Acuerdo fallido en las Islas del Pacífico. Nieves C. Pérez Rodríguez

China venía promoviendo la idea de un amplio acuerdo con las Islas del Pacífico que incluía libre comercio, cooperación policial y resiliencia ante desastres. Al menos esos eran los aspectos que se habían hecho público. El propio Xi Jinping envió un mensaje a través de los medios oficiales la semana pasada afirmando que China sería un buen hermano para la región y compartiría un destino común” antes de que se llevara a cabo que el ministro de Exteriores chino viajara a intentar firmar el acuerdo. Pero las 10 Islas del Pacíficos citadas al encuentro decidieron no firmar el pacto regional de intercambios y seguridad con China después de la reunión en Fiji entre el ministro de exteriores chinos Wang Yi y los homólogos de las 10 naciones.

Las agencias Reuters y AFP se hicieron con un borrador del acuerdo y publicaron que el mismo permitiría que China capacitara a la policía local, se involucrara en ciberseguridad, aumentara los lazos políticos, realizaran un mapeo marino sensible y obtuvieran mayor acceso a los recursos naturales tanto en tierra como en agua.  A cambio, Beijing ofrecía millones de dólares en asistencia financiera, la perspectiva de un acuerdo de libre comercio y acceso al mercado chino que es de 1.400 millones de personas.

Sin embargo, el propio canciller chino, en una rueda de prensa posterior al encuentro, afirmó que algunas naciones del Pacífico tenían preocupaciones específicas sobre la propuesta y que Beijing ahora intentará construir un consenso. En otras palabras, China se ha visto obligada a archivar el pacto regional por el que estaba abogando con las naciones insulares del Pacífico, al menos lo archiva de momento. Aunque no hay duda de que seguirán intentándolo, pues este acuerdo era muy importante para Beijing porque le daba fácil acceso, control y presencia en el Indo Pacífico y con ello intentar neutralizar el Quad que les tiene muy incómodos.

En efecto, antes de que China fracasara en conseguir el acuerdo había protestado por el encuentro de los líderes del Quad en el marco de la primera visita de Biden a Asia, que consiguió reunir por tercera vez desde el año pasado, a los cuatro líderes de las naciones que lo integran, Australia, India, Japón y los Estados Unidos. El ministro de Exteriores chino criticó el encuentro mientras denunciaba a la alianza de ser la OTAN del Indo Pacífico, afirmando que “El Quad promueve la mentalidad de Guerra Fría y aviva la rivalidad geopolítica”.

El dialogo de seguridad cuadrilateral ciertamente está muy vivo y sus miembros absolutamente convencidos de que China es un peligro regional por lo que han venido promoviendo la idea de un Indo Pacífico abierto y libre. También han hecho ejercicios militares conjuntos dos veces desde el 2020 y prevén continuar con los encuentros a todos los niveles que acerquen la relación y promuevan sus valores.El recién elegido primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha expresado que las Islas del Pacíficos son una prioridad en su política exterior y está promoviendo hasta un programa nuevo de visas para sus ciudadanos, porque entiende que es estratégico acercarlos a Camberra. También ha sido claro en afirmar que la política exterior australiana no cambiará hacia China. En este contexto la ministra de Asuntos Exteriores australianos, Penny Wong, dijo que Australia quiere construir una familia en el Pacífico más fuerte a través de Seguridad y Defensa trayendo nueva energía a la región.

Todo parece indicar que desde el surgimiento de la pandemia China ha ido perdiendo su credibilidad y no solo con occidente sino también con naciones pequeñas, vecinas y en algunos casos hasta dependientes de Beijing. La poca transparencia de China, junto con los resultados vistos de sus acuerdos con naciones desfavorecidas, las enormes deudas que acaban incurriendo, la poca claridad de Beijing en situaciones como la invasión rusa a Ucrania parecen en conjunto ser una buena formula para generar recelo o desconfianza.

Seguramente todo eso en conjunto, sumado al tremendo crecimiento militar chino en la última década, sus conocidas ambiciones expansionistas y la propia forma en la que han manejado a sus ciudadanos por los brotes de Covid-19 son clarísimos indicativos de como tratarían a un tercero.