

En esta estrategia de transformación digital, China también cuenta con los “sea turtles”, como se denomina a aquellos graduados chinos que regresan de estudiar en las universidades extranjeras, personas que están creando la versión china del Silicon Valley en territorio nacional. El factor de la apuesta por la innovación, importantes oportunidades de carrera y una mayor inversión en capital son los principales motivos que encuentran los 432.500 graduados que regresaron a China en 2016, de un total de 544.500 personas que optaron por estudiar en el extranjero, un 22 por ciento superior a los que regresaban en 2013, según datos del Ministerio de Educación.

Los incentivos económicos son también un punto destacado del regreso de la diáspora digital. Según un estudio del South China Morning Post, los graduados en el extranjero reciben un salario un 17,2 por ciento superior a los graduados en las universidades nacionales. Las grandes tecnológicas chinas están creando un ecosistema digital con oportunidades laborales mejores a las que podrían acceder los ingenieros asiáticos en compañías como Google, Facebook y Apple, donde únicamente ocupan el 30% de las posiciones profesionales y tienen difícil acceso a los puestos directivos. En China las oportunidades vienen de la mano de empresas como Alibaba y Tencent, que se encuentran entre las compañías más valiosas del mundo, compitiendo directamente con sus rivales estadounidenses Amazon y Facebook.

A este grupo de talentos tecnológicos hay que sumarle la apuesta del gobierno chino por atraer los mejores científicos y personas de negocios relacionados con el ámbito de las nuevas tecnologías a través de la concesión de visas gratuitas por 10 años, según publicaban fuentes oficiales a principios de 2018. Sin duda, el grupo de extranjeros de alto nivel y los “sea turtles” chinos son el perfil de empleados que demandan los gigantes tecnológicos estadounidenses que operan en territorio chino. Entre ellos, el gran gigante de Internet Google, que ha abierto su cuarta oficina en China con 600 empleados en la nueva capital tecnológica mundial, Shenzhen, donde también están presentes otros grandes de la industria como Huawei y Tencent. Recientemente era Apple quien anunciaba la apertura de un centro de servicios de almacenamiento de iCloud en la provincia de Gizhou.

La revolución digital es ya una realidad en China, y es la clase media china la que está actuando como prescriptor digital. Mientras los países occidentales todavía no son plenamente conscientes de la velocidad vertiginosa a la que se producen los avances tecnológicos en China, Shenzhen ha pasado de ser una aldea de pescadores en 1980 a convertirse en el denominado Sillicon Valley del hardware a principios de siglo. Todo un alarde de intenciones de que China, en cuestión digital, es capaz de liderar la transformación global en las próximas décadas.

THE ASIAN DOOR: Los nativos digitales de China están configurando nuestro futuro. Águeda Parra

(Foto: Portal GDA, Flickr) La denominada como economía digital comienza a afianzarse en todo el mundo, pero la gran transformación tecnológica y cómo quedará configurado nuestro mundo en las próximas décadas lo están definiendo hoy los nativos digitales de China.

La tecnología es una parte inherente a una generación mundial de jóvenes nacidos a mediados de la década de los noventa del siglo pasado, más conocidos como millennials. Sin embargo, en el caso de los nativos digitales chinos, la adopción de las nuevas tecnologías, sus hábitos y sus preferencias difieren tanto del resto de jóvenes de su generación como para ser los grandes arquitectos digitales del futuro de su país y de nuestro mundo.

Esta nueva generación digital no ha crecido con las enseñanzas del Libro Rojo de Mao, ni ha vivido las medidas aperturistas de Deng Xiaoping. El futuro del e-commerce y de la economía digital son parte del propósito de Xi Jinping de establecer un modelo de socialismo con características chinas para una nueva era, con el que se persigue la consecución de una sociedad modestamente acomodada y de un país modernizado. Los nativos digitales serán los verdaderos artífices de la transformación del país en una economía avanzada, ya que tanto las plataformas digitales de China, como el resto de fabricantes mundiales, van a tener en esta generación y sus gustos los referentes para modelar el futuro del e-commerce y de la economía digital mundial a nivel mundial.

Los nativos digitales en China representan el 16% de la población actual, y serán protagonistas del crecimiento del consumo total en China hasta en un 20% de ahora hasta 2030, según un reciente estudio de McKinsey. De modo que, la presencia de las empresas extranjeras en las plataformas digitales chinas resulta indispensable para poder participar de un mercado que en 2016 alcanzó unas ventas de 782.000 millones de euros, mayor que el gasto de Estados Unidos y Reino Unido juntos, registrando un incremento interanual del 33,4% en los primeros seis meses de 2017.

Esto se debe a que las plataformas digitales se han desarrollado en China de forma diferente al resto del mundo, fundamentalmente por una mayor penetración de Internet, siendo el smartphone el dispositivo con el que se registran más accesos a Internet, hasta representar el 95% de los usuarios activos. Pero en un entorno digital donde existen más opciones de compra que nunca, las multinacionales extranjeras deben estar atentas a un cambio de tendencia en la decisión de compra del consumir chino, donde el origen del producto ya no es el valor más importante, sino que prevalece el valor del producto y cómo se ajusten a sus necesidades. En el caso de los aparatos digitales personales, las marcas chinas han pasado de representar el 43% del mercado en 2012 al 63% en 2017, según el mismo estudio.

Alibaba, con su plataforma de e-commerce denominada Alipay, y Tencent, como desarrollador de WeChat, la mayor red social del país que incluye también mensajes instantáneos y servicios de pago, están creando una generación que actualmente está configurando el ecosistema digital donde conviven 500 millones de consumidores chinos, más que la población de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania juntas. En los últimos años, China se ha convertido en el mercado de e-commerce más grande y que más rápido crece del mundo, gracias a un trepidante ritmo de adopción de las nuevas tecnologías entre una generación que, en muchos casos, no ha conocido el teléfono fijo.

En China, Alibaba y Tencent dominan el 90% del e-commerce, el 85% de las redes sociales y el 85% de los pagos por Internet, dando forma a un ecosistema digital en el que se desarrolla una creciente clase media que actúa con espontaneidad y basándose en la comodidad de poder consumir nuevas experiencias que pueden disfrutar en el mismo día o al día siguiente. Todo ello hace que el futuro de las compras online y de los servicios a través del móvil en todo el mundo se estén diseñando a medida de los nativos digitales de China, teniendo como referencia estas plataformas donde la interacción social convive con las compras online y con los procesos de compra de forma integrada.