Entradas

Ponencia: “Go Global, go Digital” Águeda Parra

En el marco del evento: “¿Planeta China? La ambición de la República Popular en el siglo XXI”, la colaboradora de 4Asia Águeda Parra ofreció una ponencia sobre el imparable crecimiento tecnológico de China, que resumimos a continuación.

En 1999 Jian Zeming impulsó el llamado “Go global”. La premisa era “sal fuera y crece” y fue la estrategia que siguieron gigantes como ZTE o Huawei. Sin embargo, en la actualidad el dogma parece ser “Go digital”, “aprovecha la transformación tecnológica que vive el país”. El e-commerce y la economía digital son parte del propósito de Xi Jinping de establecer un modelo de socialismo con características chinas para una nueva era.

Mientras la economía digital aumenta en todo el mundo, la gran transformación tecnológica la están definiendo los nativos digitales de China. Estos difieren tanto del resto de jóvenes de su generación como para ser los grandes arquitectos digitales del futuro de su país y de nuestro mundo. Tanto las plataformas digitales de China, como el resto de fabricantes mundiales, van a tener en esta generación los referentes para modelar el futuro del e-commerce y de la economía digital mundial.

En los últimos años, China se ha convertido en el mercado de e-commerce más grande y que más rápido crece del mundo. Alibaba y Tencent dominan el 90% del este mercado, dando forma a un ecosistema digital en el que se desarrolla una creciente clase media. Todo ello hace que el futuro de las compras online y de los servicios a través del móvil en todo el mundo se estén diseñando a medida de los nativos digitales de China.

Las empresas públicas y privadas están volcadas en la gran revolución digital que se está produciendo en China, y entre ellas Alibaba figura como uno de los grandes referentes tecnológicos.

En esta estrategia de transformación digital, China también cuenta con los “sea turtles”, como se denomina a aquellos graduados chinos que regresan de estudiar en las universidades extranjeras, personas que están creando la versión china del Silicon Valley en territorio nacional. El factor de la apuesta por la innovación, importantes oportunidades de carrera y una mayor inversión en capital son los principales motivos que encuentran los graduados que regresaron a China.

Durante 2017 creció el número de empresas tecnológicas globales que se convirtieron en unicornios (startups tecnológicas de inversión privada que tienen un valor superior a los 1.000 millones de dólares). Solamente en 2017, China consiguió crear 17 de estas grandes empresas tecnológicas globales, a poca distancia de las 19 compañías que aportaba Estados Unidos. Entre los unicornios más grandes del mundo se encuentran cuatro empresas chinas, destacando la firma de transportes Didi Chuxing y el fabricante de teléfonos móviles Xiaomi.

La economía digital representa ya el 30% del PIB chino y, a nivel mundial, las compras online alcanzan el 40%. La digitalización es imparable. (Foto: Jared, Flickr)

THE ASIAN DOOR: La generación Techie de jóvenes emprendedores. Águeda Parra.

La política de puertas abiertas que vivió China entre 1986 y 1990 supuso dejar atrás toda una larga tradición de economía planificada para abrirse camino hacia una economía de mercado y el sector privado. Significó para el gigante asiático el gran punto de inflexión que ha permitido que China en casi 20 años pase de la famosa política “Go Global”, impulsada por el presidente Jiang Zemin, a un nuevo modelo de desarrollo económico y social que podríamos denominar como “Go Digital”, al frente del cual se sitúa el actual presidente de China, Xi Jinping.

En esta época, la sociedad china no ha cambiado solamente en lo económico, sino también en lo social. Vigente desde 1979 hasta 2015, la política del hijo único ha dado lugar a una generación mucho más abierta de mente y más segura de sí misma, además de mucho más individualista. A diferencia de sus padres, que tuvieron que vivir numerosos conflictos sociales, los niños nacidos a partir de 1990 son la primera generación que ha comenzado a acceder a Internet desde la niñez. En una sociedad con larga tradición por emprender, los jóvenes chinos siguen pensando en abrir su propia empresa pero, en este caso, buscando fomentar la innovación y las capacidades que ofrecen las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el uso del Big Data y el Cloud Computing para aplicarlo a todos los sectores de la economía china.

Hace casi 20 años, China inició un cambio económico desde una visión de dentro hacia afuera, animando a las corporaciones mejor posicionadas en el panorama nacional a dar el salto a la escena internacional. Sin embargo, en la era Xi Jinping, y con una generación de nativos digitales, la visión ha cambiado, y ahora se persigue fomentar el emprendimiento, la inversión y el desarrollo en I+D. En este ambiente de crecimiento económico, la generación de fundadores millennial chinos está haciendo florecer todo un nuevo ecosistema digital en China. Artífices de la abrumadora velocidad de transformación que se está produciendo en China en el ámbito de los negocios, están consiguiendo transformar una sociedad de cultura milenaria en el mayor ecosistema digital mundial. Se trata de una generación mucho más consciente de los problemas globales, y mejor formada que la de sus padres, donde el 25% de los jóvenes millennials chinos tienen una licenciatura o un título superior, comparado con el 3% de la generación anterior, según un estudio de Boston Consulting Group. Esta ventaja competitiva está creando una generación “Techie” de jóvenes chinos, como es el caso de Li Jing que, con 25 años de edad, es el vicepresidente más joven de Baidu, una de las startups más conocidas en China que comenzó simulando la funcionalidad de Google.

Esta generación está viviendo un mundo de dualidad entre tradición-modernidad, control-apertura, comunidad-individualismo, lo que está ayudando a forjar jóvenes emprendedores que tienen su propia visión de futuro, ansiosos por reafirmarse en su identidad y en mostrar su singularidad al mundo. Con edades comprendidas entre los 19-35 años, son unos 415 millones de jóvenes chinos millennials, según un informe de Goldman Sachs, que pueden considerarse una generación privilegiada de “pequeños emperadores”, como se les conoce en China, que saben disfrutar más de la vida y están acostumbrados a un nivel de gasto mucho mayor que generaciones anteriores donde predominaba fundamentalmente la cultura del ahorro. Sin gastos de hipotecas y con los gastos del hogar cubiertos, se pueden dedicar a gastar libremente sus propios ingresos, muchos de ellos, optando por la opción del emprendimiento.

El crecimiento de las startups en el sector de la tecnología es especialmente significativo en China, convirtiéndose en los impulsores de definir nuevas tendencias que están transformando el país y que indudablemente están modelando también nuestro propio entorno. Tal es el nivel de innovación y de emprendimiento entre los jóvenes, que se estima que cada día se crean en China 10.000 nuevas empresas, según ChinaDaily, lo que significa siete startups por minuto.

El hecho de que sean hijos únicos les ha hecho mucho más receptivos a interactuar y socializar por Internet, pasando conectados de media 27 horas a la semana, un 24% más que los jóvenes en Estados Unidos. En el caso de la generación de principios de este siglo, el ratio de penetración de las redes sociales asciende hasta el 99%, según el estudio conjunto de la Chinese Academy of Social Sciences y Tencent Research Institute. Mucho más preocupados por los problemas medioambientales, el cuidado de la salud, la mejor calidad de los alimentos, la igualdad de género y las libertades sociales, la conciencia de estos problemas está derivando en que sea una generación socialmente más activa, con ilusión por perseguir una solución a este tipo de problemas mediante la creación de nuevas empresas socialmente responsables. De su visión, del nivel de emprendimiento y de la capacidad de innovar que está promoviendo esta nueva generación depende en gran medida el futuro crecimiento económico y social del país en las próximas décadas. (Foto: Feinie, Flickr)

THE ASIAN DOOR: El lujo en China, cada vez más digital. Águeda Parra

El sector del lujo tiene una relación especial con China, por su tamaño, por la sofisticación de sus consumidores y por la variedad de tiendas de marcas distribuidas por todo su territorio. Durante años, las marcas de lujo han apostado fuertemente por el gran potencial que significa para el sector el gasto que realizan los consumidores chinos, de ahí que en 2016 se hubiera triplicado el número de tiendas de lujo que existían en 2008.

Sin embargo, el hecho de multiplicar por tres la presencia de marcas de lujo en esta última década solamente ha tenido el efecto de duplicar el gasto, poniendo de manifiesto el gran impacto que ha supuesto la campaña contra la corrupción implantada por el presidente Xi Jinping en 2012, justo al principio de su mandato. En la era de Xi, se ha introducido como prioridad mantener la integridad del Partido, de ahí que se decidiera poner freno a los excesos que existían, reduciendo significativamente el consumo de marcas de lujo cuya demanda estaba asociada a un gasto excesivo y a los sobornos entre los funcionarios.

Esta situación de los últimos años se ha ido estabilizando, y el sector del lujo ha vuelto a resurgir en China en 2017, alcanzando los 21.000 millones de dólares, un incremento importante respecto al gasto registrado un año antes de 17.300 millones de dólares. El importante esfuerzo por mantener un crecimiento económico del 6,9%, una clase media creciente que consume más y que incrementa su nivel de gasto en lujo, y una mayor sofisticación del consumidor han sido las tendencias principales que han hecho que 2017 vuelva a registrar crecimientos positivos en el sector en China. A lo que habría que añadir también el incremento del gasto fuera del país, ya que la expansión del turismo chino está favoreciendo significativamente que siga creciendo el sector del lujo mundialmente.

Pero la gran novedad del sector del lujo en China, que crece anualmente un 15% y que en 2017 llegó a representar un tercio del mercado mundial, radica en la incorporación del grupo de los millennials chinos, jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y 34 años, entre los grandes consumidores del sector del lujo. Una mayor frecuencia de adquisición de productos de marca, una creciente disponibilidad económica y un gasto creciente a través de las plataformas digitales están marcando la tendencia de recuperación del sector en China.

El sector del lujo ha encontrado en los nativos digitales y en las plataformas online de China los mejores aliados para hacer crecer el consumo. Los jóvenes chinos son la generación más digitalmente conectada del mundo, pasan de media unas 27 horas online a la semana, lo que supone un 24% más del tiempo que emplean los jóvenes en Estados Unidos, según un estudio de GGV Capital. Estar digitalmente conectados supone una adopción de la tecnología mucho mayor que el resto de jóvenes de su generación, de ahí que sean los grandes referentes del e-commerce mundial y los encargados de configurar el futuro de la economía digital.

Es imprescindible, por tanto, que el sector del lujo en China se adapte a los entornos digitales donde los consumidores encuentran información de los productos y realizan la compra directamente a través del creciente ecosistema de plataformas digitales que abunda en la sociedad china. Aunque las compras de productos de lujo se siguen realizando mayoritariamente por el medio presencial, hasta en un 91% de los casos en 2017, el gasto en marcas a través de medios digitales se va consolidando como tendencia entre los consumidores chinos del lujo, ya que las ventas e-commerce crecieron un 86% entre 2016 y 2017.

Propulsores de esta tendencia están siendo las plataformas de los gigantes del e-commerce en China, como Alibaba y JD.com, que están atrayendo al consumidor del lujo chino gracias a incorporar en sus entornos digitales un buen número de conocidas marcas internacionales. El conocido como “pabellón del lujo”, lanzado por Alibaba en agosto de 2017 a través de su plataforma Tmall, responde a la tendencia de incorporar masivamente las marcas internacionales en los medios digitales, hecho que debe aprovechar el sector del lujo si quiere sacar partido a las ventajas que pueden ofrecer los medios digitales en el relanzamiento del sector del lujo en China.

THE ASIAN DOOR: La economía de consumo se dispara en China. Águeda Parra

El nivel de bienestar en la sociedad china ha mejorado significativamente como resultado de las mejoras sociales que ha experimentado el país tras varias décadas de mantener ritmos de crecimiento económico elevados, que durante mucho tiempo fueron superiores a los dos dígitos. Con el tiempo, esto ha permitido reducir la brecha existente en las desigualdades históricas entre las zonas del interior y las costeras, y que suponía para el país mantener un modelo de crecimiento a dos velocidades.

A pesar de que todavía se mantienen diferencias significativas de desarrollo entre ambas regiones, las políticas puestas en marcha por el gobierno chino han permitido que se desarrolle una creciente clase media con nuevos patrones de consumo. En la era de Xi Jinping, alcanzar una China moderna lleva asociado implementar un nuevo modelo económico en el que se potencia el consumo interno como nueva palanca para sustentar el crecimiento del país, de ahí que figure entre los objetivos primordiales del XIII Plan Quinquenal (2016-2017).

Y los resultados no pueden ser mejores, ya que mientras que el crecimiento del PIB de China consigue mantenerse cerca del 7%, en 2017 se situó en el 6,9%, el nivel de consumo se mantiene en torno al 10% anual, según datos oficiales. Con ello, se estaría consolidando el cambio estructural buscado por el presidente Xi para que la economía china entre en la nueva etapa de crecimiento denominada como de “nueva normalidad”.

La clase media en China existe y es muy numerosa. Algunos informes estiman que 109 millones de personas pertenecen a este nivel social. Y además es creciente, pudiendo superar los 480 millones en 2030, según las estimaciones de los expertos, lo que supone cerca del 35% de la población mundial. Las mejoras en las condiciones de vida y el desarrollo de un revolucionario ecosistema digital están generando nuevos perfiles de consumo. La clase media está demandando necesidades propias de una sociedad moderna, gracias a un significativo aumento del nivel adquisitivo, un mayor nivel de compra entre los jóvenes, y las ventajas de la omnicanalidad que proporciona el e-commerce.

La aparición de la clase media china está suponiendo toda una revolución para la economía del país, con previsión de que China origine el 27% del crecimiento total del consumo de las grandes economías en 2021, según la estimación de un estudio conjunto entre BCG y AliResearch. Evidentemente, las empresas de consumo van a ser las primeras en verse beneficiadas por las nuevas tendencias en los hábitos y comportamientos de compra que impongan los consumidores chinos, donde los nativos digitales están siendo los verdaderos artífices de modelar el futuro del e-commerce y de la economía digital mundial.

Las empresas de consumo de todo el mundo no deben pasar por alto la oportunidad de incorporar la componente del perfil de compra de la clase media china a sus estrategias de desarrollo de negocio. En la actualidad, el mercado de consumo de China es el segundo más grande del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos y, según este estudio, la previsión de crecimiento en China hasta 2021 supone añadir al mercado de consumo chino el tamaño de la población de Alemania.

Los consumidores chinos son eminentemente digitales, factor que favorece que los ritmos de crecimiento del consumo interno sean mayores. El hecho de estar conectados permanentemente facilita que el acceso al modelo de compras e-commerce no se limite únicamente a las ciudades de primer y segundo nivel, sino que se extienda rápidamente por todo el territorio, profundizando así en los objetivos de nivelar las desigualdades todavía existentes entre ambas regiones. Los avances en la tecnología y la potente infraestructura digital desplegada por todo el país propician un consumo mayor de productos, servicios y experiencias entre una población que de cada vez se centra más en buscar productos de mejor calidad, modificando la dinámica actual de basarse principalmente en la procedencia de las marcas.

El turismo, el mercado del lujo, y los productos relacionados con la salud son los sectores que más van a beneficiarse de las demandas de la clase media china. Todas aquellas empresas internacionales dedicadas a estos sectores mejorarán sustancialmente sus cifras de negocio si se incorporan como actores destacados de un mercado de consumo con nuevos hábitos y patrones. Entre ellas, las empresas españolas, que cuentan con un excelente posicionamiento internacional en los sectores que están generando mayor demanda en China, no pudiendo dejar de aprovechar la oportunidad que presenta la revolución del consumo que está experimentando el país en estos momentos.

THE ASIAN DOOR: La Superbowl del talento tecnológico se juega en China. Águeda Parra

(Foto: Christian Rondeau, Flickr) En la última década, China ha pasado de focalizarse en la producción de manufactura como palanca de crecimiento del país, con los problemas derivados de un importante sobrecalentamiento de varios sectores económicos, a situarse como pieza principal de la revolución digital mundial. En este tiempo, el crecimiento de dos dígitos que registraba la economía a principios del siglo XXI ha pasado a un nivel más moderado, del 6,9% en 2017, pero muy superior al del resto de países industrializados.

En sólo una década, China ha pasado de ser la fábrica del mundo, a liderar la economía digital, gracias al gran momentum tecnológico que vive el país. Este cambio de paradigma procede de la visión de Xi como impulsor de políticas de crecimiento más sostenibles y adecuadas para afrontar el reto de construir una China moderna.

Las nuevas tecnologías se han desarrollado en la sociedad china a un ritmo mayor que en otras economías desarrolladas, generando toda una nueva generación de nativos digitales que son los verdaderos artífices de todo un ecosistema digital que no sólo transforma el país, sino que está definiendo, en función de sus gustos y preferencias, el futuro del e-commerce mundial.

En esta estrategia de transformación digital, China también cuenta con los “sea turtles”, como se denomina a aquellos graduados chinos que regresan de estudiar en las universidades extranjeras, personas que están creando la versión china del Silicon Valley en territorio nacional. El factor de la apuesta por la innovación, importantes oportunidades de carrera y una mayor inversión en capital son los principales motivos que encuentran los 432.500 graduados que regresaron a China en 2016, de un total de 544.500 personas que optaron por estudiar en el extranjero, un 22 por ciento superior a los que regresaban en 2013, según datos del Ministerio de Educación.

Los incentivos económicos son también un punto destacado del regreso de la diáspora digital. Según un estudio del South China Morning Post, los graduados en el extranjero reciben un salario un 17,2 por ciento superior a los graduados en las universidades nacionales. Las grandes tecnológicas chinas están creando un ecosistema digital con oportunidades laborales mejores a las que podrían acceder los ingenieros asiáticos en compañías como Google, Facebook y Apple, donde únicamente ocupan el 30% de las posiciones profesionales y tienen difícil acceso a los puestos directivos. En China las oportunidades vienen de la mano de empresas como Alibaba y Tencent, que se encuentran entre las compañías más valiosas del mundo, compitiendo directamente con sus rivales estadounidenses Amazon y Facebook.

A este grupo de talentos tecnológicos hay que sumarle la apuesta del gobierno chino por atraer los mejores científicos y personas de negocios relacionados con el ámbito de las nuevas tecnologías a través de la concesión de visas gratuitas por 10 años, según publicaban fuentes oficiales a principios de 2018. Sin duda, el grupo de extranjeros de alto nivel y los “sea turtles” chinos son el perfil de empleados que demandan los gigantes tecnológicos estadounidenses que operan en territorio chino. Entre ellos, el gran gigante de Internet Google, que ha abierto su cuarta oficina en China con 600 empleados en la nueva capital tecnológica mundial, Shenzhen, donde también están presentes otros grandes de la industria como Huawei y Tencent. Recientemente era Apple quien anunciaba la apertura de un centro de servicios de almacenamiento de iCloud en la provincia de Gizhou.

La revolución digital es ya una realidad en China, y es la clase media china la que está actuando como prescriptor digital. Mientras los países occidentales todavía no son plenamente conscientes de la velocidad vertiginosa a la que se producen los avances tecnológicos en China, Shenzhen ha pasado de ser una aldea de pescadores en 1980 a convertirse en el denominado Sillicon Valley del hardware a principios de siglo. Todo un alarde de intenciones de que China, en cuestión digital, es capaz de liderar la transformación global en las próximas décadas.