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Taiwán la joya del Pacífico oeste. Nieves C. Pérez Rodríguez

Factum, el centro de investigación y pensamiento con sede en Sri Lanka dedicado a estudiar las relaciones internacionales, cooperación tecnológica y comunicaciones estratégicas de Asia, publicaba un artículo la semana pasada titulado Taiwán la joya del Pacifico oeste en el que su autor, Kasum Wijetilleke, hacía un paseo por la historia de Taiwán y las razones por las cuales es una isla tan apetecible.

Tras la primera guerra chino-japonesa, en 1885, cuando la dinastía Qing cedió la isla de Taiwán bajo el Acuerdo de Shimonoseki, daba comienzo así la creación de la primera colonia del Japón imperial. El plan de los japoneses era crear una colonia modelo para así demostrar la superioridad de la “japonización”.

Lo primero fue desarrollar vías de comunicación e infraestructuras, así como una red de salud pública y sistemas de saneamiento.  Integrar a los taiwaneses al sistema de educación que fue una prioridad. Aunque los locales solo recibían educación primaria obligatoria mientras que la secundaria era exclusiva para los japoneses. Sin embargo, el autor afirma que los japoneses sentaron una importante base para el desarrollo humano y el crecimiento económico en la entonces precaria isla.

El experimento del modelo de colonización que desarrolló Japón en Taiwán fue un éxito puesto que estableció orden, erradicó enfermedades existentes, modernizó la isla y creó una economía que fue la base de la que tienen hoy. Aunque Japón gobernó con mano dura y sin contemplaciones.

Así continuó hasta la década de 1940 cuando se promulgaron importantes reformas agrarias en Japón y que los taiwaneses replicaron, pero bajo un modelo propuesto por la comisión conjunta de Estados Unidos y Taiwán que construyó una base agrícola para el desarrollo de la economía de la isla.

Wijetilleke subraya que Taiwán se benefició enormemente de la política exterior y las consideraciones estratégicas de Estados Unidos puesto que el Partido Nacionalista Kuomintang (KMT) tenía conexiones cercanas con Washington y el presidente Roosevelt había estado fomentando un acuerdo con el líder del KMT Chiang Kai Shek.

Taiwán es devuelta a China por el acuerdo del Cairo en 1943 y ratificado dos años más tarde, a pesar de que el comunismo avanzaba y controlaba China. Con este acuerdo, Taiwán quedó como una provincia china, pero comenzó un sistema de autonomía que ya los japoneses habían permitido, pero en este punto sin colonos comenzaron a desarrollar una identidad más propia.

Tras la derrota japonesa y la toma del poder por los comunistas en la China continental, los nacionalistas chinos derrotados se instalaron en la isla sustrayéndola del control de Beijing.

Entre los años 50 y 80 Taiwán recibió muchas inversiones provenientes de los Estados Unidos destinadas al desarrollo en áreas de infraestructuras, educación, industria y tecnología de comunicaciones. En 1979, Estados Unidos aprueba el histórico acuerdo la ley de relaciones con Taiwán que formuló las disposiciones para el establecimiento diplomático con Taiwán, además de asegurar la protección militar estadounidense a la isla e incluso proporcionarle armamento de carácter defensivo a Taiwán si lo necesitara.

La liberación de los mercados en los setenta, junto con la planificación y el apoyo estatales, una fuerza laboral capacitada, mano de obra a bajo costeo, adecuadas infraestructuras físicas y tecnológicas atrajeron inversiones tanto estadounidenses como japonesas a Taiwán.

Domésticamente, las industrias pequeñas y medianas en manos de familias y empresarios impulsadas por el gobierno de Taiwán a través de préstamos pequeños y subsidios fueron clave para estimular el crecimiento de una clase media fuerte y una base industrial potente en manos de los taiwaneses.

Con esas bases nace lo que el autor llama el “milagro de Taiwán”. En los ochenta, la economía taiwanesa se había convertido en uno de los “tigres asiáticos” junto con Singapur, Hong Kong y Corea del Sur debido a que se convierte en un centro de fabricación de alta tecnología.

La relación de China con Taiwán, subraya el autor, refleja la dinámica rusa-ucraniana. En ambos casos está la presencia de un Estado mucho más grande y poderoso cerca de una nación separada que es considerablemente más pequeña, pero con un mismo idioma y vínculos compartidos. Y en ambos casos los grandes Estados tienen a su joya de la corona, Ucrania era el proveedor de maíz y trigo para la Unión Soviética, lo que lo era clave, pero Taiwán hoy es mucho más importante en la cadena de suministro mundial de fabricación y tecnología.

Taiwán concentra la fabricación de semiconductores utilizados en casi todos los equipos que se fabrican en el mundo. Sólo por el hecho de que las empresas taiwanesas satisfacen más del 50% de la demanda china de semiconductores, y las americanas dependen aún más de los conglomerados taiwaneses que manufacturan los semiconductores, Taiwán adquiere una importancia estratégica.

A pesar de las inversiones chinas en esta área, la industria taiwanesa está cinco años por delante a la tecnología china. Debido a esta situación, el Congreso de los Estados Unidos recientemente aprobó la legislación del Chips que provee de un subsidio de unos 50 mil millones de dólares por cinco años a empresas que se dediquen a la fabricación de tan codiciado componente. Y lo que a priori ha incentivado es un acuerdo para el establecimiento de una planta de semiconductores taiwaneses en Arizona en el 2024.

China, por su parte, es indudablemente el hub más grande de manufacturas en el mundo y a pesar de los 14.000 km de costas que posee la salida y distribución de mercancías no es una tarea fácil. La dinámica es compleja debido a los miles de islas en la zona y que varían en tamaño, lo que complica la navegación marítima.

Las islas japonesas Ryukyu, Borneo y Sumatra así como Filipinas e indudablemente Taiwán, todas fueron utilizadas inicialmente como un escudo defensivo para la costa occidental de EE.U. y luego se convirtieron en una contra defensa eficaz contra posibles invasiones chinas desde el Pacífico occidental. La estrategia de contención fue denominada “cadena de defensa de islas” según el secretario de Estado John Foster Dulles.

En este contexto, Taiwán sigue siendo la joya de la corona en la estrategia de contención. Está ubicada justo en el centro de la inmensa costa de China lo que podría convertirse en un embudo para la maquina comercial global de China. Sin contar con los lazos históricos que existen entre ambos, la ubicación de Taiwán convierte a la isla en la “joya” en la cadena de defensa que la isla le daría a China el control de un lugar de avanzada clave desde el cual ingresar al Océano Pacífico Occidental.

Taiwán representa una intersección significativa entre la seguridad nacional, los intereses económicos y la enemistad histórica, lo que la convierte posiblemente en la isla estratégicamente más importante del siglo XXI, concluye el autor.

India y la nueva Administración Biden / Harris. Nieves C. Pérez Rodríguez

Los resultados de las elecciones estadounidenses se hicieron esperar, pero no por ello el entusiasmo por conocer al ganador disminuyó. Finalmente, el sábado pasado, los principales medios reconocían que el nuevo presidente electo de Estados Unidos es Joe Biden y con ello una avalancha de felicitaciones de jefes de Estado llegaban al nuevo equipo, que ocupará la Casa Blanca los próximos cuatro años.

Narendra Modi —el Primer ministro indio— felicitó a Biden en un tweet en el que, además, reconocía su trabajo previo en fortalecer las relaciones indo-pacíficas como vicepresidente en la era Obama y esperaba trabajar juntos, una vez más, para llevar dichas relaciones a un nivel aún más elevado. Pero, como era de esperar, también aprovechó para felicitar a la vicepresidenta electa usando un tono más cercano y cómplice:

“Su éxito es pionero y motivo de inmenso orgullo no solo para sus Chittis, sino también para todos los indoamericanos. Estoy seguro de que los activos lazos entre la India y los Estados Unidos se fortalecerán aún más con su apoyo y liderazgo.”

El término Chittis, que significa tía en tamil, ha sido uno de los que más emoción ha causado entre la comunidad india en los Estados Unidos y también en el exterior. Kamala ya usó ese término en el discurso que dio durante la convención nacional demócrata, en el que aceptó la nominación en la candidatura electoral como vicepresidenta. Y ahora Modi, correspondiendo el guiño, lo usa para aseverar que la alegría de su éxito no sólo la siente su familia materna y el gran número de tías que tiene en el sur de la India, en la región de origen, el estado de Tamil Nadu. 

La prensa y los medios en India reconocieron la victoria demócrata desde el comienzo y la mayoría en India ha celebrado el éxito de Biden y Harris, sazonado por la emoción natural que suscitan las raíces indias de la vicepresidenta electa. Para muchos nativos de Thulasendrapuram —el pueblo de la madre— viven con orgullo como una hija de inmigrante consigue llegar a la más alta esfera política del país más poderoso del mundo. Mientras se esperaban impacientemente los resultados de las elecciones, en este pequeño pueblo se organizaron visitas a templos hinduistas, rezos y ofrendas, con la fe puesta en que estos favorecerían los resultados hacia los demócratas.

Ahora las expectativas son de una diplomacia bilateral tradicional y por lo tanto predecible y estable. En cuanto a los intercambios comerciales entre Estados Unidos e India también se predice más tranquilidad en las relaciones, pues Biden, que es de la escuela política tradicional, no estará anunciando aranceles o cambios de política por Twitter. Y, tal y como nos decía un experto en intercambios que ha vivido estas últimas dos semanas en Delhi, lo que más importa y preocupa en India es convertirse en una fuente más grande de exportaciones minoristas para los Estados Unidos.

En cuanto al plano internacional, en junio de este año, India fue elegido miembro no permanente del consejo de seguridad de Naciones Unidas y lo será hasta el 2022. Pero ahora necesitará el apoyo de la Administración Biden para impulsar su imagen como potencia que merece ostentar la posición de miembro permanente del consejo de seguridad.  Posición por la que han venido haciendo lobby pero que, para conseguirla, deben impulsar también reformas estructurales en la ONU, que tan sólo para poder plantear necesitaría ir de la mano de Washington.

A pesar de lo bien recibidos que han sido los resultados de las elecciones estadounidenses en la India en general, los medios de comunicación están obsesionados con el hecho de que Estados Unidos venda armas y aviones de combate a Pakistán. Lo que no es nuevo, pues las relaciones de interés entre Washington e Islamabad no son recientes, y la venta de armamento se considera estratégica desde el Pentágono para neutralizar el terrorismo regional.

Así mismo, Pakistán, a principios de este año, calificó de inquietante la venta de Estados Unidos a India del sistema integrado de arma de defensa área asegurando que desestabilizaría más la ya de por sí volátil región.  Transacción que supone unos 2 mil millones de dólares.

Y, finalmente en el mundo post pandemia, la India junto con los Estados Unidos, podrían hacer un bloque contra las aspiraciones y abusos chinos en Asia. Beijing ha perdido credibilidad internacional y es un momento clave para desarrollar alianzas en pro del respeto y la convivencia. Además, sería muy oportuno para la India en este momento en que el conflicto en la zona fronteriza con China se ha avivado y que, después del último incidente en el que perecieron 20 soldados indios, contara con el respaldo incondicional de los estadounidenses.  Foto: Flickr, Janie Marie Foote.

INTERREGNUM: China: ¿influencia o interferencia? Fernando Delage

El lunes 24 de septiembre, como había anticipado, el presidente de Estados Unidos impuso nuevas tarifas a las exportaciones chinas por un valor de 200.000 millones de dólares. Dos días más tarde, Trump sorprendió a propios y extraños cuando, en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dedicada a la proliferación nuclear, acusó a China de interferencia en las elecciones al Congreso de Estados Unidos que se celebrarán el próximo mes de noviembre. “Es posible, añadiría el mismo día en una rueda de prensa, que [el presidente] Xi Jinping haya dejado de ser mi amigo”. Trump presume de ser el primer líder de su país en responder de manera directa al desafío económico e ideológico que representa China para sus intereses. Pero ¿podrá conseguir lo que se propone?

Acusar a China en público, y delante de su ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, también presente en la sesión del Consejo de Seguridad, revela la falta de tacto diplomático de la que el presidente norteamericano se siente tan orgulloso, así como su completa ignorancia sobre los patrones culturales y políticos chinos. La opinión pública china nunca permitirá a sus dirigentes una cesión a presiones formuladas de esta manera. Al elevar el nivel de la tensión bilateral, Trump está mostrando en realidad su propia vulnerabilidad.

El presidente ha acusado a China sin haber revelado ningún indicio, e intenta equipararla a una Rusia que evita denunciar, aunque sobre su interferencia de esta última en las elecciones de 2016 no hay ninguna duda. ¿Puede estar cerrándose el cerco de la investigación judicial sobre su relación con Moscú, y busca por ello una nueva maniobra de distracción? Descubrir que China tiene una estrategia dirigida a crear opinión a su favor en sociedades y sistemas políticos extranjeros no es ninguna novedad por otra parte. Australia es quizá el mejor ejemplo reciente en este sentido, y su gobierno se ha visto obligado a adoptar medidas legislativas al respecto. Pero las tácticas de Pekín se apoyan en instrumentos diferentes de la guerra híbrida mantenida por Putin y sus asesores. Influir en políticos, académicos y medios de comunicación, sí; interferir de manera directa en redes informáticas de organizaciones políticas y administraciones públicas para condicionar resultados electorales resulta más difícil de creer por parte china.

La acusación no sólo ayuda a desviar la atención con respecto a Rusia. Es, sobre todo, un mecanismo preventivo frente a la respuesta que cabe esperar de Pekín a las sanciones comerciales de Washington. China conoce a la perfección el mapa electoral norteamericano, y en qué Estados y en qué circunscripciones se concentran los votantes de Trump. Muchos de ellos, productores agrícolas, viven de sus exportaciones a la República Popular. Pekín adoptará sus medidas de represalia tras haber medido milimétricamente su impacto político en Estados Unidos. Se trata de la primera prueba electoral que afronta Trump desde su llegada a la Casa Blanca, y los resultados que obtengan los republicanos en noviembre servirán para valorar sus posibilidades de reelección en 2020.

Es previsible que un escenario de competencia entre ambos gigantes se haya consolidado para entonces. También podrá responderse de manera más clara a la pregunta de si la estrategia comercial de Trump ha funcionado, o ha sido China, más bien, quien ha continuado ampliando su margen de maniobra en una economía global más dependiente de ella. (Foto: Jon Colt, Flickr.com)

¿Pero qué pasa con el mundo? Nieves C. Pérez Rodríguez

Washington.- En los últimos días parece que se han soltado a los jinetes del apocalipsis. Por un lado los tremendos huracanes que han golpeado sin piedad a las islas del Caribe, las costas de Florida y los múltiples terremotos que han azotado a México; por otro el presidente Trump que aparece en el foro internacional que ha mantenido la paz relativa en el planeta durante más de medio siglo afirmando sin ninguna delicadeza que su prioridad es y será América primero, dejando por el suelo la esencia de Naciones Unidas y menospreciando su trayectoria y los logros en la estabilidad del mundo. Y, por si fuera poco, rematando su discurso con la amenaza de la destrucción total de Corea del Norte.

Si el discurso de Trump sorprende, la respuesta a éste tampoco deja a nadie inadvertido. Kim Jong-un afirma que “domará con fuego al viejo chiocho estadounidense mentalmente desquiciado”. Lo que en otras palabras viene a ser lanzamiento de más misiles, que si además tomamos las declaraciones hechas por el ministro de exteriores norcoreano se podría deducir que se están refiriendo a probar la bomba nuclear más potente sobre el Pacífico, lo que podría tener consecuencias fatales para la zona y los aliados estadounidenses en la región. Pero, además, Pyongyang podría estar intentando replicar lo que hizo China en la década de los 60 para demostrar su capacidad nuclear con una detonación atmosférica de un arma atómica, lo que le otorgó a China el reconocimiento de un estado nuclear.

La nueva dinámica de la diplomacia estadounidense es inédita. Mientras el presidente no modera su vocabulario con el uso de “hombre cohete” u “hombre loco” para definir a Kim Jong-un, bien sea en su cuenta de twitter o en sus discursos; el secretario de Estado Tillerson intenta normalizar la situación a través de reuniones privadas. Mientras, Nikki Haley, embajadora estadounidense ante la ONU, aumenta su zona de influencia en la diplomacia internacional y con un tono más regio ha ido dando pasos importantes, como las ultimas sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad en contra de Corea del Norte, las más severas hasta ahora, que otra vez contaron con el apoyo de China y Rusia.

Este paquete de sanciones prohíbe una serie de exportaciones norcoreanas, incluido textiles, carbón y mariscos, lo cual tiene el objetivo de eliminar un tercio de los ingresos por exportaciones del país. Las estimaciones indican que Corea del Norte exporta alrededor de 3.000 millones dólares en bienes cada año, y que las sanciones podrían eliminar 1.000 millones de dólares de ese comercio. Además, limita a 500.000 barriles de derivados del petróleo a partir de octubre y hasta 2 millones de barriles al año, de acuerdo a documentos oficiales de Naciones Unidas.

En lo que hay unanimidad es en el inminente peligro de Corea del Norte y sus juegos nucleares, que con cada prueba afina su capacidad atómica. Finalmente, las grandes potencias están alineadas para castigar el arbitrario comportamiento de Pyongyang y vigilar si el compromiso de China es total. Por primera vez, Kim Jung-un podría encontrarse en una situación de aislamiento absoluto y sin proveedor que satisfaga sus necesidades.

La paciencia parece agotarse en este lado del planeta. La noche del sábado sobrevolaron la zona desmilitarizada entre las dos Coreas bombarderos estadounidenses, otro aviso de Washington a Pyongyang, que de acuerdo al Pentágono “es un claro mensaje de que el presidente tiene muchas opciones militares para derrotar cualquier amenaza”. En pocas palabras, que están listos para atacar.