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THE ASIAN DOOR: Los unicornios nacen en China y viajan por el mundo. Águeda Parra

¿Qué es lo que pensáis cuando digo China? Probablemente penséis en una gran cultura milenaria, la Gran Muralla China, o quizás os venga a la cabeza los productos Made in China. Estereotipos lógicos y clásicos. Pero no es de ese tipo de cosas de las que voy a hablar. Me gustaría hablar de la tecnología del día a día que se utiliza en la economía digital de China. Estoy hablando de la revolución tecnológica que se está produciendo ahora en China, a miles de kilómetros y, aunque no lo creamos, es una revolución que está ya aflorando en nuestros mercados de forma imparable.

Si os dijera que existe un país que crea un unicornio cada 3,8 días, posiblemente la mayoría estéis pensando en Estados Unidos como primera opción. Sin embargo, hoy en día es China el país de los unicornios. Este tipo de empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares proliferan en el nuevo ecosistema digital que se está desarrollando en el gigante asiático.

Pero, vayamos por partes. El universo tecnológico que casi dominaba por completo Estados Unidos hace apenas 6 años es parte de la historia, y la historia ahora es que en la próxima década es más posible que los unicornios sean compañías americanas o chinas. De hecho, el Top 20 de grandes titanes tecnológicos mundiales está formado por 12 empresas americanas y 8 chinas. Apple, Amazon, Alphabet, Microsoft y Facebook son las que lideran la clasificación.

Y hasta aquí el dominio estadounidense, porque a la zaga están ya Alibaba y Tencent, los dos grandes referentes tecnológicos chinos. Pero lo curioso de esta nueva historia es que los titanes chinos solamente han necesitado 10 años para conseguir hacer imprescindibles las aplicaciones que gobiernan el día a día en China. Todo parece indicar que es cuestión de tiempo que las empresas chinas entren en el Top 3, e incluso que luchen por liderar el ranking de los mayores titanes de Internet en un tiempo no muy lejano.

Pero, ¿cómo pensáis que se ha producido esta transformación digital en menos de una década? O mejor, ¿cómo explicáis las cosas cuando suceden de forma diferente a cómo las pensamos? Por ejemplo, ¿por qué la tecnología china está siendo cada vez más innovadora en comparación al resto de tecnológicas mundiales, año tras año? La explicación reside en que hay algunas cosas que las diferencian.

Para conseguirlo, China se ha valido de la combinación de tres factores. En primer lugar, los usuarios que tienen acceso a Internet. El mercado digital de China es el mayor del mundo, ya que la mitad de la población tiene acceso a Internet, y eso es mucha gente. Tantos como más de 700 millones de usuarios, dos veces la población de Estados Unidos. Precisamente ésta es una de las principales ventajas que facilitan que los unicornios se expandan y desarrollen nacionalmente a la velocidad a la que lo hacen.

En segundo lugar, los nativos digitales. Los nativos digitales son los grandes artífices de que China se haya convertido en un gran hub de innovación. Se trata de una generación de jóvenes que no han conocido el teléfono fijo en casa, y en el 95% de los casos hacen uso del Smartphone como el dispositivo preferido para acceder a Internet. En China, los nativos digitales representan el 16% de la población que, teniendo en cuenta la dimensión de la población china, suponen más de 220 millones de personas, un grupo que en magnitud supone toda la población de Alemania, Francia y Reino Unido juntas. Solamente ellos van a ser los responsables del crecimiento del consumo en China en un 20% de ahora hasta 2030.

Por último, el tercer factor es el nuevo modelo de economía digital. Los BAT, como se conoce a Baidu, Alibaba y Tencent, son sólo una parte del universo tecnológico de China. Alipay, de Alibaba, domina los medios de pago, y la omnipresente WeChat, de Tencent, es la aplicación con la que se puede hacer casi de todo. Desde comprar entradas, pedir una cita médica, hasta solicitar el inicio de los trámites de divorcio y pedir una licencia matrimonial. Todo sin salir de la aplicación. Así de amplio es el universo WeChat. Es, sin duda, la mayor red social del mundo; cuenta con mil millones de usuarios activos. Sí, mil millones, ésa es la magnitud del gran universo digital de China. Tal es su éxito, que Facebook aspira a convertirse en el WeChat americano con su propuesta de integrar en su aplicación Messenger, Instagram y WhatsApp.

THE ASIAN DOOR: Meituan se come a Goliat. Águeda Parra

Pedir comida a domicilio en China resulta cada vez más barato y más cómodo. Muchas personas comienzan a plantearse la necesidad de cocinar y hacer la compra cuando los servicios que ofrecen las empresas de distribución de comida han conseguido atraer a más de 355 millones de personas. Esto supone que casi un cuarto de la población china solicita a través de su Smartphone el envío de comida.

No ha pasado todavía una década desde que Wang Xing fundara en 2010 Meituan, una empresa que hoy está valorada como la cuarta startup tecnológica mundial más valiosa, alcanzando una valoración de 30.000 millones de dólares. Meituan corresponde a esa nueva generación de startups que, al margen de los grandes titanes tecnológicos chinos como Alibaba, Tencent y Baidu, los denominado BAT, están consiguiendo posicionarse en la boyante economía digital china. Fundada conjuntamente con Alibaba en sus inicios, el gran éxito de Meituan ha sido conseguir convertir el incipiente nicho de mercado que era la distribución de comida a domicilio hace una década en un floreciente sector por el que compiten las grandes tecnológicas chinas. Cambiar la estrategia inicial de descuentos por volumen en restaurantes, similar a Groupon, por la distribución directa de comida, le ha permitido al nuevo genio tecnológico chino ser el número 1, consiguiendo en sólo unos años que el mercado digital de la distribución de comida pase de representar un 10% a más del 60%.

Meituan es el líder indiscutible con un 63% de cuota en el mercado chino en 2018, según Bernstein Research, mientras Alibaba ha invertido miles de millones de dólares intentando hacer más competitiva su marca Ele.me, la cadena de supermercados de productos frescos y de comida a domicilio con la que alcanza el 36% restante del mercado. De hecho, aunque fundada conjuntamente en sus inicios con Alibaba, Wang Xing disolvió la asociación para terminar asociándose años después con el mayor competidor del coloso del e-commerce, Tencent, ahora accionista de referencia al aportar una financiación de 1.000 millones de dólares a cambio de fusionar su propia compañía de servicio de distribución con Meituan y hacer que ésta forme parte del universo de WeChat, aunque operando de forma independiente.

Meituan ha tomado el camino de otras startups chinas que han elegido la bolsa de Hong Kong para presentar su IPO, siguiendo el ejemplo de tecnológicas chinas como Xiaomi, continuando la dinámica de sustituir el parqué americano por el asiático. Las cifras de la startup china dan una muestra de la magnitud del mercado, que cuenta con 600.000 conductores para la distribución de comida, en China se realiza en motocicletas, dando servicio a más de 400 millones de clientes al año en más de 2.800 ciudades. Las cifras pueden llegar a ser mareantes en el caso de China, donde existen 156 ciudades con más de un millón de personas, en Estados Unidos solamente son 10, y el coste del reparto se sitúa en 1 dólar, mientras que en el mercado americano alcanza los 5 dólares, según iResearch.

En esta nueva etapa, Meituan busca revolucionar el mercado de distribución de comida, que alcanzó en 2018 un valor de 35.000 millones de dólares, con la incorporación de la inteligencia artificial como principal arma innovadora. La incorporación de este tipo de software permitirá mejorar el itinerario de los conductores, que de media realizan unos 25 repartos al día, comparado con los 17 que realizaban hace apenas tres años. Las mejoras por la incorporación de las nuevas tecnologías podrían suponer incrementar significativamente los más de 20.000 millones de repartos que se realizan diariamente en China, el mayor imperio mundial de distribución de comida a domicilio.

En el espíritu emprendedor de Meituan, la aplicación de las nuevas tecnologías es la piedra angular del imperio que poco a poco está creando. De ahí, que la inyección de capital en innovación no esté únicamente destinada a mejorar las capacidades de su propio negocio, sino que los restaurante son también parte del objetivo tecnológico de la startup. De esta forma, Meituan pretende invertir unos 1.700 millones de dólares durante 2019 para que los comerciantes mejoren su ecosistema digital. A través de impulsar ayudas en los servicios digitales, de marketing y de cadena de suministro, Meituan pretende afianzar la relación con sus socios, asegurándose una mejor posición en el competitivo mercado de la distribución de comida.

Ante una competencia tan feroz, y con la presión de unos ingresos que no crecen al ritmo de épocas anteriores, la estrategia de Alibaba será extender su cadena de supermercados Ele.me fuera de las grandes ciudades, donde los servicios de distribución de comida a domicilio mediante aplicación todavía no están presentes. La evolución es un proceso natural en un país donde la revolución digital pretende ser ubicua a toda la población, alcanzando también al medio rural. De este modo, la transformación que ha propiciado la competencia entre Alibaba y JD.com en el mercado del e-commerce es similar a la que están librando Ele.me y Meituan, aunque en este caso sea David el que se esté comiendo a Goliat.

THE ASIAN DOOR: La cosmética española hace furor en el mercado digital chino. Águeda Parra.

Existe una relación muy arraigada de China por el lujo. El buen desarrollo económico del país en los últimos años ha favorecido el acceso de un número mayor de población a un mercado que sigue manteniendo ritmos de crecimiento del 20% anual en 2018 por segundo año consecutivo. China supone hoy en día un tercio del mercado mundial de lujo, que ascendió hasta los 295.300 millones de dólares en 2018.

Mantener este fenómeno en pleno auge se atribuye fundamentalmente a una creciente clase media que dispone de una mayor renta, donde los principales motores de este grupo población son los millennials y las mujeres. Una vez que las nuevas generaciones de nativos digitales están fomentando la economía digital en China, es lógico pensar que sean las ventas de lujo online las que hayan experimentado un crecimiento más robusto, un 27% superior respecto a 2017.

La nueva ley sobre comercio electrónico transfronterizo, que entró en vigor en China el pasado 1 de enero, favorecerá el incremento de las compras de lujo realizadas en el propio país, con la vista puesta en equiparar el gasto realizado fuera como dentro de China en 2025. En primer lugar, la ley está orientada a fomentar la seguridad en las transacciones ante productos falsificados y la protección de los derechos de propiedad intelectual. Otra cuestión prioritaria de la ley es reducir los costes de importación, favoreciendo un mayor consumo del lujo nacional. De esta forma, se persigue que el consumo del lujo local respecto al gasto total siga manteniendo buenas tasas de crecimiento, como demuestra la mejora del 23% al 27% entre 2015 y 2018, según Bain & Co. Como tercera medida, la ley persigue una mayor armonización del precio, buscando reducir la diferencia existente entre los mercados locales y los internacionales.

El gasto en marketing digital en China de las marcas de lujo supera ya el presupuesto que las empresas dedican a los canales presenciales, demostrando una extendida estrategia de omnicanalidad en su apuesta por conquistar a los consumidores más exigentes. Las marcas de lujo son conocedoras del potencial que tiene entre los canales online disponibles en China la omnipresente plataforma WeChat, de ahí que se haya convertido en su herramienta prioritaria de captación de consumidores a la que le dedican entre el 40% y 70%.

El sector del lujo en China tiene a la cosmética como su principal reclamo, registrando esta industria un crecimiento en 2018 del 20%, similar al que experimentó el conjunto del sector, duplicando el valor de otras categorías tradicionales como la de relojes, que solamente alcanzaron un 10%. El impulso de estas ventas está íntimamente relacionado con la innovación en los canales digitales y la apuesta por el marketing de influencers para hacerse más eco entre el público objetivo, millennials y mujeres, principalmente. La posibilidad de incorporar en las plataformas digitales las últimas tendencias de moda, y hacer accesible el estilo moderno de la calle a través de este medio, ha sido el factor decisivo del espectacular crecimiento del sector del lujo en China, y en particular, de la cosmética.

La presencia del sector de la cosmética española en China es un valor en alza. La marca España comenzó a introducirse en el mercado chino en 2015, y en solo en dos años las marcas españolas han conseguido consolidarse en China creciendo en ventas un 600%, hasta alcanzar los 115 millones de dólares (103 millones de euros). De entre las marcas españolas, Sesderma es con diferencia la que está consiguiendo alcanzar un mejor posicionamiento en el mercado chino, convirtiéndose en referente de la cosmética española a escala mundial. La mejor forma de apreciar la alta penetración de la marca en el gigante asiático se ejemplifica con las ventas generadas durante la celebración del Día del Soltero, un evento que cada año organiza Alibaba el 11 de noviembre y donde la firma española alcanzó 5,6 millones de dólares (5 millones de euros) de ventas en un solo día, comparado con los 1,34 millones de dólares (1,2 millones de euros) que registró el año anterior. Otras marcas españolas como ISDIN, Natura Bissé, MartiDerm y Puig, son parte del conjunto de empresas que están posicionando las marcas de cosmética con mucho éxito, formando parte de uno de los mercados de consumo más importantes del mundo que mueve al año unos 52.600 millones de dólares, y donde las ventas a través de las plataformas digitales generan hasta el 25% de las ventas.

Entre las claves del éxito de las marcas de cosmética española destaca la capacidad de compaginar la innovación y la tradición para posicionarse como productos de alta calidad a precios competitivos. Los millennials y turistas que visitan España son parte del descubrimiento de la cosmética española en China, al convertirse en embajadores de nuestras marcas mientras están en el país y adquiriéndolas posteriormente a través de las plataformas de comercio eléctrico existentes en China como Tmall, propiedad de Alibaba. De ahí que la cosmética española haya experimentado un crecimiento del 265% en 2017 respecto al año anterior, hasta alcanzar los 145 millones de dólares en 2017, según Global Trade Atlas, una proyección que ha permitido posicionar a España en el noveno puesto en el Top 10 de proveedores de cosmética de China, cuando en 2016 ocupaban la posición 17.

De entre el amplio tejido empresarial español, muchas son las empresas que podrían seguir la estela de la industria de la cosmética para posicionarse en el mercado. Prioritario será incluir en la estrategia de internacionalización las plataformas digitales, medio preferente de acceso a un público que sabe apreciar y valorar la calidad de nuestros productos nacionales. Un medio para elevar el posicionamiento de la marca Made in Spain a un nivel superior en el mercado chino, uno de los más competitivos del mundo.

THE ASIAN DOOR: Lo que la piedad filial puede hacer por el e-commerce en China. Águeda Parra

Comentaba Jack Ma en el Foro Público 2018 de la OMC (Organización Mundial de Comercio) celebrado en octubre en Ginebra que “No podemos detener la tecnología. Lo único que puedes hacer es aceptarla (porque) más y más cosas pasarán a través de las plataformas digitales”. Ma, fundador y Presidente Ejecutivo de Alibaba Group, ha sido uno de los grandes impulsores del e-commerce en China, promoviendo un nuevo ecosistema tecnológico sobre el que se está apoyando el gigante asiático para embarcarse en un proceso de modernización que posibilite la transición del país hacia una economía avanzada.

El e-commerce en China apenas representaba el 1% mundial antes de la irrupción de emprendedores como Jack Ma en el panorama empresarial de un país al frente del cual se sitúa el Partido Comunista Chino. Diez años después, el gigante asiático ha generado las condiciones necesarias para impulsar una revolución digital haciendo que China represente en la actualidad el 42% del e-commerce mundial, lo que supone que realiza más transacciones por año que Francia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos juntos.

Hablar de e-commerce es hablar de China. Y en este ámbito, el gigante asiático ha conseguido alcanzar un crecimiento nunca antes visto en otras economías desarrolladas. Si para posicionarse como segunda potencia mundial China ha necesitado de cuatro décadas de reformas económicas, en el caso de las compras online, el gigante asiático solamente ha necesitado de una década para ser líder mundial. De hecho, en el período entre 2009-2016, el crecimiento del mercado del e-commerce en China alcanzó el 2.000%, superando las ventas de Estados Unidos y Reino Unido juntas. Carentes de un ecosistema de plataformas digitales que favorezcan el desarrollo de las compras digitales, las ventas online en Estados Unidos en ese mismo período apenas crecieron el 150%.

Dos de los grandes protagonistas de esta transformación son los titanes tecnológicos chinos Alibaba y Tencent. Alguna de las iniciativas que más ha favorecido el crecimiento del e-commerce en China ha sido, por ejemplo, la promoción de las ventas digitales durante el Día del Soltero en China, evento que se celebra cada año el 11 noviembre. En el caso de Tencent, la revolución digital ha venido de la mano de WeChat, la aplicación que comenzó como una red social, y que hoy se utiliza para cubrir casi todas las necesidades del día a día.

Lo que hoy identificamos como Made in China, o Made en Estados Unidos, en 2030 será Made in Internet, según comenta el mismo Jack Ma. Para entonces, la previsión es que el 85% de los negocios sean e-commerce y, en cuanto a las compras, el 95% de ellas se realizarán online y apenas el 5% seguirá generándose a través de los canales tradicionales. Una revolución digital que está impulsando la modernización del país pero que, sin embargo, está provocando una brecha social. Mejor dicho dos: una en sentido económico y otra generacional.

El rápido proceso de digitalización que está transformando China está provocando que se amplíe la brecha económica entre las ciudades costeras, más modernas, con aquéllas que están en el interior y son más rurales. En las últimas décadas, el gobierno chino ha intentado reducir la enorme desigualdad existente en el desarrollo de las ciudades del interior, en un intento además por frenar la emigración de trabajadores hacia las ciudades más ricas en la costa. El proceso de urbanización e industrialización de etapas anteriores se ha visto reforzado por la decisión de Xi Jinping de hacer de las ciudades del interior hubs de innovación como parte de las rutas terrestres desplegadas bajo la iniciativa de la nueva Ruta de la Seda, fomentando así un proceso de desarrollo económico más rápido. Sin embargo, persiste una brecha tecnológica que mantiene al 70% de las ciudades del interior ajenas a los pagos por móvil, principalmente porque carecen de teléfono inteligente, e incluso de cuenta bancaria. Un reto para la visión de la política doméstica de Xi Jinping que pretende fortalecer el crecimiento económico de China a través de la modernización y la innovación.

El pago por móvil es una realidad que se impone en China más rápidamente que en el resto de economías avanzadas, una cuestión que está generando una enorme brecha cultural entre generaciones. Los datos de registro en plataformas de pago por móvil muestran que en enero de 2017 se unieron 469 millones de usuarios, un 31,2% más que en 2016, según datos publicados por la Administración del Ciberespacio de China. Mientras que respecto al uso de pagos por móvil, los datos muestran un incremento de las transacciones utilizando este medio del 57,7% en 2016 al 67,5% en 2017, según datos del Centro de Información de Internet en China.

Cifras que muestran la consolidación de la economía digital en China y, por tanto, la rapidez con la que el gigante asiático se está convirtiendo en un país sin dinero en efectivo. Sin embargo, lo que parece tecnológicamente beneficioso está suponiendo un aislamiento social para las generaciones más mayores. De ahí que surjan iniciativas, como la de Alibaba, de apoyarse en la piedad filial para animar a que los jóvenes, que crecen como nativos digitales, ayuden a sus mayores a incorporarse en las nuevas tecnologías, en una labor altruista que pone de manifiesto el estrecho vínculo familiar en la sociedad china. Cuestión que, sin embargo, debería conducir a una reflexión sobre el modelo económico que debería aplicarse para fomentar el desarrollo del conjunto de China, del que participan las zonas del interior y las costeras, y donde conviven las nuevas generaciones con millones de chinos que pertenecen al grupo de personas mayores.

THE ASIAN DOOR: La silenciosa revolución de la economía digital. Águeda Parra.

Estados Unidos y China están librando desde hace tiempo una guerra comercial en el terreno económico sin todavía aparentes vencedores ni vencidos. La eficacia de la diplomacia en política exterior está siendo relevante en el juego de alianzas en Asia Pacífico, donde Washington ha visto reducido su liderazgo e influencia en la región en los últimos años. Pero la rivalidad más creciente se aprecia en la silenciosa revolución digital que está situando a China a escasos pasos por detrás de Estados Unidos, reduciendo la distancia que les separaba apenas una década.

En palabras de John Chambers, director de Cisco System, “Al menos el 40% de todos los negocios morirán en los próximos diez años si no consiguen imaginar cómo cambiar todo su modelo de negocio para acomodarlo a las nuevas tecnologías”. Y no sólo deben transformarse para no tener una fecha de caducidad inminente, sino que adaptarse al universo digital permite que las empresas dispongan de procesos productivos menos rígidos, haciéndolas más competitivas. Ventaja que está aprovechando China para reducir sus diferencias con las grandes potencias, gracias a que no tiene el lastre de procesos de negocio muy estructurados, saltando al entorno digital de forma más ágil y con mayor capacidad de comenzar a competir más fácilmente en el ecosistema mundial en un entorno globalizado.

En el mundo físico, un cliente no satisfecho puede llegar a contárselo a 6 personas, mientras en el mundo digital puede llegar a alcanzar hasta los 6.000 amigos, según comenta Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon. Máxima que siguen fielmente los creadores de las principales plataformas digitales de China, denominadas las BAT (Baidu, Alibaba y Tencent), que con sus aplicaciones estrella están rediseñando el modelo de economía digital en China. Tanto es así, que el motor de búsqueda por excelencia en el gigante asiático es Baidu, primera compañía china listada en el índice NASDAQ 100, y que dispone de una cuota de mercado en el país del 75,1%, frente a un 1,4% de Google. En el ámbito del e-Commerce, la referencia en China es Tmall, propiedad de Alibaba, con un 56,6% de cuota, mientras que Amazon apenas representa un 0,8% del mercado chino. En el ámbito de las redes sociales, el dominio corre a cargo de WeChat, propiedad de Tencent, con 1 billón de usuarios activos, universo con el que no puede competir Facebook, que cuenta en China con 54 millones de usuarios, según datos del informe 2017 Digital Economy Compass de Statista.

La velocidad de transformación del entorno digital está provocando que 4 titanes tecnológicos chinos aparezcan en el Top 15 de principales plataformas digitales, Alibaba (5), Tencent (6), Baidu (8), y JD.com (10), en una clasificación que mundialmente todavía lideran las compañías estadounidenses Apple (1), Google (2), Amazon (3) y Facebook (4), según el citado informe. Pero China tiene a su favor la inmensa población del país que supone el gran potencial de crecimiento de los servicios online. Con una penetración de Internet en China que alcanza el 50% de la población, todavía quedan cerca de 700 millones de personas que pueden encontrar en los servicios online el medio de satisfacer sus necesidades diarias. En el caso de Estados Unidos, la situación es bien distinta, ya que la penetración de Internet alcanza el 77% de la población, y apenas 59 millones de personas todavía no disfrutan de servicios online, según el estudio de Statista.

El estereotipo de unicornios sigue la misma dinámica que la economía digital en su conjunto. En esta década, es más posible que las empresas con valor de más de 1.000 millones de dólares sean chinas o americanas, como fue el caso de las 31 de las 40 compañías creadas durante 2016, en su mayoría relacionados con las nuevas tecnologías. En esta revolución digital, Europa parece estar quedándose atrás y a mucha distancia de China y Estados Unidos, no sólo en la creación de startups, sino también en el gasto digital calculado como porcentaje del consumo total de los hogares per cápita. En este punto, China se sitúa en el Top 1 con un 10,6% en 2016, muy superior al registrado por Europa (5%) y Estados Unidos (4,5%), siendo el e-Commerce el principal mercado digital donde las personas gastan dinero en Internet, con estimación de que siga creciendo en la próxima década, según el citado estudio.

Entre los mercados que analiza Statista en su informe figuran los eServices, destacando la distribución de alimentos como el mercado más dinámico, con un crecimiento global del beneficio anual entre 2016-2021 del 21%, similar al que se registrará en Estados Unidos, con un 19% de incremento en el próximo lustro. El mercado del eTravel es otro ejemplo de los mercados que van a registrar un crecimiento más significativo globalmente, llegando casi a duplicar los ingresos en 2021 hasta alcanzar alrededor del billón de dólares, fundamentalmente impulsado por Estados Unidos que crecerá un 7,4%, mientras China con un incremento del 17,9% no será suficiente para superar a la potencia americana en este ámbito. El estudio también indica que China dominará el mercado online del lujo mundialmente con una facturación que puede alcanzar más de 285.000 millones de dólares en 2021. El gigante asiático, como dragón de las FinTech lidera un mercado que tiene previsión de duplicar sus ingresos en este período, registrando crecimientos del 30,2% entre 2016-2021, según datos del citado informe.

En el ecosistema digital chino, el pago por publicidad sigue, sin embargo, una tendencia inversa. Las campañas de pago se incorporaron en WeChat a partir de 2015, y hoy suponen únicamente el 15-20% de los ingresos de Tencent, frente al 70% que representan para Facebook. No obstante, con la previsión de que el mercado duplique sus ingresos entre 2016-2021, la situación es susceptible de que cambie en el próximo lustro. ¿Durante cuánto tiempo seguirá pareciendo silenciosa la revolución de la economía digital en China?

THE ASIAN DOOR: El secreto de WeChat para hacerse omnipresente. Águeda Parra

Existe algo más que una “muralla china” entre el ecosistema de redes sociales más populares a nivel mundial y aquéllas que se han creado en China, en principio, como réplicas de las famosas Facebook, Twitter, Google y Amazon. Los gigantes tecnológicos estadounidenses son los referentes indiscutibles en América, Europa, Oceanía y África, pero no es así el caso de China, donde su penetración podría considerarse testimonial, sin ser capaces de superar la muralla del ecosistema digital asiático.

Y hasta ahí llega el parecido. Pero no se trata únicamente de imitación de patrones tecnológicos y modelos de negocio, existe todo un esfuerzo de adaptación a los gustos y a las costumbres chinas al que se ha llegado gracias a una gran capacidad de innovación.

En el universo paralelo en el que se desarrollan las aplicaciones en China, WeChat ha pasado de nacer como una plataforma de mensajería a convertirse en la aplicación omnipresente para las actividades del día a día, ya que cada vez más estas necesidades se desarrollan en un ecosistema digital que está impulsando la economía de consumo del país y donde los nativos digitales chinos encuentran a través de la aplicación todo aquello que necesitan en su vida diaria. De ahí el éxito que ha alcanzado WeChat, conocida como Weixin en China, que ha sufrido un proceso de branding comercial para adaptarse a los mercados internacionales.

La innovación ha sido siempre la gran aliada de Tencent, que lanzó WeChat como aplicación de mensajería instantánea en 2011 y rápidamente alcanzó los 100 millones de usuarios gracias a la facilidad de realizar llamadas de voz y dejar mensajes a través de la aplicación, evitando el tedioso y largo proceso de escribir los caracteres chinos en el Smartphone. El siguiente paso fue incorporar los “Momentos”, con lo que WeChat se convertía en una red social donde los usuarios interactúan con los amigos y contactos incorporando mensajes instantáneos, al estilo de Whatsapp, vídeos, de forma similar a YouTube, e imágenes, que se pueden modificar con filtros al estilo de Instagram. Pero no sólo con amigos, sino también con otros usuarios que estén utilizando la aplicación, y con los que también se puede establecer comunicación, a diferencia del muro de Facebook.

En el universo WeChat se puede realizar casi cualquier cosa que se imagine, desde compras online, petición de taxis, reservas en restaurantes, compra de billetes de transporte, distribución de comida, y alquiler de bicicletas compartidas a través de la empresa Mobike, propietaria de Tencent, con la que el titán tecnológico chino realiza una donación de 1 Yuan por cada 10.000 pasos diarios que realicen los usuarios. Todo ello a través de su sistema de pago por móvil, WeChat Pay que, tras la incorporación de los hongbao digitales, los tradicionales sobres rojos, durante la celebración del Año Nuevo chino, disparó hasta 1 billón de usuarios los seguidores de WeChat.

WeChat Pay, también conocida como WeChat Wallet, es la killer-app del universo Tencent que cuenta con 600 millones de usuarios activos, en competencia directa con Alipay, de Alibaba, que alcanza los 450 millones y que hasta 2014 estaba considerada como el líder del mercado en e-commerce. Aunque Alibaba está liderando la estrategia omnicanal en la distribución de alimentos y la incorporación de la inteligencia artificial a la economía digital en China, el ecosistema de mini aplicaciones residentes en WeChat permite interactuar desde el mismo entorno, sin necesidad de descargarlas, y acceder a los contenidos sin salir de la propia aplicación.

Este continuo proceso innovador en el entorno digital sitúa a WeChat en la quinta posición entre las redes mundiales más populares, por detrás de las estadounidenses Facebook, YouTube, Whatsapp y Facebook Messenger. Pero los ratios de uso muestran una realidad totalmente diferente. Frente a los 22 minutos al día que interactúan los más de 2,1 billones de usuarios de Facebook, más de un tercio del billón de usuarios de WeChat pasan 4 horas diarias, más que el tiempo combinado de los usuarios que utilizan Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter juntos.

La peculiaridad del entorno digital chino no está siendo impedimento para que Tencent y Alibaba sean pioneras en traspasar la “muralla china” hacia los mercados occidentales. WeChat lo utilizan más de 100 millones de usuarios fuera de China, principalmente expatriados, de los que más de 5 millones son trabajadores que residen en Sudáfrica. El hecho de que Facebook, Whatsapp, Twitter, Instagram y Snapchat esté restringido en China obliga a las empresas extranjeras a ser parte de los ecosistemas digitales del país para descubrir oportunidades de negocio viables en el mercado chino. (Foto: Flickr, Shankar S.)

THE ASIAN DOOR: Hablar de e-commerce es hablar de China. Águeda Parra

Desde hace unos años, las tendencias en el panorama tecnológico parece que han dejado de tener un enfoque eminentemente occidental-centrista, y ahora es China el que está configurando cómo se desarrollan los ecosistemas digitales mundiales. Este cambio de paradigma tecnológico supone que el gigante asiático está ejerciendo un rol determinante en sectores punteros de la innovación que engloban el Big Data, la inteligencia artificial, el Cloud Computing, las FinTech, y el e-commerce. Y, para conseguirlo, la clave de todo ello son los millones de nativos digitales chinos, los verdaderos early-adopters de las nuevas tendencias que están configurando la economía digital del siglo XXI.

De hecho, hablar de e-commerce en la actualidad es hablar de China. Hace una década, el mercado de compras electrónicas del gigante asiático apenas suponía el 1% del mercado global, cifra que asciende al 42% en 2016, según datos del estudio de McKinsey Global Institute. Tal es el dominio, que las transacciones combinadas de Francia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos no superan el volumen que se mueve en el mercado del e-commerce en China, según el citado informe.

De igual modo, si hablamos de e-commerce en China, hablamos de los 724 millones de usuarios de móvil que utilizan en un 35% de los casos el pago por móvil para realizar sus compras, frente a un 31,8% de los que utilizan las tarjetas de crédito, según cifras proporcionadas por el China Internet Network Information Centre. En China, el pago con tarjeta de crédito, al que han atribuido ciertos problemas de seguridad en los pagos online, está menos extendido que en Occidente, de ahí que la opción de compra a través del móvil sea la más utilizada en una economía de consumo con ritmos crecientes en China.

Gracias a esta tendencia, en los 10 primeros meses de 2017 el mercado del pago por móvil alcanzó una cifra de negocio de 17 billones de dólares, un 40% más que el volumen de las transacciones digitales realizadas en todo el año anterior. En el otro extremo se sitúa Estados Unidos, que apenas alcanzó un volumen de 49.300 millones de dólares en pagos por móvil, según datos publicados por eMarketer, haciendo que sea indiscutible el liderazgo de China en este ámbito.

Eventos como la Festividad del Año Nuevo en China han dejado patente que la comunidad de 1 billón de usuarios activos de WeChat forma parte del creciente universo de pagos a través del móvil que se desarrolla en China. Hasta 668 millones de usuarios de la aplicación optaron por enviar a amigos y familiares hongbao digitales, los famosos sobres rojos que contienen dinero, promociones que le reportan al gigante tecnológico una mayor penetración en el ecosistema digital mundial y que en China está dominado principalmente por Baidu, Alibaba y Tencent, también conocidas como las BAT, la versión china de Google, Amazon y Facebook, respectivamente.

En China, la batalla por el mercado de pagos digitales lo domina Alibaba, que en 2012 lanzaba Alipay y que ahora cuenta con 520 millones de usuarios, algo menos que su competidor, Tencent, con la aplicación WeChat Pay, que desde que comenzó a operar en 2014 cuenta ya con 600 millones de usuarios. A pesar de estas cifras, la popularidad de Alipay y WeChat Pay se concentra principalmente en los usuarios de China continental, y otros millones de expatriados que viven en Hong Kong, Macao y Taiwán, pero sin alcanzar los mercados europeos y estadounidenses. En este caso, el dominio corre a cargo de Apple Pay, con 87 millones de usuarios, y de Android Pay de Google, con 27 millones de usuarios en 2017, cifras de Statista que muestran la baja penetración del pago por móvil fuera de China.

WeChat Pay y Alipay están conduciendo a China a un mercado primordialmente de pagos digitales, aplicaciones con las que casi no se puede salir de casa ya que se utilizan para las compras de e-commerce, pago de facturas, alquiler de bicicletas, distribución de alimentos, adquisición de entradas, reserva de hoteles, o petición de citas médicas, entre los principales usos.

Cuando WeChat termine de extender a nivel nacional el desarrollo del sistema de DNI electrónico, disponible actualmente sólo en Guangzhou, el universo e-commerce comenzará a tener una dimensión incluso mayor. De hecho, ya se espera un incremento importante en el volumen de pagos online con el anuncio de WeChat de vincular y activar en las cuentas de WeChat Pay los servicios de las tarjetas de crédito proporcionados por MasterCard, Visa y JCB, posicionando a China a años luz de cómo se desarrolla el e-commerce en los mercados occidentales. (Foto: Dhruv Mahajan, Flickr)

THE ASIAN DOOR: Made in China 2025 en el radar de los aranceles de Trump. Águeda Parra

Una de las grandes claves que marca la era Xi es la apuesta de China por la innovación. Entre los futuros titulares que puedan resumir el s.XXI, muy posiblemente aparecerá la figura de China como gran impulsor de las nuevas tecnologías y su aplicación a modelos de crecimiento económico. Modelos que, basados en la economía digital, permitirán al gigante asiático potenciar el desarrollo del país muy por encima de cómo ha venido siendo hasta el momento.

Aunque las grandes economías desarrolladas no terminan de asumir que el gigante asiático forma parte del grupo de potencias que apuestan por el desarrollo tecnológico como elemento clave de transformación, la verdad se impone y China ha llegado al ecosistema de la economía digital para quedarse. Pero no como mero observador pasivo de los avances que otros actores impulsan, sino como promotor de lo que se ha venido a denominar como economía digital.

El paradigma de China es que cuánto más rápido avance en adaptar su modelo de desarrollo a la economía digital, más rápido conseguirá transformar las empresas nacionales en entidades más competitivas, más globales y mejor posicionadas en la cadena de valor. El Made in China pasará a convertirse en un concepto obsoleto del modelo de crecimiento económico, evolucionando al Designed in China, para lo cual el presidente Xi ha impulsado varias iniciativas donde el desarrollo en economía digital es el principal objetivo.

Destacan el XIII Plan Quinquenal de China (2016-2020), la iniciativa Made in China 2025, concebida en 2016, el Plan de Desarrollo de la industria robótica (2016-2020), y el Plan de Implementación a 3 años de la Inteligencia Artificial como parte de la iniciativa “Internet Plus”, lanzado en 2016. El uso de las tecnologías de la información como el Big Data, el Cloud Computing y la Internet de las Cosas (IoT) son ya parte fundamental de la transformación que están experimentando las industrias tradicionales chinas, que alcanza a los sectores de la manufactura, las finanzas, la agricultura y la medicina.

De todas, la iniciativa con mayor momentum en 2018 es Made in China 2025 “中国制造 2025”. Aunque inspirada en el modelo “Industria 4.0” de Alemania, que busca “fábricas inteligentes” a través de aplicar las tecnologías de la información a la producción, el modelo chino es aún más ambicioso, con cuatro grandes diferencias. La primera, Made in China 2025 no es sólo innovación, sino que se enfoca a todo el proceso de manufactura. La segunda, la iniciativa se extiende a todo tipo de empresas, avanzadas, tradicionales y de servicios. La tercera, cuenta con gran involucración gubernamental y, por último, se han establecido medidas específicas de innovación, calidad, manufactura inteligente y producción verde.

Con ello, Made in China 2025 alcanzará una producción de contenido nacional de componentes y materiales básicos del 40% en 2020, y del 70% en 2025. La creación de 15 centros de innovación en manufactura en 2020, que llegarán a 40 en 2025, será determinante para favorecer que las industrias chinas den este “gran paso adelante” hacia la transformación digital, valiéndose del mejor talento nacional para conseguirlo.

La mano está tendida a que la inversión extrajera participe de la iniciativa, a través de joint-venture con empresas de nuevas tecnologías de información avanzadas, de robótica, del sector aeroespacial y aeronáutico, de equipamiento marítimo, de transporte ferroviario, de vehículos de energías renovables, de equipos de energía, de equipamiento agrícola, de nuevos materiales, y de Biofarma, que componen los 10 sectores más relevantes de la iniciativa.

Sin embargo, la posibilidad de que se establezca este tipo de cooperación entre China y las empresas americanas no parece muy factible, una vez que la guerra de aranceles abierta entre Estados Unidos y China parece tener a la iniciativa Made in China 2025 en el punto de mira. No existe tanta preocupación por el desequilibrio comercial entre ambos países, sino el miedo de Washington por el avance tecnológico de su rival.

Aún cuando las políticas de Trump consigan reducir el déficit comercial récord de 375.000 millones de dólares que Estados Unidos alcanzó en 2017 con el gigante asiático, y que con esta táctica pretende reducir en 100.000 millones de dólares, el objetivo principal es frenar a Xi y su iniciativa de desarrollo tecnológico que representa Made in China 2025. Si el gigante asiático llegara al año 2025 con un potencial tecnológico similar al de Estados Unidos, supondría que la distancia entre ambas potencias se habría reducido tanto como para que ambas ya jugaran en la misma liga sin diferencias. (Foto: Firestartr, Flickr)

 

THE ASIAN DOOR: Xi Jinping sin límite de mandato, China sin límite en la I+D. Águeda Parra

Con la decisión de la Asamblea Nacional Popular de China, del pasado 11 de marzo, de reformar la Constitución para eliminar la restricción del límite de dos mandatos para los presidentes, la era Xi Jinping no finalizará en 2023, sino que se prolongará, al menos, cinco años más. Esto significa ampliar el tiempo de llevar a cabo las reformas económicas iniciadas, y prometidas, por el presidente chino desde que tomara posesión del cargo en 2013.

El hecho de que exista la posibilidad de prolongar en más de dos mandatos la presidencia de China supone un mayor grado de centralización en la toma de decisiones y una mayor concentración del poder. Pero también significa iniciar, desarrollar e impulsar proyectos en los que Xi Jinping se ha implicado en primera persona como parte de su legado.

De finalizar el mandato de Xi en 2023, la celebración del centenario de la fundación del Partido Comunista Chino en 2021 sería la fecha en la que Xi Jinping mostraría al mundo los avances económicos y sociales alcanzados por China en las últimas dos décadas. Coincidiría con el final de su mandato, y no podría seguir impulsando otras iniciativas contempladas en el XIII Plan Quinquenal (2016-2020) que persiguen apostar por la innovación y la modernización del país como piedra angular para alcanzar la transición hacia una economía avanzada.

Por ello, el punto positivo de la consolidación del poder de Xi Jinping es que favorecerá que se alcance un mayor número de reformas estructurales en el corto plazo, impulsando aún más la transformación en la que está inmersa China, y en la que apenas ha recorrido la mitad del camino. Eliminar la limitación del mandato tendrá efectos positivos en los avances tecnológicos, no sólo en alcanzar el Made in China 2025, sino en establecer nuevos límites tecnológicos gracias a la apuesta en la era de Xi por la I+D.

En la era de Xi Jinping, el gasto en I+D ha sido una prioridad, aumentando en apenas un lustro un 70,9% desde 2012. El resultado ha sido que China destinó en 2016 el 2,1% del PIB a I+D, superando el gasto del conjunto de la Unión Europea (28), que alcanzó el 1,9%, aún lejos del 2,7% de Estados Unidos, el 2,9% de Alemania, y el 3,1% que dedica Japón, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

A pesar de que China disfruta de un menor bienestar social y económico que el resto de potencias, sin embargo, muestra una mayor determinación por situar en primera línea la I+D. Impulsar la creación de numerosos parques industriales de alta tecnología e incubadoras está situando a China como promotor mundial en inteligencia artificial, en robótica y en big data. El esfuerzo de China por liderar la I+D está llevando al país a dominar industrias como la nuclear, las energías renovables, los trenes de alta velocidad y los vehículos eléctricos. Todo ello hará que China consiga alcanzar el objetivo de convertirse en el líder mundial en tecnología en 2035.

Para ello, será importante desarrollar a las empresas nacionales. Hasta un total de 376 empresas chinas figuran en el informe 2017 EU Industrial R&D Investment publicado por la Comisión Europea, que recopila las 2.500 empresas de 43 países con mayor inversión en I+D en 2016. Estas compañías chinas forman el Top 3 mundial y son responsables del 8,3% del gasto en I+D mundial, por detrás de Japón que incorpora 365 empresas que invierten el 14% del total, liderando la clasificación Estados Unidos, con 822 compañías responsables del 39,1% de la investigación y desarrollo mundial.

Los gigantes del e-commerce mundial como Alibaba y Tencent, y muchas otras compañías chinas que ya compiten a nivel global, se están convirtiendo en jugadores globales, reduciendo la distancia existente en innovación y tecnología de China con el resto de potencias occidentales. Durante la era de Xi, la brecha tecnológica se reducirá aún más gracias a que China dispone de una mayor cantera de talento, con 4,7 millones de graduados en ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas en 2016, ocho veces más que los 568.000 de Estados Unidos. Todo ello para posibilitar que China luche en la mejor de las condiciones posibles en la carrera tecnológica mundial que permitirá que los países mejor preparados en innovación lideren la economía digital del mañana.

 

THE ASIAN DOOR. El mejor aliado de China en 2018 será la inteligencia artificial. Águeda Parra

(Foto: Mr_Ado, Flickr) Los avances en la tecnología se producen a ritmos tan acelerados que resulta difícil pensar cómo era antes nuestro entorno sin los dispositivos y las plataformas que hoy conocemos. Son rutinas que se incorporan a nuestro estilo de vida dando forma a una nueva generación digital, que, según un estudio de la consultora Gartner, podría generar hasta 2,3 millones de empleos en todo el mundo hasta 2020 gracias a la aplicación de la inteligencia artificial.

La denominada economía digital se apoya en el impulso que generan las nuevas tecnologías para fomentar otras vías de desarrollo, y será la inteligencia artificial la que transforme el mundo en las próximas décadas. En la Conferencia Mundial sobre Internet, celebrada a finales de 2017 en la ciudad china de Wuzhen, se presentaban los datos asociados a la economía digital en China, que genera 3.400 millones de dólares, el 30% del PIB del país, gracias a los 751 millones de internautas, el mayor número de usuarios de Internet mundiales, que generan el 40% del comercio electrónico global.

La inteligencia artificial aparece entre las grandes novedades tecnológicas para 2018, y China no se mantiene ajena a esta tendencia, sino que supone una de las principales prioridades del desarrollo económico como parte del proceso de modernización y de innovación del país. El negocio de la inteligencia artificial generó en China unos beneficios de 1.990 millones de dólares, según datos de Analysys International Enfodesk, con previsión de alcanzar los 3.000 millones de dólares en 2018. De ahí, que el Consejo de Estado de China publicara a mediados de 2017 el Plan de Desarrollo de la Inteligencia Artificial que establece las directrices para la implementación de los avances tecnológicos hasta 2020, dedicando una inversión de 154.000 millones de dólares.

En cuestión de inteligencia artificial, China es el país más avanzado de todo Asia-Pacífico, pero la visión de Xi es que China se equipare a nivel mundial con el resto de países en 2020, convirtiéndose en líder mundial de la inteligencia artificial en 2030. En la competición con Estados Unidos, la decisión del presidente Trump de proponer reducir el presupuesto de la Fundación Nacional por la Ciencia en temas de sistemas inteligentes un 10%, supone que serán compañías como Google, Amazon, Apple, y el resto de las empresas tecnológicas más punteras, las que tengan que apostar por estos desarrollos, dejando que China ocupe una posición más preferente en la inversión en inteligencia artificial.

El desarrollo de la inteligencia artificial se beneficia del tratamiento y análisis de ingentes cantidades de información, de ahí que China, con una población de 1.300 millones de habitantes, se esté convirtiendo en la incubadora de la creación de startups tecnológicas que encuentran en el mercado chino su mejor banco de pruebas. Entre 2012 y 2017, se crearon 200 startups dedicadas a la inteligencia artificial, con una inversión asociada de 4.500 millones de dólares. En los próximos años, China se convertirá en uno de los centros punteros de innovación en inteligencia artificial al nivel de Silicon Valley, y no es descartable que pueda llegar incluso a superarlo. Para lograrlo, Beijing ha destinado 2.000 millones de dólares para la construcción en los próximos cinco años de un parque tecnológico en el distrito de Mentougou, al oeste de la ciudad, que ocupará unas 54 hectáreas y albergará 400 empresas dedicadas al desarrollo de la inteligencia artificial, que se estima alcancen un valor de producción anual de 7.700 millones de dólares.

El anuncio de Google a finales de 2017 de la apertura en China de su primer Centro de Inteligencia Artificial en Asia, complementando los de Nueva York, Toronto, Londres y Zurich, pone de manifiesto que China se está convirtiendo en el gran laboratorio de pruebas en el desarrollo de la inteligencia artificial. En esta carrera, están presentes otras grandes tecnológicas chinas como Alibaba, Tencent, propietaria de WeChat, y Baidu, la competencia directa en China del buscador de Google, lo que asegura que la aplicación de inteligencia artificial se extenderá a todo nuestro entorno en apenas unos años.