María Ressa, la perseguida de Dutarte. Nieves C. Pérez Rodríguez

María Ressa es una periodista filipina de 57 años con una larga trayectoria como reportera del sureste asiático. Trabajó casi 20 años para CNN desde esa zona del mundo, así como para radios locales de su país. En el 2011 lanzó una fan page de noticias en Facebook llamada MovePH, que para el 2012 se convirtió en el portal Rappler.com de noticias en Filipinas. En tiempo récord pasó de tener una decena de periodistas a un centenar de periodistas contratados y se convirtió en una referencia de noticias en el país.

Filipinas es una nación que goza de una ubicación estratégica en el Pacifico y una de las naciones más occidentalizadas del Pacifico, en parte debido a las estrechas relaciones que han mantenido con los Estados Unidos en las últimas décadas. Ressa ha sido una luchadora de la libertad de prensa y ha denunciado las prácticas del presidente Rodrigo Duterte.

“El pecado original de Ressa contra el presidente Duterte no fue sólo ponerle nombre a sus posiciones iliberales o tutelares, sino documentar cómo el presidente filipino ha usado las plataformas digitales como Facebook para socavar la realidad misma”, tal y como explica en un artículo Taylor Owen, anfitrión del podcast Big.tech, que analiza como las tecnologías están rediseñando las democracias y las sociedades.

El uso de Facebook en Filipinas es masivo. Es uno de los países en que los ciudadanos más tiempo pasan en las redes sociales del mundo y en donde la mayoría de la sociedad reciben las noticias a través de esta plataforma. Y Ressa logró determinar que Dutarte fue el primer político en hacer uso de las redes sociales para ganar la presidencia, a través de las herramientas que ofrece esta red como anuncios, trolling masivo, desinformación y micro dirigidos. En otras palabras, Dutarte y su equipo armaron una sofisticada estrategia para cambiar la opinión pública en temas controvertidos como por ejemplo la guerra de su gobierno contra los narcos, que ha acabado en una larga lista de asesinatos, y como resultado de esa maniobra consiguió hacerse con la presidencia.

Ressa ha defendido la idea de que las redes sociales como Facebook han permitido el surgimiento de líderes populistas de estilo autoritario que luego son capaces de hacerse con más control a medida que la sociedad se divide más, y una vez llegado allí usan las propias leyes para conseguir mayor control social, haciendo uso de los propios instrumentos estatales.

En un comunicado del 16 de julio publicado por Rappler titulado #courageON: defiendo nuestros derechos, se hacía un llamamiento social a preguntarse sobre lo que está sucediendo y se afirmaba que el silencio es complicidad, así mismo como se aseveraba que “las redes sociales son ahora un sistema modificador del comportamiento humano”.

La persecución de esta periodista ha trascendido porque ha sido llevada a juicio y su libertad depende de unas cortes que están controladas por el mismo Dutarte. Ramppler.com lleva años de ataques del gobierno filipino, que comenzaron en el 2016 cuando Dutarte convirtió el uso de las redes en una especie de arma. Le han abierto 11 expedientes en tribunales. Sólo el año pasado, Ressa fue arrestada dos veces y obligada a pagar fianzas ocho veces para mantener su libertad condicional. Su abogada es Amal Clooney -la conocida abogada de Nueva York por llevar casos de este tipo, que considera que podría pasar 100 años presa por los cargos que le imputan.

Esta valiente periodista se ha convertido en un símbolo de la libertad de prensa, por lo que en el 2018 la revista Time la nombró persona del año en la categoría de periodista que lucha contra las noticias falsas. También la BBC la nombró como una de las 100 mujeres más inspiradoras e influyentes en 2019. La revista Prospect la calificó como una de los 50 principales pensadoras, seguido por una larga lista de otros reconocimientos de distintas instituciones que valoran el aporte de esta periodista a la libertad de prensa en el mundo.

Ressa lo advertía en unas palabras de apertura que dio en la conferencia global de investigación periodística en Alemania en septiembre del año pasado, frente a unos 2000 periodistas: “Este es un momento existencial donde si no damos los pasos correctos, la democracia tal y como la conocemos está muerta (…) cuando los periodistas están siendo atacados, la democracia está siendo atacada”. Las redes sociales son ahora las plataformas más grandes de distribución de noticias quedándose con los beneficios, pero ignorando los controles y custodia que han tenido los grupos de noticias.

Paradójicamente, cuanto más proliferan las redes sociales, más influencia tiene éstas sobre la vida de las personas, hasta el punto de discriminar por el usuario noticas afines a su interés e ideología, segregando aquellas que son opuestas al mismo, convirtiéndose así en una especie de filtro de lo que se ve y por lo tanto de lo que se percibe y se cree.  El caso de Facebook es tan complejo que ha sido discutido en el mismo Congreso estadounidense obligando a testificar a su creador y CEO. En un mundo aparentemente más libre somos cada vez más esclavos de la tecnología y por lo tanto de sus hacedores.

INTERREGNUM: Suga, tras los pasos de Abe. Fernando Delage

Por segunda vez en la historia de la diplomacia japonesa—el primero fue Shinzo Abe—un jefe de gobierno ha escogido el sureste asiático como destino de su primer viaje oficial al exterior. Es un gesto que no sólo supone un reconocimiento de la creciente importancia estratégica de la subregión, sino también de la preocupación de Japón por los movimientos chinos en relación con los Estados miembros de la ASEAN.

Durante su visita a Vietnam e Indonesia, Yoshihide Suga describió las acciones de Pekín en el mar de China Meridional como contrarias a las normas internacionales, y reiteró la oposición de Japón a cualquier maniobra que suponga una escalada de tensión en dicho espacio marítimo. A la vez que impulsó nuevos acuerdos de cooperación con ambos socios en el terreno de la defensa, no dejó de reiterar ante sus anfitriones el papel central de la ASEAN en la consolidación de un “Indo-Pacífico Libre y Abierto”.

Despejando las dudas sobre la continuidad del activismo diplomático de su antecesor, Suga ha seguido desarrollando la red de asociaciones estratégicas construidas por Tokio durante los últimos años. Vietnam, que ya había recibido buques patrulla de Japón, acordó la compra de seis unidades más por valor de 345 millones de dólares, lo que permitirá reforzar las capacidades de vigilancia en sus costas. En Indonesia, además de subrayar la preocupación compartida con Yakarta por la presencia paramilitar china en el mar de Natuna, al norte del archipiélago, Suga propuso el establecimiento formal de un diálogo 2+2 (es decir, con la participación de los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa) entre ambos países. Tampoco olvidó Suga los incentivos económicos prioritarios para la región: en Vietnam logró una relajación de la política de visados que facilitará el crecimiento del comercio y las inversiones, mientras que a Indonesia ofreció cerca de 500 millones de dólares en préstamos a bajos tipos de interés.

Tanto en Hanoi como en Yakarta, el primer ministro japonés hizo hincapié en la centralidad de la ASEAN en los asuntos regionales, esforzándose por disipar el temor de las potencias más pequeñas a su marginación por los grandes. Suga declaró su apoyo a la “Perspectiva sobre el Indo-Pacífico” adoptada por la organización el año pasado, que—según indicó—coincide en muchos aspectos con el concepto de un “Indo-Pacífico Libre y Abierto” mantenido por Tokio. El presidente indonesio, Joko Widodo, uno de los principales impulsores del documento de la ASEAN, no ocultó su satisfacción por el compromiso de Japón en esta era de competición entre las grandes potencias.

En los mismos días en que, en Pekín, el presidente Xi Jinping, acompañado por todos los miembros del Comité Permanente del Politburó, conmemoraba el 70 aniversario de la entrada de China en la guerra de Corea en clave contemporánea—“la guerra, señaló, permanece como un símbolo de la unidad nacional frente a la beligerancia norteamericana”—, Japón, Vietnam e Indonesia demostraban que las naciones de Asia no van a dejar que los dos grandes les impongan su destino.

THE ASIAN DOOR: Shenzhen, el principio del todo. Águeda Parra

El milagro económico de China tiene un origen y una decisión primordial que lo sustenta. El origen es Shenzhen, ciudad al sureste de China que ha pasado de ser un pueblo de pescadores en el delta del río de la Perla a finales de la década de 1970 a convertirse en una gran metrópoli. La decisión, por su parte, acaba de cumplir 40 años, y fue la de incorporar a Shenzhen en la iniciativa de generar una Zona Económica Especial (ZEE).

El impulso de la ZEE ha convertido a la ciudad en el centro de la innovación tecnológica. Compitiendo al nivel de Silicon Valley, Shenzhen marca el origen desde donde el gigante asiático se ha posicionado como principal rival de Estados Unidos en la carrera por el liderazgo en las nuevas tecnologías. No es por menos que la empresa china Tencent, el segundo inversor más exitoso del mundo en unicornios, tras la empresa de capital riesgo americana Sequoia, y propietario de WeChat, la aplicación omnipresente en China, tenga la sede en la ciudad que se ha denominado la Silicon Valley del hardware. También tienen sus oficinas centrales en esta ciudad otras empresas chinas de vanguardia como Huawei, ZTE y la empresa de drones DJI. El poder del ecosistema.

La categoría de ZEE ofreció a Shenzhen, que dista unos 20 kilómetros de Hong Kong, la capacidad de explorar la nueva vía de impulsar el desarrollo comercial y la industrialización como parte de la nueva era de reforma económica y apertura al exterior iniciada por Deng Xiaoping. Shenzhen ha sido testigo de la historia de éxito en la estrategia de China de puertas abiertas. De hecho, la ciudad ha experimentado crecimientos medios anuales del PIB de doble dígito de hasta el 21,6% entre 1979 y 2019, registrando, asimismo, un crecimiento del PIB per cápita que supera todos los registros, pasando de unos 600 yuanes a más de 200.000. De ahí que el discurso de Xi Jinping durante la celebración de este aniversario haya sido reafirmar el compromiso de Pekín con el modelo de apertura y reforma, pero también con el de innovación y desarrollo.

El poder tecnológico de Shenzhen se aprecia en iniciativas como la reciente prueba piloto de la nueva moneda digital de China (DCEP) donde el gobierno chino ha regalado 10 millones de yuanes a 50.000 ciudadanos afortunados por un sistema de lotería. Este evento se hizo coincidir con la visita de Xi Jinping para la celebración del 40 aniversario de la ZEE de Shenzhen el 12 de octubre, y las múltiples referencias a “innovación local” y a “autosuficiencia” en el discurso del presidente chino dan indicación de cómo se estructurará el XIV Plan Quinquenal (2021-2025) que se presentará el próximo 26 de octubre y cuya hoja de ruta tendrá la vista puesta en 2035.

Las referencias en el discurso de Xi a la creación de una “innovación industrial de alto nivel con influencia mundial” y al hecho de que se tengan que abordar “muchos desafíos sin precedentes” refleja la actual situación de rivalidad tecnológica con Estados Unidos. Centro de la conocida como Greater Bay Area, en el que también se encuentran Hong Kong y Macao, Shenzhen está impulsando el potencial de la región para conseguir rivalizar con la industrializada Bahía de Tokio y la tecnológica Silicon Valley.

El simbolismo de la visita de Xi está estrechamente ligado a la gira que realizó Deng Xiaoping en 1992 para reforzar el compromiso con las políticas de reforma después de que el país hubiera pasado por el aislamiento internacional tras los acontecimientos de Tiananmen en 1989. Después de 40 años el fondo del discurso se mantiene, aunque en esta ocasión sea la impronta del pensamiento de Xi Jinping el que ha quedado remarcado por la referencia del presidente chino a hacer de Shenzhen una “ciudad modelo para un gran país socialista moderno” en los próximos cinco años. Si esta transformación de Shenzhen, y de la región, se ha producido en cuatro décadas, quizá lo mejor esté todavía por llegar.

Guerra en la ruta de la seda

Aunque se mantiene a prudente distancia, China observa con atención el conflicto en Nagorno Karabaj que se desarrolla en medio de la ruta del Cáucaso por donde pasa la Ruta de la Seda reinventada por China para la comunicación con Occidente. Los cuidadosos, equilibrados y delicados pasos dados por China en sus relaciones políticas comerciales y militares con Pakistán e Irán tienen, como objetivo estratégico más allá de los beneficios puntuales, tejer una red de alianzas que mantenga estable y pacífica la ruta.

El conflicto de Nagorno Karabaj, territorio, que los armenios denominan Artsaj, es producto de la política despótica de Rusia cuando, como cabeza de la URSS constituyó la República Socialista Soviética de Azerbaiyán integrando en ella el área ahora en disputa, poblada por armenios, de religión cristiana, rodeada de azeríes de etnia turca y musulmanes, despreciando la historia y la matanza de armenios instigada o tolerada por Turquía y curiosamente ejecutada por milicias kurdas y nacionalistas turcos. Con el hundimiento de la URSS y la independencia de Armenia y Azerbaiyán el conflicto estaba servido y en la guerra de 1991 Armenia derrotó a los azeríes imponiendo la independencia de hecho de Artsaj (que sólo Armenia reconoce) pero ocupando a la vez zonas de etnia azerí para garantizar un pasillo de comunicación de Nagorno Karabaj con Armenia. Azerbaiyán ha aprovechado unos movimientos militares armenios para desencadenar una ofensiva en la que han logrado objetivos parciales y poe eso Armenia insiste en un apoyo internacional a un alto el fuego.

Pero aquí las alianzas están cruzadas y en algunos casos resultan paradójicas. Rusia, junto za Bielorrusia, apoya a Armenia a quien ha nutrido militarmente, pero no quiere implicarse directamente. Y Armeia también cuenta con un aliado inesperado, Irán, que a pesar de que los azeríes son musulmanes y mayoritariamente chiitas como los iraníes, ya que Teherán teme un crecimiento de la influencia turca.

En el otro lado, el gran aliando de Azerbaiyán es Turquía con quien comparte lengua, cultura y costumbres además de una intensa colaboración militar. Y otro aliado inesperado: Israel. En Azerbaiyán vive una importante comunidad judía que desarrolla su vida con una normalidad inexistente en cualquier otro país musulmán de Oriente, incluida Turquía, y el gobierno de Bakú mantiene intensas relaciones comerciales, y de intercambio de inteligencia, con el de Jerusalén. Es más, los drones enviados por Turquía al ejército azerí son de tecnología básica israelí. Israel necesita estratégicamente a Azerbaiyán ante un posible choque directo con Irán.

Ante este escenario China observa y calcula como estar sin estar. Casi como EEUU que trata de impulsar un acuerdo pero no desea una derrota deAzerbaiyán.

El ataque de los clones. Ángel Enriquez De Salamanca Ortiz

TikTok o Dǒuyīn, es una aplicación de origen chino cuyo objetivo es que los usuarios graben y suban a las redes sociales videos, bailando o cantando, de corta duración. Fue creada por ByteDance, que lanzó la aplicación en septiembre del año 2016. 

ByteDance es una empresa tecnológica con sede en Pekín (China), fundada en el año 2012 por Zhang Yiming, que en el año 2018 tenía un valor de casi 20.000 millones de dólares y, a día de hoy esta start-up ya vale más de 75.000 millones de dólares americanos, un incremento de más de 350% que le ha llevado a convirtiéndose en el unicornio mejor valorado a día de hoy, la red social arrasa en el mundo y eso se nota en las cuentas de ByteDance.

(Fuente: Statista.com)

Este incremento de valor de la empresa, se ha debido, en parte gracias a la aplicación TikTok que ya supera los 800 millones de usuarios en todo el mundo y, no es de extrañar, que en el año 2019 fuera la tercera aplicación más descargada del mundo, de las cuales 46 millones de descargas fueron solo en Estados Unidos. La descarga de la aplicación para subir videos de corta duración en las redes sociales se ha convertido, quizás impulsado por el confinamiento y aislamiento domiciliario, en un fenómeno a escala global.

(Fuente: Statista.com)

El pasado mes de agosto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció sanciones contra la aplicación TikTok y WeChat por supuesto robo de información, dejando los datos de los usuarios vulnerables al acceso del Partido Comunista Chino. Estas sanciones entraron en vigor el 20 de septiembre y, la Casa Blanca, dio hasta el 12 de noviembre para solventar estos problemas de robo de información. Pero estas sanciones no han sido solo por parte de Donald Trump, sino que también vinieron de la India en el año 2019 por supuestos problemas de moralidad por no salvaguardar los datos de los usuarios más jóvenes. Aun así, a día de hoy, TikTok es la aplicación de referencia en el mundo entero.

Con tanto éxito como ha tenido la App china en el mundo entero, no es de extrañar que, otras redes sociales como Instagram o YouTube hayan creado “clones” para intentar emular esta exitosa aplicación.

Reels, de Instagram, es una aplicación que permite crear videos cortos como los de TikTok, de tal manera que los usuarios no tienen que abandonar la App para hacerlo.  A día de hoy esta aplicación está lejos de alcanzar la popular aplicación de China, ya que solo cuenta con algo más de 100 millones de usuarios en todo el mundo, aunque también hay que decir que esta aplicación fue lanzada hace relativamente poco al mercado.

Tal es el éxito de la aplicación china que Instagram,  propiedad de Facebook está haciendo ofertas lucrativas a usuarios de TikTok para atraerlos a Reels y así conseguir más descargas y usuarios, y poder superar a la exitosa aplicación de ByteDance.     

Pero Mark Zuckerberg  (propietario de Facebook, Inc.) no se ha conformado solo con Reels, sino que también ha lanzado para Facebook la aplicación Lasso, una App que permite hacer videos cortos y subirlos a las redes. Al igual que ocurre con TikTok, esta aplicación permite hacer videos con filtros y otros efectos visuales y sonoros para intentar atraer a más seguidores. A Pesar de los esfuerzos, la aplicación no tuvo éxito en América Latina y no llegó a Europa, por lo que se decidió cerrar la aplicación.

Shorts de Youtube también intentó hacerle la competencia a la aplicación china, pero esta tiene una ventaja considerable: lleva más de 4 años en el mercado. La ventaja de la aplicación Shorts respecto a TikTok son todas las licencias de música de las que dispone, una gran ventaja por disponer de una biblioteca musical mucho más amplia.

Otras aplicaciones se han lanzado a hacerle competencia a TikTok; Aplicaciones como Likee con sede en Singapur o la india Chingari, o Fuminate, Triller o Dubsmash han conseguido millones de seguidores en determinados países, pero ninguna a escala mundial como es la china TikTok

Hace algo más de una década el mundo entero acusaba a China de plagiar o de copiar productos occidentales como móviles, ordenadores etc… Quizás, ahora es occidente quien plagia o clona ideas innovadoras de la RPCh.

La guerra comercial entre China y Donald Trump continua, no solo en el ámbito comercial-arancelario, sino que también en el tecnológico, ya que el presidente ha acusado a la marca China de espionaje, al igual que acuso a Huawei hace ya unos años.

Ángel Enriquez De Salamanca Ortiz es Doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Relaciones Internacionales en la Universidad San Pablo CEU de Madrid

www.linkedin.com/in/angelenriquezdesalamancaortiz

@angelenriquezs

THE ASIAN DOOR: América Latina frente al decoupling ¿realidad o reto? Águeda Parra

Después de varios meses de pandemia, una de las consecuencias más evidentes que ha generado la crisis sanitaria del COVID-19 ha sido impulsar un proceso de aceleración mundial en varios entornos. Entre ellos, la reordenación de las cadenas de suministros globales pasa a ocupar un lugar destacado.

En un mismo período de tiempo, ha coincidido un escenario de decoupling de China, promovido por la administración Trump, y una crisis sanitaria, suscitando una posible reordenación de las cadenas de suministro globales para reducir riesgos operativos ante una situación como la que ha planteado una pandemia mundial. La vista está puesta ahora en potenciar la aportación de valor de otras regiones de Asia, por su cercanía a China, o jugar la baza de América Latina, por su proximidad al importante mercado de consumo de Estados Unidos.

La integración de China en la región asiática ha favorecido que, a medida que el gigante asiático asciende hacia la parte alta de la cadena de valor en la manufactura y producción en varias industrias, hayan sido los países vecinos los que han capturado el espacio dejado por China. Asimismo, en este escenario, el proceso de decoupling y la aceleración generada por la crisis sanitaria ha motivado que varias tecnológicas estadounidenses, como Google, Microsoft y Apple, estén moviendo parte de su producción fuera de China, quedando Vietnam y Tailandia entre los países más beneficiados. Pero ¿en qué medida podría América Latina beneficiarse de esta reordenación de las cadenas de suministro globales que está promoviendo Estados Unidos?

La gran ventaja de la proximidad de los países latinoamericanos con el gran mercado de consumo estadounidense no se ha visto traducida en un mejor posicionamiento de América Latina como sustituto natural de Asia en este proceso de decoupling al que aspira Estados Unidos. La región en su conjunto no ha desarrollado las infraestructuras y capacidades logísticas que demanda la operativa de las cadenas de suministro globales, sin embargo, determinados países podrían verse beneficiados, según un estudio de The Economist Intelligence Unit.

En ese movimiento de las cadenas de suministro globales que está promoviendo Estados Unidos del este al oeste, México es el país mejor posicionado, aunque determinados factores hacen poco factible que este proceso llegue a consolidarse, según este estudio. El hecho de que dos tercios de las importaciones de bienes y servicios de México estén relacionados con el comercio de exportación, y que el envío de contenedores tarde apenas una semana en pasar la frontera frente a las cinco semanas que tardaría en llegar desde China, además de tener un coste menor, son puntos que benefician la posición de México. Sin embargo, la lenta recuperación de la pandemia no favorece un reposicionamiento del país en las cadenas de suministro globales, a lo que habría que añadir la falta de políticas que promuevan este tipo de movimiento, así como la carencia de mecanismos que incentiven la atracción activa de la inversión.

De entre los países de América Latina, Chile, Costa Rica, México, Colombia y Brasil figuran entre los mejor posicionados para incorporarse a las cadenas de suministro globales. Sin embargo, la falta de inversión en infraestructura de la que adolece la región, que destina menos del 3% del PIB en su conjunto, no favorece esta transición. Contrasta con el 8% del PIB que dedican los países de Asia Oriental, y se estima que sería necesario incrementar entre un 4%-8% del PIB el gasto en infraestructuras para poder asemejarse a otros países industrializados como Corea del Sur, según algunos estudios.

Existen, asimismo, otras cuestiones a tener en cuenta para generar esta transición desde la región asiática a la latinoamericana. Destaca la falta de preparación y adopción de las nuevas tecnologías en un modelo de cuarta revolución industrial (4IR), así como la cuestión de los costes laborales y la disponibilidad de talento especializado. No obstante, aunque la situación no sea la más favorable, toda crisis es una oportunidad, y América Latina debe encontrar los mecanismos para reivindicarse como actor mundial en la configuración de las futuras cadenas de suministro globales.

¿Y después de las elecciones estadounidenses qué? Nieves C. Pérez Rodríguez

La silla del hombre más poderoso del mundo se debate entre la continuidad de la Administración Trump y un cambio partidista y de valores encabezado por Joe Biden. La división del país, y por tanto de los votantes, es profunda y muchos analistas están previendo un escenario post electoral incierto e incluso violento.

Cómo todo lo ocurrido este año, el proceso del ejercicio del voto ha sido distinto. Para evitar grupos masivos de electores practicando su derecho electoral, cada Estado ha determinado cuándo comenzar un proceso adelantado al día oficialmente previsto. Los primeros en la lista fueron Wyoming y Dakota del Sur que comenzaron el 18 de septiembre y consecutivamente cada Estado ha ido estipulando qué día abrirían el proceso de votación. En busca de flexibilidad se ha permitido votar en persona en los lugares previstos para ello desde el día que se ha habilitado hasta el mismo 3 de noviembre día oficial de las elecciones. También se ha permito a un grupo de mayor riesgo a votar por correo. 

Precisamente el voto por correo ha sido objeto de mucha controversia. Por una parte, el llenado incorrecto de las papeletas electorales que acaba siendo computado como un voto nulo. Pero también ha habido mucha desinformación auspiciada por el mismo presidente Trump. Desde agosto Trump ha insistido constantemente en que el voto por correo puede ser manipulado y que las papeletas podrían ser enviadas a áreas demócratas y no republicanas. Una afirmación sin ningún fundamento debido a que la distribución del material electoral está en manos de funcionarios del estado e instituciones públicas, quienes han asegurado que se ha hecho siguiendo rigurosamente los protocolos.

En una primera etapa Trump aseguraba que las oficinas postales no contaban con capacidad para manejar esos volúmenes de votos. Lo que es también falso, pues Estados Unidos es de los pocos países en el mundo en el que las oficinas de correos se utilizan a diario por millones de ciudadanos y el envío de correspondencia en este país es extraordinariamente grande. Trump ha cuestionado por años la legitimidad de las elecciones en Estados Unidos. Incluso cuando él mismo ganó en el 2016 aseguró que lo había hecho porque millones y millones votaron por él pero lo cierto fue que perdió el voto popular aunque ganó el voto de los colegios electorales.

La desinformación generada por el mismo presidente, junto con las manifestaciones de diversos grupos que han acabado en muchos casos con violencia en diferentes ciudades del país, son un reflejo de la complicada situación domestica que vive Estados Unidos, y que fácilmente se pueden convertir en el caldo de cultivo para una posible situación de violencia después del anuncio de los resultados electorales.

En una sociedad tan dividida las ganas de votar son más fuertes. Por lo tanto, desde septiembre hasta el pasado viernes 22 de septiembre, millones de ciudadanos ya han emitido su voto a lo largo del país. La mayoría de esos votantes son demócratas. De momento una encuesta de CNN hecha el pasado viernes ubica a Biden como ganador con el 53%  y a Trump en un 42%. Sin embargo, se prevé que la gran mayoría que votará republicano lo hará el mismo 3 de noviembre, lo que podría cambiar la situación para el final del día electoral y los exit polls del día electoral podrían dar como gran ganador a Trump y en el recuento final arrojar números distintos, es decir, que el ganador sea Biden.

En ese escenario los analistas están temiendo que los grupos armados – como las milicias- salgan a defender el voto a favor de Trump. Y en el extremo opuesto saldrían los grupos de extrema izquierda a defender a Biden.  En efecto, el Departamento de Seguridad Nacional a finales de septiembre advertía en un informe que los blancos supremacistas violentos era la amenaza más persistente y letal en el país y que, posibles complots de esos grupos con esquemas como los secuestros de los gobernadores de Michigan y Virginia frustrados por el F.B.I. podrían estar fraguándose.

Ambos grupos radicales se encuentran en extremos ideológicos opuestos y la motivación de defender el voto de su preferencia se convierte en un motivo de lucha.  A pesar de que se está temiendo violencia, estamos hablando de violencia controlada en ciudades o puntos determinados de la nación, no del desencadenamiento de movimientos en todo el país que pueda acabar en una especie de enfrentamiento a gran escala nacional.

Sea como sea, a pequeña o a mediana escala, lo cierto es que tan solo suponer que pueda haber algo de violencia es un golpe a la imagen de la nación con la mayor trayectoria democrática del mundo. Como líder y ejemplo internacional es una estocada al retrato de unión doméstica y a imagen de fuerza que le ha permitido imponer respeto y exportar su modelo por el mundo en los últimos 70 años.

Pero peor aún en la situación actual en la que se está debatiendo el liderazgo internacional entre Washington y Beijing, una situación violenta post electoral debilitaría la imagen de Estados Unidos en el exterior facilitándole el camino al PC chino en sus ambiciones internacionales, de manera especial en Asia, en donde los aliados de occidente quedarían en una posición precaria y de alto riesgo.

INTERREGNUM: Ambiciones globales, realidades locales. Fernando Delage

Cuando se cumplen siete años del anuncio por el presidente chino, Xi Jinping, de la iniciativa de la nueva Ruta de la Seda (BRI), continúan predominando los análisis sobre las intenciones de Pekín más que los estudios sobre su grado de ejecución. Frente al discurso chino que define la iniciativa como un plan de cooperación destinado a promover el crecimiento de los países en desarrollo, y la percepción norteamericana de que se trata de un instrumento geopolítico para poner fin a la primacía de Estados Unidos, se echa en falta, en efecto, un examen de las realidades sobre el terreno.

No es raro que los observadores crean ver una estrategia cuidadosamente elaborada donde en realidad hay poco más que un concepto utilizado por actores muy diversos, cada uno de ellos persiguiendo sus respectivos intereses sin una clara coordinación. Este parece ser el caso de BRI, como confirma el investigador del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington (CSIS), Jonathan Hillman. Responsable del programa “Reconnecting Asia”, dedicado al seguimiento de los planes de interconectividad promovidos por China en Eurasia y el Indo-Pacífico, Hillman ha visitado durante los últimos tres años los principales nodos de la Ruta de la Seda para hacerse una idea de los avances y de los obstáculos que afronta la iniciativa. El resultado de sus viajes es The Emperor’s New Road: China and the Project of the Century (Yale University Press, 2020), un excelente libro que combina el conocimiento del historiador con las interpretaciones del analista geopolítico y las impresiones del reportero. 

Como señala el autor, BRI es una iniciativa global, pero su realización depende del contexto y circunstancias locales. Desde esta perspectiva, China—escribe—estaría repitiendo los pasos y errores (y por tanto aprendiendo las lecciones) de las potencias coloniales europeas del siglo XIX. Su relato no es en consecuencia una historia sobre cómo China está aumentando su influencia en el exterior, sino sobre su experiencia de aprendizaje como potencia en ascenso. El examen de la interacción de China con las variables de cada lugar ofrece al. Ismo tiempo una brillante descripción del espacio euroasiático contemporáneo. Como observa Hillman en Kazajstán, Rusia, Laos, Sri Lanka, Pakistán o Yibuti—entre otros destinos que ha visitado—los proyectos chinos distan aún mucho de lo anunciado, sin que tampoco pueda Pekín abandonarlos: cada vez se encuentra más atrapado por las dinámicas locales.

La Ruta de la Seda china viene a ser, ha escrito el periodista Robert Kaplan, el reverso de la Compañía de las Indias Orientales de los británicos, al avanzar desde Asia hacia Occidente y no al revés. Y, ciertamente, la red de infraestructuras que China quiere construir en Eurasia responde a una lógica que puede calificarse como “imperial”, idea que parece compartir Hillman al utilizar como referencia algunos proyectos del pasado—como el canal de Suez—para entender las dificultades de la iniciativa china. Pero es Pekín quien quizá no haya reconocido aún que la realización de sus ambiciones dependerá de cómo respondan otras naciones y sociedades, más que de las decisiones de su gobierno. Más aún le costará asumir la gran contradicción de fondo que existe entre la conectividad que aspira a crear a través de BRI y el control que no está dispuesto a ceder.

Incertidumbre en Washington, incertidumbre mundial

Las elecciones presidenciales de EEUU llegan con un alto índice de incertidumbre y, por una vez, no solo acerca del quien ocupará la Casa Blanca los próximos cuatro años sino sobre la estabilidad institucional del país.

Varios expertos consideran que la polarización de la sociedad estadounidense, agravada los últimos años, representa un riesgo de confrontaciones sociales que podrían conducir a una parálisis institucional con repercusiones nacionales e internacionales.

La situación se agrava con la coyuntura electoral. Los mensajes de Trump poniendo en duda la limpieza del proceso electoral en lo que hace referencia al voto por correo, el hecho de que, por la pandemia, ya se haya producido gran parte de este voto que los analistas estiman que es mayoritariamente por Biden, y la posibilidad de que Trump gana en el voto en urna, dibuja un escenario preocupante con una alta movilización callejera.

A esto hay que añadir la existencia de milicias civiles armadas. Las milicias existen desde la fundación misma de los Estados Unidos y responde al modelo de construcción del Estado (desde lo local lo nacional) y a la  concepción de que la sociedad civil tiene derecho a armarse frente eventuales deficiencias o excesiva intervención de los poderes estatales, Así viene recogido en la famosa enmienda constitucional.

Las milicias, contra lo que se suele difundir en Europa sin apenas matices, no son todas de extrema derecha ni de paletos armados. Hay milicias de extrema derecha, de derecha, de fundamentalistas religiosos, de ideología confusa y de extrema izquierda. Las primeras son rurales, de estructura abierta, exhibicionista y prepotente. Pero, aunque menos numerosas, las de extrema izquierda son de ámbito urbano, se presentan como de “autodefensa”, “antifascistas” o resistentes, han adoptado una estructura clandestina y en células, como el terrorismo clásico europeo y latinoamericano y han aumentado su presencia a raíz del último choque racial.

Algunos expertos consideran que este escenario puede facilitar choques sin precedentes en EEUU y llevar a una parálisis interna muy grave.

En el plano internacional, como señala nuestra colaboradora en Washington Nieves C. Pérez en su entrega de esta semana, un posible bloqueo internacional tendría importantes consecuencias en el plano internacional y especialmente en Asia Pacífico. Si a la voluntad (tanto de Trump como lo fue de Obama) de desligarse de algunos compromisos para volcarse en plano interno se suma una incapacidad institucional para actuar, aunque fuera temporal, en un escenario donde China aumenta cada día su influencia y su agresividad, la desconfianza de los aliados tradicionales de Occidente va a crecer. De hecho, Australia lleva años diseñando estrategia propias, aunque sin dejar de contar con EEUU; Filipinas ha aumentado sus intercambios con China, Japón expresa dudas y reclama más protagonismo y Corea del Sur ha aumentado sus iniciativas autónomas. Aunque Estados Unidos ha aumentado sus mensajes de apoyo, Taiwán corre más riesgo cada día.

Ese es el clima con que se espera noviembre y los resultados electorales, sin olvidar que ese mismo panorama envuelve a Europa, donde una ausencia de Estados Unidos y algunas veleidades europeas pueden animar a Putin a aumentar sus ya notables audacias desestabilizadoras.

Evento Foro Asia: “Hola, Pekín; Adiós, Washington. El rediseño de Oriente Próximo” Isabel Gacho Carmona

China trata de hacerse un hueco en Oriente Próximo, una región “muy llena” y en la que Estados Unidos cada vez delega más responsabilidades en potencias regionales, pero ¿Cómo lo hace? ¿Qué busca? ¿Qué significa el acuerdo de asociación estratégica con Irán? Son algunas de las preguntas que lanzaba Georgina Higueras durante el foro “Hola, Pekín; Adiós, Washington. El rediseño de Oriente Próximo” y a las que Dolores Algora, Claudio Feijóo y Jesús Núñez trataron de dar respuesta.

Sobre qué busca China en un escenario tan complejo, Núñez, Presidente del Comité Español de la UNRWA sentenciaba que “manda el mensaje de que está preparada para el desafío”. Mientras antes buscaba únicamente “alimentar su propio modelo”, ahora ha dado el siguiente paso aprovechando la dejación de responsabilidades de EEUU. “Ahora tenemos a una China que busca tener presencia física en otros escenarios y tener algo que decir en la gestión de los asuntos de algunos países y de algunas regiones. Irán es un magnífico ejemplo”.

Para Feijóo, Director para Asia de la UPM, este acuerdo de asociación estratégica con Irán “es un acuerdo excelente para China”, una de las piezas clave que le faltaban y que entraña beneficios en materia de energía, de nuevas tecnologías y de estrategia, al presentar una alternativa a Pakistán y ser “el lugar por el que pasan los caminos”. Ahora bien, entraña el riesgo de enfrentarse a sanciones de Estados Unidos. Y es que Irán sabe que está en el punto de mira de Washington y de Tel Aviv para ser derribado, “no para volver a la mesa de negociaciones, para ser derribado”, apuntaba Núñez. Como saben que militarmente es imposible, la estrategia es el ahogo económico. Y el hecho de que China esté rompiendo ese frente de ahogo económico “es un síntoma de que se ve fuerte”, señalaba Feijóo.

Las relaciones de China en la región incluyen también ser el primer socio comercial de Arabia Saudí o de Emiratos Árabes Unidos “¿Crees que el acuerdo con Irán dañará las relaciones de China con el mundo árabe?”, preguntaba Higueras a Feijóo. “Yo no veo a China preocupada”. “China quiere ser el mejor, un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas”. De esta manera, se ve como un referente, como un actor que lleva a cabo acuerdos comerciales porque tiene la capacidad y porque “puede poner sobre la mesa un mercado inmenso”. Así que “no ve esas relaciones, sino que ve, entre comillas, estados más pequeños que van a visitar al emperador”.

En este contexto, ¿la presencia de China no puede hacer más mal que bien, pese a sus máximas de no injerencia y win win? Xi Jinping deja claro en sus discursos que entiende que el origen de los conflictos es la falta de desarrollo económico, y China se presenta como un actor que lo favorece. Ahora bien, “iniciativas como la Franja y la Ruta es injerencia, porque estás construyendo las infraestructuras con empresas chinas y eso tiene implicaciones, como en el caso famoso de Sri Lanka”, señalaba Feijóo.

Y, ante un eventual decoupling ¿dónde caería Oriente Próximo? Los expertos expusieron cómo en Oriente Próximo están triunfando redes sociales chinas por los mecanismos de censura que presentan. O que quien ha lanzado el satélite de comunicaciones de Argelia es China. O  que Pekín ha colocado los sistemas de geoposicionamiento de su GPS en Túnez. Y es que China tiene una visión muy clara del ciberespacio: que este es igual que el espacio físico, y por tanto se aplican las misma reglas. Así, en términos industriales habrían tenido cuidado en los últimos 15 años en intentar mantener dentro del país las cadenas principales de materiales estratégico para no depender del exterior. Aunque tiene debilidades en algunas industrias, ya se ha empezado a dar estos pasos. Por ello, ante la posibilidad de dividir los ciberespacios por completo, China estaría en una posición de ventaja, no solo porque se ha preparado, sino porque es la impulsora de la teoría. Como resumía el Director para Asia de la UPM “El partido no acaba de comenzar, está en el descanso, ya han pasado muchas cosas”.