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El nuevo frente iraní
/0 Comentarios/en Editorial /por adminChina y el fútbol: confluencia de intereses
/0 Comentarios/en Editorial, Rusia /por adminEsta semana dedicamos un espacio especial a la llegada de capital chino al futbol español y al europeo en general. El hecho es que, de repente, junto a los millonarios rusos y árabes, ha emergido el capital chino como uno de grandes patrones del fútbol europeo. Y no sólo en España sino también en otros países europeos. ¿Qué está pasando?
En primer lugar, en el lado de la oferta, una cosa obvia: que el Estado chino, que a veces es el inversor indirecto, y muchos miles de empresarios de aquel país tienen mucho dinero. En segundo lugar y en el lado de la demanda, que los equipos europeos necesitan capital para ser más negocio aún y que, de camino, se les abre una ventana de oportunidad ante la gran afición de los chinos por el fútbol, de conquistar aquel mercado vendiendo derechos de imagen a las televisiones para ofrecer en directo los partidos a los espectadores chinos. De ahí que los partidos en España y otros países se juegan cada vez a horas más tempranas para ganar espectadores en las televisiones asiáticas, y no solo chinas.
Este fenómeno está suscitando quejas de corte nacionalista por parte de aficionados a los que no les gusta lo que llaman pérdida de identidad de sus equipos y recelos por parte de empresarios locales que hasta ahora habían convertido el fútbol en su juguete de influencia y poder, y ahora no pueden competir con los grandes capitales foráneos; el fútbol se les va escapando como instrumento de juego en el marco del país. La globalización llega a todos.
Por parte de China, estas inversiones son bienvenidas ya que refuerzan la imagen de su sociedad, consiguen ganancias y gran influencia en el exterior. Es un negocio en el que, momento, casi todos ganan.
La globalización no es un fenómeno abstracto ni necesariamente nocivo. Es un fenómeno imparable producto de un determinado estado de desarrollo de la humanidad y de las relaciones internacionales y una oportunidad para todos de aumentar el bienestar y las libertades. No es un fenómeno lineal y está lleno de contradicciones, de avances y retrocesos. Pero la reacción de envolverse en uno mismo y proteger las fronteras no sólo no es solución sino que, a medio plazo, es una apuesta por aumentar los problemas de la propia sociedad. Y en esa trampa están cayendo no pocas personas y dirigentes.
Presión a Pyongyang… y a Estados Unidos
/0 Comentarios/en China, Corea del Norte, Corea del Sur, Editorial, Estados Unidos, Japón, Rusia /por adminSanciones, ¿por qué no?
/0 Comentarios/en Corea del Norte, Editorial, Estados Unidos, Pyongyang, Rusia, Teherán, Trump, Washington /por adminCada vez que se decide aplicar sanciones a países que suponen un riesgo para la seguridad o violadores de las normas internacionales con agresión a sus propios ciudadanos, surgen voces señalando lo inocuo de estas sanciones o lo que suponen de castigo real para sus habitantes más que para sus gobernantes. Pero, ¿son realmente poco efectivas las medidas de castigo económicos a los países que antes se llamaban “canallas”?
Parece obvio que en algunos casos las sanciones económicas han contribuido a desbloquear algunas situaciones o han servido de incentivos para acabar con situaciones de abierto desafío a las reglas de la convivencia internacional, o de las leyes básicas de respeto a los derechos humanos. Por ejemplo, ocurrió así en Sudáfrica al final del régimen del apartheid y ha ocurrido así con el régimen de Teherán, que ha tenido que rebajar sus aspiraciones a construir un arsenal nuclear militar para lograr unas relaciones con Occidente que le permitan hacer frente a los problemas que para su economía y sus relaciones regionales están planteando las sanciones económicas, y las dificultades para poner en el mercado el petróleo iraní.
Pero también es cierto que hay casos emblemáticos, como el de Cuba, en el que décadas de restricciones económicas, que no boicot, por parte de Estados Unidos no han servido para ablandar el régimen tiránico. Aunque hay que decir que nunca se aplicaron a Cuba sanciones coordinadas internacionalmente y con compromiso general de cumplirlas.
Así las cosas, ¿Qué van a suponer las sanciones para Corea del Norte? En primer lugar, un mensaje renovado. La gran arma económica de la dictadura es, desde hace décadas, el chantaje con el miedo a desestabilizar la situación en Extremo Oriente. Y Occidente, má allá de mensajes altisonantes, había reaccionado hasta ahora cediendo con más o menos discreción y aceptando nuevas ayudas a la dictadura. Pero ahora algo ha cambiado, Estado Unidos ha enseñado algo más los dientes, China y Rusia apoyan sanciones al margen de que luego las apliquen o no, y el dictador, aunque aún sin grandes temores, ve que se le estrecha el margen de maniobra. Tal vez la reacción de Trump no se encuentre en el marco de un plan estratégico nuevo, pero parece que al menos ha sentado las bases para un nuevo escenario en el que Corea del Sur y Japón tienen que ir más allá de protegerse bajo el paraguas norteamericano; China, que no está dispuesta a deshacerse de la dictadura, tiene que jugar otra partida en la que tal vez obtenga ventajas y Rusia ve una vuelta a su escenario oriental. La nueva situación coreana, y las sanciones son parte de ella, plantea más incertidumbre, pero ha salido del bucle de fondos a cambio de menores amenazas en que Occidente estaba instalado frente a Corea del Norte.
El giro afgano
/0 Comentarios/en Editorial /por adminEl anuncio por parte del presidente Donald Trump de una rectificación de la política de EE.UU. respecto a Afganistán indica un cambio de rumbo que no deja de ser significativo. El presidente ha anunciado una vuelta a suelo afgano de tropas norteamericanas y el condicionamiento de la ayuda militar a Pakistán a una mayor presión sobre las fuerzas del movimiento talibán que están situadas a lo largo de la frontera con Afganistán. Trump parece haber dejado en el cajón su estrategia de abandono de las “guerras lejanas” que inspiró los primeros tiempos de su gestión y los discursos de sus primeros asesores por una visión más realista de los conflictos sobre el terreno.
Esta decisión se enmarca en una estrategia general de aumentar la presión sobre Irán, subir el precio de la negociación, imprescindible, con Rusia sobre una solución negociada al conflicto sirio y buscar soluciones de transición a la empantanada situación afgana.
En Afganistán han cambiado muchas cosas. Por una parte, los talibán mantienen sus posiciones básicas, las han consolidado y han comenzado a recuperar terreno. Estados Unidos, que había alentado y promovido contactos entre un sector supuestamente moderado de este movimiento con el gobierno de Kabul, ha comprendido que esas conversaciones, en medio de una estabilidad estructura del gobierno afgano y de la retirada norteamericana, era un incentivo para los talibán.
Pero, además, ha aparecido en el último año un elemento nuevo que altera el escenario: el Daesh. La aparición en Afganistán de grupos ligados al Estado Islámico, nacida no sólo de una decisión estratégica de este grupo sino también de la desconfianza de sectores talibanes acerca de las negociaciones, supone para este movimiento un desafío al monopolio del radicalismo que hasta ahora representaba, frente a la alianza de señores de la guerra con un cada vez más prudente apoyo occidental. Este elemento obliga a los talibán a luchar en este frente y, a la vez, a presentar a los suyos avances concretos. En este marco, es clave que Pakistán agite las bases terroristas en su propio territorio y aporte inteligencia y operaciones contra el Daesh. Ese es el pan de Trump que puede cambiar muchas cosas y, paradójicamente, acercarle un punto a Irán, preocupado por la nueva situación en su frontera oriental.
El griterío que ahoga los hechos
/0 Comentarios/en China, Corea del Norte, Editorial, Estados Unidos, Kim Jong-un, Misiles, Nuclear, Obama, Occidente, Pyongyang, Rusia, Sanciones, Trump, USA, Xi Jinping /por adminLa gran novedad de la situación política en Asia-Pacífico es que China se ha sumado en el Consejo de Seguridad de la ONU al nuevo plan de sanciones contra Corea del Norte, un paquete que, esta vez, sí que va a tocar sensiblemente la línea de flotación económica del régimen de Corea del Norte. De ahí la sobreactuación provocadora y chulesca del gobierno norcoreano con su presidente ejerciendo de gran altavoz de las amenazas contra el mundo. Y, también excepcionalmente, el líder norcoreano se ha encontrado enfrente a un presidente de EEUU que, contra lo que hacían Clinton y Obama no corre a ofrecer compensaciones económicas o negociaciones paralelas y secretas, sino que envía barcos y recuerda que EEUU tiene cien misiles por cada uno de los que tenga Corea del Norte. Y, encima, Pekín ha votado junto a EEUU y Rusia y ha elevado unos puntos su presión sobre la autocracia norcoreana.
Esa es la base de la escalada verbal de Pyongyang anunciando el apocalípsis. El régimen norcoreano está en una de las posiciones más débiles de su historia reciente y ha decidido hacer lo que ha hecho siempre: gritar que o ellos o el diluvio universal en forma de misiles.
Es indudable que Corea del Norte ha mejorado mucho sus capacidades militares a costa del bienestar de su sociedad y que dispone de misiles de largo alcance y tecnología para lanzarlos. Pero afirmar con rotundidad que podrían llegar a territorio continental de Estados Unidos cargados da cabezas nucleares parece algo prematuro. En todo caso, cuando un país tiene medios y amenaza con usarlos hay que tomar medidas como si fuera a hacerlo.
Pero, ¿existe en realidad una posibilidad de conflicto nuclear entre Corea del Norte y Estados Unidos? No lo parece. Salvo que sea producto de un error, un ataque contra Guam, Japón o Corea del Sur conduciría en cuestión de horas a la destrucción del régimen norcoreano y la desaparición de los provocadores, y ellos lo saben. Pero en la medida en que Pyongyang consiga crear la sensación de que hay riesgo de un gran conflicto mayores serán las presiones de los “bienpensantes” no exentos de ingenuidad sobre Estados Unidos y Europa para que eviten el peligro negociando y cediendo al chantaje. Ese es el juego, lo demás son gritos.
Discursos y trampas
/0 Comentarios/en China, Crecimiento, Economía, Editorial, Empleo, Reforma Económica, Xi Jinping /por adminUna de las acusaciones más frecuentes contra China es el maltrato a los trabajadores, la carencia de protección de estos respecto a los empresarios, la facilidad de despido el trabajo de menores y otras tantas cosas parecidas.
España, sin política asiática… que se sepa.
/0 Comentarios/en Asia, China, Editorial, Rusia, USA /por adminEn pocos días, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha visitado China para celebrar la estrategia de Pekín respecto a la nueva Ruta de la Seda y el Rey Felipe VI ha estado en Kazajistán en una cumbre energética con presencia de casi todas las grandes potencias mundiales y todas las regionales, y donde se ha hablado del clima, de sus retos, sus riesgos y las alternativas energéticas. En ninguno de estos escenarios ha aparecido el esbozo de una política hacia Asia de España ni la propuesta de una estrategia europea definida más allá de los lugares comunes habituales.
Asia es el escenario, por un lado, de los principales riesgos a la estabilidad mundial, sin desmerecer otras zonas, y, por otro, donde la emergencia de potencias regionales y el ascenso irresistible de China están situando las relaciones internacionales sobre bases completamente diferentes. En ese contexto, Rusia tiene un cambio decidido, Estados Unidos parece decidido a afrontarlo con un repliegue sobre sí mismo y Europa anda sin rumbo a golpe de iniciativas de los principales países de la UE donde Gran Bretaña ha roto amarras. Y China aparece en todos los análisis como el país que, desde el pragmatismo de sus intereses nacionales y estratégicos, está aprovechando mejor la nueva situación que tanto ha contribuido a diseñar.
Es verdad que España no es una potencia de referencia, pero de ahí no se deduce necesariamente que deba limitarse a acudir a las cumbres exclusivamente a ofrecerse como un mercado de oportunidades aplaudiendo cualquier cosa que digan sus eventuales clientes. Y mucho menos cuando estos discursos dibujan una estrategia de la que puede derivarse una nueva situación no analizada con sus aliados. Esta es otra de las asignaturas pendientes de un Ministerio de Asuntos Exteriores que lleva años instalado en el día a día.
El clima como pretexto
/0 Comentarios/en Editorial /por Julio TrujilloEsta vez es el clima. Concretamente el cambio climático. La decisión de Estados Unidos de retirarse del Acuerdo de Paris para reducir elementos que potencian el aumento de las temperaturas globales ha sido hábilmente aprovechada por China para reforzar sus relaciones con Europa, presentarse como país respetuoso con el medio ambiente y seguir escalando puestos en el ranking de la influencia mundial.
La torpeza estratégica de Trump, que no puede desconocer que el acuerdo aún no está en vigor, que puede rectificarse y que Occidente exige a Estados Unidos una voluntad de liderazgo, es indiscutible. Y, sin embargo, en algunas cosas Trump y su equipo tienen razón: la apuesta por una supuesta energía limpia tiene tantos intereses y tan sucios o legítimos como la del petróleo; entre los gases que producen el efecto invernadero, los que provienen de la actividad humana no son los más importantes, y existe un debate científico, cuidadosamente silenciado, sobre el carácter de ciclo que podría tener la subida de temperaturas y no ser necesariamente un producto del capitalismo desalmado. Pero el presidente Trump no lo ha explicado así, sino como un compromiso con los trabajadores norteamericanos del carbón, una de las energías más contaminantes y productora de lluvia ácida y superada en limpieza y eficiencia por todas las demás.
La adhesión de China a los acuerdos internacionales es importante y necesaria, pero llena de un voluntarismo alejado la realidad. Hoy es el país más contaminado, depende mucho carbón y del petróleo y concederle espacios temporales de renovación, necesarios, supone ciertamente una ventaja competitiva frente a Estados Unidos, a quien se exige más cumplimiento en menos tiempo. El clima, con todas sus complejidades, es otro espacio de lucha estratégica que no debe perderse de vista.
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